DDHH olvidados | “A esa mina yo no vuelvo” - Runrun
DDHH olvidados |  “A esa mina yo no vuelvo”
Indígenas cuentan cómo son explotados para sacar oro de los parques nacionales en Amazonas 

@franzambranor

Emiro* tiene cinco hijos y apenas 33 años. Es un indígena Jivi de la comunidad de Platanillal en el estado Amazonas. El licenciado en educación se cansó del miserable sueldo que devenga como docente de media general en una institución de su localidad. Empujado por la necesidad, se fue a una mina con su esposa, una experiencia que dice no volvería a tener, pese a todas las adversidades que vive actualmente. “Más que todo yo lo hice por mis hijos, por mi familia, para ́ver si conseguía algo bueno, pero no, todo está malo por allá”, dijo.

El testimonio se desprende del informe de minería ilegal de comunidades indígenas 2020 de la asociación civil Kap Kap

Emiro y su mujer optaron por ir a la mina Maraya y después se fueron a una llamada 24. “Había conocidos allá en la mina que eran Piaroas. Esas minas quedan en Atabapo, en Yapacana. De Puerto Maraya a mina 24 son cuatro horas caminando y media hora en moto”.

Las jornadas laborales en busca de oro eran extenuantes y poco remuneradas, según Emiro. “En la mina es de 6 de la mañana a 6 de la tarde, un día completo. Yo estaba trabajando como guachimán y galitero, así le dicen a quien le lleva la comida a los que sacan el oro en la mina, pero todo fue en vano porque yo trabajaba en una máquina donde no conseguían oro”.

A Emiro solo le alcanzaba el poco oro que obtenía para pagar la comida. “No nos quedaba para ́nosotros y perdíamos el trabajo”.

Emiro y su esposa duraron mes y medio trabajando en las minas. 

“Estábamos contando con 20 gramos para cada uno que era con lo que queríamos salir de una de las minas para ́poder comprarle ropa a nuestros hijos, pero nunca nos pagaron esos 20 gramos”, relató la esposa de Emiro, quien también trabajó como galitera.

La esposa de Emiro indicó que al final se vieron obligados a trabajar con otra gente para obtener algún beneficio. “Nos tuvimos que mudar para otra empresa y en una semana agarramos 15 gramos entre los dos, con 15 gramos nos tuvimos que regresar, pero todos esos 15 gramos se fueron en transporte y en la ropa de los niños”.

Naturaleza destrozada

Emiro sostuvo que la destrucción ambiental es evidente en el Parque Nacional Cerro Yapacana. “Eso ya no es un Parque Nacional, es una destrucción total de la naturaleza. La tierra, el agua, todo está contaminado, allá cualquier agua que uno bebe te da diarrea, hay mucho niño enfermo”.

En la zona, la moneda oficial es el oro. “Todo se paga con oro. Yo gasté y pagué todo lo que nos comíamos con oro”, sentenció Emiro. 

“Si tú no tienes metal (oro) no comes”, dijo la esposa de Emiro. “En las minas nada es gratis, si te diagnostican malaria tienes que pagar el tratamiento”.

Emiro aseveró que prefiere seguir dando clases. “No volvería más para allá porque fue mucho sufrimiento, me enfermé por el agua. Todos los días trabajaba de 6 a 6, no hay descanso, se labora de lunes a domingo”.

Mientras se recupera, Emiro planea combinar la docencia con la siembra de yuca y la pesca. “El sueldo que estamos ganando no alcanza para nada, solo para 2 kilos de azúcar, nada más”.

 

* Nombre ficticio