Al ser un factor económico determinante, especialmente para los países productores, lo que el mundo económico se pregunta es que va a pasar con los precios del petróleo luego de la ofensiva bajista desatada por Arabia Saudita que ha impulsado la espantosa caída que hace pocas semanas llevó el precio del barril al alrededor de los 40 dólares.
Las proyecciones y las especulaciones abundan. En el extremo pesimista el analista Ed Morse de Citigroup ha vaticinado que el barril bajará hasta los $ 20 debido a que encima del crecimiento de la demanda mundial la producción global está registrando un aumento mayor.
Morse además señala que el 86 por ciento de las reservas de gas y petróleo no convencional (lo que existe debajo de capas de esquisto o atrapado y extraído gracias al fragmentación – fracking – y a la perforación horizontal) no se encuentra en los Estados Unidos sino en otros países dando como descartado que éstos están empezando a explotar estas reservas sin control alguno e inundarán el mercado.
Otros economistas Norteamericanos añaden que a causa del los bajos precios y de sus pérdidas unos 25 operadores dedicados a la explotación no convencional han suspendido sus actividades y varios hasta han cerrado sus compañías reduciendo la producción del sector.
Por otro lado en el extremo optimista varios comentaristas petroleros llaman la atención a la previsión de la Agencia Internacional de Energía (IEA) que indica que la demanda de hidrocarburos que en el año 2015 se estima alcanzará los 910.000 barriles diarios (bpd) subirá a 1,130,000 bpd en el 2016.
También hacen hincapié sobre el hecho que al bajar el costo de la gasolina y los costos energéticos la economía norteamericana ha mejorado y las proyecciones para este año indican un crecimiento sostenido hasta por lo menos diciembre.
Finalmente advierten que los precios podrían sufrir alzas inesperadas en caso de una expansión del la guerra civil en Siria y/o otros conflictos en el Medio Oriente y regiones limítrofes.
Tomando en cuenta esto y otros factores tanto positivos como negativos, lo más probable es que los precios petroleros subirán lentamente hasta posiblemente alcanzar los $80 por barril hacia finales de año y estabilizarse en el rango entre $70 y $80 que resultarían escasamente suficientes para cubrir las necesidades de la mayoría de los países productores incluyendo a Venezuela.
Con este panorama es evidente que nuestro país tiene que mejorar sensiblemente su infraestructura petrolera y bajar el costo de producción hasta arrojar un claro margen de ganancia y por otro lado ir planificando el sector gasífero para futura explotación como complemento a las entradas del petróleo.
