Del viernes negro al viernes rojo por Francisco Ibarra Bravo - Runrun
Del viernes negro al viernes rojo por Francisco Ibarra Bravo

Devaluaron. La verdad es que esta devaluación la habría podido predecir hasta Adriana Azzi. No era difícil saber que la situación era insostenible y que se debía ajustar la moneda. El debate no era de si iban a devaluar o cuanto sería la devaluación. El debate se centró en cuando lo iban a hacer. Al parecer la necesidad económica se impuso. Por más que el dúo dinámico de la política económica venezolana trató de dorar la píldora en la rueda de prensa, no pudieron evitar que los venezolanos se sientan hoy más pobres y algunos quizás hasta engañados. La rueda de prensa siguió al anuncio de que la inflación de enero fue 3,3%. Le llovió sobre mojado al salario del venezolano.

No llegamos por 10 días a celebrar los treinta años exactos del magno evento. Aquel 18 de febrero de 1983 sorprendió al país y sería el preludio de 30 años de catástrofe económica. Nadie pensó en aquel momento el camino que tomaría el país. Ni los más pesimistas auguraron que Venezuela continuaría rodando la cuesta por 30 años. Lo peor no es eso, lo peor es que todavía falta. Desde aquel momento y como en la película del Día de la Marmota protagonizada por Bill Murray, el país ha estado sometido vivir la misma experiencia una y otra vez. La secuencia es la siguiente: en primer lugar se inicia con un tipo de cambio abiertamente sobrevaluado. En esta etapa la inflación interna se acelera, la política económica es un desastre y se van gestando las condiciones para que el ajuste sea ineludible. La segunda fase es la negación: acá no devalúa ni Dios, estamos blindados, no vamos a devaluar, etc. En esta fase siempre hay que mandar a cuanto pelmazo se tenga a mano para que repita el mensaje. En la última sobraron: desde ministros pasando por directores del BCV, hasta los muy informados diputados chavistas. Algunos incluso pueden haber sido engañados, por eso les podemos decir pelmazos con todas las de la ley. La siguiente fase es la de los rumores. En esta fase todo el mundo sabe que la devaluación va a llegar. Todos los analistas lucen inteligentes, eso sí, no les pregunten cuantas veces dijeron que devaluarían y no ocurrió. La fase final llega cuando no queda otra cosa por hacer que devaluar. Es el momento en que la realidad económica nos muerde la pantorrilla. Una y otra vez en los pasados 30 años se nos ha sometido a este tipo de situación y una y otra vez se consigue quienes actúen los roles. La vacante de pelmazos cada día es más fácil de llenar, algunos cuentan con muchos años de experiencia.

El dólar pasó de Bs 4,3 a Bs 6,3. Esto es una devaluación de poco menos de 47%. El anuncio lo dieron en una rueda de prensa Giordani y Merentes. La rueda de prensa ocurrió luego de que nos dijesen que la inflación en el mes de enero fue de 3,3%. Ha sido un viernes trágico para los venezolanos. Ha sido el momento que nos habíamos negado a aceptar pero llegó. Con esta devaluación hay un claro ganador. Algunos dirán que Giordani se le impuso a Merentes. La realidad es que el verdadero ganador es Ramírez. Yo estoy convencido de que esto lo había negociado hace más de un año cuando PDVSA cerró aquel pagaré con el BCV. Después de todo ¿para que hay un tonto en la clase sino es para aprovecharse? La devaluación permitirá que el fisco nacional y PDVSA mejoren sus maltrechas cuentas. Ayudará a contener y reducir las importaciones y otras partidas de la cuenta corriente que mostraban una tendencia insostenible. El resto todos lo sabemos: mayor inflación y contracción económica. Las devaluaciones de este calibre han estado históricamente asociadas a contracciones económicas. A pesar de que la mayoría apuntaba a que este año habría crecimiento, soy de los que cree que habrá contracción. Ya se verá, y gran parte de ello dependerá si se genera un mecanismo de entrega de divisas alternativo. El anuncio lució incompleto. Eliminar SITME y dejar todo en manos de CADIVI 2.0, no luce como una alternativa que pueda contener los demonios que corren sueltos por la economía venezolana. Algo más tendrán que hacer. Este viernes rojo viene con colita.

Lo peor de todo esto es que con certeza los venezolanos volveremos a experimentar esta situación. La devaluación no corrige los problemas fundamentales que tiene la economía venezolana. Para hacerlo se requeriría poner en práctica una gran cantidad de reformas que ideológicamente no están al alcance del actual equipo de gobierno. La devaluación por lo tanto, solo corre la arruga, le da un respiro a las finanzas de PDVSA y el fisco a costa de darle un palo al ingreso real de los venezolanos. La devaluación era necesaria pero no suficiente para resolver los problemas de la economía venezolana. Del viernes negro al viernes rojo hay treinta años y todavía los venezolanos no hemos entendido que nos pasó y como salir del atolladero en el que estamos.  Aún nos falta todavía un buen trecho por rodar.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10