Maduro y la destrucción del salario mínimo, por Alejandro Grisanti - Runrun
Maduro y la destrucción del salario mínimo, por Alejandro Grisanti

 

La red social Twitter es una herramienta muy poderosa de comunicación, pero al limitar las respuestas a 280 caracteres, reduce el debate, descontextualiza opiniones y estimula uno de los 7 pecados capitales: la ira.

Desde hace ya unas semanas vengo manteniendo la necesidad de un fuerte incremento al salario mínimo “que el incremento de un salario mínimo, que no tenía, ni tiene poder de compra, no es inflacionario”.

Para que un incremento tenga sentido es necesario multiplicar el salario mínimo por un número de dos dígitos. En reiteradas ocasiones dije que ese salario mínimo de 52 bolívares soberanos (5.2 millones de bolívares supuestamente fuertes) no podía ser utilizado como referencia para nada, y que para los trabajadores era mejor eliminar toda referencia a ese salario mínimo. En este contexto escribí como parte de las reacciones al Plan Maduro: “El incremento salarial, si bien fue brusco, era necesario. Nuestros trabajadores no podían ganar lo equivalente a menos de un kilo de arroz al mes.” Después de muchas críticas y más insultos, me comprometí a escribir este artículo explicando mi posición.  

A pesar de que la mayoría de los países en el mundo tienen legislaciones que fijan un salario mínimo*, existen diferencias de opinión sobre los costos y beneficios de establecer un salario mínimo. Los partidarios del salario mínimo dicen que este incrementa el poder de compra y mejora el nivel de vida de los trabajadores, reduce la pobreza y mejora la desigualdad. En contraste, quienes se oponen a fijar un salario mínimo dicen que aumenta el desempleo (particularmente entre trabajadores no calificados o sin experiencia) y perjudica a las empresas, porque los salarios mínimos “excesivamente altos” requieren que las empresas eleven los precios de su productos o servicios.

 *Los 11 países que no tienen legislación que fije un salario mínimo son economías muy poco desiguales: Austria, Brunei, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Hong Kong, Islandia, Italia, Noruega, Singapur, Suecia

 

Estas diferencias de opinión se originan en que los modelos de oferta y demanda apuntan a pérdidas de bienestar y empleo que pueden ser ocasionados a partir del salario mínimo. Sin embargo, si el mercado laboral no es perfectamente competitivo, los salarios mínimos pueden aumentar la eficiencia del mercado. Por ejemplo, en un mercado laboral donde los empleadores tengan mayor poder de negociación para establecer salarios (monopsonio), un salario mínimo establecido modestamente por encima de los salarios de equilibrio puede aumentar los salarios, el empleo y la eficiencia económica. En países más pobres y más desiguales se incrementa el poder de negociación de los empleadores y esta es la razón que explica que la mayoría de los países en el mundo posean legislaciones que fijan el salario mínimo.

 

¿Son Bs. S 1.800 equivalentes a 30 dólares?

Para el viernes 17 de agosto, el salario mínimo de los Venezolanos era el equivalente a un poco mas de 30 dólares. En ese momento, Nicolás Maduro tomó a los venezolanos por sorpresa y decretó un salario mínimo de Bs.F 180 millones, Bs.S 1.800 y habló de un tipo de cambio implícito de Bs.F 6 millones, o Bs.S 60. Los anuncios de Maduro no fueron bien recibidos por los venezolanos, y durante el fin de semana, y luego hasta el 22 de agosto, se han cruzado transacciones entre Bs.S 100 (Bs.F 10 millones) y Bs.S 170 (Bs.F 17 millones), lo que equivalía a un salario mínimo de entre USD 10.5 y 18 dólares, perdiendo en tan sólo 5 días entre el 40% y el 65% de su valor en dólares.

Uno de los puntos que mas cuesta entender es el mecanismo de indexación que aparentemente va a utilizar el gobierno para mantener el poder de compra, y fijar precios y salarios. Las primeras, señales no son positivas. El 21 de agosto, se anunció el límite de la demanda de personas naturales a USD 500 por mes y de personas jurídicas a USD 400.000 por mes. El fijar cantidades máximas que los agentes económicos puedan demandar era una señal muy clara que, a pesar de lo anunciado por el presidente Maduro, no habrá un mercado cambiario. Es decir, que las divisas no van a reflejar su precio de mercado y que no se asignaran al mejor postor. En conclusión que el «nuevo, nuevo, nuevo» DICOM será más de lo mismo, transando divisas muy por debajo al precio de mercado.

El 22 de agosto nuestras sospechas fueron comprobadas al salir los resultados de la primera subasta de divisas, luego de las palabras de Nicolás Maduro. A pesar de la fuerte devaluación de los últimos 3 días, donde se han cerrado operaciones entre Bs.S 100/USD y Bs.S 170/USD, el BCV anuncia que el supuesto Petro no se mueve, que un Petro es igual a USD 60 y a Bs.S 3.600, dejando un tipo de cambio DICOM de BsS 60/USD muy por debajo del tipo de cambio de mercado, demostrando de nuevo que el dogmatismo del gobierno no abre espacios para correcciones.

El mismo 22 de agosto se presentó una lista de 25 rubros, algunos con ajustes importantes en sus precios. Pero si estos precios están indexados al Petro, y el Petro no se termina indexando a la devaluación y/o a la inflación, su valor quedará muy rezagado y el sector privado afrontará los mismos problemas.

 

¿Es un salario “excesivamente alto”?

Creo que esta pregunta hay que responderla desde diferentes ángulos. El primero apunta a que en medio de una híper-inflación, y que adicionalmente pareciera que se va a acelerar en el corto plazo, es necesario digerir que lo que puede parecer muy caro hoy, pasa a ser normal en un par de semanas, y termina siendo barato en unos meses. Las primeras señales del gobierno nos indican que va a dejar rezagar de nuevo los mecanismos de indexación, con lo que el incremento salarial decretado el 17 de agosto, se va a pulverizar en manos de los trabajadores y que su poder de compra desafortunadamente va a disminuir muy próximamente.

Un segundo punto es que en lugar de que el nuevo salario mínimo sea “excesivamente alto” lo que estaba ocurriendo es que el salario mínimo anterior era “excesivamente bajo”. El problema es que Nicolás Maduro venía aplicando ajustes muy tardíos y muy por debajo de la inflación y de la devaluación. Cercano a las elecciones del 2012, un salario mínimo cambiado al mercado alternativo, compraba casi USD 300, ese mismo salario llegó a equivaler tan solo USD 1.0 en Junio de 2018 y USD 1.6 en Julio de 2018. El Promedio del salario mínimo en Venezuela desde 1998, hasta 2012 fue de USD 286.3 medidos al dólar del mercado paralelo, y en la “era Maduro” de USD 46.7, utilizando la misma medida. Si lo medimos por poder de compra, eliminando la distorsión que trae la inflación, el salario mínimo promedia casi Bs.S 9.000 casi 5 veces más que el decretado por maduro el viernes 17 de agosto. En Venezuela lo que ha pasado es que Maduro ha destruido el salario mínimo, tanto si lo medimos en dólares como si lo medimos en base a su poder de compra que era en promedio más de 5 veces lo que anunció.

 

Duro golpe al sector privado: El mayor problema viene en el incremento de los impuestos

Después de 5 años de la mayor recesión económica que el continente americano haya conocido en su historia, donde ha desaparecido mas del 60% del producto Interno Bruto. Luego de que el gobierno había utilizado en su léxico diario las palabras nacionalización, expropiación, confiscación. En el momento de la mayor híper-inflación de nuestra historia donde el gobierno intentaba controlar los márgenes de ganancia, nos vienen con unas medidas de austeridad fiscal donde el gobierno pretende traspasar todo el ajuste que debe hacer al sector privado, sin que sean ellos los que hacen algún sacrificio.

Cómo calculamos en el viernes rojo del “Plan Maduro” el gobierno pretende a través del incremento del precio de la gasolina, del incremento del IVA, de la instauración del Impuesto a las Transacciones Financieras y del adelanto del Impuesto sobre la Renta, meterle la mano en el bolsillo de los venezolanos, y sacarle un poco mas de USD 10.000 millones. En un contexto que era particularmente malo para las empresas, el gobierno le pide mayores sacrificios a los venezolanos, sin dar ni una muestra de querer reducir o hacer mas eficiente su gasto, y de reformar el estado. Creo que los analistas, tenemos que centrarnos hoy en este tema, en los problemas que trae el “Paquetazo” que intenta imponer Maduro.

 

Calma y Cordura

Por último quiero recomendar al sector privado que estos no son momentos de tomar grandes decisiones. Que es necesario esperar a que el humo levante para ver con mayor claridad el panorama. Que mientras tanto haga un ejercicio de sensibilidad sobre su estructura de costos. Que antes de vender, tómese el tiempo necesario para establecer su estrategia de precios. Sea agresivo con su esquema de ventas, eliminando el fiado, e intentando migrar a un esquema de prepago/contado. Intensifique la cobertura tanto en bienes durables como en divisas. Aquí lo importante es sobrevivir, y después de tanto nadar, espero que no se ahoguen en la orilla.

 

@agrisanti