La Gran Farsa Socialista por Francisco J. Quevedo
La Gran Farsa Socialista por Francisco J. Quevedo

Socialismo

¿Cómo explica un «Presidente Obrero» que mientras los precios regulados se multiplican siete veces desde 2011, los salarios de los trabajadores apenas se hayan cuadruplicado? ¿Qué puede sentir un trabajador que ganaba Bs. 10.000 y ahora devenga sobre Bs. 47.000 pero gasta más de Bs. 68.000? Y eso si no le compra a bachaqueros, sino que hace su cola para comprar leche y otros alimentos y bienes que no se consigue. ¿De dónde saca la diferencia?

La grafica es elocuente. Mide el aumento exponencial del INPC que depende en más de la mitad en precios regulados (léase, «no bachaqueados»), contra el aumento aritmético, es decir, más pausado, del salario mínimo. Y nótese el asombroso despegue de la inflación bajo el mandato de Nicolás Maduro que hace a Chávez arrugar los ojos. Los precios se han cuadruplicado, «a paso de vencedores», pero los salarios solo aumentaron 248% en «dos años haciendo patria».


InflaciónVsSalarioMínimo

Y si vemos solo el 2016, los salarios han sido aumentados por decreto en 50%, pero los precios se han disparado, no solo a pesar del Decreto de Emergencia Económica, sino por causa de el, hasta en 98%, entre Enero y Mayo. Ahí vamos de nuevo, «a paso de vencedores», ganando solo la mitad del terreno que nos roba la inflación que causa la descontrolada impresión de billetes y que agravan el voraz gasto público y la devaluación de la moneda. El Dicom o Simadi se ha devaluado 145% en lo que va de año. !¿Qué espera el Gobierno que hagan los precios, retroceder ante esta espiral de costos?!

La farsa del «Socialismo Bolivariano» deriva del abismo que existe entre la prédica y la práctica, entre lo que dicen y lo que hacen. Llegaron al poder para combatir la corrupción y nos han convertido en uno de los países más corruptos del mundo, amén de los más violentos, represivos, recesivos y pare de contar. Así mismo, esa prédica del «Presidente Obrero» no se corresponde con la pérdida del 31% del poder adquisitivo de los trabajadores, y ojo, eso es haciendo cola, porque si medimos los precios que se pagan realmente, y no los que mide el Banco Central de Venezuela para calcular el INPC, los venezolanos nos hemos empobrecido «revolucionariamente».

En este decir una cosa y hacer otra pareciera como si el Gobierno hubiera actuado para proteger sus márgenes, cual empresa privada a la que tanto critica, aumentando los salarios por debajo de lo que aumentan sus costos y exige la inflación. ¿Nos mienten, nos explotan salvajemente, la crisis es a propósito, o no saben cómo enfrentarla? La verdad es que cuando recordamos cuentos como aquel de «la iguana» o aquella «lesión pélvica» que terminó con otro embuste como que «a Chávez le inocularon el cáncer», lo primero que se nos viene a la cabeza es desconfiar para acertar.

El cuento de la «guerra económica» no se lo come el pueblo que no come. Ahora, también podríamos decir que todo esto está friamente calculado, ya sea para salir a flote, cual capitalista salvaje, a costa de ese pueblo que termina pagando los platos rotos, o maléficamente, para destruir el «sistema de producción capitalista», como planteaba Karl Marx en «El Manifiesto Comunista», y sustituirlo con esos parapetos socialistas improductivos. Quebrar para expropiar, y expropiar para quebrar.

«Mentira servida en vino y pan de cada día, mentira atrevida, bolero de mi corazón, amarga saliva, sabor a culpa y agonía…» cantaba La Ley, irónicamente. Pero, si no nos mienten, y si sus intenciones no fueran tan malas como parecen, entonces, la verdad terminaría siendo que no tienen la más mínima idea de cómo resolver la inmensa crisis que han creado.

@qppasociados