Inflación de 2015 podría cerrar entre 180 y 300%
Inflación de 2015 podría cerrar entre 180 y 300%

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La política económica que ha llevado adelante el Gobierno nacional ha conducido a una crisis que puede hacer que se cierre el año con récords en inflación y caída del crecimiento económico, sin que aún se pongan sobre la mesa planes para detener esta alza de cifras negativas. A esto debe sumarse la de escasez de productos, lo que ha llevado a economistas venezolanos a proyectar el segundo semestre del año como un período negro, tanto para el consumidor como para el empresariado nacional.

En general, los economistas consultados acerca del panorama vislumbrado para el segundo semestre del 2015 coincidieron en afirmar que el pronóstico es delicado para la nación. La ruta hacia la hiperinflación es un diagnóstico común entre estos e, incluso, algunas cifras apuntan a que podría presentarse una maxi inflación.

La caída de los precios de las materias primas (como el petróleo), el aumento del gasto, así como del endeudamiento, la caída de la producción junto al alza de las importaciones, el irregular control cambiario y la falta de planes son algunos de los factores que han profundizado la actual fisura en la economía venezolana.

Cifras negras

Para Asdrúbal Oliveros, director de la firma Econoalítica y profesor de las universidades Católica Andrés Bello y Central de Venezuela, la inflación cerrará este año en 198%, para dejar muy atrás el récord alcanzado en 1996 (durante el segundo gobierno de Rafael Caldera), de 103,2%. Estima, además, que la caída de activos de la nación se situará por el orden de 8,6%.

En opinión de Oliveros la crisis se extenderá al 2016 cuando, “de continuar las tendencias”, podría darse una inflación superior a 150% y una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 6%. Este cálculo no sería de cifras superiores porque la firma considera que en el primer trimestre del próximo año el Gobierno debería aplicar un nuevo ajuste cambiario.

Más alarmantes son los cálculos que el economista Francisco Faraco apunta para el cierre del año. Afirma que el 2015 cerrará con un índice inflacionario ubicado entre 250 y 300% (número este que se corresponde a la hiperinflación según algunas teorías económicas), a la vez que pronostica una caída de la economía de 12%, aún superior a las proyecciones del Fondo Monetario Internacional que la proyecta en 8% para Venezuela en su informe anual para Las Américas, en la región sólo Venezuela y Argentina (con 1% de caída del PIB) mostrarían resultados negativos.

Faraco destaca que el período 2015 cerrará con un déficit en la balanza de pagos que se debe ubicar entre 5 mil y 7 mil millones de dólares.

Y desde sectores relacionados al proyecto revolucionario que impulsa la actual administración la perspectiva tampoco es adelantadora. En tal sentido, el economista, director de investigaciones de Marea Socialista y articulista de la página web Aporrea, Carlos Carcione, también ofrece cifras parecidas a los otros analistas del área. Afirma que la inflación debería cerrar en 180% y no descarta que en el 2016 se llegue a la hiperinflación.

Panorama desesperanzado

Al lado de las cifras mostradas, los economistas consultados no guardan mayores esperanzas en que el Gobierno le dé un giro a la realidad del país y advierten que la crisis económica se profundizará aún más y que hasta se puedan romper los topes en cifras que se han registrado este año o que se originen al cierre.

Oliveros asevera que no hay actualmente elementos que lleven a pensar que puede cambiar la situación graficada por las proyecciones. “Incluso si se hacen ajustes no va a cambiar la situación en demasía”, subraya Oliveros.
Para el director de Ecoanalítica, “por el training, el Gobierno tratará de surfear la crisis exacerbando el discurso político, la ‘guerra económica’ y el tema de la Guyana Esequiba (…) El deterioro es profundo, aumenta la escasez y disminuyen las divisas”.

Sobre el tema de la hiperinflación prefiere ser comedido y explica que es un tópico complicado. Considera que la hiperinflación trastoca todo el sistema de un país, en el que el área financiera sólo sobrevive, sin posibilidades de mayor expansión, mientras a la mayoría de los consumidores sólo les alcanzarían los recursos para comer. “Ojalá no lleguemos a estos desequilibrios”, agrega.

Para Faraco, “actualmente atravesamos la crisis económica más importante de la historia del país. El pasado es deprimente, el presente insufrible y el futuro tenebroso”, resumió el economista sobre los acontecimientos en la nación.

Descarta que esta situación sea similar a la suscitada en la economía venezolana de 1989 (Carlos Andrés Pérez, segundo gobierno) y en 1996 (Caldera, segúndo gobierno) cuando se registraron los dos topes históricos de inflación. Refiere que en esas ocasiones los picos contaron con ajustes cambiarios como elementos disparadores. Hoy existe un control sobre las divisas, pero, a juicio del analista, reina un descontrol generalizado en el manejo del país.

La opinión del director de investigaciones de Marea Socialista sigue este mismo rumbo y, además de subrayar lo complicada que está la realidad venezolana, gira su mirada hacia el proceso electoral parlamentario que se avecina y lanza una sentencia desafiante: “Por la situación electoral no se tomarán acciones, pero lo que me preocupa es el día post elecciones”.

Carcione observa que el rentismo exacerbado y la inexistencia de planes para reactivar el aparato productivo producen una combinación de factores que sólo acentúa el fracaso económico.

Asegura que solicitar aumentos, tal como lo propuso recientemente el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, es una estafa porque no ofrecería solución alguna al verdadero problema del trabajador venezolano.

Consumidores contra la pared

Ante la escalada de los precios en todos los rubros de la economía nacional y con la espada de Damocles de la posible continuidad de tales alzas, el cliente final, el consumidor, es quien puede verse más afectado.

Esta idea la esboza el presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), Roberto León Parilli, quien estima que los elevados niveles de inflación ya alcanzaron la escala de hiperinflación en las calles de Venezuela, aunque oficialmente no esté decretada por los índices que llevan los economistas.

Carcione refuerza la visión de León Parilli sobre la afección generalizada al consumidor. “El único precio de la economía que está realmente congelado es el salario”, y acota que los precios están signados por una relación entre el costo del dólar Simadi y el paralelo.

Asevera que se deben aplicar regulaciones para que el salario pueda cubrir en primer orden la cesta alimentaria y luego sirva para adquirir la cesta básica.

Al respecto, León Parilli señala que esos índices de 150 ó 180% de inflación general corresponden a una estimación global, pero advierte que en rubros como los relacionados al sector automotriz, la tecnología o vestido, ya el 200 o 300% de incremento de precios fue alcanzado y rebasado.

Para el presidente de Anauco, el sector de la telefonía móvil celular es otro ejemplo de cómo se han disparado los precios. Recuerda que a final del año 2014 un dispositivo de nueva data podía costar hasta 80 mil bolívares, pero ahora los precios sobrepasan los 400 mil bolívares por un teléfono recién salido al mercado. “Éramos el país con mejor penetración de telefonía y ahora es imposible comprar uno”, resalta.

“Cada día renunciamos a algo”

Parilli alerta que el aumento de inflación no viene sólo en el paquete anticonsumidor que se observa en el país. El directivo de la Alianza apunta que la escasez de productos y la disminución de la capacidad de compra son otros martillos que golpean a los venezolanos.

“Actualmente no hay capacidad para pagar, tampoco hay estabilidad de precios”, destaca Parilli, quien añade que tampoco existe diversidad de productos ni seguridad alimenticia.

“Cada día debemos renunciar a algo”, aduce el presidente de Anauco. “Por ejemplo la gente podía viajar continuamente a cualquier sitio interno o al exterior en todos los sectores de la población, pero ahora es demasiado complicado hacerlo y para el exterior demasiado costoso (…) Igual ya no se puede comer en la calle porque los precios están muy altos, por lo que tenemos que dejar de hacer cosas para poder rendir el dinero”.

Apunta que todos los sectores económicos toman como referencia montos paralelos del dólar para su mercancía “y se hace imposible adquirirlos”.

“Ahorita viene la época escolar, esas compras se verán afectadas por esta escalada de precios”, subraya. A Parilli le parece paradójico que en una nación donde el Gobierno se llama socialista, anticapitalista y antigobierno. estadounidense la dependencia del dólar sea tan enorme.

“No hay producción y los tres tipos de control de cambio de las divisas no aplican, entonces el importar se hace más rentable que producir, pero esto afecta a los empleos y los precios”, remarca.