Como el personaje central de la novela del inmortal Rómulo Gallegos que se dice reflejaba su visión de una Venezuela aprovechada por tantos, la tan cacareada patria está siendo violada y parece sufrir la peor estafa política de su historia y el mayor desfalco a sus arcas, a la par de la destrucción de su economía.
Desde los escándalos del “Plan Bolivar 2000” y el CAEZ a inicios del primer gobierno de Chávez, se han tapareado las aberraciones cometidas en contra de la Nación. Pero ahora, las pruebas parecen traspasar nuestras fronteras y desenmarañan el tapón que se le ha montado a toda denuncia interna. Se llevaron US$ 20,000 millones de Cadivi, gritó el ex-Ministro de Planificación, sin que se iniciara investigación alguna. Sin embargo, con el escándalo del HSBC en Suiza y las intervenciones del Banco de Andorra y Banco Peravia en República Dominicana que repercuten en el Banco de Madrid, parecen haberse encontrado al menos US$ 4,300 millones de estos, presuntamente saqueados de PDVSA y las arcas del Estado venezolano. ¿Se destaparán más ollas? ¿Y caerá algún corrupto, o habrá algún solo otro “chinito de Recadi”?
Dirá la historia que mientras unos colocaban el producto de sus fechorías en bancos extranjeros, las multitudes hacían cola para comprar alimentos y medicinas que escaseaban porque quienes estaban llamados a administrar la riqueza de la Nación, se dedicaron a saquearla. A la violación de la patria, se sumó la sistemática destrucción de la economía que causó la quiebra de 450.000 empresas, según cifras de las cámaras empresariales, una recesión del -7% en el PIB, como proyecta el Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación más alta del mundo que podría rondar ya 10% mensual abriendo el 2015 y una devaluación oficial que promediaría 2.371%, todo lo cual disparó las estadísticas de pobreza, de acuerdo a los propios informes oficiales que seguramente causaron la destitución de su Presidente del INE, más no del otro.
Si contemplamos todo dentro de un contexto de asesinatos y ajusticiamientos citados por la prensa nacional, las miles de detenciones y cientos de torturas, como indican las ONG’s internacionales, y si sumamos la incógnita sobre la muerte de Chávez, para preguntarnos si en efecto estaba el Presidente vivo y en capacidad de firmar los actos que firmó entre aquel 8 de Diciembre, cuando partió a Cuba, y el 5 de Marzo, cuando nos dicen que falleció, incluyendo la designación del Vice-Presidente Ejecutivo que lo relevó, no puede sino concluirse que Venezuela está cubierta por un velo de opacidad e inmersa en un caos moral, institucional, económico y político sin precedentes.
Y desde afuera vienen las sanciones y los fallos. Venezuela es obligada a pagar, una y otra vez, por culpa de la ineptitud y el fanatismo. Pero entre saqueos y estafas, se le lanza un pote de humo a la cara al pueblo, una batalla imaginaria ante un enemigo conveniente frente a las sanciones personales a siete, o hasta 70, presuntos implicados en el peor caos de la historia reciente, acciones personalísimas que son vendidas como una agresión a la patria.
Marcha atrás y contra la historia, a esta “Doña Bárbara” le salió su “Don Quijote”, y como que Sancho viene atrás.