El atentado denunciado por el gobierno deja en evidencia las debilidades del régimen chavista y también de la oposición
El atentado denunciado por el gobierno deja en evidencia las debilidades del régimen chavista y también de la oposición

EL SUPUESTO ATENTADO CON DRONES sufrido por el presidente Nicolás Maduro el sábado 4 de agosto en la avenida Bolívar de Caracas, marca un punto de inflexión en la crisis política venezolana. Los profesores Carmen Beatriz Fernández, Luis Salamanca y Carlos Raúl Hernández analizan las repercusiones de este hecho y el impacto que puede tener en la lucha por el poder en el país:

Camino bloqueado

“En las pasadas elecciones de octubre (regionales), buena parte del electorado se convenció de que no había salida por vía electoral. Eso se reforzó con el proceso presidencial del 20 de mayo. El dilema de participar o no en elecciones no es banal, los sistemas políticos tratan de incorporar a la mayor parte de la población y líderes políticos para que tengan la certeza de que ellos caben. Cuando pasa lo contrario, empiezan los problemas”, advierte Fernández, directora de la firma de consultoría política DataStrategia.

La experta señala que el supuesto atentado deja en evidencia que “existen personas convencidas de que no hay salidas pacíficas a la tragedia que vive Venezuela. Buena parte de la sociedad siente que ‘no cabe’ y, entonces, su opción de participación está por fuera del sistema y los radicalismos toman protagonismo. La sociedad venezolana trató de incluir a los radicales en el pasado, a diferencia de Colombia”.

Con respecto a la discusión sobre la veracidad del hecho, Fernández recuerda que durante estos 19 años de revolución bolivariana, primero con el difunto comandante Hugo Chávez y ahora con Maduro, se han denunciado decenas de intentos de magnicidio. “Si ha habido tantos, qué hace a este atentado distinto. Lo hace distinto que esta vez es verdad, pero sufren de una pérdida de credibilidad nacional e internacional. El tema de la falta de credibilidad está presente en este debate”.

La directora de DataStrategia resalta que el supuesto atentado desnudó las “vulnerabilidades” de la seguridad presidencial y el carácter “poco pretoriano” de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), con la imagen de la estampida de los militares en plan “sálvese quien pueda”.

“Otro punto de discusión que se abre en este momento versa sobre la legitimidad moral del tiranicidio. Un debate filosófico y ético que se ha visto en estas primeras horas. En Venezuela no hay tradición de tiranicidio, pero sí la hay en República Dominicana con el dictador Rafael Leonidas Trujillo y en otros países. Estamos viendo gente que en el medio de su desesperación percibe que no existen salidas distintas a la violencia, eso es lo que hace este episodio tan peligroso e impredecible. Los problemas serios comienzan cuando tú extingues las salidas pacíficas y electorales”, concluye Fernández.

Oposición militar

Aclarando que aún no se ha podido determinar la posible participación de miembros de la FANB o de cuerpos de seguridad del Estado en el supuesto atentado, Salamanca destaca la irrupción de una “oposición militar” contra Maduro. “Hay un malestar en la FANB que muestra que algo está pasando allí. La mayor preocupación de Maduro es la FANB”, afirma el politólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

El académico sostiene que lo ocurrido es producto del “plan de asalto definitivo al poder con Maduro diciendo que no sale ni con votos ni con balas. Andar por un camino anticonstitucional genera riesgos, tendrá que lidiar con una oposición militar”.

“Hay la sensación de que algo real pasó allí. Esa ‘verdad’ no la vamos a poder conocer mientras no haya una investigación independiente y será utilizada por el régimen para sus fines políticos. El escalamiento no se detiene allí y ahora viene la réplica del gobierno, que responderá al nivel del intento fracasado, con acciones muy duras y represivas contra la oposición y la Asamblea Nacional”, apunta Salamanca.

El investigador de la UCV se detiene en los efectos de este hecho sobre la oposición venezolana. Parte de la premisa de que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) “ya no es el motor de los cambios políticos”.

“La MUD quedó sin respuesta después del 20 de mayo y está siendo puesta a un lado por otros actores. Le sale una corriente alterna que no se identifica con la oposición y busca el cambio a su manera. ¿Quién dirigiría el país en caso de que un intento de ese tipo fructifique? No hay sujeto político organizado coherente que puede conducir una transición abrupta. ¿Con quien se manejaría el país ante un escenario de ese tipo?”, interroga.

Salamanca opina que el supuesto atentado es el último eslabón de “una larga cadena de hechos de debilitamiento de Maduro”, cuya gobernabilidad pone en entredicho debido a la profundización de la crisis económica, el aumento de la protesta social y la erosión de su legitimidad y base de sustentación.

“Después del 20 de mayo hay para la revolución y la oposición una etapa marcada por el fin de la democracia. Estamos en una dictadura que puede ir a más. La revolución ya sabe claramente que se acabó ‘lo fácil’, no tiene dinero ni liderazgo, y el país ha colapsado. Los actores políticos estén metidos en una situación muy riesgosa”, concluye.

Autogol

“Cuando ya es muy difícil para mí dudar que se atentó contra la vida de Maduro, el caso dron sirve para construir modelos de lo que no se debe hacer. Una acción terrorista masiva, una masacre en la tribuna, y un estado interno de caos en el país, revela niveles de imbecilidad desconocidos en la política venezolana”, atiza Hernández.

El sociólogo se pregunta: “De morir ese día un centenar de personas entre políticos y militares, ¿hubiera caído el poder en manos de los atolondrados, como aspiran quienes asumieron autorías y/o conocimiento previo del asunto? ¿O habría una especie de Guerra Federal, un desencadenamiento arrollador de violencia?”.

“En situaciones homólogas se producen oleadas de asesinatos, violaciones, saqueos, incendios, pases de facturas, invasión de hogares por las turbas. El poder hubiera quedado en manos militares, pero también en bandas de delincuentes, el narcotráfico, y no es que los uniformados hubieran buscado para entregarle los mandos, precisamente, a quienes llevan 20 años denigrándolos”, comenta el articulista.

El también sociólogo de la UCV indica que “el gobierno aprovecha para reprimir y su primera reacción es acusar a todo lo que se mueve: la oposición, que son mil cosas distintas, la oligarquía colombiana, el expresidente Juan Manuel Santos, los norteamericanos. Acusa sin pruebas a los diputados Julio Borges y Juan Requesens, allana ilegalmente sus inmunidades parlamentarias y se esperan más atropellos”.

“Un acontecimiento que la torpeza del gobierno tornó dudoso, lo aclaran unos impresentables que suscriben desde Miami y Bogotá”, fustiga Hernández, quien concluye que “nuevamente sus contrarios le abren a Maduro el camino del éxito que le permite recuperar la iniciativa política y fortalecerse en el chavismo, mientras la comunidad internacional está en el incómodo predicamento de no condenar un acto terrorista”.

@pppenaloza