La policía comenzó a tomar declaración a los casi 600 residentes del albergue La gran familia, donde afirman que sufrían abusos sexuales, palizas, hambre e inmundicia.Su dueña, Rosa Verduzco, fue arrestada
La Fiscalía mexicana anunció este miércoles que las primeras declaraciones de doce de los cerca de 500 menores rescatados el martes de un albergue en Michoacán confirmaron las denuncias sobre abusos sexuales, maltratos físicos y psicológicos que supuestamente sufrieron en el centro.
En una rueda de prensa en la capital mexicana, el titular de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo, afirmó que dichos testimonios y las condiciones del lugar muestran «hoy con más contundencia que ayer» las conductas delictivas.
Murillo dijo estar muy sorprendido por las condiciones «inhumanas» encontradas en el albergue. La gran familia era un lugar que «contaba con prestigio» y que recibió ayuda tanto del Gobierno federal como estatal, así como de organizaciones internacionales.
A su lado, el titular de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República, Tomás Zerón, narró algunos de los testimonios de las personas rescatadas el martes durante un registro en el albergue situado en la ciudad de Zamora.
Una de las víctimas dijo haber sido sometida a maltratos físicos y psicológicos, además de que fue obligada por un hombre a hacerle sexo oral, bajo la amenaza de matarlo o de vender sus órganos.
Otra dijo que recibía golpes en el rostro, era obligada por un sujeto a tener sexo oral y encerrada por tiempos prolongados en un cuarto muy pequeño que le llamaban «El Pinocho», sin comida ni agua «a manera de castigo».
Una joven también narró que era sometida a abuso físico con una manguera y denunció que un trabajador del albergue la obligaba a realizar actos sexuales, mientras que otra dijo que «fue abusada sexualmente por uno de los administradores, de modo que se quedó embarazada, luego fue golpeada por este mismo sujeto para provocarle un aborto, golpeándola en el vientre en distintas ocasiones».
Otra víctima contó que fue engañada por la fundadora del internado, Rosa del Carmen Verduzco, conocida como «Mamá Rosa», quien le había ofrecido liberar a su prima, pero cuando llegó al lugar las dos quedaron atrapadas.
«Las declaraciones de las víctimas tienen un peso sustancial en la integración de la averiguación previa», afirmó Murillo, quien recordó que apenas van 12 testimonios y aún les faltan muchos más.
Hay declaraciones de personas abusadas, pero hay otras que salvan la humanidad de quienes se convirtieron en «verdaderos protectores» de los menores, por eso expresan: «Tenemos que ser muy cuidadosos», afirman, tras considerar de «terrible y escandaloso» este asunto.
Las redes sociales también hablaron del caso
Ante la ola de acusaciones contra ‘Mamá Rosa’, salieron a defenderla desde expresidentes de México, hasta escritores de la talla de Elena Poniatowska y León Krauze. Además, un sector de la población de Zamora, donde funcionaba La Gran Familia, ha protagonizado este jueves una marcha de apoyo a ‘Mamá Rosa‘ por su trabajo incansable por los niños.
«La hipocresía del Gobierno no tiene límites. A ‘Mamá Rosa’ se le encarcela por atender a niños que nadie quiere en Zamora», ha manifestado en su cuenta de Twitter la ganadora del Premio Miguel de Cervantes, Elena Poniatowska. «Vivimos el año infamante de los niños a quién nadie quiere, los que viajan solos a Estados Unidos,los que Rosa Verduzco recoge en Zamora», ha criticado.
A su vez el historiador y ensayista mexicano León Krauze, ha salido a defender a capa y espada a ‘Mamá Rosa’. «Hago un respetuoso llamado a las autoridades. Si hay culpables, que se sancionen con apego a la ley. Sin atropello, sin linchamiento. A los críticos de Rosa les pido que ponderen con objetividad la información que vaya saliendo y exijan un juicio apegado a la ley», ha expresado en su cuenta en Twitter.
El apoyo a ‘Mamá Rosa’ ha llegado a las calles de Zamora, donde un sector de la población ha marchado este jueves desde la plaza principal de la ciudad en apoyo a ‘Mamá Rosa’, hasta las puertas de La Gran Familia. Con camisetas y carteles que rezaban ‘yo también soy hijo de Rosa’ cerca de 250 personas expresaron su desacuerdo con las acusaciones de la Policía contra la fundadora del albergue, según informa El Universal.
