Las renuncias de diplomáticos ante las dictaduras de América Latina, por Milos Alcalay
Las renuncias de diplomáticos ante las dictaduras de América Latina, por Milos Alcalay

IsaiasMedina

 
Diplomáticos reconocidos de nuestro Continente han renunciado para protestar contra las dictaduras en sus respectivos países como fue el caso de Allan Wagner del Perú en la época de Fujimori; Otto Boye para rechazar la dictadura de Pinochet; Juan Pablo Lohle, durante la dictadura militar Argentina; Alcibíades Hidalgo, para protestar desde la ONU las violaciones de derechos humanos en Cuba, al igual que otros internacionalistas. En Venezuela, muchos diplomáticos han dejado la carrera diplomática debido a la ideologización de la Casa Amarilla. El caso más reciente fue la renuncia del Ministro Consejero ante la ONU, Isaías Medina, hijo y nieto de personalidades reconocidas en la historia del país, quien soltó una bomba ante la opinión pública al renunciar a sus funciones diplomáticas en Nueva York por las violaciones de lesa humanidad ocasionadas por un régimen que ha dejado un centenar de víctimas por la represión desatada en los últimos días.

Tras su renuncia el Gobierno Bolivariano inicio una campaña de desprestigio contra el funcionario, señalando que “no había renunciado sino que había sido destituido” o que “no cumplía sus funciones diligentemente” y otras mentiras que seguirán divulgando en los próximos días para tratar de ensombrecer la labor de un profesional diplomático que renunció a su cargo y acusó públicamente al gobierno venezolano de violar los derechos humanos, hecho que por lo demás, es absolutamente conocido dentro y fuera de Venezuela. La historia de la descalificación no es nueva.

Entiendo muy bien la reacción del diplomático Venezolano, ya que en el año 2004 ante la radicalización del Gobierno, renuncié a mis funciones como Representante Permanente ante la ONU, por considerar que no podía aceptar el atropello a la Democracia, a la Diplomacia y sobre todo, a los Derechos Humano. Los graves acontecimientos de represión realizados por la GNB el 27 de Febrero del 2004 durante una Cumbre integrada por países del G77 por el simple hecho de que pacíficos manifestantes querían elevar ante los Presidentes alojados en el Caracas Hilton un documento de protesta; luego al día siguiente, vimos la manipulación del entonces Presidente del CNE Jorge Rodríguez, quien postergó fraudulentamente la fecha del referéndum revocatorio facilitando las bochornosas Listas Tascon y Maisanta como parte del Apartheid Venezolano; y finalmente el 29 de Febrero, cuando se iniciaron las ofensas contra Presidentes democráticos de América Latina como Uribe, Fox, Allan García, hecho que con el tiempo se han convertido en una práctica usual (especialmente por el binomio Delcy-Moncada)

Hoy la comunidad internacional y los venezolanos denunciamos a nivel nacional y multilateral la represión militarista, con la secuela de muertos, presos, torturados, desaparecidos, agravados por la corrupción, los gastos generosos para la exportación del fracasado modelo totalitario, y una ineficacia que ha producido la peor crisis humanitaria, política, económica, social y ética que ha sufrido el país en su historia. En momentos próximos a la transición, deberemos reconstruir –tal como hicieron las Cancillerías de las ex Dictaduras- la diplomacia venezolana, que en el pasado era admirada por los países del Mundo, y hoy es vista con preocupación en el planeta entero.

 

@milosalcalay