Una estatua intacta de la Virgen se convierte en un faro de esperanza en Ecuador
FOTOS Terremoto destruyó santuario en Ecuador, pero no imagen de la virgen María

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La tierra se sacudió y tumbó casi toda la torre del campanario. La fachada de la iglesia cedió, por lo que podían verse los bancos y reclinatorios desde la calle.

Pero en medio de los escombros de la basílica, un objeto se mantuvo intacto: Nuestra Señora de Monserrat, la estatua de la Virgen María que le da nombre a la iglesia.

Vestida con ropajes de oro y una pequeña corona, la estatua solo mide cerca de 90 centímetros. Pero la virgen, que viajó a estas costas desde España en el siglo XVI, tiene una gran importancia en la historia de Montecristi.

Sobrevivió a las incursiones de los piratas y se convirtió en un punto de reunión para los católicos cuando un gobierno secular expulsó a los sacerdotes unas generaciones más tarde. Cada noviembre, cientos de miles de peregrinos atraviesan Ecuador para celebrar las festividades en su honor que duran nueve días.

Ahora, después del terremoto de magnitud 7,8 que sacudió al país el pasado fin de semana, la supervivencia de Nuestra Señora de Monserrat se convirtió en un símbolo de la resistencia de esta ciudad.

“Ella es la madre que nos cuidó en este terremoto”, dijo Ángel Toaquiza, el sacerdote encargado de la iglesia. “Y creo que una señal de eso es que ella no sufrió daños ese día”.

Toaquiza dijo que el hecho de que continuara intacta en su lugar era nada menos que un milagro.

Ocho personas de Montecristi se encuentran entre los más de 570 que han muerto en todo el Ecuador desde el terremoto. El sábado en la noche, Gabriela Rocío Mero, una profesora de 36 años, iba a la ciudad de Manta con su hija y su sobrina para comprar útiles escolares pero un edificio se derrumbó y las mató.

Luego de que sus restos fueron enterrados el martes, los vecinos de la iglesia se reunieron para una vigilia nocturna. “Era muy religiosa, muy sincera”, dijo Adriana Palma, una amiga de la infancia.

La vigilia se celebró bajo los escombros de la torre del campanario. Con la iglesia cerrada, el único lugar para la ceremonia era afuera, comentó Palma. Esa noche, el daño de la iglesia parecía pesar sobre las personas casi tanto como las muertes en Montecristi.

La cruz de la torre del campanario solía ser lo primero que la gente veía cuando se acercaban a la ciudad desde la carretera. Incluso los marineros podían divisar a la iglesia blanca contra las montañas cuando llegaban desde el mar.

En tiempos como estos la gente de Montecristi acude a Nuestra Señora de Monserrat en busca de consuelo y orientación. El hecho de que la imagen esté intacta luego del sismo ha capturado la imaginación de toda la ciudad como un signo de esperanza en medio de una semana con pocas buenas noticias.

Una misa al aire libre en Montecristi, Ecuador. El campanario de la basílica de esa ciudad se derrumbó en el terremoto por lo que las autoridades eclesiásticas decidieron que era peligroso realizar las ceremonias en el interior de la iglesia. Credit Meridith Kohut para The New York Times
Dalinda Bravo, de 28 años, recordó que estaba en el templo el sábado por la noche rezando y cantándole canciones a la Virgen María cuando un estruendo resonó por todas partes y las grietas comenzaron a rasgar las paredes. Una estatua de San Pedro cayó y se partió en dos.

“Se sentía como si estuviéramos en una licuadora”, dijo. El padre Toaquiza estaba tomando café en la calle, preparándose para la misa de las 7:30 p.m., cuando comenzaron los temblores.

“Gracias a Dios que no había empezado la misa cuando se cayó el campanario”, dijo. “Ese fue el milagro”. Cuatro días después se reunió con un grupo de unas 200 personas para celebrar una misa al aire libre.

 

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