(CRÓNICA desde Quito) “Al pararme para ver qué sucedía, el apartamento se movía como una gelatina”
Manuel Lira /Quito, Ecuador
Hasta las 7:45 de la noche fue un sábado tranquilo.
Hicimos unas compras en la mañana, fuimos a un cumpleaños que invitaron a Jesús, mi hijo menor de tres años, y luego nos instalamos en la casa para descansar y ver televisión en familia.
Al momento del terremoto veíamos TV los cuatro: Mari, mi esposa, Sebastián, mi hijo de nueve años, Jesús y yo. Sintonizamos el programa de concursos “100 latinos dijeron” por petición de Sebas, porque le encanta el programa. Accedimos todos.
Al comienzo del terremoto sentimos que una puerta del cuarto que da hacia la terraza del apartamento comenzó a moverse fuertemente y los vidrios retumbaban.
Al pararme para ver qué sucedía, el apartamento se movía como una gelatina y les dije a todos: “está temblando”.
Mi esposa es full nerviosa y cargó a Jesús y salió corriendo hacia la calle por las escaleras con los dos niños, yo los seguí y me percaté que estaba en medias sin zapatos y me devolví a buscar mi celular y ponerme unos zapatos.
En la urbanización donde vivo al norte de Quito nadie salió a las calles solo nosotros. Tras pasar el terremoto subimos al apartamento, vivimos en un piso uno y enseguida comencé a revisar las redes sociales y los canales locales.
El primer reporte que vi del instituto geofísico, que es como decir funvisis en Venezuela, era de 6.5 grados y luego confirmaron el terremoto de 7.8 en la escala de Richter.
Lo más impresionante fue el tiempo que duró temblando. Casi un minuto, precisamente 50 segundos pero muy fuerte.
Desde septiembre que estoy en Ecuador he sentido tres temblores, el primero fue el primero de enero y fue leve. El segundo en marzo, estaba en el trabajo y los escritorios se movían de un lado a otro, duró alrededor de 8 segundos y el epicentro fue cerca del periódico donde laboro en el norte de Quito. Y el de ayer sin duda alguna el más impresionante que me ha tocado vivir.
Facebook me ayudó con su aplicación para hacerle saber a familiares y amigos que estábamos bien, pero las llamadas y mensajes no tardaron en llegar.
Como se esperaban replicas fuertes, pusimos los colchones en el piso y dormimos los cuatro juntos en el cuarto principal. Al momento de apagar el televisor iban 41 muertos confirmados en las zonas más afectadas en Manabí, Portoviejo, Guayaquil y Pedernales.
Al despertarme ya habían confirmado 71 fallecidos y 121 replicas una de ellas de 6.1 a las 2 de la mañana. Al momento de escribir estas líneas van confirmados 233 muertos tras el terremoto de ayer en Ecuador.