De nuevo a negociar con Colombia: historia de un diferendo dormido
De nuevo a negociar con Colombia: historia de un diferendo dormido

MAHolguín

 

La canciller colombiana María Ángela Holguín se pronunció este fin de semana frente al decreto emitido por Venezuela el pasado 26 de mayo, en el que establece de manera unilateral las fronteras marítimas con Colombia en el área del golfo de Venezuela y traza, en zonas reclamadas por Colombia, una línea sobre la cual tendría jurisdicción la Zona de Defensa Marítima e Insular Occidental venezolana (Zodimain). La ministra de relaciones exteriores indicó que para el gobierno colombiano dicho decreto va en contra del derecho internacional, debido a que establece límites en zonas que aún están en diferendo entre ambos países.

Las delimitaciones marítimas establecidas en la Zodimain Occidental comprenden aguas del Golfo de Venezuela o golfo de Coquibacoa, en el área de la Guajira, una zona por la cual Venezuela y Colombia enfrentan hace años un diferendo por límites marítimos.

En tal decreto, el Estado venezolano «reconoce la existencia de áreas marítimas pendientes por delimitar» y que a su juicio «requieren ser atendidas por el Estado venezolano hasta tanto se logre una demarcación definitiva de manera amistosa».

 

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Mapa: El Espectador

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado colombiano, el senador del Partido de la U Jimmy Chamorro, pidió agotar las instancias diplomáticas para resolver el incidente.

«Desde la comisión de Relaciones exteriores del Senado rechazamos contundentemente este accionar arbitrario, irresponsable (de Venezela)», dijo Chamorro a radio Caracol.

Por su parte, el senador y ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, indicó que este nuevo de decreto lo que busca es «ocultar la crisis de Venezuela» y sirve para despertar un sentimiento anti colombiano en vísperas electorales». Hizo un llamado para que esta «desorientación no se permita ni en Venezuela ni en Colombia».

 

Los antecedentes del diferendo con Venezuela se pueden remontar a 1830, con la separación de la Capitanía General de Venezuela de la Gran Colombia, y al laudo español de 1891 y el suizo de 1916. La historia es larga y son múltiples los incidentes y tensiones que se han despertado entre las partes en la zona del golfo de Venezuela. Muchos argumentos históricos, jurídicos y económicos han impedido un acuerdo final sobre los límites marítimos, en una zona estratégica por la salida al mar Caribe y por sus recursos energéticos.

Para Venezuela la zona es vital, no sólo por la cantidad de petróleo, sino porque permite la conexión de regiones venezolanas con el mar Caribe, siendo un lazo para el desarrollo interno de estados venezolanos como Zulia, Mérida y Trujillo. Además es la entrada y salida necesaria del lago de Maracaibo, una importante área económica con yacimientos y refinerías.

Las fronteras terrestres entre Colombia y Venezuela fueron pactadas en 1941, cuando se firmó un tratado entre los presidentes Eleazar López Contreras y Eduardo Santos. A partir de entonces Colombia posee 50 km lineales de costa sobre el golfo de Venezuela y los restantes 500 kilómetros son costas venezolanas. El tratado no definió, sin embargo, la delimitación de las áreas marinas y submarinas.

Apenas después de la primera Conferencia del Mar, en 1958, en la que se firmaron las cuatro convenciones de Ginebra sobre el derecho del mar, empezaron las negociaciones en las que Colombia defendió la demarcación de una línea media, a diferencia de Venezuela. En 1969 empezaron diálogos entre ambos estados, pero fracasaron en 1973, cuando el canciller Alfredo Vázquez Carrizosa decidió eliminar la comisión negociadora colombiana e iniciar una nueva negociación directa, que también fracasó en 1974.

Luego subió al poder el presidente Alfonso López Michelsen y simultáneamente, en Venezuela, Carlos Andrés Pérez. Con dos presidentes que tenían afinidades personales, políticas e ideológicas, parecía factible retomar las negociaciones. Entre 1974 y 1978 se logró un acuerdo que Pérez puso a consideración del Copei, el principal partido de oposición en Venezuela, que lo descalificó y acabó, nuevamente, con la promesa de un acuerdo bilateral.

Una nueva fase de negociaciones se inició en 1979, con Julio César Turbay como presidente de Colombia. Se acordó con el presidente venezolano Luis Herrera Campins crear una comisión de alto nivel para solucionar la disputa de una vez por todas. Venezuela designó como jefe de la comisión al reconocido jurista Gustavo Planchard y por Colombia presidía Julio Londoño, quien había participado en las negociaciones desde 1969 y seguiría participando en los posteriores intentos de negociación. Las partes llegaron a la famosa hipótesis de Caraballeda, una línea que marcaría la división marítima entre los estados y que se incluiría en un acuerdo más grande dividido en cuatro partes: primero, la delimitación marítima; segundo, el cierre del golfo; tercero, la exploración conjunta, y cuarto, acuerdos sobre el suministro del petróleo.

Este acuerdo, que había sido socializado por las comisiones negociadoras en sus respectivos países con fuentes del alto gobierno, también fracasó cuando en Venezuela se conoció que la información compartida era parcializada. Las Fuerzas Armadas venezolanas estuvieron a punto de dar un golpe militar a Herrera Campins. Así se frustró la negociación en abril de 1981.

Después de este fracaso vinieron unos cuantos más. Durante el gobierno de Virgilio Barco se restablecieron negociaciones después del incidente generado con la corbeta Caldas, que el 9 de agosto de 1987 navegó por aguas que Venezuela consideraba suyas. Las negociaciones empezaron pero se volvieron crónicas, no avanzaron, aunque tampoco se rompieron formalmente. Más recientemente, en 2007 y 2009, se hicieron intentos de negociación y Venezuela hizo nuevas propuestas, que tampoco arrojaron resultado alguno.

 

*Con información de El Espectador