Más de 60 muertos y 300 damnificados por avalancha en Colombia

Al menos 61 personas han muerto en el municipio de Salgar, Antioquia (al noroeste de Colombia), debido al desbordamiento de la quebrada Liboriana como consecuencia del fuerte aguacero que se registró en la madrugada del lunes, según el último reporte del Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres de Antioquia. “En total se tienen registradas 333 personas damnificadas, de las cuales 116 son menores de edad. Los afectados, están siendo ubicados en albergues temporales”, dice un comunicado divulgado a las siete de la noche, hora local.
Unidades de rescate de varios municipios cercanos, así como de la dirección de Atención de Desastres de Antioquia, fueron enviadas para socorrer a las víctimas, en su mayoría del caserío La Margarita y en los barrios Las Peñitas y el sector Los Mangos, de Salgar, donde ha sido mayor el impacto de la avalancha.
Algunos de los heridos han sido trasladados al vecino municipio de Ciudad Bolívar, mientras que Santos anunció que el director la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez, estará al frente de la emergencia. “Afectados recibirán todo nuestro apoyo”, escribió el mandatario en Twitter.
Cesar Urueña, jefe de socorro nacional de la Cruz Roja Colombiana, dijo el martes a The Associated Press que, además de los más de 60 muertos, hay 37 heridos y unos 330 damnificados. “Estamos haciendo un barrido y recorriendo a pie casa por casa y verificando presencialmente qué reporte final hay de personas desaparecidas”, explicó.
Salgar se encuentra a 97 kilómetros de Medellín, tiene 18.000 habitantes y permanece sin agua, porque la avalancha se llevó parte de las conexiones del acueducto. Tampoco hay gas ni energía, servicios que han sido suspendidos como medida de precaución. Liliana Parra, habitante de Salgar y directora de la Fundación Orus, narró a Blu Radio que “la gente está colapsada, hay muchas prevenciones. No se sabe que se pueda replicar o algo”.
Héctor Henao, un agricultor de 53 años, le contó a AP que perdió a su hijo de 20 años, a su nuera de 15 y a su nieta de sólo dos meses.
“Perdí más de media vida. Yo hubiera querido ser el muerto, pero Dios lo quiso así”, comentó Henao, quien observó que el sector donde fallecieron sus tres familiares fue uno de los más afectado por el deslave. Allí hubo 28 muertos y, según Henao, debe haber más cadáveres en el lodo.
El momento de la avalancha “es algo que no se imagina nadie, es algo indescriptible. Cuando yo sentí el traquido (ruido) parecía el fin del mundo. Cuando logré abrir la puerta, el agua estaba casi encima de la casa. Entonces nos logramos volar por la parte de atrás, por una barranca”, recordó Henao.
Su hijo, su nuera y su nieta no estaban con él y por eso murieron. Sus otras dos hijas no viven en Salgar y casi todos sus amigos perdieron la vida.
Santos sobrevoló la zona del desastre y explicó que declaró la situación de “calamidad pública” para poder utilizar de inmediato todos los recursos necesarios. El Gobierno indemnizará con cerca de 6.500 dólares por muerte y gastos funerarios a cada una de las víctimas y brindará ayuda humanitaria a los sobrevivientes. La cifra de 61 muertos, que serán trasladados a Medellín para su plena identificación, puede aumentar, ya que continúa la búsqueda de numerosos desaparecidos. Las autoridades ambientales confirmaron que las lluvias continuarán en la zona de la tragedia.
Esta es la segunda tragedia que vive Colombia en menos de una semana. El pasado jueves, 15 mineros quedaron atrapados en una mina de oro artesanal en Caldas, centro del país, cuando el agua de un río entró en la mina. La emergencia se produjo tras un fallo en el sistema de energía eléctrica que impidió que las motobombas sacaran el agua del río que permanentemente se filtra a la mina. Por el momento, los equipos de rescate han localizado cinco cuerpos.
La tragedia de Salgar -265 kilómetros al noroeste de Bogotá- podría convertirse en el incidente con más víctimas fatales desde 1999, cuando un terremoto causó más de 1.000 muertos en la ciudad de Armenia. Una oleada de inundaciones durante la temporada de lluvias de 2011 cobró más de 100 vidas.