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El Megafono

DDHH olvidados | “Se tiene que condenar al responsable de este crimen”

Valeria Pedicini
Hace 4 años

Era 15 de junio de 2017 y los manifestantes habían salido a las calles a mostrar su rechazo al gobierno de Nicolás Maduro. En Maracaibo, estado Zulia, un grupo de estudiantes de la Universidad Rafael Belloso Chacín (Urbe) se concentró en el semáforo de la avenida Guajira con la prolongación C2 para cerrar la calle con barricadas. Entre ellos, estaba Luis Vera. 

Todo transcurría con normalidad durante la mañana de ese jueves, entre cánticos, banderas y pancartas en casi tres meses de protestas antigubernamentales. Pero la tranquilidad de la manifestación se vio interrumpida por un ruido amenazante que puso a todos en estado de alerta: un vehículo blanco se acercó a ellos de forma estrepitosa y se llevó por delante lo que se atravesóq en su camino. 

Los estudiantes corrieron para ponerse a salvo, pero Luis no tuvo tiempo de hacerlo. Fue arrastrado 200 metros por la camioneta blanca hasta que fue detenida por oficiales de la Policía del Zulia. 

Luis Vera murió instantáneamente. Poco pudieron hacer sus compañeros de clases, testigos y familiares que lo acompañaban en la manifestación. Su cuerpo fue llevado a la morgue de Maracaibo por comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

Durante las manifestaciones de 2017, Runrunes.es contabilizó 157 muertes relacionadas a las protestas. El Foro Penal Venezolano, en un reporte publicado en agosto de ese año, indicó que el número total de arrestos arbitrarios fue de 5341 y hubo al menos 4000 heridos. 

El joven de 20 años era el tercero de cuatro hermanos. Al momento de su fallecimiento, cursaba el segundo semestre de Contaduría Pública en UBBE. 

Se conoció que el conductor del carro era un comerciante llamado Darwin Rubio. Fue iniciada una demanda judicial en su contra, pero los resultados fueron desaprobados y repudiados por los familiares del joven, dado la cantidad de maniobras e incongruencias puestas bajo sospecha por abogados y defensores de derechos humanos. 

Seis meses después de la muerte de Luis, el 6 de diciembre del mismo año, fue realizada la audiencia preliminar contra Darwin Rubio, quien aparecía en el escrito acusatorio imputado como el autor en la comisión del delito de “homicidio calificado ejecutado por motivo fútil e innoble y alevosía”. 

Todos se llevaron una amarga sorpresa cuando el Juzgado Décimo de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia lo modificó a “homicidio culposo”. La calificación jurídica favoreció a Rubio: fue condenado a cumplir un año y diez meses de prisión. 

La familia de Luis interpuso un recurso de apelación, ya que el órgano decisor no tomaba en consideración los elementos probatorios de la acusación fiscal. Denunciaron que el cambio vulneraba derechos y principios constitucionales y legales contemplados en la Constitución. “El arrollamiento de Luis Vera, en un estado total de indefensión, revela que la conducta de Darwin Rubio fue totalmente dolosa y alevosamente ejecutada”, aseguraron en la apelación, según reseñó la ONG Encuentro, Justicia y Perdón. 

A pesar de la injusticia, la familia Vera espera que el asesino de Luis pague por su delito. “Aquí hubo un daño irreparable, murió un joven buen estudiante, buen hijo, buen hermano, trabajador y sin ningún tipo de vicios. Se tiene que condenar al responsable de este crimen. Y aunque con la justa condena de este criminal no vamos a recuperar a nuestro hijo pero nos aseguraremos que no se lo haga a más nadie ya que es un dolor y una impotencia muy dura y que no se lo deseamos a ninguna familia”.

El recurso de apelación interpuesto y un amparo constitucional ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) fueron desestimados. La familia no deja a un lado la idea de llevar este caso a organizaciones internacionales para quizá así obtener justicia. 

“Todo esto es producto del secuestro de los poderes públicos. Enfrentamos una flagrante vulneración del debido proceso y del derecho que asiste a la víctima por extensión, de ver satisfecha su pretensión, que no es otra, que una recta y sana administración de justicia”, dijo Jonathan Crespo, primo de Luis. 

El caso es extraído de las crónicas reseñadas por en el portal de Encuentro, Justicia y Perdón.

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