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Opinus

Luisana Solano Oct 30, 2014 | Actualizado hace 9 años
Panorama Económico por Gabriel Reyes

bolivar

 

El estrepitoso fracaso del cleptócrata concierto de «nulidades engreídas y reputaciones consagradas» que se aferran al anacronismo del panfleto revolucionario nos conducen inequívocamente al precipicio de una crisis sin precedentes. No les ha bastado validar cómo el control de precios no ha podido impedir la mayor inflación del hemisferio, no le ha bastado ver cómo el control de divisas ha pulverizado el valor de nuestro signo monetario con la fuga más escandalosa de capitales que se recuerde en nuestro entorno geográfico. Ahora, viene la verdadera crisis, la que ellos no pueden controlar, la que la demagogia no puede tapar, la que convertirá el 2015 en un triste episodio de pobreza para un noble pueblo que debe despertar ante tanto descalabro.

La llamada «Zona del Euro» presenta una recesión que en paralelo con el proceso que viven los Estados Unidos de Norteamérica han impactado definitivamente la demanda de productos terminados a una China que frena en su demanda energética en el momento en el que a Venezuela más le urge vivir del poco transparente convenio con los asiáticos. Los norteamericanos, en su Política de Estado por lograr su añorada independencia aumentan aceleradamente sus investigaciones con resultados tangibles en materia de esquistos justamente cuando más necesitamos que la factura del norte, esa que siempre nos han pagado puntualmente, y que hoy es la sombra de una pena.
El desesperado llamado a una reunión en la OPEP desnuda nuestro inexistente poder de convocatoria, nuestro lamentable rol de relleno en el plano del protagonismo petrolero mundial que siempre se esconde en repetir que somos el país con mayores reservas del planeta, pero infelizmente ineficientes para obtenerlo con eficiencia. Arabia Saudita y sus aliados no disminuirán su producción por un pedido venezolano, Rusia cada vez produce más llegando a cifras inimaginables de 10 millones de barriles diarios de crudo. En resumen, todo conspira para contraer la oferta, jugando con una verdadera contracción de la demanda que llevará el precio de nuestro monoproducto a cifras que poco podrán apoyar el festival populista que desde hace casi 16 años tienen montados quienes degradaron nuestra democracia, vitrina continental del pasado, en un sainete clientelar de becados y becadas.
Llegó el momento de contar la tranca de un dominó cantado. La contracción de nuestro PIB obliga a la reducción del gasto social, inauditable y excedentario, caldo de cautivo para someter voluntades ignorantes y traducirse en votos bozaleados en procesos electorales cada vez más chucutos. Este retroceso de nuestro ingreso es un fenómeno independiente a la contracción de 3 puntos que se espera este año como resultado del desmantelamiento del aparato productor nacional, pero en combinación obligará en un trágico 2015 a la aplicación de medidas fiscales y parafiscales para compensar la merma en caja. El anunciado y muy temido aumento de la gasolina será un tema sobre la mesa por el peso específico de este subsidio históricamente irresponsable. Más devaluación del «Bolívar Fuerte» (Pobre Libertador), el regreso del IDB, el aumento del IVA, la creación de nuevos tributos y otras perlas serán la respuesta de quienes no recortarán su ayuda «humanitaria» hacia afuera aunque adentro la pobreza nos invada, para mantener el parapeto de liderazgo geopolítico del que presumen los atorrantes supinos que vociferan consignas nacionalistas sin ver cómo destruyen la calidad de vida de su pueblo.
 
Pero, siempre hay un mal que empeora al enfermo, y es que el 2015 será año electoral, fiesta de capitales dudosos, liquidez emergente en medio de la sequía productiva, efecto seguro de distorsión que oxigenará en una burbuja ilusoria al venezolano de a pie, pero que socavará aún más las esperanzas de reactivación económica por la distracción de brazos pegando afiches y aplaudiendo a sus candidatos esperando su recompensa.
 
Los importadores tendrán menos divisas porque no habrán divisas, los viajeros serán más constreñidos, los estudiantes de la diáspora castigados, la escasez del portafolio en franco crecimiento y siempre un pretexto, un culpable, una excusa para todos. El fantasma de la unificación cambiaria y las consecuencias de devaluación implacable estarán en el ambiente, y los responsables nunca entenderán que el problema no es político, es una tragedia económica de improvisación, inexperiencia, ignorancia y una ausencia de escrúpulos que nos empujan a una crisis social, último eslabón de la cadena de degradación a la que se ha sometido a la tierra de Bolívar y a su Pueblo.
 
Hoy más que nunca debemos construir el criterio necesario para evaluar nuestro presente y trabajar por un futuro diferente. Esto no es lo que nos merecemos!!
 
Amanecerá y veremos….
 
Luisana Solano Sep 12, 2014 | Actualizado hace 10 años
¡Venezuela Bizarra! por Gabriel Reyes

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Escribir se hace cada vez más complicado. Construir agenda es una tarea titánica en un país ten convulso. Entender el origen de todos nuestros males es matemáticamente directo, pero vislumbrar la salida que nos permita retomar la senda a la normalidad perdida es un ejercicio de imaginación fértil para algunos y de ciencia ficción para otros.

Hoy sólo mencionaré con un breve análisis algunos de los titulares de los pocos medios libres que le quedan a esta agonizante democracia, para que el lector, residente o ausente de este territorio haga el ejercicio de reflexión que considere pertinente:
«Denuncian posible brote de meningococcemia en Hospital Central de Maracay a la que atribuyen ocho supuestas víctimas fatales entre infantes y adultos»
La respuesta oficial no se hace esperar. El presidente del Colegio de Médicos del estado Aragua, denunciante del hecho irregular es tildado de «terrorista» por el televisado diputado que actúa como el emisario del Gran Hermano. El Gobernador dice que eso es falso. La ministra comunica que esto es una campaña en contra del gobierno. Cuál es la verdad?
La verdad es que independientemente de este hecho coyuntural, la salud pública en Venezuela está en su peor momento de nuestra historia republicana. Endemias decimonónicas reaparecen y el estado de nuestros centros hospitalarios es deplorable en cuanto a euqipamiento y dotación. Medicinas de uso cotidiano y fármacos especializados brillan pos su ausencia en anaqueles de farmacias causando muertes silentes todos los días. La ineptitud de los mecanismos de importación de medicinas se evidencia en las noticias documentadas que señalan contenedores con productos vencidos. Entonces cuál es la campaña??
La salud privada, perseguida por los comisarios de los precios justos, se encuentra atravesando la tragedia de no contar con los implementos necesarios porque no tienen acceso a las divisas, porque les deben millones de dólares en el perverso mecanismo cambiario y porque hasta sus mejores especialistas se marchan del país todos los días buscando nuevos horizontes. Bastaría leer otro titular de hoy: «Escasez de insumos en clínicas se ubica en 60%»
El desastre en materia de salud es estructural. En menos de 10 líneas no podemos verlo de otra forma. Se escucharían excusas, justificaciones, acusaciones, pero es indudable que nuestra realidad en materia sanitaria es espeluznante.
«Venezuela se asoma a la quiebra. Debe afrontar pago de 6.000 millones de deuda» «Maduro: Se pretende una guerra financiera internacional con voceros de aquí»
Como me ha explicado mi amigo, el Econ. Jesús Casique, la Deuda Externa puede clasificarse en dos categorías, la «Titularizada» representada en Bonos y Títulos de Valores de la República, y la «No Titularizada » representada en deuda contraída con los diferentes sectores de la economía nacional como las líneas aéreas, la manufactura, el sector farmacéutico, y otros.
La deuda no documentada, es decir la no titularizada está siempre sujeta a la reestructuración, mientras que el incumplimiento de la titularizada o documentada implicaría un «default» automático que nos cerraría las puertas del sistema financiero global.
En Octubre, Venezuela honrará los 6.600 millones de dólares del compromiso documentado haciendo todo el ruido que pueda para demostrar una solvencia que no existe y para argumentar que todo el ruido de los medios especializados es una «campaña» orquestada contra el gobierno, pero la realidad es que la procesión va por dentro porque mientras no se libere el compromiso no documentado los anaqueles seguirán vacíos y la crisis latente. Demagogia versus Realidad??
 
«Míseros resultados del gigantesco operativo militar contra el contrabando»
Hasta que el gobierno no se sincere y reconozca que los mercados nacionales están vacíos porque Venezuela no produce ni importa lo suficiente para atender la demanda natural de su pueblo seguiremos inventando historias de fantasmas que sacan de Venezuela lo que nunca tuvimos con nosotros.
Nuestros problemas son reales, concretos y progresivos. La ineptitud y la corrupción imposibilitan su solución. El papel anodino de sectores de la oposición contribuyen a que no exista contrapeso que exija el cumplimiento de los deberes y la imposibilidad de estructurar coherencia en un discurso que le ofrezca a los venezolanos la garantía de un futuro diferente al pasado reciente y al triste presente que vivimos.
Somos prisioneros de nuestra propia incapacidad de organizarnos para exigir ser tratados como ciudadanos, y esto es la consecuencia de un liderazgo desgastado, de la pérdida de credibilidad en palabras estériles y de la corrupción que ha carcomido las conciencias de quienes han podido en su momento trabajar por el cambio radical que tres de cada cuatro venezolanos pedimos a gritos según estudios de opinión recientes.
Si el Gobierno no rectifica el deterioro será indetenible y las consecuencias sociales fácilmente predecibles. Y si esto sucede, usted está preparado para afrontar las consecuencias directas de un estado de caos generalizado??
Amanecerá y veremos…

@greyesg

Luisana Solano Ago 21, 2014 | Actualizado hace 10 años
¡Bendición Antifraude! por Gabriel Reyes

sistemabiométrico

 

Es sorprendente que en pleno siglo XXI y en medio de los avances más sorprendentes de la tecnología en esta tierra bendecida por Dios y castigada por sus hombres vivamos este pasaje de autoritarismo exacerbado, de totalitarismo trasnochado, de comunismo equivocado.

Castigar a los ciudadanos mediante el racionamiento de los alimentos no puede ser algo que ignoremos con la acostumbrada indiferencia que caracteriza a muchos de nosotros. No cabe la desesperanza del que piensa que no tiene sentido su reclamo. No entiendo a los «opositores» que permanecen en las sillas de los restaurantes compartiendo el análisis de nuestra tragedia. No concibo a militares, gendarmes de la democracia, indiferentes al triste espectáculo de ver a su gente colocando el dedo en un aparato para comprar lo poco que hay en nuestros anaqueles.
Quisiera saber si esta oligarquía oficialista enriquecida oprobiosamente en medio de nuestra vergonzosa cleptocracia hará colas y colocará su dedo para hacerse de papel sanitario y azúcar, artículos de lujo en proceso de desaparición.
Creer que el pueblo es ignorante para asumir que este nefasto parapeto cubiche es una «bendición» es subestimar al venezolano. Si algo representa el mejor ejemplo de un gentilicio mancillado es vernos haciendo largas filas para colocar el dedo en un instrumento de control social de un régimen anacrónico.
Nicolás Maduro debe entender que para esto no es la tecnología. La tecnología es para evitar que los venezolanos mueran en nuestros hospitales de cáncer. Y sin embargo mueren porque aún contando con los aparatos no se dispone de las divisas para mantenerlos operativos. La tecnología es para combatir al crimen que ha diezmado nuestra población y la ha convertido en rehenes de la delincuencia. La tecnología es para educar a nuestros niños y jóvenes con herramientas de conocimiento de verdadero alcance masivo. La tecnología es para registrar la voluntad de un pueblo en un proceso electoral y poder rendir cuentas con transparencia y no cometer la bufonada que vivimos en Abril del 2014. La tecnología es para evitar el contrabando, aupado por quienes deben ser garantes de nuestras fronteras. La tecnología es para refinar el crudo que hoy es nuestro único producto importante de exportación.
Es hora que todos los venezolanos, sin importar su militancia o creencias políticas, denunciemos al mundo el intento aberrante de control social que este gobierno pretende practicar a sus ciudadanos. El Gran Hermano quiere saber lo que nos dejan comprar para comer. Solo falta que mañana nos allanen las casas para ver si en la despensa tenemos algo que no aparezca registrado para convertirnos en delincuentes.
Si permitimos pasivamente este bochornoso espectáculo de sumisión, estaremos olvidando nuestra propia dignidad. La única razón para racionar es no producir ni tener con qué importar. Y esta es nuestra verdadera tragedia a la que algún gobierno decente y trabajador debería enfrentar para rescatar la mancillada calidad de vida que perdimos por la ineptitud y corruptela de unos, y por la cobardía e indiferencia de otros.
Señor Maduro, haga una cadena para anunciar abundancia, reparto justo del ingreso petrolero, rendición  de cuentas de las divisas despilfarradas, inagure hospitales y escuelas equipadas. Trabaje por el progreso de todos y no se dedique a implantar mecanismos perversos anunciados como algo «perfecto».
Ya basta de miserias para nuestro pueblo!! Los jueces de su futuro lo señalarán con el mismo dedo con el que compren su comida!!
Amanecerá y veremos!!
Luisana Solano Ago 11, 2014 | Actualizado hace 10 años

CongresoCiudadano

“El gran principio que constituye la vida de los venezolanos es el principio liberal democrático, que ha costado a los pueblos esfuerzos heroicos e ilustres sacrificios, y éste es el que se pretende arrebatarnos para sustituirlo por ese viejo espíritu de gobierno inmovilizado en una clase privilegiada, que profesa los principios de la autoridad absoluta y el derecho político autoritario. En una palabra, se pretende sustituir la democracia por la aristocracia, el progreso por la inmovilidad, la libertad por la opresión y el derecho autonómico de la Federación por el vetusto y fatal centralismo”.

Venancio Pulgar (1837 – 1897).

Militar, político, diplomático y empresario.

Proclama desde Coro (1869).

Nunca como hoy es necesario convocar a todas las mujeres y a todos los hombres de buena voluntad que desean una Venezuela diferente a la que vivimos. Agotados como están muchos de nuestros compatriotas de atender al llamado del proselitismo activo en partidos políticos que solo toman en cuenta al ciudadano para hacerse de su voluntad expresada en el voto, hoy la decepción campea a lo largo y ancho de nuestro hermoso territorio patrio.

Los venezolanos necesitamos reivindicar nuestra condición de «ciudadanos» y esto nos obliga a considerar la urgencia de un espacio de interacción real que nos permita expresar a viva voz nuestro pesar, nuestros proyectos de cambio, nuestra esperanza y por qué no, nuestros reclamos a la pasividad de quienes esperan elección tras elección para justificar un vaso siempre medio lleno que complazca un status quo decadente.

La idea del Congreso Ciudadano no es la plataforma electoral de la ambición de una persona ni de varias personas, es la expresión política más real de esa plataforma de entendimiento nacional donde todos los sectores de la sociedad civil compartan sus ideas con libertad absoluta, sin intereses partidistas ni cortapisas mediáticas.

Venezuela necesita de un nuevo liderazgo, uno que no se construya sobre los hombros cansados de «falsos mesías» que son vendidos como los «Salvadores de la Patria» y cuya vigencia se traduce en una postura netamente electoral, para no decir «electorera».

Al Congreso Ciudadano estamos invitados todos, inclusive los que hoy lo desmerecen, porque en él cabe el disenso, respetuoso y constructivo, en ese espacio caben los partidos políticos y sus representantes, inclusive aquellos que han criticado con consistencia la hegemonía del difunto y el interés de perpetuarse de su heredero, pero nunca le han rendido cuentas al país de la razón por la que están en esa posición, su legitimidad de origen. Ellos, críticos acérrimos de este esquema emergente también tienen un espacio entre quienes nunca pudieron ser convencidos a integrar sus filas para hablar de nuestro presente y construir un futuro diferente.

El Congreso Ciudadano no está supeditado a ninguna autoridad personal. Es el intento auténtico de abrir una puerta al concurso de todos quienes queremos involucrarnos cansados de participar. No obedece a intereses particulares ni a agendas personales. Pero eso no lo acerca a la anarquía que algunos interesados en malponerlo han insistido a través de los espacios que utilizan para torpedear la iniciativa. Esto no es un acto antipartido, ni antipolítica ni anti nada. Es un llamado colectivo a la participación política de quienes sientan el compromiso como algo propio.

Tenemos varios caminos y ninguno está cerrado, per se. Existe un tejido que está profundamente desgarrado. Es el tejido democrático de nuestra amada Venezuela. Y su regeneración solo depende de quienes se atrevan a oxigenar cada arista de una compleja figura de la que muchos aspiran manejar sin conocer siquiera su sombra.

Mi esperanza particular es tener mañana una experiencia ejemplar de convocatoria, un debate de altura y una agenda que incluya locaciones diversas en cada ciudad, para que también los millones de decepcionados del «Buhonero de Ilusiones» descubran que salir de esta pesadilla no es un salto al vacío. Ahora es cuando queda Venezuela y es para todos los venezolanos…

Amanecerá y veremos…

@greyesg

 

“La burla grosera y el irrespeto de que son víctimas la Ley y el Derecho, el individuo y la propiedad, acusan un deplorable desgobierno. Vivimos en un estado de emergencia y estamos al borde de la anarquía y del terrorismo. Salvemos a Venezuela y que Dios nos ayude. Hace falta volver los ojos y el corazón al pensamiento del Libertador. Pueblo de Venezuela, Soldados de la República, decidme: ¿Dónde se esconde maliciosamente plegada la bandera de Miranda?”.

Eleazar López Contreras (1883 – 1973). Militar y expresidente de Venezuela (extracto de su manifiesto de 1957 contra la dictadura militar).

CongresoCiudadano

Mesa-de-la-unidad

 

 

Resulta lamentable, siendo generoso en el adjetivo, que en la Venezuela de nuestros días se planteen posturas individuales y colectivas como las recogidas por los periodistas Alfredo Meza y Edward Scharfenberg (http://bit.ly/1nhcrjb) en una suerte de cónclave de la oposición venezolana.

Mientras prodigamos agudas observaciones a la fragmentada plataforma política del oficialismo y somos capaces de advertir las profundas grietas que desde su interior se revelan no nos enfocamos con verdadera introspección en la tragedia que nos ocupa.
La crisis de la MUD es la consecuencia de quienes pensaron que eran autosuficientes para manejar «el lado oscuro de la luna», para concertar, organizar y mantener motivados a los millones de venezolanos que no comulgamos con el esperpento autoritario de un modelo anacrónico y trasnochado impuesto desde Cuba, vigilado por Rusia y administrado por China con el aplauso cómplice de los aliados de la petrodiplomacia complaciente aduladora y resuelta a seguir viviendo de nuestros recursos naturales y financieros.
La única forma de mantener una opción gobernando como la actual  es no tener nada del otro lado que se constituya en verdadera opción para quienes no encuentran el planteamiento de un proyecto de país alternativo capaz de enseñarnos que luego de este desastre, alguien ha pensado en el camino correcto a tomar con una serie de pasos conocidos por todos los que haremos ese camino posible.
La MUD está en crisis y de nuevo los detractores naturales del disenso en cualquiera de sus formas se han expresado indicando que quienes consideramos que esta crisis es un hecho positivo de cara a la reorganización del disenso democrático venezolano somos, cuando menos, tratados de cómplices del régimen, antipartidos, practicantes de la antipolítica, precursores del desastre, etc, etc.
Creo que es el momento de una sana reflexión sobre lo que teníamos, lo que tenemos y lo que podemos tener.
La MUD nace como un espacio abierto para la organización de un proceso electoral, inédito en nuestra historia, que nos lleve a una candidatura resultado de unas primarias de oposición. Eso lo organizaron y fue un total éxito, su planificación y ejecución.
La MUD recibe la tarea de convocar a los tecnócratas del país dispuestos a colaborar en la confección de un programa de gobierno que sirviera de referencia para ese candidato electo de las primarias organizadas. Eso lo lograron, y aunque el candidato ganador nunca esgrimió abiertamente este proyecto de país, el objetivo se cumplió.
A partir del momento de las elecciones presidenciales del 14Abr13, sus dudosos resultados, el manejo delicado de la situación política postelectoral, la crisis de ingobernabilidad reinante en ese momento y los diferentes puntos de vista, no todos convergentes dentro de la oposición, se hace necesario que la MUD tome la batuta en el trazado del derrotero de quienes, demócratas confesos, pudiéramos esperar de cara a un futuro incierto. Fue en ese momento en el que considero que el liderazgo, experiencia y conocimiento de Ramón Guillermo Aveledo sirvieron de soporte para oxigenar un tejido desgarrado y que solo podía regenerarse de la esperanza que él le transmitiera a todos los venezolanos que esperaban por una salida a este desastroso gobierno. Así llegamos al proceso electoral de Alcaldes y Gobernadores, sin haber visto los cuadernos electorales de abril, sin entender por qué volvíamos a las urnas sin tener claros los resultados de las presidenciales, pero siempre confiando en el liderazgo de quienes representaban a la otra Venezuela, a la que no era cliente ni paciente del síndrome del madurismo incipiente.
Los resultados electorales de Diciembre no eran alentadores para la oposición, siempre acostumbrada a ver el vaso medio lleno, criticando a quienes se atrevieron a verlo medio vacío y desde ya sacando las cuentas para el proceso electoral parlamentario del 2015 sin ofrecer una razón suficientemente clara por la que, a pesar de la tragedia que vivimos, tenemos que conformarnos siempre con fabricar excusas para la derrota.
Febrero fue el mes en el cual un grupo de venezolanos salieron a las calles, ese espacio por excelencia donde las democracias dirimen sus diferencias, a ejercer un derecho constitucional, exigiendo a un gobierno, a todas luces incapaz, la materialización de todas las expectativas no cumplidas por el ejercicio irresponsable de la demagogia vacía, del populismo mentiroso, que nunca reflejó en la calle lo que producía su máquina de propaganda.
Quienes salieron, lo hicieron convencidos de que salían a reclamar, con la constitución en la mano, con el sentimiento colectivo del ejercicio democrático de sus derechos. Sin embargo fueron reprimidos salvajemente por un gobierno incapaz de atender y entender sus peticiones, y se sacrificaron muchas vidas en el brutal compendio de autoritarismo que enlutó muchos hogares venezolanos. De esas protestas se derivaron las persecuciones que sometieron al encierro a líderes estudiantiles, líderes políticos, y a simples manifestantes que salieron de sus casas persiguiendo un sueño con la esperanza de lograr un cambio.
El movimiento fue aplastado ante la indolencia de un país que vio a distancia, que trató en tercera persona a quienes se sacrificaron por pedir una Venezuela diferente. De nuevo la desesperanza de una mayoría entre apática y atemorizada fue testigo silente del barbarismo milico que apagó en ese momento la llama del desespero de otros, del descontento popular, el espíritu de un reclamo general que con el apoyo final de una interpretación acomodaticia del TSJ dejaba hasta en dudas si realmente el derecho a la protesta era un derecho sustantivo y absoluto.
Mientras esto ocurría, los integrantes de los principales partidos políticos, esos que tomaban decisiones desde la MUD no marcharon, no consideraron que esa era la vía, y una vez consumados los arrestos de numerosos venezolanos, una vez que las bajas se acercaron a la media centena, una vez que la ingobernabilidad era una constante en el día a día de un gobierno de precaria aceptación, fueron convocados a una «Mesa de Diálogo».
Muchos advertimos que el diálogo era necesario, pero las condiciones fundamentales de disposición por parte del gobierno a conceder ciertas premisas no estaban abierta y públicamente siendo aceptadas por sus voceros, lo que convertiría la intención en una ventana de tiempo para quienes enfrentaban serios problemas y que consiguieron en esta actitud una tregua que muchos agradecieron y otros condenaron.
Ahora, sin haberse logrado ningún cambio positivo, con todas las cifras apuntando a una severa crisis económica, con una insostenible situación de inseguridad personal, son evidentes los diferentes enfoques que se plantean de este lado del río y que ameritan una verdadera convergencia de intereses y posiciones que no existen en lo público ni en lo privado.
Los abordajes distintos fracturan el disenso democrático cuando un grupo de venezolanos habla de la salida electoral del 2015, otros convocan un Congreso Ciudadano, otro habla de una Constituyente, y nadie trabaja para lograr un acuerdo que convierta esta mitad de Venezuela en un solo pedazo que pueda aspirar por un cambio a corto plazo.
En el seno de este calvario, y siendo apuntado y atacado, algunas veces de forma injusta, por quienes no se ven representados en su gestión, el Dr. Ramón Guillermo Aveledo renuncia a sus funciones al frente de la MUD, y esto deviene en el dilema de su sucesión, no sin antes contemplar el verdadero alcance de esta entelequia, su poder de convocatoria, y sintonía con otros intereses democráticos. Esta situación es determinante porque la MUD no es la oposición venezolana, nunca lo fue, pero hoy lo es menos que siempre. Muchos sectores de la sociedad civil han sido excluidas de sus discusiones, de sus decisiones, de la estrategia misma de construir espacios alternativos. Es por esto que se hace necesario el ejercicio de la convocatoria más amplia posible, donde todos los llamados a construir llamados inclusivos encuentren un espacio que reciba sus sugerencias, donde no condenemos a los partidos políticos, los acompañemos en una tarea que es de todos.
No es el momento de la Antipolítica. Es el momento en el que algunos partidos políticos deben abrirse a un colectivo que no representan, que no fueron capaces de convocar, que no desean formar parte de sus filas pero que esperan compartir el objetivo ¿común? de despertar de esta pesadilla comunistoide y construir una Venezuela para todos los venezolanos. Algunos de esos partidos no sienten la vergüenza de exhibirse como estructuras anquilosadas en liderazgos vetustos y autoritarios que, en algunos casos ha estado cohonestando con la cleptocracia galopante que nos desgobierna.
Los venezolanos no podemos mostrarnos encerrados por esta coyuntura. Es el momento de convocar a todos los sectores que deseen un cambio en nuestras vidas, a todos los que crean que Venezuela es recuperable, pero que debemos comenzar hoy mismo. Este es el momento donde el protagonismo de unos pocos no puede trastocar el interés de muchos, y donde la historia condenará a quienes remen en contra corriente en este aciago instante. Somos los autores de ese cambio y los únicos imprescindibles. Si vamos todos, lo lograremos!!
Amanecerá y veremos…
«Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota;
quien no osa pensar es un cobarde»
Sir Francis Bacon

@greyesg

Miranda

 

Hoy se cumplen 198 años del fallecimiento del más grande de los venezolanos, del universal Sebastián Francisco de Miranda, el Generalísimo, el Precursor de nuestra Independencia, el hijo de la panadera, el mejor ejemplo que debería guiar a quienes preconizan sobre su memoria pero se alejan en su práctica, haciendo de los elogios a este prócer un libreto más de la demagogia ramplona con la que nos tienen acostumbrados.

El Ideal Mirandino no puede ser confundido por el análisis aislado del contexto histórico y geopolítico de su época. Su legado está más vigente que nunca porque la riqueza de sus múltiples facetas hoy son recetas para el progreso en la tierra que lo vio nacer y que se resiste a ser sometida por el yugo de trasnochados ideales totalitarios de modelos extranjeros.
Es Francisco de Miranda quien revela a una nación incipiente que vivía el vacío del poder monárquico las ideas de igualdad, libertad y fraternidad con las que fraguaron el molde de una templanza sin parangón en ninguno de nuestros oriundos. Esos ideales, robustecidos con el racionalismo indispensable de sus cercanas relaciones con los enciclopedistas convirtieron a este mortal en un gigante cuya obra todavía no ha sido reconocida, a mi juicio, en su dimensión exacta.
El haber combatido en tierras foráneas forjando libertades e independencias en Europa y América del Norte, que le merecieron los mayores honores que esas naciones pudieron brindarle a venezolano alguno es tan solo una de las aristas de la figura monstruosa del gran Francisco de Miranda, a quien la historia no abunda en los detalles de su cobarde entrega al enemigo por parte de quienes luego ocupen páginas de brillo en nuestra historia.
El legado de Miranda puede resumirse en el ejercicio del libre pensamiento, el desarrollo de la intelectualidad a través del estudio, de las facetas más diversas del saber, enmarcadas en el ejercicio pleno de las libertades individuales y colectivas siempre conservando los principios más rigurosos del llamado a la «Unidad Perfecta».
Soberanía era un término bien entendido para quien no toleró la dominación por potencia extranjera alguna, para quien siempre procuró construir un su tierra caminos de esperanza y progreso, para quien trató de ordenar el desorden que encontró y que tarde comprendieron quienes lo hicieron.
Utilizar el nombre de Francisco de Miranda para enarbolar banderas de exclusión, de malversación del erario público, de tiranía contra su pueblo, constituye una afrenta a su memoria, y no puede ser aceptado por quienes encontramos en el Ideal Mirandino el cobijo para nuestras aspiraciones de erradicar el odio, la mentira, la corrupción y la imposición de modelos autoritarios de nuestra hermosa Venezuela.
Don Francisco, su ideal vive entre quienes sembramos las semillas del verdadero amor por nuestra tierra y por nuestro pueblo, vive en quienes no tememos a la arbitrariedad del despropósito ni a la iniquidad del ejercicio dependiente del poder público. Sus enseñanzas están intactas en los hijos de Lautaro, creyentes en la conveniencia de una «Sociedad Patriótica» donde el disenso plantee sin las miserias humanas del pervertido ego de quienes pretenden sacar provecho de la crisis, en el rescate de esa disciplina militar que nunca le entendieron por generaciones, y en el impulso emancipador de quien quiere una Venezuela libre y de los venezolanos.
Reciba, Querido Hermano Sebastián, nuestro reconocimiento, infinito respeto y eterno compromiso por lograr que esta tierra amanezca un día libre y soberana, capaz de soportar el pensamiento plural, con probos en el manejo del erario público y trabajando con denodado esfuerzo por nuestro anhelado progreso.
Amanecerá y veremos…
Luisana Solano Jun 24, 2014 | Actualizado hace 10 años

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“Luchamos por una democracia decente, distinta de esta democracia a ultranza de hoy, donde actúa como elemento dirigente el individuo más ‘guapo’, el más hábil en el manejo de la macana, y no el más capacitado ética e intelectualmente para esta función; luchamos porque nuestra política interior de peculado y monopolio sea substituida por otra de honradez y libre concurrencia; y porque nuestra actuación de pueblo dentro de la comunidad internacional se despoje de esas babosidades indecorosas para con la primera gentualla elevada a gobierno en cualquier país del mundo; luchamos porque elementos civiles sustituyan en el manejo de la cosa pública a los sargentones analfabetos que han venido monopolizando la política y la administración; luchamos porque hombres nuevos, sin cuentas insolventes con la justicia histórica, asuman papel dirigente; luchamos, en síntesis, por la conquista de un estado social equilibrado y armónico, propicio al libre desenvolvimiento de las aspiraciones colectivas”.

Si el fragmento anterior hubiese sido escrito ayer, tal vez, linguistas de oficio estarían persiguiendo al escritor de los mismos por desestabilizador e instigador, tal vez una nueva campaña se generaría contra los autores de esta gran verdad que no es otra cosa que una cita recogida de la estupenda obra «EN LAS HUELLAS DE LA PEZUÑA» (1929) de Rómulo Betancourt y Miguel Otero Silva, de quienes sobran las presentaciones.

Ya en un momento hombres preclaros como Maquiavelo se refería en su obra “Discursos a Tito Livio” sobre la Historia como un fenómeno cíclico, y el debate no se ha detenido hasta nuestros días cuando ilustres pensadores como Peter Turchin debaten sobre esa idea en su obra “Dinámica Histórica” o como Andrey Korotayev en su “Introducción a la Macrodinámica Social”.

Por eso, con el apoyo del Dr. Édixon Ochoa, hemos querido recoger algunas citas que nos deja nuestro acervo cultural que estamos trabajando para entender la vigencia del discurso y la naturaleza cíclica de nuestra historia.

Sacar las frases del contexto pudiese entenderse como un error de estos investigadores, pero el único propósito válido de este trabajo es recordar cómo se expresaron ilustres venezolanos que en su momento pidieron un país con libertades, una democracia con progreso, una vida con esperanzas.

“Querer ser feliz sin ser independientes y libres: querer independencia y libertad sin rectitud, actividad, valor y constancia: querer parecer rectos, activos, valientes y constantes sin sacrificarse de veras a la patria es querer un imposible, y es implicarse en los términos. No se alcanzan grandes bienes sin grandes fatigas: los hombres dignos de este nombre sufren éstas por consecuencia de aquéllas, y de este modo intimidan y espantan al enemigo de la libertad”.

Esto no lo escribió Leopoldo López desde su reducido calabozo. Esto es obra de Miguel José Sanz (1756–1814), ilustre prócer de la Independencia venezolana (jurista, escritor, político y periodista). Y es que realmente con la desesperanza que nos amarra a una silla a revisar por redes sociales lo que ocurre en Venezuela no avanzaremos en el rescate de nuestros derechos, hoy cuestionados por la represión absurda de quienes no entienden que la democracia está fundamentada en el pluralismo y esto significa que el disenso es una consecuencia natural que debe ser respetado bajo el amparo de la libertad de expresión, derecho sustantivo de todos los venezolanos.

“El gran principio que constituye la vida de los venezolanos es el principio liberal democrático, que ha costado a los pueblos esfuerzos heroicos e ilustres sacrificios, y éste es el que se pretende arrebatarnos para sustituirlo por ese viejo espíritu de gobierno inmovilizado en una clase privilegiada, que profesa los principios de la autoridad absoluta y el derecho político autoritario. En una palabra, se pretende sustituir la democracia por la aristocracia, el progreso por la inmovilidad, la libertad por la opresión y el derecho autonómico de la Federación por el vetusto y fatal centralismo”.

Seguramente esa tarde de Marzo de 1869, el militar, político, empresario y diplomático zuliano, Venancio Pulgar (1837-1897) nunca se imaginó que sus palabras tendrían vigencia casi 150 años después en una Venezuela que es gobernada por una élite que ha desmantelado el progreso de la descentralización y ha manejado al país con principios de autoritarismo de manera intolerable.

«El Estado fuerte no significa gobierno tiránico o arbitrario, que nunca aseguró la continuidad de ningún esfuerzo social ni la concordia, y no justifica a caudillos voraces e indecentes. Al contrario, en América el interés nacionalista no podrá menos que aconsejar el progreso de nuestra democracia infantil y una política social avanzada y generosa». 

Estas fueron las palabras que en 1930 el economista, diplomático, escritor, pensador, orador, sociólogo y estadista venezolano Alberto Adriani (1898–1930) compartió con sus contemporáneos y que hoy mantiene una vigencia impresionante en una país donde la división y el odio se han convertido en herramientas de manipulación de quienes se oponen al progreso y creen que polarizando al venezolano se logra el nefasto continuismo que nos lleva por el camino del desastre.

“Tal es la fuerza que los principios nacionalistas han cobrado en esta hora crucial de nuestro proceso histórico, que los mismos que entregan el país se sienten obligados a construir sofismas que les permitan exhibirse ante el pueblo como inspirados en programas de finalidad patriótica. No pasa día sin que se invoque la austera memoria de Bolívar para esta vergonzosa comedia de ribetear de pseudopatriotismo la vestimenta con que se pretende cubrir la entrega dolorosa del país a intereses contrarios a la venezolanidad”.

El gran Mario Briceño-Irragory (1897-19958), historiador, escritor y político venezolano no pudo decirlo de forma más clara a quienes utilizando la imagen de nuestros libertadores plantean discursos populistas preñados de la demagogia que esclaviza a los pueblos que no asimilan sus propias tragedias. Como me gustaría escuchar de nuestros “líderes” actuales frases de tal contundencia y que las mismas retumben en los pasillos de las instancias del poder cleptocrático de quienes cabalgan sobre una historia patria descontextualizada aderezada con personajes de vergonzosa trayectoria como tiranos en sus países de origen.

Para finalizar este escrito, quisiera dejar cuatro frases, que por su contundencia se explican por sí mismas con tal suficiencia que deben producir una relfexión activa en quienes las digieran y las transformen en esperanza por un cambio que le devuelve el rostro democrático a nuestra querida Venezuela y se construyan a partir de ellas sendas victoriosas para el rescate del camino al progreso, único sendero al que merecemos los nacidos en esta tierra de gracia.

“La burla grosera y el irrespeto de que son víctimas la Ley y el Derecho, el individuo y la propiedad, acusan un deplorable desgobierno. Vivimos en un estado de emergencia y estamos al borde de la anarquía y del terrorismo. Salvemos a Venezuela y que Dios nos ayude. Hace falta volver los ojos y el corazón al pensamiento del Libertador. Pueblo de Venezuela, Soldados de la República, decidme: ¿Dónde se esconde maliciosamente plegada la bandera de Miranda?”.

Eleazar López Contreras (1883–1973). Militar y expresidente de Venezuela (extracto de su manifiesto de 1957 contra la dictadura militar).

“El golpe contra la Constitución Nacional que se ha realizado con brutal insolencia no tiene más apoyo que el que le presta la audacia del grupo que lo realiza y su creencia de que ha logrado amedrentar a los venezolanos. La Nación unida ha de derrotarlo y hacer triunfar la Constitución para que la familia venezolana pueda disfrutar de paz y progreso en un clima de respeto a la libertad y dignidad humanas”.

Extracto del Manifiesto de la Junta Patriótica a las mujeres venezolanas (noviembre de 1957), en el marco de la lucha contra la dictadura militar.

“Una revolución debe hacerse con la mayoría del país: unir la inteligencia, la cultura, la acción del empresario renovador, del rico progresista; al empleado, a la clase media, a los marginados. Si no vamos todos, la parte que no lo hace queda en acecho para caerle encima con la fuerza de la devastación. Y entonces se registran esos estancamientos que no dan salida al progreso ni empuje suficiente”.

Wolfgang Larrazábal (1911–2003), Presidente de la Junta de Gobierno de 1958 y copartícipe en la restauración de la democracia venezolana.

Cuando la opinión pública extraviada honra lo que es despreciable, desprecia lo que es honrable, castiga a la virtud y recompensa al vicio, alienta lo que daña y desalienta lo que es útil, aplaude la mentira y ahoga la verdad en la indiferencia o el insulto, esa nación vuelve la espalda al progreso y no puede ser traída a él sino por las terribles lecciones de las catástrofes”.

Rafael Villavicencio (1838 – 1920), pensador y científico venezolano. Discurso de 1869.

Amanecerá y veremos…

 

@edixonbiografo

@greyesg

 

Luisana Solano Jun 09, 2014 | Actualizado hace 10 años

SantaFe1PhotoDonaldoBarros

Como la Historia la escriben los vencedores, aparecen ahora nuevos predicadores de la moral democrática que son capaces de acusar de golpistas a quienes disienten de un gobierno incapaz de resolver los problemas fundamentales de los venezolanos. Pero el ejercicio de estigmatizar a la oposición viene aderezado con la construcción de escenarios que propenden a la acción judicial contra el más débil, entrelazando tejidos muy complejos de intrigas y desaguisados que pretenden construir una agenda pública que victimice a los responsables de este descalabro cleptocrático.

Ahora se habla de «magnicidio» como quien habla de un atraco en la autopista para robar un celular. Hay culpables, inculpados, testigos, cómplices, pruebas y demás ingredientes de una novela policial donde el presunto agredido empuña el arma del poder contra los supuestos agresores.
El otro lado de la oposición, esa que se apartó de la resistencia y los acusó de «buscar un atajo» ni siquiera se acerca a sacarse la foto con quienes hoy en desgracia, enfrentan las acusaciones con pundonor y valentía. Esto es una victoria incuestionable para los forjadores del continuismo en su fase de mayor decadencia. Este cuadro dantesco se pinta en el lienzo de una Venezuela depauperada, maltratada, autosecuestrada y que ha perdido su capacidad de sorpresa.
Para nadie es un secreto y existen testimoniales de imágenes demasiado elocuentes de quienes hoy se visten de púrpura en un pasado no muy remoto irrumpiendo con las armas de la nación en actitud desafiante al marco constitucional contra un presidente electo en democracia. Eso no eran «magnicidios por correo electrónico». Eso era plomo cerrado contra La Casona y Miraflores. Pero ahora, descubrimos sin despabilar que eso fue un «golpe bueno» y esto, que pocos ven como real, pero que aseguran que existe es un «golpe malo».
Tiempos difíciles para quienes intentamos preconizar la defensa de los Derechos Humanos, el respeto por las minorías, el apego a las virtudes democráticas del pluralismo, del derecho al libre pensamiento y a su expresión. Hoy estos riesgosos oficios están cubiertos con el manto del inefable golpismo.
Hace poco, cuando vivía quien ya no gobierna, no pensar como él nos convertía en «apátridas», definición moderna de quien no tiene patria por pensar diferente. Ahora somos «golpistas» porque aseguran que la eterna y maléfica derecha imperialista, fascista y financiada por los jinetes del Apocalipsis nos tiene bajo su égida construyendo escenarios violentos para irrumpir contra este paraíso terrenal de justicia social y buenos propósitos colectivos.
Si considerar que Venezuela vive momentos aciagos de terribles penurias sociales, económicas y políticas nos convierte en golpistas entonces deberán habilitar todos los estadios de fútbol del país para meter a la décima parte de los más radicales porque el pueblo, esa entelequia mal utilizada en discursos demagogos de utopías burlonas, está agotado, y hoy se debate entre la desesperanza y la desesperación, siendo ambas igual de peligrosas para esa variable evasiva a esta gestión que conocen como «gobernabilidad».
No tenemos por qué ser violentos para reclamar nuestros derechos, pero no tenemos por qué callar los desmanes de la voraz arremetida de un aparato represor que ha mantenido a muchos venezolanos en las sombras de los calabozos, muchos de ellos sorprendidos en flagrancia empuñando las peligrosas armas de una pancarta o una bandera.
Ya quienes expresamos por esta vía nuestra angustia no sabemos que encontrarán lingüistas «especializados» en la «subliminalidad» de nuestras palabras. Por eso prefiero ser directo.
Venezuela solo tiene salida a esta crisis si despierta del letargo cómplice de quienes no encuentran un camino seguro para expresar su inconformidad con las expectativas incumplidas. Y con un gobierno comprometido a rescatar la idea de procurar la mayor felicidad para TODOS los venezolanos, apartando esta frase del discurso y haciéndola realidad en el respeto por las personas y sus ideas, en el progreso como única vía para superar la pobreza y en los valores de honestidad y honradez en el manejo de los asuntos públicos como referencia prístina de un futuro mejor.
Pero mientras expresar nuestra inconformidad nos convierta en «golpistas», entre «golpistas» te veas…
Amenacerá y veremos…

Gabriel Reyes

@greyesg