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Cinco veces se ha postergado reapertura de teleférico de Macuto

@boonbar  Infografía: Daniela Dávila Torres  @IdeasdeDaniela  

CON EL ÚLTIMO ANUNCIO PRESIDENCIAL DEL RESCATE del Teleférico de Macuto el martes 15 de julio, suman ya cinco veces que el gobierno venezolano promete la reapertura de la fase del sistema teleférico que conectaría a Caracas con el Litoral Central vía el Waraira Repano (Cerro Ávila).

Hasta ahora, se ha  aprobado un total de 650 millones de dólares en una obra cuya primer plan de reactivación se presentó en 1999, después del deslave de Vargas. La nueva fecha de apertura es 2017.

 

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“Sairam Rivas es un trofeo para el gobierno” (VIDEO)

Moreno, madre de la dirigente estudiantil detenida

 

@bonnbar

SANDIS MORENO DEBIÓ ESPERAR CUATRO DÍAS para volver a ver a su hija, Sairam Rivas, luego de que fuera detenida por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB)  la madrugada del jueves 9 de mayo de 2014. Entre el momento en que se enteró del desmantelamiento del campamento de protesta en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes, del cual formaba parte la dirigente estudiantil y cuando finalmente pudo abrazarla, transcurrieron unas 96 horas de angustia e incertidumbre.

El día anterior a la detención de Sairam y otros cientos de jóvenes, Moreno, quien vive y trabaja en Guatire, había estado en Caracas para ser entrevistada junto a otras mamás de estudiantes para un reportaje que saldría publicado en un diario nacional el siguiente domingo, Día de las madres. Aprovechó el viaje a la capital para visitar a su hija, presidenta del centro de estudiantes de la escuela de Trabajo social de la UCV,  en el llamado “campamento de la libertad”, instalado desde febrero como parte de las protestas. Esa noche, que llovió a cántaros e inundó las carpas, fue la última vez que vio a su hija antes de ser  detenida.

“Como a las 6 de la mañana del jueves 9 de mayo, me llamó mi hermana para avisarme que habían allanado los campamentos de Altamira y Chacao. Hasta ese momento me quedé tranquila. Pero cuando prendí el televisor, vi en el noticiero que también la GNB había desmantelado el campamento de la Plaza Sadel y se había llevado a los estudiantes al Fuerte Tiuna. Me entró una angustia enorme”, rememora.

Se fue de inmediato con su esposo al Fuerte Tiuna en busca de su hija. En el Core 5, se encuentran con un numeroso grupo de representantes preocupados por sus hijos detenidos, sin saber lo que iba a ocurrir. Allí esperaron hasta las 5:30 de la tarde, cuando comenzaron a leer una lista de nombres. “Un guardia dijo entonces que si no eran mencionados, teníamos que buscarlos en otro sitio. La espera por escuchar el nombre de Sairam fue terrible. Cuando tuvimos la certeza de que estaba allá, nos pidieron retirarnos y esperar hasta el día siguiente cuando fueran presentados a los tribunales”, recuerda.

Vuelven a Caracas al día siguiente. A las 9 de la mañana del viernes 10 serían trasladados al Palacio de Justicia en autobuses. “Nos dimos cuenta de que llevaban a los muchachos esposados. Sairam me confirmó luego que siempre los mantuvieron con esposas”, cuenta Moreno. En tribunales, los familiares esperaron por alguna respuesta todo el día. A la 1:30 de la madrugada, el abogado del Foro Penal que lleva su caso,  Alonso Medina Roa, les dijo que a esa hora ya nada se podía hacer. Que primero enjuiciarían a los jóvenes de los campamentos de Chacao y Altamira y que volvieran a casa por esa  noche.

El sábado 11 transcurre la segunda jornada de incertidumbre en el Palacio de  Justicia. Moreno llega temprano de Guatire con su esposo, hermanas y sobrinas. Allí aguardaron hasta las 8:30 de la noche, cuando comienzan a salir jóvenes con sentencia. “Aquello fue una escena horrible: muchachos y familiares que lloraban, gritaban. Cuando nos dijeron que Sairam no saldría, no lo podíamos creer: ¿cómo mi hija no va a salir? ¿cómo habíamos llegado a esta situación? ¿Cómo es posible que una muchachita buena, sana, de familia se quedaría tras las rejas? Todos nos volvimos locos. El abogado nos lo dijo claramente: ‘No hay manera de sacar a Sairam. Es un trofeo para el gobierno”. Alegó que la buscaban desde hace tiempo, nunca le perdonaron que ganara el centro de estudiantes de Trabajo social de la UCV en 2012.

Esa noche se presentó un momento de confusión. “En medio de esa situación tan terrible, comenzaron a gritar que venían los colectivos a atacarnos, que teníamos que irnos. Comenzaron a llegar en motos. Quizás fue una decisión del gobierno para que los familiares no pudiésemos reclamar nada. No nos quedó otra que meternos en nuestros carros e salir corriendo de allí. Llegamos a Guatire desesperanzados”.

El domingo 12, día de las madres, Moreno recibe una llamada a las 3 de la tarde del abogado, avisándole que su hija y otros diez estudiantes serían traslados al Sebin, en el Helicoide y que ya podían llevarle ropa y comida. Desde el jueves anterior hasta ese día, no le habían permitido bañarse ni cambiarse.

“La vida de todos se ha trastornado. Ha sido una experiencia muy difícil para la familia. He tenido que abandonar mi trabajo para trasladarme a Caracas a visitar a Sairam los miércoles y sábados, atender entrevistas, asistir a reuniones y ruedas de prensa para denunciar la injusticia contra de mi hija y los estudiantes.  Por fortuna, cuento con el apoyo de mis jefes y  compañeros”, describe Moreno

“Sairam tiene una fortaleza increíble, la que no tengo yo”, admite su madre. “Se mantiene serena, tranquila y con actitud luchadora. Siempre le pregunto cómo puede una muchacha tan inquieta estar encerrada en un espacio tan pequeño. Mientras, pide muchos libros, sigue leyendo sin parar, formándose, escribiendo cartas a todo el mundo, hasta al Papa”.

Moreno cuenta que a Sairam no le permiten tomar sol. “Un día de visita le comenté a un guardia porque tanto encierro y me contestó: no te empieces a poner exquisita como la gente de Simonovis. No tenemos personal femenino para movilizar a las muchachas, así que mejor se quedan allí tranquilas”.

Aún no hay sentencia sobre el caso de Sairam. Se encuentra dentro del plazo de 45 días de averiguaciones. Su madre quiere que su hija retome su vida, pero está consciente de su lucha. “Hay que seguir adelante en esta protesta, que es de todos. Debemos apoyar a los estudiantes. Le pido al gobierno que acabe la represión, que deje a los jóvenes tranquilos y persiga más bien a los delincuentes”.

Radiografía de la crisis en clínicas (Infografía)
Los problemas no están solo en los hospitales públicos. La crisis llegó a los privados. Por eso  los médicos están pegando un grito al cielo. Representantes de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (AVCH) manifestaron su preocupación ante la situación. En una reunión acordaron pedir que se derogue la Providencia 294, que consideran “asfixiante” por regular los precios de los servicios médicos en las clínicas, sin tomar en cuenta sus estructuras de costos. Carlos Rosales, presidente de la organización, la calificó de crisis humanitaria. Cristino García, director ejecutivo de la AVCH, manifestó que la falta de mantenimiento y mal funcionamiento de los equipos médicos se debe a la escasez de repuestos.

@RicardoSanchez  Infografía: Daniela Dávila Torres @IdeasDeDaniela

Vea la radiografía de la crisis hospitalaria:

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Padres de Marco Coello describen las torturas que sufrió su hijo (VIDEO)

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@MariaAlesiaSosa

LA ÚLTIMA VEZ QUE DORIS DE COELLO CIO A SU HIJO en libertad, este le dijo que iría a la marcha convocada por los estudiantes, por el Día de la Juventud. Marco Aurelio, el hijo de Doris, tiene 18 años, estudia quinto año de bachillerato, y vivía hasta hace poco, en Oripoto. Desde hace más de cuatro meses vive en la Comisaría de Polichacao.

Lo ha relatado varias veces, en la audiencia de presentación, a sus padres en las visitas, a los abogados, a la jueza en la segunda audiencia, a sus compañeros de celda. Marco Aurelio hace memoria y revive los sucesos de ese día. “Marco nos cuenta que efectivamente él llegó a la Avenida Universidad, y una vez concluido el acto político se estaba yendo con sus compañeros y avanzaron hacia la esquina de Morroy. Al llegar allá, empezaron los disturbios, porque individuos armados, motorizados, encapuchados, empezaron a arremeter contra los manifestantes y estudiantes que estaban ahí”, relata Armando Coello, padre de Marco.

Marco trató de ocultarse de los disparos que escuchaba, detrás de un kiosco, pero al poco tiempo sintió que alguien lo agarró por la espalda. Logró zafarse y salir corriendo, pero le habían rasgado la franela.

Vio el momento en que Bassil Dacosta cayó, estaba muy cerca del sitio. Mientras tanto, en su casa, sus padres intentaban comunicarse con él, pero su celular estaba muerto.

Las dos, las tres, las cuatro, las cinco de la tarde y los padres de Marco Aurelio aún no sabían dónde estaba su hijo.

El único lugar por donde Marco encontró salida, fue por donde vio una humareda de unos carros que se estaban quemando. Eran unas patrullas de policía. Él no usa reloj, pero cree que fue alrededor de las 5:00 de la tarde cuando cinco hombres sin uniforme lo detuvieron.

“Me dijo: ‘Papá, yo juraba que me estaban secuestrando. Me agarraron violentamente, y siento un golpe fuerte en la espalda. Me sacaron el aire. De ahí en adelante, me llevaron a un sitio que después supe que era el CICPC. Y desde que llegué allá, cuanto funcionario había uniformado, o que tuviera un casco o algo en la mano, me lo clavaba en la cabeza, en la espalda”, declaró el padre.

Doris y Armando, ya muy preocupados por las noticias de ese día, vieron una imagen en Twitter que los descompuso. Era la foto en la que Marco estaba siendo aprendido por varios funcionarios del CICPC.

Desde entonces Coello ha permanecido preso. Lleva más de 5 meses, y ahora esperan que se lleve a cabo el juicio. El mismo juicio del dirigente Leopoldo López. A Al joven de 18 años le imputaron: instigación a delinquir, agavillamiento, daños y quema de materiales.

Han sido cinco largos meses, que según explica la familia, les ha cambiado la vida “diametralmente”.

“Son meses sin trabajar, es muy duro”, confiesa Armando Coello.

Marco fue torturado y golpeado brutalmente por los hombres que lo detuvieron en el CICPC. En el expediente de la audiencia de presentación, consta que él y otros 16 muchachos que permanecieron detenidos en el mismo sitio, declararon que fueron rociados con gasolina, golpeados con bates, palos, extinguidores, palos de golf, electrocutados y torturados psicológicamente.

Los padres de Marco aún confían en que puede hacerse justicia. Mientras tanto, reconocen que su hijo es otra persona. “Marco ya perdió la inocencia, no sólo en su habla, ya tiene otro rostro, ha madurado mucho”, cuenta su madre.

A su padre le consuela que su hijo no se ha dejado doblegar, resalta que se ha mantenido fiel a sus principios en esta dura prueba que le ha puesto la vida. Además cree que no es el único papá que debe sentirse satisfecho. “Creo que muchos padres en Venezuela estamos haciendo bien el trabajo”.

Delibeth Briceño: 28 días en el INOF como una delincuente (VIDEO)

@MariaAlesiaSosa

A DELIBETH BRICEÑO LE MONTARON UNA EMBOSCADA para detenerla. Eso es lo que ella cuenta. La detuvo la Guardia del Pueblo. Eran casi las tres de la madrugada, iba junto a otros compañeros en un taxi para buscar a unos amigos que permanecían escondidos cerca de la carretera Valle Coche. Llamó por teléfono a uno de ellos, y una voz, que no le parecía familiar, le dio las indicaciones de adonde debía llegar. Se dirigió al sitio y allí la estaban esperando, pero no sus compañeros, sino la Guardia del Pueblo.

Los esposaron y revisaron de arriba abajo. En el taxi, encontraron un bolso con bombas lacrimógenas. La acusaron de ser la dueña. Ella siempre lo negó, y lo niega. “No sabemos de quién era ese bolso, no pertenecía a ninguno de nosotros”, reitera.

Briceño había llegado a Caracas el 10 de marzo de 2014. Venía de Maracaibo, de donde es. Asegura que no es dirigente estudiantil, “sólo estudiante”. Decidió irse a Caracas para unirse a las protestas de jóvenes que habían arrancado a principios de febrero en Venezuela.

El 21 de febrero fue expulsada de la Universidad Rafael Belloso Chacín, donde estudia sexto semestre de Comunicación Social.

“Fui botada de mi universidad por protestar. Tenía una pancarta que decía ‘El que se cansa pierde’ y otra que ponía ‘Maldito el soldado que empuña su arma contra su pueblo”, explica.

Cuando la detienen, el 25 de abril, ya tenía varias semanas de actividades: marchas, volanteos, y otras protestas. “Siempre pacíficas”, aclara. Delibeth Briceño se unió al campamento que una organización llamada Jóvenes Venezolanos, levantó en la Plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes. Y que el 8 de mayo fue desmantelado por la Guardia Nacional Bolivariana. El mismo campamento donde estuvo Sairam Rivas, la dirigente estudiantil de la UCV que aún permanece presa.

 

 

La audiencia

“La jueza nunca nos miró a la cara, leyó la decisión como si estuviera leyendo un libreto. Comienza a nombrarnos: Delibeth Briceño, Jennifer Jaramillo van para el INOF”, relata Briceño. Eso fue el día de la audiencia de presentación, a donde los llevaron esposados y amarrados con trenzas de zapatos.

Confiesa que lloró sólo al principio y al conocer la decisión, pero al llegar al Instituto Nacional de Orientación Femenina resolvió ser fuerte y no llorar más. “Vamos a aguantar la pela, y si esto es lo que hay que hacer por la lucha, lo haremos”, dice en su testimonio.

Los guardias que la trasladaron al INOF la trataron bien y hasta se sorprendieron del veredicto de la jueza. “¡Cónchale no pensamos que les iban a hacer eso! Si ustedes son estudiantes, ¿por qué los privaron? ¿Qué les dijeron? Sean fuertes”, cuenta Briceño que le decían los guardias. Además les dieron consejos de cómo debían comportarse en un penal.

 

Lo primero que les dieron fue un par de uniformes del centro: franela y pantalón de mono, color fucsia. Fueron presentadas a la directora del penal, que las interrogó.

−¿Son estudiantes? ¿Son guarimberos o sólo protestan? Por favor no me hagan guarimbas aquí.

−Somos estudiantes y lo que queremos es la unión de un país. No queremos violencia ni división.

−Pues yo no las quiero aquí. En 45 días yo quiero que se me vayan. Pórtense bien, tengan buen comportamiento, para que se les pase rápido el tiempo, métanse en las actividades que hay acá, deportes, educación.

 

Régimen militar

Delibeth dejó de contar los días para que se le pasaran más rápido. Las dos primeras semanas, recuerda que la vida en la cárcel no fue tan dura. Hacían actividades, deportes, trotaban y tenían tres comidas al día. Pero eso cambió con la llegada de lo que ella llama “El régimen”.

“El régimen tiene nombre y apellido: Nelson Cubiano. Llegó con órdenes de la ministra a quitar todos los beneficios y actividades que tenían las reclusas”, señala.

Les informaron que el nuevo régimen era un entrenamiento para salir al país, al mundo de afuera, al socialismo, sin privilegios para nadie. “Nos decían que íbamos a vivir en un régimen donde íbamos a aprender cómo iba a ser el país de ahora en adelante. Que íbamos a salir listas para vivir en socialismo con nuestro pueblo y patria”, cuenta Delibeth.

Allí aprendió a marchar como un militar. Todos los días debían hacer “orden cerrado”, que consistía en el entrenamiento que se le da a los militares. Firme, trote, marcha, saludo a la bandera, y por último: cantar Patria querida, la canción que Hugo Chávez introdujo en las Fuerzas Armadas.

El primer episodio con la autoridad fue cuando Briceño intentó reaccionar ante una medida que prohibía las visitas el día de la madre, y se enfrentó al director regional.

“Pido hablar con la directora, la subdirectora, y el director regional. Les digo que me molesta lo que sucede. No todas tienen la culpa de lo que pasa. Aquí hay gente que no le importa que suspendan las visitas, y hay otras que sí”, explicó.

−¿Quién eres tú?

−Delibeth Briceño.

−Tráeme el expediente de Delibeth.

−¡Ah! Eres estudiante, eres guarimbera.

−Yo no soy guarimbera, soy estudiante.

−Guarimbera.

−Estudiante. Entonces, ¿Usted es golpista por el 4 de febrero? ¿O un lamebotas? ¿O una foca?

−No, yo soy un director, tienes razón, tú eres estudiante.

Fueron varias las requisas en el penal, pero una, durante “el régimen” fue la más violenta y desagradable.

“Nos ponen un silla. Nos pegan a la pared con las piernas más adelante, y con una linterna y ellas con un guante en la mano. Ellas te dicen que tu misma te ayudes. Y con la linterna te comienzan a ver”, narra.

 

−No se ve nada. Agáchate, agáchate.

−Yo no tengo nada dentro. Yo soy estudiante, no me quiero meter en problemas.

La hicieron poner la pierna encima de una silla y le pidieron que se abriera. La funcionaria se acercó y la tocó.

“Yo en ese momento quería quitarla de un solo empujón. Pero respiré profundo, aguanté las ganas que tenía de llorar, la rabia, todo”.

Pero el peor día de su estadía en el INOF fue cuando Nelson Cubiano, la humilló y maltrató físicamente.

“Él tenía en la mano unos expedientes, y es cuando me agarra por el cabello. Él viene, se enrolla mi cabello en su mano, y cuando me empuja, me echa para atrás, me hace arrodillarme”.

−¿Qué pasa?

−“Tú no hables tu eres presa”, le dijo ¿Tú eres guarimbera?

−No, estudiante.

−“Eres guarimbera y te callas”. No quiero que te me vayas a poner a hacer guarimbas, revueltas aquí, ni nada por el estilo. Tu a mí no me conoces, a mi nadie me va a hacer daño. Gobierno no come gobierno. No me importa con quién tu hables. Yo igualito hago lo que tengo que hacer. Yo soy el malo de la película. Si tú te pones a hacer eso: te corto el pelo, te coñaseo y te mando a una cárcel en Margarita. Y lo están escuchando y lo están viendo todas. ¿Entendiste? Te paras, y yo quiero verte al frente de todo el orden cerrado que se va a dar hoy.

Delibeth aguantó, llena de rabia e indignación, pero aguantó.

Había pasado casi un mes, cuando se enteró, por una llamada de su mamá, que iba a salir en libertad. La emoción fue superlativa. La incertidumbre y desconfianza que tenía en el sistema de justicia no le permitían ver un final a esa película de terror.

Pero Briceño reconoce que salió con más preocupaciones, que las que tenía al ingresar. Habla con mucha sensibilidad de las mujeres que permanecen detenidas, privadas de libertad, “en un sistema de justicia que no avanza y que por demás no es precisamente justo”.

Delibeth está siendo juzgada por posesión de objetos incendiarios, y fue liberada con una medida cautelar que la obliga a presentarse todas las semanas en el Tribunal. Delibeth aún no es libre.

Así se cuadró venta de El Universal en España (Video)

EL PERIODISTA VENEZOLANO JESÚS ALBERTO YAJURE  investiga desde Madrid la compra-venta del diario más antiguo de Venezuela: El Universal. Entró a las modestas oficinas con escaso personal y conversó con José Luis Basanta, consejero delegado de Epalistica, la empresa que supuestamente adquirió el diario, según informaron formalmente a la directiva reciente del rotativo. Cuenta detalles y establece similitudes con las situaciones que rodearon a la venta de la Cadena Capriles. Algo no está claro en este asunto…