Mariángela Velásquez, autor en Runrun

Carlos Baute inicia gira De Amor y Dolor con los ojos en Venezuela

LLEGÓ PUNTUAL A LA CITA. Saludó a todos como si fueran amigos del alma y se sentó en una butaca alta a conversar sobre dos temas que dominan su discurso público: su carrera artística y Venezuela.

«Quiero en mi país se enteren de lo que hago», dijo Baute en un encuentro convocado exclusivamente para periodistas venezolanos.

Mucho ha cambiado desde los tiempos en que Baute era presentado como “el llanero de la ciudad” por Gilberto Correa en Sábado Sensacional. Para el país han sido tiempos de dolor y desatinos. Para el caraqueño más popular de Madrid, años de desarrollo y éxito.

Las jovencitas que hoy tararean sus canciones no soñaban con nacer cuando Baute cantaba y bailaba ante las cámaras con un look de tarzán moderno, melena rubia al aire y pecho descubierto.

Ahora proyecta una imagen urbana cuidada al detalle, con una sonrisa digna de comercial de pasta de diente. Y las chicas igualmente se enloquecen.

La gira De Amor y Dolor, su décimo disco desde que lanzó Orígenes en 1994, aún no arranca y ya habla de cifras astronómicas en el dinámico mundo de la música digital. ¿Quién es ese?, junto a la mexicana Maite Perroni y el puertorriqueño Juhn, tiene 50,6 millones de vistas en YouTube y sigue en ascenso.

Sobre su conexión con el público juvenil, Baute explicó que ha sido posible gracias a las plataformas de streaming como Spotify y YouTube, donde los muchachos tienen acceso directo a la música sin esperar a que la pasen en la radio. «Y todos los que trabajan conmigo son mucho más jóvenes que yo». Confiesa que son ellos los que le explican cómo acertar y sortear obstáculos en las redes sociales.

Lo que sí mantiene intacto es su acento. Habla a la prensa, a sus fans y en sus conciertos como si no hubiera salido de Caracas.

Baute, el compositor, sigue escribiéndole al amor pero con ritmos urbanos. Le costó varios años convencer a la casa discográfica Warner Music que le permitieran grabar reguetón. Su estrategia fue componer primero baladas pop y luego meter la excusa de que grabaría un “feat” urbano para montar coreografías para sus conciertos.

Una cosa que Baute ha aprendido lejos de su tierra es a tejer y fortalecer alianzas. Ha grabado con el hispano-dominicano Juan Magan, los andaluces Rasel y Sergio Contreras y el DJ canario Dany Romero. Y en el nuevo disco “Amor y Dolor” tiene feats con los artistas colombianos de Piso 21 y Farina, el panameño Joey Montana, También vuelve a hacer dúo con la española Marta Sánchez y el venezolano Chyno MIranda.

Con Venezuela en la mira

Sobre Venezuela habla sin pelos en la lengua. Apoya al presidente encargado Juan Guaidó y piensa que, a pesar de la impaciencia de muchos por la grave situación que atraviesa el país, es mucho lo que se ha logrado en estos últimos meses para poner cese a la usurpación del poder perpetrada por Nicolás Maduro.

Tampoco tiene reparos en mencionar la desintegración del estamento militar. Tras mirar de reojo a su representante y admitir que quizás la iba a «liar», Baute dijo que para nadie era un secreto que una cúpula de la Fuerza Armada de Venezuela está involucrado en negocios con el narcotráfico mientras que la tropa estaba sumida en la miseria. “Conozco gente humilde del ejército, con amigos, y me dicen que están pasando hambre, que sus amigos no tienen medicinas”.


Lo más cerca que ha estado Baute de su país en los últimos años fue durante el Concierto Venezuelan Aid, organizado por el británico Richard Branson en febrero de este año para recaudar fondos para la ayuda humanitaria en Venezuela.

Quizás fue la entusiasta respuesta del público a la canción “Yo me quedo en Venezuela” lo que impulsó a grabar una nueva versión en 2019. “Le dije al productor Jasmil Marrufo que hiciéramos una nueva versión y allí estamos». Todo el mundo está haciendo su trabajo sin cobrar y las regalías serán destinadas a “Una Medicina para Venezuela”, organización no gubernamental con la que ha colaborado desde hace 4 años y que ha enviado al menos 45 toneladas de insumos médicos para ayudar a aliviar mínimamente la crisis sanitaria.

Guaidó lamentó que al comienzo de los envíos «muchos kilos se perdieron» incautados por efectivos de la Guardia Nacional en el aeropuerto. Pero aseguró que ahora ya tienen establecidos los canales para que los medicamentos lleguen a su destino.

Sueños y conciertos

En España tiene años ganándose a pulso el cariño de un público difícil de convencer. Su popularidad recibió un espaldarazo con su participación en el programa “Tu cara de suena”, donde al principio participó a regañadientes y al final quedó encantado con la experiencia al interpretar a la inolvidable salsera cubana Celia Cruz. En cada emisión del programa salió airoso a pesar de la complejidad de los artistas que debió emular: Juan Gabriel, Lionel Ritchie, Ricky Martin y hasta el personaje animado Miguel de la película Coco.

Baute no tiene reparos en hablar de su vida íntima y ha revelado su profundo amor por su mujer Astrid Klisans y sus niños. La prensa rosa publicó esta semana que los Baute pronto tendrán su tercer hijo.

Sus seguidores de Madrid podrán disfrutar los temas de «Amor y dolor» el viernes 24 de mayo a la sala Riviera, en un concierto que se repetirá en todas las regiones de España durante el verano. A América Latina llegará en octubre, cuando ya tiene previstas presentaciones en México, Argentina y Chile.

Su postura crítica ante el régimen de Maduro le impiden presentarse en Venezuela, pero sueña con volver. Tiene planes de hacer un gran concierto gratuito después de Guaidó convoque unas elecciones libres. Y confía en que ese día está por llegar.

May 20, 2018 | Actualizado hace 6 años

@esresonante

Fotos: Josué Stein

Aluche es un barrio tranquilo los domingos en la tarde, aunque se encuentra en La Latina, uno de los distritos más poblados de Madrid. Y este domingo 20 de mayo no fue una excepción.

Pocas personas transitaron por la calle Camarena, número 10, y poquísimas entraron en el Centro Cultural Fernando de los Ríos para participar en las elecciones presidenciales de Venezuela.

A las 8:00 de la mañana en punto, los encargados del centro de votación estaban listo para recibir a los electores en las 15 mesas que instalaron en la planta baja del espacioso complejo cultural, donde 8.409 venezolanos tenían derecho a votar por haberse inscrito en el Registro Electoral de Madrid antes del 10 de marzo de este año.

Pero la convocatoria fue desestimada por la mayoría de los llamados a votar en la capital española. Entre el mediodía y el cierre del centro a las 6:00 p.m, alrededor de 60 personas entraron a sufragar.

Fuentes del consulado revelaron extraoficialmente que la participación total no llegó a 2% de los votantes, lo que rondaría los 168 votos.

Dentro del recinto custodiado por un guardia de seguridad privado y dos agentes de la Policía Nacional, los miembros de mesas conversaban en voz baja sentados en las mesas vacías, sin nada que hacer.

Una votante, quien participó en los comicios para constatar cómo funcionaba el proceso, explicó que la votación fue completamente manual.

“Me dieron un papel como del tamaño de un cuaderno, con el nombre y la foto del candidato. Y con un bolígrafo debíamos marcar una equis sobre el candidato de nuestra elección”, dijo electora que sufragó a la 1:30 pm.

“Luego había que doblar la papeleta en cuatro para depositarla en la urna. Al final firmé y puse mi huella en el cuaderno de votación pero no había tinta indeleble.”

 Foto: Carleth Morales

Las voces de la abstención

Y mientras el centro electoral permanecía desierto, a unos siete kilómetros al noreste, en pleno centro de Madrid, un grupo de venezolanos opositores al gobierno de Nicolás Maduro fustigaron los comicios y llamaron a la abstención.

Unas mil personas marcharon desde la icónica Puerta de Alcalá hasta Plaza de la Opera gritando consignas contra lo que consideraron unas elecciones fraudulentas diseñadas por Maduro para perpetuarse en el poder.

Los manifestantes agitaban banderas y cruces negras con los nombres de los venezolanos caídos en las protestas antigubernamentales ocurridas en los últimos años en Venezuela.

El político exiliado Antonio Ledezma dijo  vía Twitter que la movilización “era una manera de rechazar la farsa electoral de hoy en Venezuela, de apoyar las incidencias del Tribunal Penal Internacional en La Haya, de apoyar al Tribunal Supremo en el exilio que pide la dimisión, la renuncia, la salida de Maduro”.

El editor Miguel Enrique Otero declaró que “en Madrid sucedió lo mismo que en otras 100 ciudades del mundo: manifestaciones y firmas para rescatar la democracia en Venezuela”.

Un grupo de opositores en Vigo, Galicia, se congregó frente al consulado para rechazar las elecciones  y exigir un proceso transparente.

Foto: Gabriela Lovera

“Queremos libertad, queremos que se vaya este gobierno corrupto, queremos medicinas, queremos comida para Venezuela, queremos que no se nos sigan murieron familiares por falta de medicamentos”.

Las autoridades venezolanas negaron la existencia de irregularidades y aseguraron que los comicios cuentan con “plenas garantías”.

“Para el cumplimiento del Acuerdo de Convivencia y Paz, discutido en Santo Domingo y el Acuerdo de Caracas, refrendado el 2 de marzo por los candidatos participantes en la elección presidencial, el CNE amplió las garantías acumuladas y aplicadas en los 23 procesos electorales previos, en especial las que fueron solicitadas por las organizaciones con fines políticos”, señalaron en un comunicado entregado a la prensa en Madrid.

 

Padrón electoral

En España vota el 21 por ciento de los 108 mil 585 electores venezolanos inscritos en el extranjero para elegir el presidente que gobernará al país entre enero de 2019 y 2025.

Las autoridades venezolanas en España informaron que 22 mil 992 venezolanos fueron convocados a votar en 42 mesas en las cinco ciudades donde hay consulados generales distribuidas de  la siguiente manera: 15 mesas en Madrid, 13 en Barcelona, 8 en Santa Cruz de Tenerife, 4 en Vigo y 2 en Bilbao.

Los escrutinios se realizarán el lunes 21 de mayo a las 8:00 a.m. en la sede del Consulado General de Venezuela en Madrid.

Pero sin importar quién sea el ganador, España ha reiterado que no reconocerá los resultados.

El portavoz del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, enfatizó que las elecciones venezolanas “no son libres, ni democráticas, ni participativas”, y no reúnen los estándares ni de España ni del resto de los países de la Unión Europea (UE).

 

Participación de venezolanos en consulta popular de Madrid superó cifra de empadronados en esa ciudad

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Mariángela Velásquez

Fotos Josué Stein

 

En Madrid, la desobediencia civil venezolana se expresó en forma de  esperanza. Hasta las 6:00 pm, 29.529 venezolanos y españoles nacionalizados participaron, bajo un sol inclemente, en un plebiscito convocado por la oposición el domingo 16 de julio para oponerse a una Asamblea Nacional Constituyente, pedir elecciones libres y rechazar la represión de las fuerzas militares.

La cifra de asistencia dos horas antes del cierre de las mesas superaba en 8.129 electores el número total de venezolanos empadronados en la capital madrileña, que ronda las 21.400 personas, según el Instituto Nacional de Estadísticas de España.

“Eso indica que hay muchos venezolanos viviendo en la ciudad que no figuran en las estadísticas por temor a ser perseguidos o deportados. También hay que tomar en cuenta a los turistas”, dijo Álvaro Luis Moreno, coordinador de Vente Venezuela en España en España.

“Hay unos 270.000 venezolanos empadronados en España, pero estamos seguros que la cifra total supera los 300.000”, advirtió el dirigente político.

Al cerrar la jornada del domingo, la MUD no tenía cifras consolidadas de asistencia en los 72 puntos soberanos que funcionaron en territorio español pero aseguraban que la asistencia había sido masiva.

 

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Torrealba: “No ganaremos una guerra, impondremos la paz”

El ambiente en la icónica Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, era de fiesta. Las personas de todas las edades esperaban bajo el sol veraniego, sin ningún resguardo, para expresar su opinión en las filas destinadas a los 20 mesas de votación.

El periodista y líder comunitario Jesús Chuo Torrealba, ex secretario general de la Mesa de la Unidad, dijo que el mensaje estabaclaro: “Los venezolanos queremos un cambio y lo queremos en paz”.

Sobre la masiva participación de la convocatoria al referendo consultivo organizado por la sociedad civil expresó que los venezolanos desean contarse en una elecciones libres a través del voto.

“Creo que queda muy claro que la decisión que ha tomado el gobierno venezolano no es ganarle la guerra al gobierno, es imponerle la paz. Es construir  una paz tan poderosa, tan amplia, que sea capaz de aislar y segregar y de retar a los violentos. Ese es nuestro reto y lo estamos logrando”, dijo Torrealba.

Sobre las Fuerzas Armadas, el comunicador insistió en que el pueblo de Venezuela no le está pidiendo que cambien de simpatía política o de sustituyan un líder político por otro. “Estamos exigiendo, que en el espíritu del artículo 328, acaten que la Fuerza Armada Nacional tiene que ser eminentemente profesional y no partidista. Trabajemos junto para que las Fuerzas Armadas de un país sean queridas y respetadas por todos”.

 

Gran expectativa

“Vine a participar para que las cosas cambien en Venezuela, para que liberen a los presos políticos, para que no exista la escasez, para que haya medicinas, para que ser presos de la inseguridad”, dijo una mujer que se identificó sólo como Carmen porque se encuentra ilegal en España desde hace un año. “Volvería inmediatamente si las cosas mejoran en mi país”, sentenció.

Mitzi Capriles de Ledezma, esposa del alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, quien se encuentra bajo arresto domiciliario acusado de conspirar contra el gobierno de Maduro, declaró que la convocatoria del 16 de julio ha servido para demostrar al mundo que lo que desean los venezolanos es democracia.

“Una vez más los venezolanos estamos demostrando al mundo que sí queremos democracia”, expresó. “Ya no se trata de que volvieron un desastre la parte económica. Se trata del tema moral, espiritual, de volver a ser los venezolanos que hemos sido siempre.

Recordó que la visión de su esposo , quien dice que Venezuela debe volver a ser un lugar de inclusión.  “Quedará un número equis de gente que piense diferente a como pensamos los venezolanos demócratas, pero con ellos también tenemos que trabajar, con ellos habrá que entenderse.

Eso es lo que esperamos que Nicolás Maduro acabe de entender. Que no hay negociación posible si el no entiende que los militares tienen que bajar las armas para darnos las manos. No queremos botas militares, queremos votos para decirle a Venezuela el próximo presidente que queremos para nuestro país.

 

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Carlos Baute participó en la consulta popular en la Puerta del Sol, en Madrid

 Baute: “El gobierno se tiene que ir”

El popular cantante venezolano Carlos Baute participó en la consulta en la mesa 14 de la Puerta del Sol alrededor del mediodía. Expresó que participaba de todo corazón en apoyo de su gente. “Estoy orgulloso de mis raíces. Estoy orgulloso de ser venezolano”.

Insistió que plebiscito convocado por los factores de oposición “tiene todo el valor del mundo” porque está amparado en la constitución. “Es completamente legal. No vamos a ser 800 mil venezolanos. Vamos a ser millones”.

El artista radicado en Madrid hizo una pausa viajar a un concierto en la ciudad de Granada para expresar su rechazo a Maduro. “Estamos en contra de todo lo que está haciendo el actual gobierno, aunque yo no lo llamo gobierno. Son narcotraficantes, asesinos. Tengo los peores calificativos para el señor Maduro y sus secuaces. Nosotros queremos que Venezuela tenga elecciones y la cosa cambie radicalmente porque nunca habíamos tenido lo que ocurre”, dijo.

Baute aseguró que no le gusta publicar noticias negativas en sus redes sociales pero dijo que no entendía por qué la Guardia Nacional Boliviariana sigue humillando al pueblo. “Cuando un gobierno humilla a un país, pues no debería estar allí”, sentenció.

Antes de marcharse, Baute calificó de “héroes nacionales” a las personas que marcha día tras día en las calles venezolanas. “Nosotros sólo estamos votando pero los verdaderos héroes son los que están marchando. Ya van 100 y pico de días, dándolo todo y no saben si van a regresar a su casa. Porque en Venezuela, cualquier cosa te puede pasar”.

 

Otero: Los venezolanos en el extranjero necesitaban expresarse

“Para los venezolanos que viven en el exterior es fundamental. Ellos no tienen posibilidad de protestar mucho. En Venezuela la gente perdió el miedo, está en la calle, todo los días se manifiesta. Pero cómo hace un venezolano que vive en Kuwait o Australia. Entonces ahora tienen la posibilidad de expresar su rechazo al régimen con este plebiscito.

Otero piensa que ni el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral no van a reconocer los resultados porque son agentes del gobierno, y el gobierno no va a reconocer nada porque es una dictadura autoritaria”. Pero indicó que tiene un gran impacto político y dependiendo de la manera cómo la oposición maneje políticamente el resultado político, “tendría consecuencias muy graves para el régimen”.

Los venezolanos que participaron en el referéndum consultivo convocado por la oposición debían responder las siguientes preguntas.

1.¿Rechaza y desconoce la realización de una Constituyente propuesta sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela?

2.¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional?

3.¿Aprueba la renovación de los poderes públicos, así como la realización de elecciones libres y la conformación de un gobierno de unión nacional?

Luis Manresa, coordinador de Acción Democrática en España y coordinador del Punto Soberano de Plaza Colón, explicó que en ese centro funcionaron 40 mesas, divididas en bloques de 4 mesas que atienden un terminal de cédula del 0 al 9. “Nuestra intención es que la gente no pasara mucho tiempo esperando porque estamos en pleno verano. Tenemos 750 voluntarios, divididos en miembros de mesa, seguridad, logística, protocolo, prensa. Eso facilita que las personas duren menos de un minuto votando”.

 

 

 

 

2.800 venezolanos habían votado en las primeras dos horas de plebiscito en Madrid

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Mariángela Velásquez Melo

Fotos y video Josué Stein

Unos 2.800 venezolanos habían participado a las 10 am. del domingo 16 de julio en la ciudad de Madrid en la consulta popular convocada por la Mesa de la Unidad Democrática para solicitar elecciones democráticas libres y oponerse a la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro.

“Al corte de las 10 de la mañana habían votado 1.200 personas en las 20 mesas de votación de la Puerta del Sol y 1579 en el Punto Soberado de Plaza de Colón”, dijo Alvaro Luis Moreno, coordinador de Vente Venezuela en España y responsable de totalizaciones de la convocatoria.

La cifra de participantes en las primeras dos horas de votación rondaría el 10 por ciento de del número total de venezolanos que participaría en la consulta, que se estima alcanzaría los 30 mil electores en toda España.

Arlen Barrera, coordinador de Voluntad Popular en España, dijo que el Punto Soberado de la Puerta de El Sol se abrió a las 8:00 am con las campanadas de la iglesia.  “Cuando llegamos a instalar las mesas a las 6:00 am habían unos 50 venezolanos esperando para colaborar con nosotros. Eran personas que venían de trabajar toda la noche en locales nocturnos de Madrid pero pasaron por la plaza para colaborar y votar antes de regresar a sus hogares.

Barrera expresó que aunque en Madrid todo el proceso se desarrollaba con normalidad, en Barcelona tuvieron contratiempos por la acción del Concejal de Empresas y Turismo Agustín Colom. “Un concejal de Podemos impidió la apertura de un Punto Soberano en Les Corts, en un local que había sido alquilado especialmente para la consulta. Pero los voluntarios tomaron las calles, pidieron un permiso express y van a votar en la calle, justo frente al Punto Soberano que fue cerrado. Lo que no vamos a permitir es que se quede gente sin votar”.

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Esperanza electoral

“Todo ha sido excelente. El ambiente está lleno de alegría, esperanza, cariño. Esto se parece a la Venezuela que queremos”, dijo Mario Paolillo, médico venezolano residenciado en Madrid, luego de votar en Plaza de Colón.

Miriam Ortega también dijo sentirse esperanzada con que el plebiscito propiciará un cambio positivo para el país. Yo regresaría. Allá está mi casa, mi vida, uno de mis hijos. Ahora la familia está disgregada, pero si todo mejora no dudaría en volver”, expresó Ortega, quien nunca pensó emigrar a los 67 años.

Un grupo de ex trabajadores de Petróleos de Venezuela bromeaba y ondeaban la bandera venezolana frente al centro de votación. “Esta no es la primera vez que votamos en Madrid. Estamos aquí desde el 2002 pero seguimos conectados con todo lo que ocurre en Venezuela”, dio Herbert Vásquez, mientras compartía junto a Ignacio Torres, Wilfredo Manzano, Iván Yenez.

A las 10 de la mañana habían abierto 60 de los 72 puntos soberanos en España. Sólo faltaba la apertura de los centros en las Islas Canarias.

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Venezolanos en Panamá pidieron “No Más” represión al gobierno de Maduro

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Mariangela Velásquez

Ciudad Panamá

El capítulo panameño de una jornada internacional de protestas contra el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro superó las expectativas de Un Mundo sin Mordaza, la ONG que en menos de 5 días organizó una vigilia a la que asistieron varias decenas de personas.

Unos 300 opositores venezolanos que colmaron la mitad de la tradicional Plaza Urracá, ubicada en el sector Bellavista, en la Ciudad de Panamá, gritaban consignas contra lo que consideran un régimen dictatorial y represivo.

“Deseamos sensibilizar y hacer ver la situación de Venezuela a nivel internacional. En este momento estamos vivimos una situación crítica donde la represión ha sido desmedida. Y los venezolanos, panameños y ciudadanos del mundo se unen para decir no más dictadura”, dijo la líder del comité organizador, Iviett Serrano.

Aplaudió la disposición de los venezolanos en Panamá de participar en este tipo de acciones colectivas. “Tuvimos una asistencia bien concurrida, cosa que nos gusta porque es una oportunidad para que los venezolanos estén unidos y no sólo apoyando desde las redes”.

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Aparición de Florido

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional de Venezuela, Luis Florido, fue uno de los asistentes a la vigilia. El diputado de Voluntad Popular por el estado Lara expresó que no se encuentra en Panamá a título personal sino como miembro de la AN, que representa al 80% de los venezolanos.

Enfatizó que el diálogo con el gobierno venezolano fracasó y que no existe posibilidad alguna de reiniciarlo. El único camino posible hacia un entendimiento comenzaría con unas elecciones presidenciales sin políticos presos ni inhabilitados.

Agradeció a Panamá por la hospitalidad y reveló que ha conversado con el ministro de la Presidencia panameña, Álvaro Alemán sobre la necesidad de abrir un canal humanitario y exigir respeto por la Asamblea Nacional.

Lo que piensan los panameños

Al otro extremo de la Plaza Urracá, unas 15 personas sostenían una gran pancarta que decía: “Panamá para los Panameños” y expresaban su rechazo a que extranjeros realicen manifestaciones políticas en territorio panameño.

“Esos venezolanos seguro que no saben ni quién es el indio Urracá, que sí supo defender a nuestro país”, gritaba uno de los ciudadanos panameños que se oponía a la actividad, al referirse a un cacique de la étnia Ngäbe que luchó fieramente durante 9 años contra la conquista española.

“Enarbolar una bandera extranjera es un hecho doloso en Panamá”, “¿Por qué no se van a luchar a su país?”, gritaban.

La policía impidió que la periodista de Runrun.es se aproximara a los manifestantes panameños para preguntar sus nombres y detalles sobre su posición.

Pero otros panameños, como César Sandoval apoyaron la vigilia agitando banderas de Panamá junto a los manifestantes venezolanos.

“Yo estudie fuera de Panamá. Estudié en Brasil y en Estados Unidos. Y todos los estudiantes extranjeros hicimos colectas para los estudiantes nicaragüenses, durante la época de Somoza. Tengo un sentimiento de solidaridad arraigado desde hace mucho tiempo. Hemos vivido fuera de nuestro país y sabemos la situación que se vive cuando uno está lejos”, expresó Sandoval.

Sobre los panameños que gritaban a los venezolanos que regresaran a su país, Sandoval dijo: “Son puntos de vistas. Cada quien piensa diferente y quizás esas personas no ha tenido que vivir situaciones como la venezolana”.

Restricciones migratorias aumentan incertidumbre de venezolanos en Panamá

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La negativa de Panamá de permitir el reingreso de una centena de venezolanos que cruzaron la frontera con Costa Rica para prolongar su estatus migratorio de turistas reanimó la polémica sobre el tema  y generó incertidumbre entre los extranjeros que no han regularizado su residencia en este país centroamericano.

El diario El Venezolano de Panamá informó el viernes que la situación en Paso Canoas, población fronteriza con Costa Rica ubicada en la provincia de Chiriquí, volvió a la normalidad, luego que los venezolanos que se encontraban varados lograran entrar a Panamá después de probar a las autoridades que se encontraban en el país como turistas, o continuaron su viaje hasta San José de Costa Rica, desde donde regresarán a Caracas.

El director del Servicio Nacional de Migración (SNM), Javier Carrillo, negó el miércoles a TVN Noticias la existencia de una “aglomeración “ de venezolanos en Paso Canoas, donde han ocurrido importantes crisis de migrantes en el pasado.

Hasta las nuevas medidas adoptadas por el SNM a finales de febrero, un importante grupo de venezolanos, colombianos y nicaragüenses viajaban a Costa Rica cada seis meses con el único objetivo de cruzar la frontera para estampar su pasaporte y regresar, lo que les permitía permanecer en Panamá como turistas y evadir la multa de 50 dólares mensuales impuesta a los que sobrepasan ese límite.

Carrillo explicó que los inspectores de migración aprovecharon el aumento de tránsito por la frontera por el asueto de Carnaval para explorar la situación de los viajeros mediante las entrevistas que se realizan durante la solicitud del ingreso. Los venezolanos rechazados habrían admitido que trabajaban de manera ilegal en Panamá o no pudieron demostrar ingresos suficientes para mantenerse largas temporadas en el Istmo como turistas.

La máxima autoridad migratoria declaró que comprende que hay personas que vienen a Panamá a trabajar y a contribuir con el desarrollo del país, pero su deber es regular y ordenar ese proceso, por eso invitó a todos los extranjeros que deseen legalizar su situación migratoria a inscribirse en un pre registroque se encuentra en la página web del Servicio Nacional de Migración para determinar cuántas personas tienen interés en permanecer en el país.

Advirtió, sin embargo, que el preregistro es una especie de censo, que no otorga la legalidad a los anotados.

La travesía inconclusa

Ronald Iván Rojas expresó a la televisión nacional panameña su frustración por haber sido uno de los que no habían podido regresar a Panamá. Rojas aseguró que él es realmente un turista y que sus gastos son cubiertos por su madre y sus hermanas que viven fuera de Venezuela.

“No me quieren dejar entrar a Panamá y yo soy turista. Estoy mostrando los 500 dólares y me acaban de mandar 300 euros de Luxemburgo para entrar a Panamá. Entonces,¿Por qué tiene que ser tan injustos con uno?”.

Salir de Panamá por carretera hacia Costa Rica era hasta la semana pasada la opción más popular para permanecer dentro de los límites de lo legal.

El boleto de autobús Ciudad de Panamá a Paso Canoas cuesta 50 dólares, las tarifas de los hoteles baratos rondan los 25 dólares. Del lado panameño, hay franquicias de comida rápida donde hay combos de 4 y 5 dólares. También se encuentran supermercados donde los viajeros se abastecen de alimentos básicos para almorzar y cenar. Del lado costarricense sólo hay tascas y restaurantes que cobran un precios promedio de unos 10 dólares por persona.

La mayoría de los venezolanos que se encontraban varados en Paso Canoas llevaban el presupuesto justo para pasar las 72 horas mínimas reglamentarias, que alcanzarían los 275 dólares. Pero para pasar los 15 días en la frontera podría costar hasta 900 dólares.

La venezolana Abel Mertein declaró al diario La Prensa que muchos de sus compatriotas se quedaron sin dinero después de intentar hasta cuatro veces el ingreso a Panamá, por lo que tuvieron que pedir ayuda a sus familiares y amigos para regresar a su país por Costa Rica.

Me quedo sin papeles

Morela Díaz ha cruzado la frontera dos veces. La primera vez hizo el viaje de ida y vuelta en un día. Seis meses más tarde tuvo que esperar 72 horas en la parte costarricense por nuevas disposiciones del SNM y ahora prefiere quedarse ilegal que regresar a Paso Canoas. El elevado costo de la vida en Panamá, sumado al dinero que envía a sus familia en Venezuela, le ha impedido tener los fondos suficientes para iniciar un proceso migratorio que puede sumar varios miles de dólares.

Sumary Villareal, de 37 años, llegó a Panamá hace 8 meses y no está en sus planes regresar a mediano plazo. Trabaja de manicurista y realiza ocasionales trabajos de limpieza doméstica para mantener a sus 4 hijos, quienes viven en Caracas con su papá. Al terminar su jornada guarda lo justo para sus gastos y el resto del dinero lo manda para asegurar la comida de sus niños.

La vida de Villareal no es ajena a las penurias. Cuenta que en 1999, su casita fue arrasada por el deslave de Vargas. Fue reubicada en un refugio durante 3 años y luego recibió un crédito del gobierno para comprar un pequeño apartamento en Parque Central donde aún están sus hijos.

“Extraño tanto a mis hijos que a veces siento que me voy a volver loca. Pero prefiero estar lejos y mandarles para que tengan comida y lo que necesitan para el colegio. Si estuviera allá estaríamos todos pasando hambre”.

Otra vez para La Habana

Otra situación que ha cambiado drásticamente es la de los migrantes cubanos. Durante años, los cubanos que ingresaban a Panamá no tenían ningún interés en permanecer en su territorio. Ingresaban por el Darién provenientes de otros países suramericanos, atravesaban de punta a punta el país, e intentaban continuar su camino al norte.

Sin embargo, en 2016 la cifra de cubanos en los refugios de Paso Canoas superó los dos mil, ante la negativa de Nicaragua de permitir el flujo migratorio de caribeños. Su situación empeoró aún más cuando el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, derogó la ley Wet Foot, Dry Foot que les otorgaba asilo inmediato si llegaban a territorio estadounidense por tierra. Y a principios de marzo, La Habana y Panamá afinaban un memorándum de entendimiento para deportar a la isla a los 500 cubanos que permanecen en el Istmo.

Lo que dicen los panameños

Las medidas adoptadas por el SNM para controlar el reingreso de extranjeros por la frontera costarricense ha sido aplaudida por los panameños, quienes piensan que el gobierno debe frenar la inmigración para mantener el orden en el país y proteger los puestos de empleo.

“La situación de Venezuela es triste, ¿Pero qué culpa tenemos nosotros que ni tenemos que ver con el gobierno que tiene al país en tal situación? En ningún país del mundo puedes estar de ilegal sin consecuencias. Qué más quisiera yo que emigrar a un lugar con mejor futuro”, dijo la panameña Aileen Giselle al responder sobre un comentario en Facebook acerca de la grave situación venezolana.

Representantes de los gremios profesionales son entrevistados con frecuencia en la televisión nacional para denunciar la proliferación de extranjeros ilegales en el mercado laboral.

La Federación de Asociaciones de Profesionales Panameños ha denunciado reiteradamente la contratación de especialistas extranjeros en áreas reservadas exclusivamente para personas nacidas o nacionalizadas en Panamá, como todas las áreas de salud, arquitectura, ingeniería, periodismo, educación, economía, psicología, contabilidad y considera que tales prácticas atentan contra “la dignidad de los profesionales y trabajadores de la República de Panamá”.

El ex canciller de Panamá, Jorge Eduardo Ritter, opinó en una entrevista al canal de TVN que “los desplazamientos laborales se dan muchas veces porque no se encuentra a la persona calificada en el país para el trabajo”. La mano de obra calificada extranjera llena un vacío necesario para el desarrollo de Panamá. La cifra oficial de desempleo en 2016 rondó un 5,5%.

Entretanto, el gobierno panameño elaboró en febrero un proyecto de ley para aumentar las multas a las empresas que contraten a extranjeros sin permiso de trabajo. Las sanciones alcanzarían hasta los 10 mil dólares a las compañías que reincidan en la contratación de empleados sin permiso laboral.

Las estadísticas del SNM señalaron que 342.944 venezolanos entraron en territorio panameño en 2016, del total de los 3.230.507 extranjeros que lo hicieron por puertos, aeropuertos y carreteras.  No hay cifras sobre el número de venezolanos que permanecen ilegalmente en el país, pero el director del SNM declaró que el total de extranjeros de todas las nacionalidades que desean regularizar su situación migratoria no alcanza los 100 mil.

 

 

 

Venezolanos fuera de casa: La costosa aventura de vivir en Panamá

@EsResonante 

HAY UN DEJO DE TRISTEZA en la mirada de Agustino Bianco que lo acompaña adonde quiera que va. Es un hombre de pocas palabras, de esos que prefieren permanecer callado en las reuniones del colegio donde estudian sus hijas de 8 y 14 años. Las camisas le quedan cada vez más holgadas pero aún su delgadez no es extrema. No es posible dilucidar si está comiendo poco o es de los que rebaja varios kilos de un tirón cuando la preocupación lo arropa. En el caso de Bianco, ambas cosas son probables.

Bianco se mudó a Panamá por una oportunidad profesional. La empresa de tuberías industriales donde trabajaba de gerente de ventas cerró operaciones en Valencia, estado Carabobo, con la intención de arrancar de cero en Centroamérica.

La firma le tramitó su residencia como profesional extranjero con su respectivo permiso de trabajo. Pero cuando todo estaba listo para arrancar, los dueños firmaron un nuevo contrato con el gobierno venezolano y dejaron “guindando” a los ingenieros “trasladados”. La solución que le ofrecieron a Bianco fue reengancharlo en Venezuela con salario de vendedor raso sin rango gerencial.

Como ya había entregado el apartamento donde vía alquilado en Venezuela, Bianco decidió abrirse paso por su cuenta en la capital panameña sin amigos y con muy pocos ahorros.

“Ha sido muy duro salir adelante”, cuenta el valenciano de padre italiano. El presupuesto que calculó inicialmente para mantener a su esposa y dos hijas distó mucho de la cantidad de dólares que en realidad necesitaba. En pocos meses, no tuvo otra alternativa que mudarse de un cómodo apartamento amueblado en una de las avenidas más transitadas de la capital a un pequeño estudio a 40 kilómetros de la ciudad.

Los cuatro integrantes de la familia Bianco ya llevan un año en el pequeño apartamento sin muebles. Lo único que tienen son dos colchones inflables y los artículos personales que guardan en sus maletas.

Y si bien es cierto que Panamá tiene el mayor crecimiento económico de América Latina, con un PIB de 5,8 por ciento en 2015, su capital también es una de las urbes más costosas de la región.

Según la publicación digital Encuentra 24, el precio promedio de un apartamento sin amueblar de 70 metros cuadrados en una avenida comercial, con acceso a transporte público como Vía Porras, oscila entre 900 y 1.200 dólares mensuales.

En las ciudades dormitorios de Arraiján o Tocumen, los precios pueden bajar hasta los 400 dólares, pero los embotellamientos en las horas picos son exasperantes y la gasolina carísima. Con un precio que ronda los 0,79 centavos de dólar por litro, llenar un tanque puede costar hasta 30 dólares.

Para los Bianco vivir fuera de la ciudad ha sido una prueba de fuego. Tienen que despertar a sus niñas a las 4:30 para que lleguen al colegio a las 7:00 y ellos a las 8:00 a la oficina. Además de desembolsar 250 dólares mensuales de gasolina.

Laura Díaz, la esposa de Agustino, ha llorado mucho en los 18 meses que tienen viviendo en Panamá. Hija de padres canarios, Díaz creció en una familia de clase media en San Fernando de Apure. Y aunque no abundaban los lujos, tampoco supo de privaciones hasta el día que decidió mudarse al extranjero.

Ella no extraña los estrenos ni la peluquería, pero le duele no tener dinero para pagar todos los útiles del colegio y una alimentación balanceada para sus hijas. Le parece una ironía que en Venezuela tenía plata y no encontraba lo que quería. Y en Panamá consigue de todo, pero tiene que conformarse con mirar lo que quiere a la distancia, desde el lado de afuera de la vitrina.

“Si pudiera devolver el tiempo y comenzar de cero, averiguaría muy bien cuáles son los oficios y las carreras que puedes desarrollar. Nosotros nos dedicamos a las ventas, y nos vinimos pensando que esto era un paraíso. No conocíamos cómo se maneja la parte comercial, cómo se vende, cómo son las comisiones, cómo son los salarios”, expresó Díaz.

“Pienso que muchos venezolanos nos venimos y decimos: allá resolvemos, si en Venezuela hemos vivido todo lo que hemos vivido, allá hacemos lo que sea, empezando de cero, y resulta que no es tan sencillo. Panamá es un país que te pone muchas limitaciones para ejercer muchas profesiones. Hemos evaluado irnos a España porque yo soy española y allí al día siguiente tengo cédula. Aquí tengo que gastar mucho dinero. Todas las carreras están protegidas”.

Díaz se refiere a los llamados “certificados de idoneidad profesional” exigidos por la ley para ejercer una larga lista de carreras como la medicina, odontología, derecho, psicología, ingeniería, arquitectura, contaduría, periodismo.

Para optar por la idoneidad es indispensable recorrer un largo camino, invertir unos 3 mil dólares y reunir muchos requisitos para alcanzar el primer objetivo, que es una residencia permanente. Si logras ser residente, y aún deseas ejercer una profesión protegida, debes naturalizarte panameño, para lo cual debes vivir en el país durante 5 años y renunciar a tu nacionalidad de origen.

La apureña recomienda sacar bien las cuentas si decides mudarte a Panamá con toda la familia “porque con hijos la cosa es mucho más difícil”. Cree que es necesario venir con ahorros para tener una base para arrancar y tener mucha cautela a la hora de gastar durante los primeros meses del proceso migratorio.

“Más allá de muchos errores que cometimos que hoy no cometería, pienso que no escogería Panamá. Como hija de española, Europa sería mi opción. La legalidad es muy importante. Y aquí es muy caro sacar la documentación. Pero cuando vemos la situación que se vive en Venezuela sentimos que para atrás no hay regreso. Creo que no nos vamos a quedar aquí, pero a Venezuela no regresamos”.

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El resteado

El fin de una relación amorosa fue el último empujón que necesitó Roberto Fuentes para cortar las amarras con Venezuela y probar suerte en otro lugar. La idea de emigrar hacia Estados Unidos le había rondando la cabeza desde la adolescencia pero pasaron los años y nunca logró materializar ese proyecto.

A los 37 años, luego del sacudón emocional de su divorcio, a Fuentes le pareció poco factible alcanzar el preciado sueño americano y lo cambió por otro que parecía más tangible: Panamá. Las ventajas de un país con una economía pujante y una política migratoria que para ese momento era de puertas abiertas le atrajeron de inmediato.

Al magnetismo de un país dolarizado, se sumó a la facilidad de seguir hablando español, la cercanía geográfica para regresar de visita, pero al mismo tiempo mantener a raya el guayabo, y un clima cálido que evitaría innecesarias inversiones en abrigos y pasar el frío parejo durante el invierno.

Fuentes ya había comenzado su camino migratorio dentro de Venezuela, cuando se mudó de Caracas hacia Maturín, estado Monagas, donde era el encargado de una cadena local de supermercados.

Pero en el interior nunca consiguió la tranquilidad que anhelaba al salir de la capital. “Me robaron más veces de lo que puedo recordar. Me quitaron dos motos, un carro, me llegaron varias veces los malandros para que abriera la bóveda. Siempre con pistolas. Siempre fueron robos a mano armada. Uno se acostumbra a que la vida no vale nada”, dice.

Cuenta que en Panamá las cosas no resultaron exactamente color de rosa. “Las cosas han cambiado mucho en los últimos 5 años. Ya no es tan fácil sacar los papeles ni conseguir trabajo y los precios se han disparado”.

Pero desde que se mudó al Istmo nunca ha estado parado. Primero aprovechó sus conocimientos de montañismo y su buena condición física para trabajar limpiando ventanales en los lujosos edificios del distrito financiero de Ciudad de Panamá. Se lanzaba a rapel desde la azotea y pasaba su jornada laboral eliminando la mugre de los cristales, amarrado a la vida con un arnés y una soga.

Ahora intenta abrirse camino por su cuenta manteniendo equipos de refrigeración, aunque no es un área nueva para él.

“Con todo y lo difícil que ha sido no me arrepiento de haber venido. Las veces que he regresado ya no me hallo allá. Aquí estoy más tranquilo y siento que sigue habiendo oportunidades. Bueno, eso es por ahora, porque las cosas podrían cambiar aquí también”, cuenta Fuentes con un poco de preocupación.

Escape de la esclavitud

A Leandro Herrera, de 26 años, lo convenció un conocido de probar suerte en Panamá trabajando en un negocio de servicio técnico de artefactos electrónicos. El amigo puso el capital para montar una tienda en El Dorado, zona donde se concentra la población de origen chino, y Herrera aportaba su mano de obra para atender a los clientes y poner el proyecto en marcha.

El arreglo también contemplaba que compartirían un apartamento que inicialmente financiaría su conocido, pero que pagarían entre todos tan pronto como la empresa comenzara a dar dividendos.

El local nunca dio los resultados esperados para el comerciante venezolano, aunque los conocedores del mercado local saben que los márgenes de ganancia son estrechos y que se necesita un mínimo de 4 años para comenzar a verle el queso a la tostada.

Herrera trabajaba 10 horas diarias, de lunes a lunes, sin percibir remuneración alguna. Y, al final, su benefactor pasó a ser un acreedor porque no le pagaba un sueldo pero sí le cobraba renta, servicios y comida.

La cuenta que sacó el presunto empresario era la siguiente: la habitación amueblada que ocupaba Leandro costaba 400 dólares, los servicios de agua, electricidad e internet sumaban 200 dólares, y la comida otros 300 dólares. Y como esos gastos los iba restando de un sueldo ficticio de 700 dólares mensuales, cada 30 días el desprevenido Herrera sumaba otros 200 dólares a una deuda que en poco tiempo sería impagable.

Para reunir el dinero, el joven técnico decidió extender su jornada laboral desde las 11 p.m. a las 3 a.m. como bartender en una discoteca a las afueras de la ciudad. Pero en unos meses no tenía fuerzas ni concentración para ninguno de los dos empleos.

Un día Herrera se armó de valor y buscó trabajo ejerciendo su oficio por su cuenta, aunque para ese entonces todavía tenía estatus legal de turista. “Ahora me va mucho mejor. Pago mi habitación, mi comida, reuní para sacarme mis papeles y le mando 100 dólares mensuales a mis viejos para que se ayuden con sus gastos”.

“Este camino no ha sido fácil. He tenido que aprender muchas cosas sobre la marcha pero cuando volví a Venezuela en diciembre salí poco con mis amigos. Todos hemos cambiado. Sobre todo yo, porque no puedo creer que todos se hayan acostumbrado a pasar el día haciendo colas, a tener miedo todo el tiempo a que un malandro te mate. Yo ya no puedo. Me regresé a Panamá sin dudas de que no quiero vivir allá”, aseguró Leandro Herrera.

Regresar a la vida

Reina Pietro nunca se acostumbró a vivir en el extranjero. Emigró desde Coro, estado Falcón, a Ciudad de Panamá, donde su esposo montó una empresa de transporte de carga. A diferencia de otros recién llegados, los Pietro nunca tuvieron problemas económicos. Vivían en un cómodo apartamento en la zona residencial de Condado del Rey y su niña comenzó a estudiar en el Colegio Las Esclavas, uno de los más tradicionales y prestigiosos del país.

Pero Reina nunca se sintió feliz. Ni la seguridad de las calles, ni los automercados repletos de comida pudieron llenar el vacío que le dejó la separación de sus costumbres y sus seres queridos.

Con el transcurrir de los meses sólo aumentó la desazón, y el día antes de las elecciones legislativas de 2015, Reina tomó un avión y regresó con su hija a su Falcón natal. “Le pido a Dios que nos dé fuerzas para cambiar y reconstruir a Venezuela. Tenemos que tener fe y esperanza”, dijo en el colegio antes de partir.

Seis meses después reflexiona sobre su decisión. “El país está muy mal y así no hay manera de que uno esté bien. Pero yo no me arrepiento de haber regresado. Debe ser que no soy normal”, expresó.

Reconoce que hay gente que le dice que está loca por volver a un país que atraviesa una severa crisis económica y política. “Es fácil juzgar a los demás cuando tu actitud no te permite ver a los que están por debajo de tu hombro. Las personas que me critican tienen valores cuantitativos. Los míos son cualitativos. Ven un país que muere lentamente y se preocupan porque no pueden comprar un pantalón de marca”.

Reina responde sin vacilar qué tiene Venezuela que no puede encontrar en Panamá ni en ningún otro lugar: “Aquí está mi país, mi gente, mi familia. En Venezuela está mi vida”.