Maria Alesia Sosa Calcaño
@MariaAlesiaSosa
El ministerio de Salud de Colombia reaccionó muy distinto al de Venezuela frente a la epidemia de chikungunya desatada en ambos países.
En Venezuela, la ministra de Salud, Nancy Pérez, ha guardado absoluto silencio sobre nueve pacientes fallecidos por una enfermedad que se presume podría ser chikungunya severa o atípica.
Sin ir más lejos, Venezuela encabeza la lista de países con más casos de chikungunya en Suramérica, según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud. El informe de la semana epidemiológica 37, de fecha 7 al 12 de septiembre, revela que en ese lapso hay 303 casos de transmisión autóctona y 70 importados. MinSalud de Venezuela publica semanalmente el boletín epidemiológico.
Allí se observa claramente cómo ha repuntado la cifra de casos de dengue en el país. Sin embargo, no registran los de Chikungunya. Mencionan este último virus en las medidas preventivas, pero no dan cifras. Dice el informe que la vigilancia del chikungunya debe desarrollarse a partir de la del dengue, teniendo en cuenta las diferencias en la presentación clínica.
Los boletines epidemiológicos son publicados en la página del ministerio, pero ningún funcionario los explica en rueda de prensa. Además, en los gráficos donde se muestra si un estado del país está en estatus de éxito, alarma o epidemia, no especifican bajo qué criterio se determina la situación de cada entidad. Por ejemplo, Bolívar está coloreado de rojo y Monagas de amarillo, pero, ¿qué cifras tiene cada uno para saber en qué estatus están? ¿A partir de qué cifra es epidemia? No se sabe, y nadie explica.
Mientras tanto, en Colombia, el viceministro de Salud pública y Prestación de servicios, Fernando Ruiz Gómez, ofreció una rueda de prensa esta semana para preparar a la población frente a la epidemia. Allí alertó sobre el carácter expansivo que tendría esta enfermedad. Reconoció que en un escenario negativo podrían presentarse 700 mil casos durante 15 semanas epidemiológicas. Sin embargo, aseguró que están preparados para afrontarla.
“Podemos manejar esta epidemia y tenemos disponibles recursos por el orden de $6.400 millones de pesos. La población es fundamental para contribuir en evitar la proliferación de criaderos del vector. Si no hay zancudos no hay presencia del virus de chikungunya, por lo que el mensaje es claro: un recipiente que acumule agua es un potencial criadero, por lo que es necesario botarlo, limpiarlo o taparlo para que allí no se incuben los huevos del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad”, indicó el viceministro colombiano.
Además, el MinSalud del país vecino publicó una guía del ABC de la enfermedad, y en su página web está disponible el audio y el video de la rueda de prensa del ministerio (ver aquí). También está al alcance de los colombianos, el documento de la presentación que hizo Ruiz Gómez con datos, gráficos y zonas de mayor incidencia en su país.
En cambio, las autoridades de la institución homóloga venezolana permanecen calladas. La página web del MinSalud tiene un link para saber más sobre este padecimiento, pero al ingresar hay cinco panfletos escaneados sobre cómo eliminar los criaderos de mosquitos (Ver aquí). Y dos videos informativos generales sobre el dengue y el chikungunya.
Rafael Orihuela, ex ministro de Salud, declaró que lo más grave en casos de epidemia es que las autoridades no informen a la población, porque esto aumenta los casos considerablemente.
La Constitución también demanda que los ciudadanos sean informados. Los artículos 143 y 57 de la carta magna exhortan a los funcionarios a hablar y dar información. «Se prohíbe la censura a los funcionarios públicos para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades», reza el artículo 57. Mientras que el 143 dice que los ciudadanos “tienen derecho a ser informados oportuna y verazmente por la administración pública».
Página del Ministerio de Salud de Venezuela 
Página del Ministerio de Salud en Colombia 
