El presidente del Colegio de Profesores del estado Táchira, Javier Tarazona, denunció que 72% de los estudiantes que viven en la frontera venezolana están desertando de la escuela para dedicarse a trabajar con grupos irregulares vinculados al narcotráfico, el contrabando, el tráfico de combustible, el llamado «bachaqueo» y todo tipo de actividades ilícitas.
Tarazona explicó que unas 8 mil escuelas funcionan en la franja de frontera, desde la Guajira, estado Zulia, hasta Bolívar. «Allí, según las cifras oficiales que maneja el Ministerio de Educación, 167 mil niños en situación de pobreza extrema están fuera del sistema educativo formal».
A través del Proyecto Redes, el vocero, junto a un grupo de docentes, han evaluado la situación de la educación en la zona fronteriza y paralelamente la injerencia de grupos irregulares en los distintos niveles del sistema educativo venezolano.
«Estamos hablando de los estados Zulia, Táchira, Apure y Bolívar. Las aulas se están abandonando producto de la acción de grupos irregulares, aunque éstos no solamente están desarrollando sus acciones en la frontera colombo-venezolana. Venezuela está tristemente cundida por la actividad de los grupos irregulares que han extendido su accionar hasta la propia capital del país».
Abandonan la escuela
A juicio de Tarazona, el contrabando y el narcotráfico son prácticas permanentes que se han convertido en un problema social, político, económico y educativo en el occidente del país. «Hemos venido denunciando el aumento del reclutamiento de estudiantes por parte de grupos irregulares, y este reclutamiento ha generado un modus vivendi en la frontera y ha traído consigo un proceso de deserción acelerado del hecho educativo».
Según datos del docente, unos 75 mil infantes de 0 a 5 años no se encuentran matriculados en educación inicial; 250 mil niños entre 13 y 14 años han abandonado la escuela antes de completar el noveno grado; y 950 jóvenes dejaron de estudiar cuando pasaron al cuarto año de bachillerato.
Por esto, exige al Gobierno atender la causa de esta problemática, identificando a la pobreza como la causante del contrabando, el narcotráfico y la economía paralela que se vive en la frontera. «El gobierno debe generar empleos, garantía de salud, de seguridad, de una educación de calidad, pues solo con ello se podrá mejorar el nivel de vida de los habitantes de la frontera».
Escuela paralela
Denunció que ante la falta de respuestas y atención por parte del Gobierno, estos estudiantes terminan saliéndose de las aulas porque encuentran en la actividad ilícita una escuela paralela.
Según lo señalado por Tarazona, a pesar del cierre de frontera implementado por las autoridades venezolanas en horas nocturnas desde el pasado 11 de agosto, los grupos irregulares siguen actuando con total libertad en la zona.
«Son los grupos irregulares los que controlan, los que dirigen, los que generan la nueva educación en la frontera; porque son los niños que están en la frontera los que cobran por llevar drogas, gasolina, alimentos o cualquier elemento a través de las trochas que surcan la frontera».
