Si algo ha logrado la diáspora en tiempos de madurismo es que haya al menos un venezolano en cada rincón del mundo. Los sucesos acontecidos este jueves en Barcelona así lo confirman.

Coral Meijon es una ingeniero electrónico larense que vive en la ciudad española desde mayo y casualmente se encontraba en la avenida de Las Ramblas haciendo unas compras para su familia en Barquisimeto.

Meijon fue testigo de otro atentado terrorista de ISIS que cobró la vida de al menos 14 personas y dejó cientos de heridos.

«Me encontraba en las tiendas de souvenirs ubicadas en las calles cercanas a Las Ramblas. Salí de una de ellas con mi bolsa, escuché gritos y vi a gente corriendo, aún no sabia que pasaba. Las Ramblas siempre están inundadas de gente, tanto que muchas veces se hace imposible caminar. Vi a una furgoneta pasando por el centro de la avenida y haciendo zig zag. En el momento pensé que era normal, ya que aquí la gente conduce mal, se sube sobre la acera, y de los dos lados de Las Ramblas hay acceso a vehículos; seguí caminando y vi a personas heridas en el suelo, sangre por todos lados, un señor me tomó por el bolso y me tumbó al suelo. Todos se resguardaban en los locales y Cafés de los alrededores, en eso llegó la policía».

Meijon confiesa que al principio no entendía qué pasaba, quedó en shock y no se había percatado de la matanza ocurrida solo a metros de distancia.

«Me quedé una hora más, hasta que nos sacaron de la zona los mossos d’esquadra. Muchos de los propietarios de los locales nos dieron auxilio. Lo mismo con los hoteles».