Delincuentes usan motines y secuestro de policías para llegar a “paraísos” carcelarios
Delincuentes usan motines y secuestro de policías para llegar a “paraísos” carcelarios

 

motin2

 

@ashfloresm

 

En lo que va de año tres sedes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) han sido escenarios de motines protagonizados por reclusos que se encuentran detenidos en esas dependencias de la Gran Caracas. En todos los casos, los motines han tenido el mismo modus operandi. Los presos toman como rehenes a funcionarios policiales para ejercer presión sobre las autoridades carcelarias y lograr su objetivo: ser trasladados a centros penitenciarios.

El primer hecho se registró en enero de 2015 en la antigua Zona 7 de la desaparecida Policía Metropolitana, en Boleíta. Posteriormente, en abril, las imágenes de los presos de la comisaría Oeste, en Catia, amenazando con degollar a un PNB en la azotea del recinto le dieron la vuelta al mundo. El 16 de agosto una situación similar se registró en la sede la PNB en La Yaguara, cuando los detenidos tomaron como rehenes a los policías que los custodiaban.

Aunque  la principal razón que impulsa esta peligrosa forma de protesta es la grave situación de hacinamiento que se vive en las delegaciones policiales del país —debido a las restricciones de traslados de reos impuestas desde el Ministerio de Servicio Penitenciario— criminólogos, estudiosos de la situación de violencia del país, encuentran otras posibles motivaciones detrás de estas «particulares protestas».

El criminólogo Fermín Mármol García, considera que estos motines para exigir traslados se deben a dos motivos: el primero es la desesperación por las condiciones inhumanas en las que viven los reclusos en las policías municipales y estatales del país. Un trabajo de la periodista Angélica Lugo, publicado en El Nacional, detalla que hay 699 presos en los calabozos de las delegaciones policiales de Polimiranda, Cicpc, y policías municipales de la de la Gran Caracas. Se trata de recintos con capacidad limitada, sin ventilación y diseñados para la permanencia de detenidos solo por 48 horas, mientras son presentados en tribunales de control.

 

 

El segundo motivo que estaría detrás de los motines en los retenes policiales es el hecho de que los detenidos saben que “las cárceles venezolanas pueden ser una especie de paraíso donde los presos tienen la posibilidad de ‘divertirse’ y continuar con su carrera delictiva», explicó Fermín Mármol. La afirmación se sustenta en las condiciones privilegiadas con que cuentan algunos centros penitenciarios del país, como Tocorón, donde hay piscina, discoteca y hasta zoológico.

Para el abogado penalista y criminólogo, Luis Izquiel la situación de hacinamiento es tan grave que ahora se ven más pranes en las estaciones policiales que en las mismas cárceles. “El hacinamiento en el país supera el 60%”, agregó. Posiblemente detrás de estos alzamientos, en los que se toman a policías como rehenes, estén algunos «pranes» que presionan con actos de violencia dentro de las comisarías policiales para ser llevados a los recintos penitenciarios como Tocorón, Tocuyito, Rodeo o Yare, entre otros.

Javier Gorriño, criminólogo y ex funcionarios del antiguo Cuerpo Técnico de Policía Judicial (ahora Cicpc), explica que los calabozos de las policías municipales, estadales y el Cicpc, solo están hechos para 48 horas de reclusión. “Más de de ese tiempo no se puede tener a un detenido, por una razón muy sencilla, tener a una persona privada de libertad por más de dos días en un retén policial es un delito flagrante”, indicó.

Gorriño manifestó: “La situación penitenciaria actual no solo es mala, sino que está como nunca jamás había estado. El problema de hacinamiento es muy grave y no se necesita ser un experto para saberlo, ya que en 16 años no se han construido nuevos centros penitenciarios, por el contrario se han eliminado muchos. La situación penitenciaria en latinoamérica siempre ha sido mala, pero hoy Venezuela encabeza la lista”.

Un medio para llamar la atención

Expertos coinciden en que los reclusos saben que el verdadero impacto de las cárceles en la sociedad se da cuando estos hechos se reflejan en los medios de comunicación, es por ello que  utilizan  este mecanismo de protesta para llamar la atención de los medios y del Gobierno y así se puedan cumplir sus peticiones. En los tres casos registrados en sedes de la PNB, los presos lograron sus exigencias.

Los motines continúan, acompañados de las fugas masivas. El miércoles 26 de agosto se registró otro hecho, en la sede de la División de Aprehensiones del Cuerpo Investigaciones Científicas Penales y Criminalística (Cicpc) de El Rosal, esta «protesta» se debió  a la suspensión de las visitas  y la realización de una requisa de más de un día.