Editorial El Venezolano: Bocaranda y Mardo - Runrun
Sendai Zea Jul 17, 2013 | Actualizado hace 11 años
Editorial El Venezolano: Bocaranda y Mardo

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Los casos de Nelson Bocaranda y Richard Mardo no pueden más distintos, pero ambos tienen el mismo origen: la necesidad de apretar la tenaza totalitaria sobre todos los venezolanos.

Bocaranda representa el periodismo independiente, tenaz, perseverante e incómodo en la búsqueda de la verdad, sobre todo cuando esta es ocultada por él poder. No lo pueden soportar, no pueden entender a “preguntadera” herramienta principal de la libertad de prensa, esa que no es solo decir lo que nos de la gana, sino averiguar, husmear, procurar, encontrar la verdad detrás de las cosas que afectan a la sociedad. El periodismo libre tiene que ser a la sociedad lo que la inflamación es al cuerpo humano, si en el cuerpo no podemos percibir las hinchazón los tejidos se necrosan y mueren, en el país si no podemos manejar la verdad, la sociedad se paraliza y muere.

Por eso el Washington Post le dedicó el editorial a Bocaranda, usando en parte la famosa frase del monólogo del coronel Nathan, interpretado por Jack Nicholson, en “A few good men”, “Venezuela can´t handle the truth”. (Venezuela no puede manejar la verdad) Por eso quienes ocupan el ejecutivo necesitan a Bocaranda fuera de circulación, disminuido, dedicado a chismes sin trascendencia, eso de ocuparse de la muerte del presidente que nos vendieron como sano y terminó muriendo, ni de vaina.

El caso de Mardo, es el del dirigente político que molesta donde no tiene que molestar. Hijo de inmigrantes árabes, un ciudadano de clase media dedicado a la cuidad donde nació y donde ha vivido siempre, Maracay. Mardo, fue electo como diputado por el municipio Girardot con más de 121 mil votos ayudó a que la oposición ganara las dos diputaciones nacionales por su distrito y el candidato oficialista sacó 30% menos votos. Es casi seguro que será alcalde de Maracay, peculiar ciudad venezolana de mucha población militar, que Maduro quiere transformar en zona militar.

De pronto por eso, un buen día de inicios de febrero, Diosdado, desde el presídium de la AN, cargó contra Mardo, con la gigantografía de un cheque, que pagaba favores al diputado, pero que terminó siendo un cheque de Mardo para pagar una deuda. Una mentira que han repetido hasta el cansancio junto con otras mentiras, acompañadas por el diputado “Gucci”, Pedro Carreño, por la fiscal Díaz Ortega y por el Tribunal Supremo de Justicia en pleno. Hasta Nicolás se metió en el cotarro. A Mardo hay que acabarlo, porque les gana la alcaldía en la ciudad más militar de Venezuela, es lo que se desprende del manejo de todo el caso. De paso, si el “gobierno” golpea a Primero Justicia y a la Unidad Democrática, mientras muelen a Mardo, aunque sea una mentira redonda, mejor.

Tanto a Mardo, como a Bocaranda, los persiguen desde el poder por lo que representan. Un líder político importante en una comunidad clave que no se puede perder. Y el periodismo libre que toda sociedad moderna necesita.

A 230 años del nacimiento del Padre de la Patria y a 18 semanas de la muerte del peor presidente de nuestra historia siguen pasando cosas en Venezuela, donde la libertad vuelve a surgir. Como siempre.