La historia de cómo Apple terminó pagando U$ 21 millones por un reloj - Runrun

El día después del lanzamiento de la sexta versión del sistema operativo para dispositivos de Apple (iOS 6) comenzaba a leer comentarios sobre el curioso reloj que adornaba las millones de iPads que instalaban la actualización. Inmediatamente miles de personas identificaban el reloj como el de las estaciones de trenes en Suiza.

Muchos lo consideraron un “homage”, un homenaje, un tributo al diseño y la estética de los padres de la relojería. Posiblemente esa fue la intención. Posiblemente el equipo de diseño de interfaz de Apple sintió que era la mezcla perfecta de minimalismo, diseño y funcionalidad, el triunvirato del éxito de la marca.

Mientras todos alabábamos el diseño y resaltábamos las novedades del nuevo sistema el Sistema Suizo Nacional de Trenes opinaba diferente. Los habían robado. Les habían quitado uno de sus íconos, uno de sus símbolos y más importante todavía: una de sus marcas.

El escándalo no tardó en hacerse noticia y los responsables –de ambos lados- cuadraron una reunión. A puertas cerradas se llegó a una decisión: Apple pagaría por seguir usando el famosos reloj de las estaciones ferroviarias suizas. El precio: 21 millones de dólares.

Dinero en mano, los comentarios que siguieron la reunión fueron mucho más dóciles: “Nos sentimos orgullosos de que una marca tan importante como Apple esté utilizando nuestro diseño”.

Y es así como el reloj diseñado en 1944 por el ingeniero suizo Hans Hilfiker, posiblemente se convierta en el más caro de la historia, el mismo que hoy podemos ver en estaciones de trenes  en toda Suiza y en iPads a nivel mundial.