Después de la farsa, por Armando Armas
Armando Armas May 21, 2018 | Actualizado hace 6 años

 

Hace poco más de un mes tuve una conversación con un buen amigo de uno de los comandos de campaña que aceptaron obedecer la convocatoria al circo comicial de ayer.

En esa oportunidad le dije al amigo que efectivamente tenían un candidato, que podría ser presidente si es que habían llegado a un acuerdo con la dictadura y nosotros no sabíamos; pero lo que no ocurriría es que esa persona se erigiría como líder de la oposición. Asi que si ese era su objetivo, quedaron muy lejos de alcanzarlo el día de hoy.

Hoy amaneceremos con los mismos problemas y, los que es peor, con la tendencia a empeorar.

Para los que se preguntan que haremos ahora, aquí mi humilde opinión.

1- En primer lugar debemos estar en sintonía con la gente que se manifestó hoy y con la comunidad internacional. Un pronunciamiento público y unitario quiero decir. De esta manera la dirigencia estará en sintonía con la inmensa mayoría de ciudadanos que decidieron rebelarse en contra del sistema; pero además en sintonía con la comunidad internacional.

2- Debemos consolidar UNA plataforma de lucha. No dos ni tres ni cinco. Con acuerdos mínimos entre el liderazgo, que sean transparentes y de cara al país. Es fundamental que la verdadera oposición, la que decidió no prestarse al engaño de hoy quiero decir, se articule en una sola coalición política, con objetivo claro, símbolos, mensaje y liderazgo renovado.

3- Abogo pues por la renovación del liderazgo a todos los niveles. Es necesaria una gran consulta para elegir el liderazgo colegiado no solo a nivel nacional, sino a niveles estadales y municipales.

4- En este sentido considero que es fundamental tener una posición tajante con respecto a los gobernadores y alcaldes que, una vez juramentos ante la fraudulenta constituyente, se han convertido en elementos para el apaciguamiento de la ciudadanía en su ánimo de cambio y el respaldo a la dictadura través de la cohabitación para acceder a unos “recursos” que debido a la hiperinflación nunca serán suficientes para complir con los requerimientos de la gente.

Especial mención tienen los partidos políticos que se prestaron para la farsa de hoy. Esos partidos quizás traten de aglutinarse en una nueva coalición de una oposición dócil y construida a los fines de sustentar al régimen. En el caso del partido Avanzada Progresista que tiene representación en la Asamblea Nacional, soy de los que opina que deben ser excluidos de la fracción de la unidad y buscar la remoción del 1er Vicepresidente de este órgano.

En palabras del profesor Jorge Lazo Cividanes:

“Si el fracaso nunca tiene consecuencias jamás seremos un país serio”

5- Aumentar la presión internacional que implica seguir denunciando a la nomenclatura de la dictadura y sus testaferros para neutralizar lo que es gran parte de su fuente de poder: el dinero mal habido.

6- No menos importante es la articulación del debate sobre el rumbo que debe tomar Venezuela. Hay muchas ideas e iniciativas muy interesantes, pero ante la complejidad de nuestra situación, mal pudiera una persona o algún grupo pretender imponer una razón y/o una visión absoluta sobre nuestro porvenir. En este particular creo que el debate sobre la dolarizacion de la economía, el cambio de modelo de Estado y sistema de gobierno, el
sistema electoral y en particular la adopción de la doble vuelta electoral, la situación de la industria petrolera y las opciones que tenemos en ese sentido y la pertinencia de solicitar una intervención humanitaria de países de tradición democrática en un eventual periodo transicional, son parte de los temas gruesos que debemos abordar los partidos, sindicatos, los tanques de pensamiento, académicos, ONGs, etc… Un gran debate que recorra cada rincón del país con visiones diferentes, pero con la capacidad de llegar a acuerdos mínimos. Promover la discusión pública y la pluralidad de pensamiento en tiempos de dictadura es una manera de desafiar al régimen.

Todo esto con un objetivo muy claro: mañana, los días y meses por venir, debemos agitar nuestra conciencia y volver a las calles articulando la protesta social con el fin político de tener unas verdaderas elecciones que se traduzcan en el cambio tan ansiado por la mayoría de los venezolanos.

Entramos pues en una nueva etapa de lucha en la cual debemos tener una estrategia clara, mayor coraje, determinación, enfoque, compromiso, disciplina y el necesario refrescamiento del liderazgo.

Después de una farsa lo mínimo qué hay que hacer es apartarse de los farsantes.

 

@ArmandoArmas