Apple se lanzó al mundo de los portátiles en 1989 con el Macintosh Portable, el primer intento de la marca por convertir la línea de macintosh en un ordenador «para llevar». La idea era crear un Mac fácilmente transportable, con todo integrado para funcionar y con autonomía de energía. El sistema de carga fue una de las mayores críticas de los expertos, ya que no podía funcionar directamente con conexión a la red eléctrica y cargaba la batería que luego alimentaría al portátil. Su elevado precio y su poco atractivo como portátil “real” no convencían a los potenciales consumidores pero supuso el inicio de un camino. De él nacieron los Powebook (el de la imagen es un PowerBook G3, de 1998) y después llegaron los iBook (1999-2003), el PowerBook G4 (2001–2006), el MacBook (2006–2009), el MacBook Pro (2006–actualidad) y el MacBook Air (2008–Actualidad).
Tras el Macintosh original, nos encontramos con el Macintosh Plus. Con él nació la autoedición, el Macintosh II trajo el color. Finalmente el paso hacia la modernidad llegó en 1998 con el iMac G3 (el de la fotografía). Fue el primer Macintosh que prescindió de la unidad de disco flexible (disquetera) y que incluyó puertos USB. Y además, era el único ordenador de la manzana en estar disponible en una amplia gama de colores. Tuvo un éxito en el mercado sin precedentes gracias a su facilidad de uso y su innovación, tanto interna como externa. Con él llegó la i de iMac gracias a que empezaba la era de Internet. De hecho, llegaba preparado para el apogeo de la tarifa plana y la conexión por minutos. Apple empezaba a transmitir sus ideas básicas: sencillez, estética y conectividad.
Apple revolucionó de nuevo el mercado con un aparato pensado exclusivamente para la música. En 2001 se presentó el primer iPod, con 5 GB de almacenamiento en un dispositivo blanco más pequeño que una baraja de cartas. Al principio, tanto la prensa como los fans de Apple recibieron el nuevo aparato con escepticismo, y los expertos se preguntaron por qué Apple se metía en el mundo de los reproductores de música. Pero la marca lo tenía claro y compró los derechos de SoundJam MP, un reproductor MP3 para Mac muy conocido, y contrató a tres de sus creadores. Uno de ellos, Jeff Robbin, dirigiría el desarrollo de una aplicación de música digital que nacería de la marca Apple. Llegó iTunes (2001) y Apple buscó el reproductor ideal para él de la mano de Tony Fadell. Todo lo demás llegó rodado. El iPod se popularizó y marcó una época.
Apple anunció el iPhone en 2007, tras varios rumores y especulaciones. Salió en un primer lugar en EE UU como un smartphone de gama alta multimedia con conexión a Internet, con pantalla táctil y sin teclado físico. Dio un paso más e incorporó una cámara de fotos de dos megapixeles y un reproductor de música equivalente al del iPod. El iPhone fue un nuevo y revolucionario teléfono móvil que permitió a los usuarios hacer llamadas con sólo señalar un nombre o un número. El iPhone empezó a sincronizar todos los contactos con el PC, Mac o servicio de Internet como Yahoo!, de manera que el usuario siempre pudiera llevar consigo su lista de contactos completa y actualizada. Steve Jobs muestra el nuevo iPhone de Apple durante la celebración de la exposición MacWorld Conference en San Francisco, en 2007.
Con el iMac llegó una serie de ordenadores pensado para el «todo en uno». Orientados para el mercado doméstico, se caracterizan por integrar el CPU y el monitor en un único aparato. Es decir, todas las ventajas de Apple en menos espacio. La i del nombre llega asociada a Internet, innovación, inspiración, instrucción e individual. En 2009, Apple presenta el iMac Core, con pantallas de 21,5» o de 27», ambas retroiluminados con LED y con webcam integrada.