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Maracay será sede del I Encuentro Internacional de Yoga en la Educación: “Educar para la Paz”

 

 

Del 20 al 24 de junio de 2018, se estará realizando en la ciudad de Maracay, estado Aragua, el I Encuentro Internacional de Yoga en la Educación: “Educar para la Paz”.

Un evento organizado por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel) y la Gran Fratenidad Universal que contará con clases especiales de yoga, charlas sobre los beneficios de la actividad psicofísica y presentación de grupos musicales.

El yoga se originó en la India y se considera una práctica física, mental y espiritual. La palabra «Yoga» proviene del sánscrito y significa unidad ya que representa la unión de la mente y el cuerpo.

Actualmente existen varias formas de Yoga y su popularidad crece alrededor del mundo.

El evento también está enmarcado en el Día Internacional de Yoga que se celebra cada 21 de junio desde que se proclamara por las Naciones Unidas, el 11 de diciembre de 2014, en la resolución 69/131.

Para más información y reserva de cupos para el encuentro escribir a veduyoga@gmail.com.

Programa Encuentro y Congreso by Runrun.es on Scribd

 

 

Pase.Fit, la aplicación para facilitar la visita a los gimnasios en Caracas

PaseFit Fundadoras

 

Desde enero de este año, está disponible la APP Pase.Fit, una aplicación para teléfonos inteligentes, cuyo objetivo es facilitar la practica en los gimnasios de Caracas gracias a alianzas entre varios recintos para ejercitarse.

La aplicación permite planificar mejor la forma de entrenar o de hacer una actividad física de su preferencia aprovechando las ventajas de la tecnología.

Con un único pago al mes, el usuario puede  acceder a clases de Yoga, Pilates, HIIT, Spinning, Crossfit, Zumba, TRX, Telas, E10, artes de combate, running, natación, montañismo, Boot camp, meditación, entre otras disciplinas.

Las hermanas Isabella y Andrea Acosta-Rubio crearon la aplicación, que puede ser descargada a través de Apple store y Google play.

El usuario puede reservar en línea desde 48 horas antes hasta los últimos cuarenta y cinco minutos previos al comienzo de la clase.

«Miles de clases, un solo pase», es el slogan de Pase.Fit. «Tenemos más de treinta gimnasios aliados en esta iniciativa», dijo Andrea Acosta Rubio.

La socia y cofundadora de la aplicación explicó que actualmente hay dos planes. “El ilimitado y el paquete de cinco clases al mes. Para ambos casos el único dato importante es que sólo puedes repetir cuatro veces al mes a un mismo estudio o gimnasio”.

Agregó que el precio de arranque para los usuarios que se suscriban a la APP es de 35 mil bolívares por el paquete ilimitado y 15 mil por el de cinco clases mensuales.

 

5 tips para llevar una vida libre de estrés

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En la actualidad vivimos para rendir 100% durante las 24 horas del día, lo que conlleva a que en ocasiones descuidemos nuestra salud. Y es que desde hace unas décadas para acá se ha vuelto rutina sumergirnos en una vida llena de excesos y obligaciones. Donde muchas veces dejamos poco espacio para nosotros mismos. Desde Locatel desarrollamos el siguiente material para que puedas lograr la tranquilidad mental que todos anhelamos.

El estrés y la ansiedad se han convertido en lo que hoy muchos conocen como los “males” de la vida moderna. Llevar vidas bajo un constante ajetreo diario se ha vuelto costumbre para muchas personas, sin embargo, este estado se ha convertido desde hace años en uno de los mayores detonantes para sufrir de variadas enfermedades atribuidas al estrés, como es el caso de: enfermedades digestivas, trastornos mentales y dolores musculares.

Locatel comprometidos con la salud y bienestar de todos los venezolanos, te brinda 5 sencillos tips para poder sacar el estrés de tu vida:

 

1.- Una rutina matutina tranquila

Muchas personas empiezan su día con una carrera estresante y ya van nerviosos todo el día. La clave para empezar el día con buen pie, es levantarse temprano y realizar una rutina libre de estrés. Vestirse, desayunar y preparar todo con calma para poder hacerle frente al día. La rutina obviamente dependerá de lo que se adapte mejor a tu estilo de vida. Pero lo más importante es encontrar la tranquilidad de la mañana y sacar el máximo provecho de ella.

 

2.- Meditar

La meditación es un poderoso antídoto contra el estrés. En la quietud interna de la meditación, el cuerpo disminuye su producción de las llamadas hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, mientras que aumentan los neurotransmisores asociados con la calma y el bienestar, como la dopamina, la serotonina, y la oxitócica.  Una práctica de meditación regular es una de las más poderosas herramientas para mejorar la salud en general.

 

3.- Crear rutinas para afrontar el estrés

Muchas veces, cuando nos sentimos estresados solemos reaccionar de forma no muy saludable – ira o enfado, sentirse agobiado, abandonarnos, comer comida basura, comprar cosas que no necesitamos, postergar las cosas, entre otros. En cambio, necesitamos formas saludables de lidiar con la presión. Cuando te sientas estresado incluye los siguientes hábitos saludables para liberar el estrés: hacer ejercicios de relajación, yoga, tomar una infusión o dar un paseo.

 

4.- Gestionar el tiempo

Continuamente tenemos la sensación de que nos falta tiempo, y eso no ayuda a nuestra calma interior. Para ello gestiona tu tiempo, enfocándolo en lo que de verdad es importante para ti. Parte del surgimiento del estrés se relaciona con el hecho de siempre estar buscando evitar nuestras tareas. Dedicarle el tiempo necesario a cada cosa que hacemos; sin distracciones; hace que logremos terminar antes. Práctica que ayuda a contribuir con la disminución del estrés.

 

5.- Dormir

Un número cada vez mayor de estudios confirma la importancia del sueño regular y reparador para combatir los efectos negativos del estrés y aumentar el bienestar general. Una buena jornada de descanso te da la oportunidad de reparar y restablecer el sistema mente-cuerpo. Cuando duermes bien, tienes una mejor regulación emocional, mayor inmunidad, menos dolor, y un menor riesgo de padecer varias enfermedades crónicas, como enfermedades del corazón y la diabetes.

 

*Con información Prensa Locatel

 

¿Cómo puede ayudar el yoga a combatir el trastorno bipolar?

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«La vida con el trastorno bipolar puede ser dura. A veces me hundo en la depresión, incapaz de salir de la cama, lloro de forma descontrolada. Y cuando estoy feliz apenas me detengo a comer o dormir hasta que rozo los límites del agotamiento y la desesperación».

Son las palabras de Charlotte Walker, activista de salud mental, escritora y autora del blog sobre trastorno bipolar Purple Persuasion.

«Siempre es una lucha encontrar el término medio. Tomo medicamentos y eso me ayuda. Pero también trato de gestionar mi condición de otras maneras», explica la escritora, quien asegura que la práctica del «mindfulness» (atención plena) le resulta particularmente efectiva.

Y por eso Charlotte se alegró cuando una lectora llamada Rosie la contactó para ofrecerle una sesión intensiva de 25 días de yoga, para así poder compartir después su experiencia.

 

Cuerpo sano, mente sana

La bloguera asegura que en la década de 1990 era «una gran fanática del yoga».

«Practicaba las asanas (posturas de yoga) a diario, en base a textos hindúes, y me ayudaron a calmar mi mente hiperactiva«, declara.

Su psiquiatra le animó a probarlo de nuevo, una idea que también apoyó Tom, el marido de Charlotte. «Tal vez pueda ayudarte a ganar control sobre tus emociones», le dijo.

Así que Charlotte reservó tres clases la primera semana, mientras se preguntaba sobre si podría volver a practicar los asanas después de tanto tiempo y con unos kilos más.

«En el yoga no existen los prejuicios. Si alguien está ahí para juzgar, entonces no están practicando yoga», le dijo Rosie.

El estudio al que iba a ir Charlotte se especializaba en «Power Yoga«, una práctica en la que hay un movimiento dinámico de una postura a otra.

«Cuando llegué al estudio las luces estaban tenues, el aire estaba perfumado y sonaba música relajante. Escogí una colchoneta al fondo de la clase para tener algo de privacidad», relata Charlotte.

«La música aceleró y comenzamos. Nuestra profesora, Lea, nos seguía pidiendo que fuéramos bajando hacia el suelo, primero las rodillas, luego el pecho, después la barbilla».

«Logré hacerlo con las rodillas, pero me caí hacia adelante varias veces».

 

Atención plena

 

Charlotte asegura que sus músculos temblaban fatigados y que se sintió aliviada al tumbarse y relajarse.

«Con los ojos cerrados, me sorprendí cuando Lea se colocó detrás de mi, masajeando mi frente con aceite perfumando. Soy bastante agnóstica, pero mientras presionaba su pulgar entre mis cejas me sentí como la hija de Dios. Suena cursi, pero es cierto», le contó Charlotte a la BBC.

La bloguera dice que su segunda clase tuvo lugar en una sala más amplia y más iluminada, «sin lugar para esconderse».

Charlotte se volvió a caer varias veces, al mismo tiempo que recordaba nombres de posturas de yoga que creía olvidados. Cobra. Arco. Gato. Y el Perro Boca Abajo. Este último muchas veces.

Charlotte probó entonces un estilo de clase diferente: «Yin Yoga», una modalidad en la cual cada postura debe mantenerse durante varios minutos «aceptando y trabajando sensaciones intensas», explica.

«Al principio sentí un poco de pánico. El malestar físico es muy parecido al emocional. Pero al final tuve una sensación de logro real. Me quedé con ella. Hasta el momento, ha sido la clase más difícil».

Dice que, a pesar de seguir practicando yoga durante dos semanas más, todavía siente que esa clase fue la más dura, «incluso con el mismo profesor y mezclando posturas y niveles de energía».

Una constante, explica, es el compromiso con la atención plena.

«Respirar es fundamental en el yoga y mucha gente lo ve como una meditación en movimiento. Una frase de una de las clases todavía resuena en mi cabeza: sin respiración, el yoga serían tan sólo formas».

 

Lograr el equilibrio

 

Durante las clases, a Charlotte le pidieron que estableciera objetivos para llevar a cabo el ejercicio, de manera que debía preguntarse por qué estaba allí y qué quería lograr con ello.

«Entonces tuve un momento de iluminación repentina. Todo lo que quería lograr físicamente era exactamente lo que quería alcanzar a nivel mental».

«Quiero ser fuerte, estable y lograr un equilibrio; quiero tener el control», relata.

Charlotte se vio a sí misma en esa colchoneta, avanzando poco a poco, mejorando en el ejercicio y sintiéndose más fuerte.

«He asistido a seis clases en los últimos seis días, y 16 en total. Me siento mejor mental y físicamente y veo menos diferencias entre ambos estados».

«Continúo descubriendo músculos que no sabía que tenía y no había tenido abdominales en años. Tom dice que me nota más equilibrada y la gente comenta lo bien que me ven».

Y agrega: «En mi interior, siento una claridad que quiero mantener. Las situaciones de estrés ya no son tan estresantes. Ya no estoy tan abrumada por la ansiedad».

«Sigo teniendo el extraño día eufórico y el ocasional día bajo, pero las clases parecen haberme ayudado a encontrar un equilibrio».

«El yoga forma, de nuevo, parte de mi vida, no tengo ninguna duda, voy a continuar. Me ha ayudado a encontrar mi punto medio», concluye.

El yoga podría ayudar a reducir enfermedades cardíacas

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Los investigadores destacan que el yoga está ganando cada vez más aceptación, sobre todo porque se puede indicar en «pacientes con baja resistencia física como aquellos con problemas cardíacos previos, quienes son de edad avanzada y quienes sufren de dolores articulares o musculares»

Esto es lo que revela un estudio de las universidades de Harvard, en Estados Unidos, y Erasmo, en Holanda.

Sus investigadores revisaron 37 estudios que involucraban a 2.768 personas. De esta manera, se demostró que la práctica de yoga reduce los riesgos cardíacos de manera comparable con el ejercicio aeróbico que se logra con una caminata rápida, o andando en bicicleta.

Los resultados muestran que esta actividad reduce la presión arterial y los latidos cardíacos, disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno, además de hacer bajar de peso.

La potencia del efecto que tiene el yoga radicaría en que también reduce el estrés, lo cual mejora las funciones metabólicas, hormonales y nerviosas de la persona.

«Este hallazgo es significativo -según los autores-, ya que hay personas que no pueden o que prefieren no hacer ejercicio aeróbico, las que pueden lograr los mismos beneficios en cuanto a reducción del riesgo cardiovascular».

Menos infartos

El yoga es una disciplina que incorpora elementos físicos, mentales y espirituales, y en diversos estudios se ha visto que reduce el riesgo de infartos cardíacos y cerebrales. El trabajo actual detalla los efectos similares que tiene con el ejercicio aeróbico, lo que según los investigadores podrían deberse al impacto que tiene en la reducción del estrés. «Esto produce un efecto positivo en el metabolismo, las hormonas y el sistema nervioso», según los autores.

Para el doctor Mario Muñoz, cardiólogo y jefe del Departamento de Medicina del Hospital del Trabajador, no es primera vez que se estudia este tema. «Yo estoy de acuerdo en que el yoga bien hecho tiene buenos resultados cardiovasculares, similares a la práctica de ejercicio aeróbico», dice.

Para él, lo importante es que no sea un simple yoga fitness. «Es necesario que sea una escuela seria, que incorpore la filosofía que está detrás», agrega este especialista.

Esto, porque, en su opinión, el yoga puede llevar a la persona a cambiar su dieta y a comer más saludable, a practicar relajación y a hacer secuencias de ejercicios en forma sistemática. Este es el enfoque integral que termina impactando positivamente en la salud, según explica.

Los investigadores, por su parte, destacan también que el yoga está ganando cada vez más aceptación, sobre todo porque se puede indicar en «pacientes con baja resistencia física como aquellos con problemas cardíacos previos, quienes son de edad avanzada y quienes sufren de dolores articulares o musculares».

Según explica, el yoga es similar a los ejercicios «isométricos, que tienen poco movimiento, son más bien estáticos y trabajan posiciones, estiramiento de grupos musculares, pero que requieren de esfuerzo que puede ser intenso», detalla.

¿Se puede entrenar el cerebro para aprender a concentrarse?

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Vía BBC Mundo

Estoy a punto de que me apliquen una descarga de electroimán en la cabeza, una vez por segundo durante ocho minutos.

Me muevo nerviosamente en la enorme silla negra con apoyabrazos de metal que se interponen en mi camino hacia la puerta.

«Sólo tienes que relajarte», dice Mike Esterman, el investigador que me va a administrar la descarga.

Para él es muy fácil decirlo: es el que tiene en la mano el imán.

Vine al Laboratorio de Atención y Aprendizaje en Estados Unidos para tratar de enseñar a mi cerebro a concentrarse mejor.

Esterman y su colega, el neurocientífico Joe DeGutis, le han dedicado casi siete años a un programa de entrenamiento para ayudar a quienes se distraen fácilmente, como yo.

Hasta ahora, sus métodos parecen particularmente promisorios para veteranos de guerra con problemas relacionados con el trastorno por estrés postraumático y lesiones cerebrales, así como personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Pero lo que quiero saber es, ¿son capaces de mejorar la mente distraída de la persona promedio que tiende a postergar sus deberes?

Y si esto es posible, ¿pueden aplicarme el método a mí? ¿Por favor?

«Normalmente es muy difícil modificar un funcionamiento ‘normal’ en uno que esté por encima del promedio o de rango superior», dice el investigador.

Pero después de echar una mirada a mi prueba de «concentración continua» en línea, queda claro que mi caso no entra en la categoría normal.

Saqué 53 puntos, más de 20 por debajo de la media (puedes hacerte la prueba en el vínculo al final de este artículo).

«Definitivamente puedes mejorar», dice Esterman, y me invita a Boston para un curso intensivo de cuatro días.

Esperanza de cambio

Tras una década de estudios neurocientíficos, se sabe que el cerebro adulto se mantiene maleable toda la vida y que puede cambiar para mejor.

Pero –y se trata de un «pero» muy grande- para cambiar cualquier cosa en el cerebro hay que enfocarse. ¿Qué pasa entonces cuando lo que es complicado es el mero acto de concentrarse?

Cerca del 80% de los estudiantes y el 25% de los adultos admite una tendencia crónica a no terminar las tareas. Y más ahora que internet y los teléfonos inteligentes ofrecen un número incontable de distracciones.

Según el psicólogo Tim Pychyl, de la Carleton University, en Canadá, y autor del libro «Solving the Procrastination Puzzle» («Resolviendo el rompecabezas de la postergación»), el problema es principalmente emocional: la distracción es un mecanismo que se activa en momentos de estrés para lidiar con los problemas.

«Tenemos un cerebro programado para preferir la recompensa inmediata. Postergar tareas es una manera de decir ‘preferiría sentirme bien ahora’, dice.

«Pero la fuerza de voluntad es como un músculo… con el tiempo puedes fortalecer tus recursos de la atención».

Objetivo: el cerebro

Y esto es exactamente en lo que DeGutis y Esterman trabajan.

Su programa apunta a la «red dorsal de atención» del cerebro, que vincula regiones de la corteza prefrontal –la parte del cerebro encima de los ojos que ayuda a tomar decisiones- y la corteza parietal, la «mesa de controles» de nuestros sentidos, que está encima y ligeramente hacia atrás de los oídos.

Esta es la parte del cerebro que se activa cuando prestamos atención deliberada a una tarea. Para que funcione, la actividad en otra parte del cerebro -la que se conoce como la «red de modo por defecto», responsable de la divagación, la creatividad y el no pensar en nada en particular- se debe reducir

Estudios con escáneres mostraron que el lado derecho de la red dorsal de atención hace la mayor parte del trabajo.

Las personas que salen mal en las pruebas como las de DeGutis y Esterman muestran más actividad en los dos hemisferios, lo que sugiere que tienen una mayor inclinación por el lado izquierdo, menos eficiente.

El foco

Así que empezamos con una resonancia magnética para que Esterman pueda determinar la región del cerebro que necesita estimulación.

La prueba no es tan mala como me temía. Al principio.

Durante el primer minuto se siente como si estuvieran estallando palomitas de maíz en el cráneo. Cinco minutos más tarde es realmente molesto, como si me estuvieran dando golpecitos constantes en la cabeza.

Además de la estimulación magnética, me someto a sesiones de entrenamiento con computadoras, donde una imagen aparece en la pantalla de tanto en tanto.

El ejercicio consiste en presionar la barra espaciadora cuando aparece una combinación específica tan rápido como sea posible.

Tres días más tarde no he mejorado nada.

Pero de repente, algo hace clic. Mi puntuación da un salto de 11-30% de aciertos a 50-70%.

Empiezo a tener una extraña y repentina conciencia de lo que está pasando en mi mente.

Me doy cuenta, por ejemplo, de que fallé algunas respuestas por estar pensando en cómo escribir este artículo o en qué estaría haciendo mi hijo en ese momento.

DeGutis cree que se trata de un hito importante. Ser consciente de lo que estás pensando es muy útil para tratar de detener la distracción antes de que te lleve demasiado lejos.

Círculo vicioso

Sin embargo, los doctores insisten en que no me han hecho una prueba completa. Normalmente el tratamiento dura unas ocho semanas.

Pero está claro que ha tenido algún resultado. Mejoré considerablemente en todas las pruebas que hice y me siento más calmada y concentrada en general.

¿Es realmente posible que haya cambiado mi cerebro en sólo 4 días?

«No estructuralmente», dicen los expertos al unísono. Sin embargo, el estudio no ha sido en balde.

Lo que estos resultados sugieren, me dicen, es que uso los mismos recursos pero de manera más eficiente.

Estar concentrado no se trata de vaciar toda tu energía en una tarea, sino de permitir que el cerebro se distraiga ocasionalmente y de darle unos «codazos» gentiles para que vuelva al camino correcto.

Estresarse acerca de estar distraído sólo libera un flujo de hormonas al cerebro, que no ayudan para nada.

«Cuando no estás muy ansioso ni estás demasiado absorto en una tarea, los receptores de norepinefrina (una hormona responsable de la concentración) en la corteza prefrontal, llamados alfa 2-A, están encendidos. Si te estresas demasiado, se apagan», dice DeGutis.

Así que, irónicamente, parece que lo que explica mi estado de distracción permanente es que intento concentrarme demasiado, lo cual resulta contraproducente. Es un círculo vicioso.

Naturaleza y yoga para ayudar a la mente

Entonces DeGutis me da las malas noticias.

«El efecto probablemente se desvanecerá en una semana o dos», dice.

Al parecer el entrenamiento cerebral es como el ejercicio físico: tienes que seguir haciéndolo o terminarás tan fofo como al principio.

Me dicen que el contacto con la naturaleza ayuda a la concentración y también sugieren que me apunte a una clase de meditación o haga yoga más de una vez a la semana.

Al final del cuento, sin embargo, lo más importante para mí es que fui a Boston a preguntar si mi cerebro distraído se puede educar.

Y volví con una respuesta clara: sí se puede.