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World Trade Center

El 11 de septiembre, la inutilidad del terror, la ira y la fuerza
El costo de la «guerra contra el terror», por el 11 de septiembre, es 2 de billones de dólares y más de cien mil vidas humanas

 

@fariasjoseluis

A las 8:55 de la mañana de aquel martes, el repique del teléfono celular interrumpió mi modorra. Era el día de mi cumpleaños y en ese entonces la celebración –aún se podía– comenzaba con la semana. Entenderán por qué la llamada me sorprendió en la cama.

Creí que eran mis hijas para llenarme de alegría con sus felicitaciones, deseos y parabienes, pero todavía adormecido recordé que lo habían hecho a las 12 en punto de la noche, como solían.

Se trataba de mi buen amigo «negro Blanco», siempre entre los primeros en llamar, esta vez no para felicitarme sino para pedirme, con voz agitada y nerviosa, encender el televisor y enterarme de lo que sucedía en Nueva York.

Me pregunté en ese momento qué podía estar pasando tan lejos que fuera de mi interés y sin alcanzar a interrogarlo vino la respuesta:

Un avión acaba de estrellarse contra las Torres Gemelas.

Sin dar crédito a sus palabras, sintonicé CNN en español -su señal todavía era posible por acá- y pude ver de inmediato en repetición cómo un avión, que después supe era un Boeing 767, el vuelo 11 de American Airlines con 92 pasajeros a bordo y 32.500 litros de combustible en sus alas, viajando a 600 kilómetros por hora, se incrustaba entre los pisos 94 y 99 de la torre norte del World Trade Center, desatando una inmensa ola de polvo y una horrenda tormenta de fuego.

Era el primero de cuatro aviones secuestrados por 19 miembros de Al Qaeda para cometer un increíble acto de terrorismo en «pleno corazón del Imperio», según expresión posterior de su principal inspirador, por aquellos días un tal Osama Bin Laden.

A las 9:03, vi la transmisión en vivo de un segundo Boeing 767 de United Airlines estrellarse contra la torre sur. Poco después supe que a las 9:37 el vuelo 77 de American Airlines impactaba la fachada del edificio del Pentágono, en Washington, y que a las 10:03 el vuelo 93 de United Airlines se estrella en un campo de Shanksville, en Pensilvania.

¡Increíble! El más trágico atentado terrorista de la historia. Según datos de la Federal Emergency Management Agency (FEMA), en total murieron 2996 personas, incluyendo a los 19 secuestradores y a las 24 personas desaparecidas:

2606 muertos en el World Trade Center.

189 fallecidos en el Pentágono.

44 muertos en Pensilvania.

El susurro de Card y «el aparente ataque terrorista» de Bush

Días después, en mi afán por informarme de todo lo relacionado con el abominable atentado, pude leer en la crónica de William March, reportero del Tampa Bay Times, publicada el mismo 11 de septiembre, que: «El presidente George W. Bush se enteró del ataque al World Trade Center a las 9:07 a. m. de hoy mientras leía a 18 estudiantes de segundo grado en una escuela primaria de Sarasota para destacar un nuevo programa de lectura». No es ocioso el detalle: unos doce minutos después de mí y de millones de personas más.

La fotografía que acompañaba la crónica de March, por demás elocuente, reseñaba en su nota: «En esta foto del 11 de septiembre de 2001, durante una visita al Emma E. Booker, escuela primaria en Sarasota, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Andrew Card, le susurra al oído al presidente George W. Bush acerca del accidente aéreo en el World Trade Center. (AP/Doug Mills, File).

Refiere March que a las 9:30, Bush se acercó a la audiencia congregada en el centro educativo para dar una breve declaración:

–»Este es un momento muy difícil para Estados Unidos. Hoy hemos tenido una tragedia nacional. Dos aviones se estrellaron contra el World Trade Center en un aparente ataque terrorista en nuestro país».

Y dio cuenta de que el presidente informó que había hablado con el vicepresidente Dick Cheney, el director del FBI y el gobernador de Nueva York:

–He ordenado que todos los recursos del gobierno federal ayuden a las víctimas y sus familias, y que realicen una investigación a gran escala para perseguir y encontrar a las personas que cometieron este acto”.

Por último, Bush pidió un momento de silencio y cerró diciendo:

–Que Dios bendiga a las víctimas y sus familias, muchas gracias.

«La caravana presidencial partió inmediatamente de la escuela y lo llevó al aeropuerto internacional de Sarasota-Manatee. El presidente abordó el Air Force One y el avión partió a las 10:55 a. m.», narra Card.

Ya en Washington, el Bush desconcertado y de rostro sombrío de la escuela había tomado aire para elevar el tono en su segunda declaración del día:

–No se equivoquen, los Estados Unidos cazará y perseguirá a los responsables de estos actos cobardes.

«Incredulidad» e «ira inquebrantable»

Doce horas más tarde, desde la Casa Blanca, es el momento del discurso estructurado. Bush dispone de información para delinear con más claridad la respuesta de su gobierno. Va su breve discurso:

Buenas noches. Hoy, nuestros estimados ciudadanos, nuestro estilo de vida, nuestra misma libertad fueron atacados en una serie de actos terroristas deliberados y mortales. Las víctimas estaban en aviones o en sus oficinas; secretarias, hombres y mujeres de negocios, miembros de las fuerzas armadas y trabajadores federales; mamás y papás, amigos y vecinos. Miles de vidas fueron destruidas por actos de terror malvados y despreciables.

Las imágenes de los aviones que volaban hacia los edificios, de los incendios que ardían, del colapso de inmensas estructuras, nos han llenado de incredulidad, de una tristeza terrible y de una ira callada e inquebrantable. Se pretendió que estos actos de asesinatos masivos asustaran a nuestra nación, llevándola hacia el caos y la retirada. Pero han fracasado; nuestro país es fuerte.

Un gran pueblo ha sido llevado a defender a una gran nación. Los ataques terroristas pueden sacudir los cimientos de nuestros mayores edificios, pero no pueden tocar los cimientos de los Estados Unidos. Estos actos destrozaron acero, pero no pueden mellar el acero de la determinación estadounidense.

Estados Unidos fue blanco de un ataque porque somos el faro más brillante de la libertad y oportunidad en el mundo. Y nadie hará que esa luz deje de brillar.

Hoy, nuestra nación vio la maldad, lo peor de la naturaleza humana. Y reaccionamos con lo mejor de los Estados Unidos –con la audacia de nuestros trabajadores de rescate, con el cariño de los extraños y vecinos quienes acudieron a donar sangre y a ayudar en la manera en que pudieran.

Inmediatamente después del primer ataque, implementé los planes de respuesta a emergencias de nuestro gobierno. Nuestras fuerzas armadas son poderosas y están preparadas. Nuestros equipos de emergencia estaban trabajando en la Ciudad de Nueva York y en Washington, D.C., para ayudar con los esfuerzos de rescate locales.

Nuestra primera prioridad es llevar ayuda a aquellos que fueron heridos, y tomar todas las precauciones para proteger a nuestros ciudadanos en casa y por todo el mundo de más ataques.

Las funciones de nuestro gobierno continúan sin interrupción. Las agencias federales en Washington que hoy tuvieron que ser evacuadas volverán a abrir esta noche para el personal esencial, y estarán abiertas para operaciones mañana. Nuestras instituciones financieras permanecerán sólidas, y la economía estadounidense también estará lista para operaciones.

La búsqueda de aquellos que están detrás de estos actos malvados está en camino. He encauzado todos los recursos de nuestra inteligencia y nuestras comunidades que velan por el cumplimiento de la ley para encontrar a aquellos responsables y enjuiciarlos. No haremos distinción alguna entre los terroristas que cometieron estos actos y aquellos que los protejan.

Estoy muy agradecido a los miembros del Congreso que se me han unido en condenar firmemente estos ataques. Y en nombre del pueblo estadounidense, agradezco a los muchos líderes internacionales quienes han llamado a ofrecer su condolencia y asistencia.

Los Estados Unidos y nuestros amigos y aliados se unen con todos aquellos que quieren la paz y la seguridad en el mundo, y somos solidarios para ganar la guerra contra el terrorismo. Esta noche, pido sus oraciones por todos aquellos quienes se acongojan, por los niños cuyos mundos han sido deshechos, por todos aquellos cuya sensación de seguridad ha sido amenazada. Y rezo por que los consuele un poder superior a cualquiera de nosotros, el que se ha pronunciado a través de las eras en el Salmo 23: ‘Aunque camine por el valle de la sombra de la muerte, no temeré mal alguno; porque Tú estás conmigo’.

Este es el día en que todos los estadounidenses estamos unidos por nuestra determinación a favor de la justicia y la paz. Estados Unidos ha aplastado a nuestros enemigos anteriormente, y volveremos a hacerlo esta vez. Ninguno de nosotros olvidará jamás este día. Seguimos hacia adelante para defender la libertad y todo lo que es justo y bueno en nuestro mundo.

Gracias. Buenas noches y que Dios bendiga a los Estados Unidos.»

«El bien contra el mal»

En sus declaraciones a la prensa del día 12 de septiembre, el presidente Bush dijo: «Los ataques deliberados y mortales que se produjeron ayer contra nuestro país fueron algo más que meros actos terroristas. Fueron actos de guerra”.

La respuesta del gobierno norteamericano ganó forma rápidamente dentro del esquema de valores absolutos: bueno y malo, blanco y negro con los que Bush veía al mundo.

El concepto fue presentado con concisión y claridad: “Estamos en una lucha monumental del bien contra el mal”.

Así, el anterior combate de su admirado Ronald Reagan contra el «imperio del mal» devino en la «Guerra contra el terror».

El 15 de septiembre, en su programa radial, Bush sentenció: «Quienes hacen la guerra contra los Estados Unidos han escogido su propia destrucción».

Advirtiendo:

La victoria contra el terrorismo no se logrará en una sola batalla, sino en una serie de acciones decisivas contra organizaciones de terroristas, y contra los que les dan asilo y los apoyan. Estamos planeando una campaña amplia y sostenida para asegurar a nuestro país y erradicar el mal del terrorismo.  Y estamos empeñados en ver este conflicto hasta su final».

«Nuestro duelo se ha convertido en ira y la ira en resolución»

Pero el anuncio definitivo de la «guerra contra el terror», la declaración formal del presidente George W. Bush, tras considerar que «el 11 de septiembre los enemigos de la libertad cometieron un acto de guerra contra nuestro país», fue el 20 de septiembre, en sesión conjunta del Congreso estadounidense.

En su discurso están los trazos generales de cómo concebía el conflicto que estaba por iniciar: “Esta noche estamos en un país consciente del peligro y llamado a defender la libertad. Nuestro duelo se ha convertido en ira y la ira en resolución».

Le habla al país, al mundo y a los terroristas:

Los estadounidenses se preguntan: ¿Cómo lucharemos y ganaremos esta guerra? Dedicaremos todos los recursos bajo nuestro poder (…) a la interferencia y derrota de la red global de terror.

Esta guerra no será como la guerra contra Irak hace una década, con una liberación decisiva del territorio y una conclusión rápida. No será igual a la guerra aérea sobre Kosovo hace dos años, donde no se utilizaron tropas terrestres y donde no se perdió un solo estadounidense en combate».

Bush preparaba al pueblo norteamericano para una guerra larga, como en efecto lo ha sido:

Nuestra reacción involucra mucho más que la retaliación instantánea y los ataques aislados. Los estadounidenses no deben esperar una batalla, sino una campaña larga, distinta a cualquier otra que hemos visto. Posiblemente incluya ataques dramáticos, que se puedan ver en la televisión, y operaciones encubiertas, que permanecerán secretas aún tras el éxito».

El resto del mundo no podía quedar fuera de la cruzada contra el terrorismo:

«Privaremos a los terroristas de financiamiento, pondremos a los unos contra los otros, los haremos ir de un lugar a otro, hasta que no haya refugio o descanso. Y perseguiremos a las naciones que ayuden o den refugio al terrorismo.

Toda nación, en toda región del mundo, ahora tiene que tomar una decisión. Están de nuestro lado, o están del lado de los terroristas. A partir de hoy, cualquier nación que continúe albergando o apoyando al terrorismo será considerada un régimen hostil por los Estados Unidos.

Nuestra nación ha sido advertida: No somos inmunes a los ataques. Tomaremos medidas defensivas contra el terrorismo para proteger a los estadounidenses».

«Los estadounidenses no deben morir…»

Como enseñanza para quienes por estas latitudes asientan sus esperanzas en una fuerza militar norteamericana o internacional que nos libere de la opresión, va la rotunda declaración del presidente Biden: «Los estadounidenses no deben morir en una guerra que los afganos no están dispuestos a luchar por sí mismos».

La peregrina idea de que los actos de fuerza aseguran soluciones estables es desmentida una vez más, quedando sujeta, si acaso, a circunstancias muy específicas que puedan hacerlas posibles.

«La difusión de valores e instituciones –asienta Eric Hobsbawm– así nunca puede materializarse por medio de la imposición súbita de unas fuerzas externas; a menos que en su punto de aplicación se den ya las condiciones capaces de adaptarlas al entorno y de hacer que se acepte su introducción». Y nos recuerda: «existen muy pocos atajos en la historia: una lección que el autor ha aprendido, entre otras razones, por haber vivido y reflexionado sobre buena parte del siglo pasado».

Veinte años después de «guerra contra el terror», según Los Ángeles Times, el costo es de 2 de billones de dólares y compromisos por 2 billones de dólares más por pagos en atención médica, discapacidad, entierros y otros costos para los aproximadamente 4 millones de veteranos de las guerras de Afganistán e Irak.

El costo humano en vidas, hasta abril de 2021, es de 2448 militares estadounidenses, 3846 contratistas estadounidenses, 66 000 militares y policías afganos, 1145 miembro de fuerzas aliadas, incluidas de la OTAN, 47 245 civiles afganos, 51 191 combatientes del Talibán, 444 trabajadores humanitarios y 72 periodistas.

El argumento humanitario para justificar la invasión armada, sustentado en la promesa de reconstruir el país y dotarlo de instituciones democráticas firmes y duraderas, tiene poderosos mentís en la realidad: en Afganistán la mortalidad infantil se redujo solo en 50 % y apenas un 37 % de las niñas aprendieron a leer.

Aaaahhh, la «Guerra contra el terror» se echó diez años para dar de baja, ahora sí, al «diabólico» Osama Bin Laden. Pero los talibanes han regresado al poder sembrando el terror, destruyendo inhumanamente todo el whisky y el vino que encuentran a su paso y lo peor: cubriendo el rostro de sus hermosas y sensuales hembras.

Al parecer se cierra una era de la seguridad nacional y la política exterior estadounidense dominadas por la ira…

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

10 detalles que no sabíamos sobre el 11 de septiembre

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El 11 de septiembre de 2001, el mundo se paralizó y fue testigo de uno del ataque terroristas más grande de la historia moderna, dos aviones piloteados por extremistas islámicos impactaron contra las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, causando la muerte de 3 mil personas e hiriendo a otras 16 mil.

A la par otra secuestrada aeronave se estrelló contra una ala del Pentágono y una cuarta se precipitó a tierra antes de llegar a su destino: la Casa Blanca.

16 años después la página #EsTrending nos enumera 10 hechos posteriores a la tragedia que todavía enluta a los estadounidenses:

1- Solo 18 personas fueron sacadas con vida de los escombros del World Trade Center

2- Tomó 100 días a los bomberos apagar todos los incendios en la zona de los atentados en Nueva York

3- Un total de 3051 niños perdieron a sus padres. 17 nacieron de viudas cuyos progenitores murieron en los ataques

4- Se recuperaron 65 mil artículos personales entregados a los familiares de las víctimas: 437 eran relojes y 144 anillos de matrimonio

5- 8 millones de toneladas de escombros fueron retirados de la Zona Cero. La operación tardó 9 meses

6- Dueños de botes privados sacaron a 500 mil personas de Manhattan, en lo que se conoció como el «9/11 Boatlift»

7- Canadá tomó 255 vuelos desviados de Estados Unidos el 11S y alimentó gratuitamente a todos los pasajeros

8- Con el acero proveniente de las Torres Gemelas se construyó el USS New Yorknombrado en honor a las víctimas del atentado

9- El 11S, la Reina de Inglaterra rompió el protocolo y ordenó tocar el Himno de Estados Unidos durante el cambio de la Guardia Real

10- Los perros de salvamento encontraron tan pocas víctimas vivas que se deprimieron, por lo que los oficiales se escondían entre los escombros para que los canes los hallaran y estuvieran motivados

 

16 años después del 11-S, las heridas siguen abiertas

11S

Este lunes se cumplen 16 años de los cuatro atentados terroristas perpetrados por Al Qaeda en suelo estadounidense. El más mortífero de ellos se corresponde con el ataque del grupo islámico al World Trade Center de Nueva York, lugar donde se levantaban las denominadas Torres Gemelas, en el momento en el que dos aviones de la compañía American Airlines impactaron contra ellas en la mañana del 11 de septiembre de 2001. Tras los impactos, el pánico se apoderó de la ciudad y debido a la virulencia de la colisiones, ambos edificios acabaron derrumbándose dos horas más tarde produciendo la muerte de casi 3.000 personas e hiriendo a otras 6.000 entre trabajadores, personal de emergencias y cuerpos de seguridad.

En el interior del complejo trabajaban un total de 40.000 personas. A lo largo del día, se sucedieron el resto de ataques. Un tercer avión secuestrado se estrelló contra una de las fachadas del Pentágono, y un cuarto cayó en campo abierto sin alcanzar su objetivo prioritario, el Capitolio de los Estados Unidos, en la ciudad de Washington.

Pronto, las imágenes de los atentados terroristas dieron la vuelta al mundo. En el caso de Nueva York, la destrucción del World Trade Center a afectó a 6,5 hectáreas de terreno. Durante semanas los equipos de rescate se emplearon a fondo en la búsqueda de los restos de las víctimas y de posibles supervivientes. En el peor ataque sufrido por Estados Unidos en su historia, el fuego que humeaba en la denominada «zona cero» tardó casi 100 días en extinguirse.

La respuesta política del por entonces presidente republicano George Bush consistió en lanzar una misión coordinada para dar con el paradero de Osama bin Laden, el cerebro de los atentados y fundador de Al Qaeda, que incluía una acción militar en Afganistán. La región se sumió en un período mayor de alteración política y social con el envío de tropas de una coalición occidental, coordinada por Estados Unidos, para derrocar al dictador Sadam Husein. Las tropas norteamericanas se mantuvieron en el país hasta diciembre de 2014. Bin Laden prosiguió huido al frente de la organización hasta el 2 de mayo de 2011, cuando unidades de élite de EE UU le abatieron en un tiroteo en la localidad de Abbottabad (al noreste de Pakistán), donde permanecía escondido.

Después el 11 de septiembre, Nueva York ha ido recobrando poco a poco la normalidad y con el transcurso de los años se han levantado nuevos edificios y memoriales en recuerdo de las víctimas mortales, de un total de 372 nacionalidades diferentes. Reino Unido fue el segundo país más azotado por la tragedia. Desde 2001, la ciudad mantiene una unidad antiterrorista especializada que cuenta con casi 2.000 personas.

 

Monumentos iluminados y caricaturas: Los homenajes a las víctimas del atentado terrorista en Bélgica

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Algunos de los monumentos y edificios más emblemáticos del mundo, como la torre Eiffel en París o el One World Trade Center de Nueva York, se tiñeron con el rojo, amarillo y negro, la bandera belga, en solidaridad con las víctimas de los atentados terroristas de Bruselas.

“París y Bruselas están unidas”, dijo la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, al anunciar que el símbolo de París se iluminaría esta noche con esos colores.

Al otro lado del Atlántico, en Nueva York, la antena del One World Trade Center también se ha iluminado al caer la noche.

“Nueva York se solidariza con el pueblo de Bélgica en rechazo al odio y el extremismo, nos unimos al resto del mundo en el luto por las víctimas y seguimos comprometidos a ayudar a crear un mundo más justo y pacífico”, dijo Cuomo.

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Puedes ver más detalles de los ataques terroristas en Bélgica AQUÍ

 

La puerta de Brandenburgo, uno de los monumentos más representativos de Berlín, también se iluminó con los colores belgas.

“Nuestros pensamientos están hoy con las víctimas mortales, los heridos y sus familias. Berlín está al lado de Bruselas, representante de la solidaridad y unidad europeas”, afirmó en un comunicado el alcalde-gobernador de la capital y ciudad-estado, Michael Müller.

Y se unieron a este movimiento de solidaridad el Palacio Real de  la Fontana de Trevi en Roma o el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa, en Dubai.

Al igual que cómo ocurrió después del 13 de noviembre, las imágenes y caricaturas con mensajes de solidaridad y apoyo a los ciudadanos de Bruselas y las víctimas tampoco se hicieron esperar.

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Brademburgo

DUBAI

Dubai

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Holanda

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Italia

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París

…… #life #live #haine #belgium #belgique #bruxelles #brussels #soutien #courage #prayforbruxelles Una foto publicada por Niko Bellic (@nikobellic85) el

 

 

*Con información de Unión Radio

Obama encabezó minuto de silencio por las víctimas del 11-S

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Nueva York. El presidente estadounidense Barack Obama y su esposa Michelle encabezaron este viernes en el jardín de la Casa Blanca un minuto de silencio para recordar el 14º aniversario de los atentados del 11 de setiembre de 2001 que dejaron unos 3.000 muertos.

El momento de silencio fue observado a las 08: 46 horal local, cuando el primer avión de línea secuestrado por terroristas de Al Qaeda se estrelló contra la torre norte del World Trade Center (WTC) en el sur de Manhattan.

En Nueva York, la ceremonia se llevaba a cabo en el National September 11 Memorial Plaza, inaugurado en el 2011 en el lugar donde se levantaban las Torres Gemelas del WTC, con la presencia del alcalde Bill de Blasio, sus predecesores Rudolph Giuliani y Michael Bloomberg y el jefe de la policía Bill Bratton.

En una mañana parcialmente nublada y no tan calurosa como las últimas semanas, el acto en el predio arbolado con los dos enormes piletones negros construidos en los cimientos de las torres comenzó con el sonido de tamborileros de la policía, que ingresaron al lugar acompañando una enorme bandera estadounidense.

El lugar quedó sumido en un silencio sobrecogedor a las 08:46 y a continuación sonaron las gaitas de las policía y los familiares de las víctimas empezaron a leer en orden alfabético los nombres de las 2.983 personas fallecidas entre los ataques del 2001 y el atentado contra el WTC en 1993.

«Emociones y recuerdos del 11-S están con nosotros de manera tan viva hoy y siempre. Nunca olvidaremos a nuestros seres queridos y socorristas», dijo De Blasio en un mensaje en su cuenta Twitter.

El presidente del Memorial del 11-S, Joe Daniels, recordó de su lado que es «un honor solemne y una obligación nacional reunirse para leer los 2.983 nombres que están grabados para siempre» en ese lugar.

Los ataques del 11-S provocaron la invasión de Afganistán por parte de una coalición liderada por Estados Unidos para desalojar al régimen talibán, que había ofrecido santuario al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.

Dos años más tarde, en 2003, los estadounidenses lanzaron otra guerra contra Irak, acusando al por entonces presidente de ese país Sadam Hussein de ocultar armas de destrucción masiva.

Bin Laden fue eliminado por fuerzas especiales estadounidenses en una operación secreta en mayo del 2011 en Pakistán.

 

El World Trade Center reabre sus puertas tras 13 años

People walk next to the One World Trade Center in New York

NUEVA YORK (AP) — Trece años después del atentado terrorista del 11 de Septiembre, el resucitado World Trace Center vuelve al trabajo, en un hito emocional para los neoyorquinos y el resto del país.

El gigante editorial Condé Nast empezará a mudarse el lunes al One World Trade Center, un rascacielos de 104 plantas y 3.900 millones de dólares que domina el paisaje de Manhattan. Es el edificio más alto del país.

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El edificio es la pieza central del terreno de 16 acres (6 hectáreas) donde se alzaban las malogradas Torres Gemelas, y más de 2.700 personas murieron el 11 de septiembre de 2001 sepultadas bajo humeantes montañas de escombros.

«El paisaje de Nueva York vuelve a estar completo, con el One World Trade Center tomando su lugar en el Bajo Manhattan», afirmó Patrick Foye, director ejecutivo de la autoridad portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, propietaria del terreno y el edificio.

Foye señaló que el rascacielos «marca nuevos estándares de diseño, construcción, prestigio y sostenibilidad; la apertura de este edificio icónico es un gran hito en la transformación del Bajo Manhattan en un floreciente barrio (abierto las 24 horas)».

Con las cajas de material de oficina preparadas y sin rastro de las cercas de construcción, el director general de Condé Nast Chuck Twonsend tenía previsto entrar el lunes en lo que Foye describió como «el edificio de oficinas más seguro de América».

Por el momento se mudarán sólo 170 de los 3.400 empleados de la compañía, llenando cinco plantas de la torre, señaló Patricia Rockenwanger, vicepresidenta y portavoz de la editorial. Unos 3.000 más llegarán a primeros de 2015.

El edificio está alquilado en un 60 por ciento, con otros 80.000 pies cuadrados (unos 7.400 metros cuadrados) para la firma de publicidad Kids Creative, el gestor de estadios Legends Hospitality, el grupo de inversión BMB y Servcorp, proveedor de oficinas ejecutivas.

The One World Trade Center is seen in the background as a woman crosses the street in Exchange place, New Jersey

La Administración de Servicios Generales del gobierno reservó 275.000 pies cuadrados, y elCentro de China, un núcleo comercial y cultural, otros 191.000 pies cuadrados.

Desde la esquina nordeste del terreno, la torre mira al Museo y Monumento Nacional 11 de Septiembre construido donde estaban las Torres Gemelas. Su objetivo es honrar a los que perecieron en esa soleada mañana de septiembre.

Durante años, el siniestro agujero donde se hallaron más restos humanos fue descrito como la «zona cero» del atentado.

Ahora, el pináculo iluminado del One World Trade Center sirve como faro a los aviones que vuelan sobre la ciudad. La vista desde el tejado abierto se extiende desde Manhattan a la estatua de la Libertad, alcanzando Nueva Jersey Connecticut y el océano Atlántico.

General view of One World Trade Center in New York

El edificio de 1.776 pies (540 metros) se concluyó en ocho años, tras años de disputas financieras, políticas y legales que amenazaron con descarrilar el proyecto.

 

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