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Víctor Maldonado

La oración en el silencio de la noche

@vjmc 

Todo silencio, todo vacío. La ciudad está desolada. O al menos eso parece desde la imaginación insomne. Cualquiera diría que las ciudades están tristes cuando carecen de esa algarabía que siempre se oye al fondo. En nuestro caso este silencio denota la tristeza que es la acumulación de la desesperanza que todos cargamos encima y que, sin embargo, no nos quita capacidad de lucha y de mantener el esfuerzo de soñar un país mejor. En este afán hemos envejecido todos, incluso los más jóvenes que han debido asumir una madurez que todavía les falta para encarar desde su arrojo esta maldición que significa vivir al día, sin saber a dónde nos lleva este mar grotesco y arbitrario en el que se nos ha convertido el país. Somos la paradoja de saber cómo estamos y a pesar de eso, no resignarnos. El mal totalitario parece regir entre la persecución a la libertad, la dispersión de los ciudadanos, el exterminio de cualquier recurso que rinda tributo a la vida y la exhibición morbosa, por parte de ellos, de una forma de vida donde todo es tentación y excesos.

El demonio es exterminio, tentación y cínica indiferencia. Tienta con el dinero fácil mientras concede a cambio el infeliz atributo de la indolencia que mata la conciencia. Ellos padecen otro silencio más demoníaco, nada escuchan, ni el reclamo por justicia, ni los gritos que imploran ayuda, ni la tragedia del hambre, la desesperación o la muerte. El silencio de ellos es la única contraprestación que reciben por estar al servicio de la destrucción. Ese dinero robado, el saqueo de los recursos del país, la delación interesada, la tortura, el manoseo de la justicia, el placer extremo, el descontrol de los instintos, todos esos excesos son de ellos, tanto como el hambre del niño que esta noche no puede comer, de la viejita que se deshace entre la soledad y la incomprensión de lo que está ocurriendo, y de todos aquellos que sienten miedo. Ese dinero transformado en placer y en dolor, en goce y en restricción, en desvarío y en tristeza, en algarabía narcisista y en la quietud del hambre, sed y soledad, todas estas contradicciones y dicotomías son los extremos de un mismo camino y la ruta de un mismo caminante, que es perverso y depredador. La ciudad silenciosa vela y pide que Dios aparte de su boca ese cáliz lleno amargura. La ciudad está también triste hasta la muerte, se sabe rodeada de lobos hambrientos. ¿Quisimos pasar por esto? ¿Hicimos caso omiso de las señales que nos indicaban que esto era lo que venía? ¿Abrimos el redil a los falsos pastores? Todo estaba escrito. La noche, su silenciosa tristeza, evoca un insoportable vacío de Dios. Los falsos pastores nos lo han arrebatado.

Condenados a muerte

Un país sin derechos tampoco puede respetar la dignidad de la vida. ¿En qué momento fuimos condenados a esta muerte por sorteo? ¿Cuál fue la decisión originaria, el momento raíz que desató todo el caos que ahora vivimos con angustia? ¿En qué sitio se perdió la compasión por el daño abstracto, ese que no nos toca aun, ese mal que afecta al otro lejano de nosotros y que, sin embargo, también es venezolano? ¿Cuándo nos dejó de importar la suerte de los que se fueron cruzando los dedos, esperando que nada pudiera ser peor que un país sin ley, sin economía, sin moneda, sin trabajo, sin alimentos, sin luz, sin agua, sin seguridad, sin telecomunicaciones, sin señales de cambio? ¿Cuándo a los que se fueron les dejó de importar el trajinar de los que se quedaban atrás, con la mirada perdida en un horizonte irreplicable, replanteándose la vida, ahora más precaria, con más soledad y con menos oportunidades? ¿Cuándo dejó de importarnos el niño que se vio abandonado por la fuerza de las circunstancias, porque sus padres se fueron con la promesa de mandar para una comida que ahora falta en la mesa, y que se suma a la escasez de abrazos, la carencia de afectos, y a la nostalgia creciente porque la promesa no fue el desamparo sino el estar juntos para afrontar una vida que no es promesa sino sentencia? La pandemia es solamente la última línea de una condena certera en un país desvencijado, descoyuntado, con ciudadanos transformados en rehenes y siervos descartables. Reos somos de muerte, aun siendo culpables, porque el mal tan afianzado ya no es capaz de discriminar. El niño mira desde su rincón y llora la falta de sueños a la que ha sido condenado.

La cruz a cuestas

Desde la noche que transcurre insomne ratifico el pacto con mi propio silencio. Mantener, en la medida de lo posible, una ficción de normalidad cuando todo es ambiguo, turbulento e inexplicable. No es una noche agónica. Esa es precisamente la tragedia. Nada transcurre. Todo está detenido mientras avanza esa nebulosa falta de certezas para la cual no hay preguntas, mucho menos respuestas. El peso es infinito y a la vez liviano. Se debe cargar, pero no se puede soportar sobre los hombros. Todo consiste en eso, en seguir adelante sabiendo que la cuesta es interminable y que, si acaso tiene fin, ella concluye en el mismo Gólgota de incomprensiones. En eso consiste el peso, en la imposibilidad de cálculo, en la negra noche que lo cubre todo, incluso la capacidad para imaginar el futuro. Y, sin embargo, no tengo una convicción más firme que seguir avanzando con serenidad en la ruta que me toca, como si nada estuviera ocurriendo, como si la cruz no fuera tal.

La noche acompaña todas las cavilaciones que vienen en tropel cuando ni siquiera estamos preparados para las preguntas cuyas respuestas sabemos y no sabemos. ¿Esto pasará? ¡Todo pasa! ¿Sobreviviremos a esta época y lucharemos porque la otra que venga aplaste el mal que hoy nos somete? ¡El mal es esquivo e impreciso! ¿Y mientras tanto, qué pasará con mi vida, mis afectos, mis proyectos, mi futuro? La única respuesta es esta cruz que pesa y no pesa, que cargo y no cargo, que tiene ruta y que no tiene sendero, y que siempre culmina en el Gólgota. Preocúpate por la cruz de hoy, por la que sientes esta noche, por la que acompaña tus silencios. Reza y pide a Dios que te dé fuerzas para seguir adelante. Y pídele que te deje dormir, que los sueños sean benignos y te dejen imaginar la libertad que entre tanta oscuridad todos hemos perdido.

Todos tenemos una primera caída

Cargo mi cruz, pero me siento agobiado. ¿Y si huyo de todo esto y me salvo yo? ¿Y si me entrego definitivamente al mal que vive tan bien? Allí están ellos, los que tienen el látigo en la mano y no son nunca la espalda que maltratan. Cerca está el que reparte y se queda con la mejor parte. El que tiene acceso a gasolina, divisas, alimentos, carro, mujeres lindas y paseos a Los Roques. En la esquina, al comenzar la dura cuesta, sonríen porque se sienten más allá de cualquier alcance. Ellos son la revolución impune, la que gana con nuestra perdición. La que todavía se ríe, canta y goza. Ellos sí tienen futuro. Yo solamente tengo este madero que me pesa tanto y me hace tropezar. Ellos son ese traspiés que ahora yo quiero con demencia febril. ¿Y si lanzo lejos esta cruz tan pesada y me abrazo a sus pies, juro lealtad y agarro la vara con la que me amenazan para ser yo el que golpee a los demás? Me pesa la tentación más que la cruz misma, y caigo. Desearlo es solamente el principio. ¿Y por qué no? ¿Por qué ser yo el perdedor si puedo hacer que sean los demás los perdidos? Mi hijo me saca de mis delirios. Me dice ¡Vamos, yo te acompaño! Me levanto y sigo adelante, con la cruz a cuestas, comprometido con la ruta, agradeciendo el susurro de Dios que me salva del desvío.

El cuarto mandamiento

Ser viejo no significa que seas descartable. Este camino está empedrado con falsos dilemas. En el camino de mi propio calvario me consigo con algo extraño. Mi madre es la que llora por mí. Debería ser lo contrario, pero ¿quién decide la vida y la muerte de los demás? ¿Quién es capaz de condenar a la muerte al otro? ¿Quién toma la determinación de que son ellos, padres y abuelos, los que no tienen otro derecho que su propia suerte al momento de sobrevivir a la enfermedad? ¿El que tiene esa potestad lo haría con su madre, su tío, su abuelo, su padre, su hermano mayor? ¿Quién te confirió juez y señor hasta hacerte repugnante al “no matarás”?

Esta cultura del descarte de los que sirven menos ha construido una ciudad donde en cada esquina huele al acre abandono llevado hasta sus últimas consecuencias. Honrar es ahora una liturgia de las distancias. La vida se ha convertido en esa pantalla que luce tantas veces como un escudo que nos protege de la realidad. Hoy condenamos a muerte a los débiles, a los que no se pueden defender, y con eso relativizamos derechos que para nosotros son inalienables e imprescriptibles, pero que para los demás son condicionales porque los hacemos depender de nuestra propia conveniencia. Mientras tanto, mi cruz se ve confortada porque allí está ella, velando mi paso, honrando esa vieja promesa del amor incondicional que con tanta facilidad apartamos ahora. Yo sigo de largo. Señor, danos una buena vida y muerte apacible. Que no sea yo el que descarte ni mucho menos el descartado. Que al momento de la despedida final pueda estar acompañado y que no sea el abandono el único compañero.

¡Ayúdame!

Me pesa tanto que no voy a poder llegar. Esta noche de oscuridad absoluta me siento más débil y frágil que nunca. Solos no podemos. No hay forma de seguir erguido, con este peso, recorriendo un camino tan tortuoso. ¡Ayúdame por favor y hazme justicia! ¡Ayúdame y déjame coger un respiro! ¡Regálame al menos un minuto de descanso! Otórgame un halo de esperanza, ven y lucha conmigo. Rescátame para que mi carga sea más llevadera. No quiero que entiendas mal. No quiero que lleves mi cruz. No quiero cargarte con ella. Solo quiero que el peso se alivie, quiero que tú hagas el camino, y me alejes de la cima del monte donde el mal quiere verme crucificado. Al final llegaré allá, encontraré mi camino y cumpliré la voluntad de Dios. Lo haré con dignidad y en su momento. Pero ahora apiádate de mí, préstame tus manos, confíame tus hombros, dame tu fuerza, y tal vez juntos seamos capaces de replantear nuestro destino. Ayúdame porque solo no puedo.

La oscuridad ya no me deja ver

Ten compasión y déjame ver. Ven y limpia mi rostro de tanta penumbra. Quiero poder saber en qué consiste esta trama que el mal ha hilvanado con tanta paciencia. El engaño original, los pactos fraudulentos, las promesas incumplidas, la perversidad del que te ha mentido, el uso de la fuerza para aplastarte, el miedo para inmovilizarte, el hambre para que no tengamos fuerza, la separación para que perdamos de vista las razones por las cuales seguir luchando, la muerte exhibida en toda su atrocidad para saquearnos el pudor. El olvido y la indiferencia como una epidemia que nos permite el abandono sin arrepentimientos. Lávame el rostro y déjame ver con claridad lo que es malo, lo que es bueno, lo que se puede perdonar, lo que no podemos olvidar y los hechos que debemos administrar con justicia. Lávame el rostro y déjame ver cuál es el camino y cuál es la perdición.

No llores por mí. Compadécete de tu propia suerte

Ya es tarde para resolver lo que está a punto de consumarse. Me verás caer mil veces más. Verás cómo se juegan la suerte para disputarse lo que yo valoro, mi libertad y un ambiente de justicia y memoria que no pierda de vista la iniquidad. Verás cuando los malos se disfracen de apropiados para seguir gobernando. Tendrás que soportar la sorna y la bajeza. Te quitarán lo tuyo cuando ya no tengan nada más que arrebatarme. Y serás testigo silente, ¿e indiferente?, de mi muerte, de muchas muertes, de las que son abandono, apatía, las que se provocan cuando insistes en voltear la mirada, cuando aplaudes las falsas victorias, cuando te abandonas a la comodidad de tu propia cobardía y cedes, concedes y te dispones a convivir con el mal que te aplasta. No llores por mí porque es cuestión de tiempo que seas tú el que se transforme en víctima. No llores por mí, porque estoy a pasos de ser un todo consumado, una cabeza caída en sus hombros, muerta, irreversiblemente muerta. Llora por ti, por tu absurda ceguera.

Volvemos al mismo silencio de la noche

La ciudad continúa oscura y taciturna. Pero todos nos sabemos insomnes y víctimas de las mismas preguntas que no queremos hacernos, y de esas respuestas que no queremos darnos. La ciudad confunde. Silencio no es sosiego. Es grito de desolación, porque la muerte no claudica, el hambre no espera, la enfermedad no cesa, la desesperación no se atenúa. ¿Dónde está el Dios compasivo que en esta noche parece tan distante? ¿Por qué nos sentimos tan abandonados, tan yermos? Son preguntas que evaden, son falsas interrogantes que nos quiere colocar en un umbral de comodidad que no merecemos. No es Dios el que está fallando. Somos nosotros los que estamos lejos y por lo tanto no alcanzamos a ver.

La vida se aprecia en perspectiva o no se ve bien. Llegar hasta aquí es una demostración de fortaleza indómita. Llegar sin haber caído en la tentación del extravío o de la entrega al mal, es la demostración de que Dios ha permitido que nos mantengamos invictos. Dios susurra en nuestras mentes y corazones, mientras habla con el ejemplo de los que nos rodean. Se expresa en el coraje del que no se inclina ante el mal a pesar de los costos. Te hace ver que está allí, en el padre que no abandona a sus hijos a pesar del hambre. Y de los hijos que no dejan morir a sus padres en soledad y desprecio. En los médicos que arriesgan su vida para salvar a otros. En los que comparten su pan, aunque sea escaso. Y en los políticos que no ceden, ni transan, ni se callan. La noche no puede ocultar una ciudad que nos da lecciones.

Dios está allí, en el camino de nuestras dudas que milagrosamente se transforman en certezas. Está en nuestras caídas y en nuestras ganas de levantarnos. En nuestra mirada compasiva tanto como en nuestra santa indignación cuando pedimos que el cielo nos conceda justicia. Se refleja en la verdad, y en el testimonio que se da a favor de la verdad. Dios está en nuestro coraje cotidiano, cuando no nos reducimos al silencio, cuando el insomnio no nos impide deliberar y rezar. Dios está en los exhortos de Juan Pablo II, que nos precedió en la experiencia del comunismo, y que nos pide que no caigamos víctimas del miedo porque “el miedo es el primer aliado de los enemigos de la causa. Obligar a callar mediante el miedo, eso es lo primero en la estrategia de los impíos. El terror que se utiliza en toda dictadura está calculado sobre el mismo miedo que tuvieron los Apóstoles. Cristo no se dejó aterrorizar por los hombres. Saliendo al encuentro de la turba, dijo con valentía: Soy yo”. Dios está en la pregunta que resuena como un trueno en la noche oscura que nos impugna ¿Y tú? ¿Y yo?

¿Dónde está Dios? En nuestro compromiso con la verdad, en nuestras ganas de proclamarla, aunque sea una verdad dura, complicada, problemática, tajante, peligrosa. Proclamar la verdad sin oportunismos, sin edulcorarla, sin la falsa apariencia de la diplomacia. Juan Pablo II, que como nosotros hoy, vivió alguna vez la maraña totalitaria, el mal exterminador en todo su apogeo, nos impugna y nos empuja a “dar testimonio de la verdad, aun al precio de ser perseguido, a costa incluso de la sangre, como hizo Cristo mismo…” Esa es nuestra cruz esencial y la presencia de Dios en medio de nosotros, si algo hay que hacer, si en la noche oscura te preguntas ¿cuál es la propuesta? ¿qué puedo hacer yo? La respuesta es sencilla: proclama la verdad, no le hagas concesiones al miedo, esgrime la verdad y lucha porque sea la verdad la que se imponga, porque solo un estrecho compromiso con la verdad nos hará libres.

¡Que la presencia de Dios nos de la fuerza para seguir adelante!

Jueves Santo, 9 de abril del 2020.

Víctor Maldonado C. Mar 24, 2020 | Actualizado hace 2 semanas
La fuerza demoledora de la realidad

@vjmc 

¿Qué es la realidad? La realidad es la verdad, el espacio de la experiencia donde todo se pone a prueba, los planes, las promesas, la fidelidad y la esencia de las personas. En este plano de la experiencia vital lo que es, es. Y llegado el momento, la realidad pasa factura. Como lo advierte la fábula de la cigarra y la hormiga, si no te preparas apropiadamente para los ciclos cambiantes de la vida, más temprano que tarde caerás en las redes de tu propia desgracia. Porque las desgracias de las gentes son, en buena parte, labradas a cincel por las malas decisiones, las propias, y las que permitimos a los demás. Esa también es la enseñanza de los sueños de Faraón que se nos narra en el capítulo 41 del Génesis. Las siete vacas flacas que devoran a las gordas, o las siete espigas secas y maltratadas que acaban con las espigas hermosas y granadas, indican que a los períodos de abundancia siguen los de escasez, y que cualquier gobierno sensato administra los buenos tiempos para encarar los peores, que siempre van a venir, siempre. Por eso, la irreflexividad de la cigarra es inaceptable y no sujeta a la compasión de la laboriosa hormiga.

Es precisamente lo que expresa el hexagrama 41 del I Ching: SUN / La merma. La reflexión asociada a este hexagrama anuncia que “El aumento y la merma llegan cada cual a su tiempo”. No asumirlo es de estúpidos. No es cuestión de deseos sino de la forma como las civilizaciones han abierto surcos para que el progreso sea estable y la sobrevivencia no sea un dilema crucial que se presenta cada cierto tiempo. “Es cuestión entonces de adaptarse al momento, sin pretender encubrir la pobreza mediante una huera apariencia. En los momentos de merma, la sencillez es precisamente lo indicado, lo que confiere fuerza interior gracias a la cual podrá uno volver a emprender algo”. Solo así se logrará transitar el ciclo infinito de las mutaciones, porque si de algo podemos estar seguros es que la vida está llena de experiencias indeseables. Solo los más fuertes, los que se preparan mejor, los que tienen el carácter apropiado tendrán la posibilidad de afrontarlas con éxito.

Por eso el capitalismo es infinitamente superior al saqueo socialista. Porque el trabajo incesante y pertinaz, continuo y sistemático, es el que permite la acumulación que al final hace la diferencia entre la posibilidad de sobrevivir o darnos cuenta de lo irrecuperable que resulta el tiempo perdido. La esencia del buen gobierno es precisamente la previsión. Insisto, los buenos tiempos son oportunidades valiosas que debemos aprovechar “para cuando llegue el invierno”.

Pero los socialismos “viven la vida loca” del saqueo y la mentira. Un experimento social tras otro, violando todas y cada una de las reglas de la realidad hasta terminar siendo los gestores del exterminio de ciudadanos sometidos a la más brutal servidumbre.

Es el desgraciado caso que ahora vivimos los venezolanos, con un país devastado, arruinado, sin reservas, sin capacidad productiva, “somalizado” territorialmente y exprimido hasta los tuétanos por quienes no tienen ningún compromiso con eso que se llama gobierno. Podríamos hacer el inventario de sinsentidos que a lo largo de dos décadas ha propuesto el chavismo. Todas ellas con la única excusa de favorecer la insurgencia del “hombre nuevo” cuya máxima felicidad consiste en consumir lo que antes no ha producido. Una experiencia de repartición que tiene un error de origen insalvable: si no produces primero, no tienes como repartir nada, solo el vacío, solamente la nada.

Ludwig von Mises comienza el prefacio de su libro Gobierno omnipotente planteando un dilema siempre presente entre las ideologías políticas. Dice que al tratar los problemas de la sociedad y de la economía no hay otro punto más relevante que el siguiente: si las medidas propuestas son adecuadas realmente para producir el efecto que buscan sus autores, o si darán como resultado un estado de cosas que es aun más indeseable que el anterior que se tenía intención de cambiar. ¿Ustedes qué opinan? ¿Estamos mejor que antes? Porque esta etapa terrible comenzó con la crítica feroz a la cuarta república, a su corrupción supuesta, el cerco a “la moribunda constitución”, el abatimiento a todas sus instituciones, el asedio al mercado, la defenestración de los derechos de propiedad, la persecución de la libre empresa, la sustitución del mérito profesional por la lealtad perruna revolucionaria, el desguace de la empresa petrolera, la repartición indebida y criminal de los recursos del país entre los amigotes de la revolución, y el creer que la propia burbuja donde sobrevive la nomenklatura revolucionaria era suficiente barrera para mantenerse protegidos de la indignación de la gente y del rechazo del mundo civilizado. Vuelvo a preguntar: ¿Estamos mejor que cualquier antes imaginable?

Mientras escribo este artículo me consigo con un tuit de Alberto Ray (@seguritips) que lo resume todo: “La economía criminal no cree en el ahorro. Todo lo que gana lo gasta. Es un modelo oportunista y una vez que agota una fuente de recursos se muda a otra más rentable. El problema es que con el virus se cierran las opciones y quienes se alimentan del delito comienzan a desesperar”. Ese es el código moral de los depredadores. Es la norma del socialismo del siglo XXI, que solo se sostiene mientras las condiciones no mutan catastróficamente. Es el caso de la pandemia que nos agobia en este fatídico 2020. Ahora se muestran total e indefectiblemente desnudos de posibilidades. Ni siquiera tienen excusas para un desempeño tan precario, tan infortunado.

Porque el régimen que se ufanaba de la soberanía agroalimentaria no tiene reservas de alimentos. El que decía que ahora el petróleo es del pueblo se encuentra sin reservas de gasolina. El que dijo que iba a hacer realidad la revolución de la salud no tiene un solo hospital bien equipado para hacer frente a la emergencia. El que proclamó una y mil veces que tenía resuelta la emergencia eléctrica ahora no puede controlar los apagones seriales que afectan a todo el país. El que proclamó que tenía satélites para dar el gran salto en telecomunicaciones exhibe un desempeño desastroso en internet, telefonía y banda ancha. Tampoco hay como abastecer de agua a las ciudades, ni se les garantiza a los venezolanos seguridad, justicia, debido proceso y algún tipo de libertad.

Y toda esta debacle está siendo escrutada desde “una cuarentena social” que no le hace concesiones a la verdad. El socialismo es un inmenso fraude. Un desastre apoteósico. Es la ruina perfecta. El saqueo llevado hasta sus últimas consecuencias.

Porque la realidad es demoledora. Todo el monumento de mentiras y propaganda se hunde ominosamente cuando usted busca gasolina y no la consigue. Cuando busca efectivo y no lo encuentra. Cuando sufre de apagones y racionamiento inhumano del agua. Cuando está enfermo y se siente totalmente desvalido. Cuando sufre censura, represión y arbitrariedad. Cuando aprecia que el país está inerme, dejado a su suerte, víctima indefensa de cualquier enfermedad, sin poder obtener atención, medicinas o curación. Sin empleos ni oportunidades de sobrevivir, sin poder pensar en un largo plazo que vaya más allá del próximo mes. Con esta forma de contactar con la realidad tan demoledora nadie va a creer en los efectos taumatúrgicos de una ideología inservible para la prosperidad y la buena vida.

El socialismo del siglo XXI es la demostración perfecta de que, sin emprendimiento privado, sin libre mercado, sin respeto a los derechos de propiedad, sin fomento de la innovación, sin un gobierno limitado a hacer lo suyo en términos de abundancia institucional, seguridad, justicia e infraestructura, todos padecemos y experimentamos la ruina social. Porque sus recetas no funcionan y porque las excusas se agotan y pierden potencial explicativo.

El caso venezolano no puede explicar cómo se arruinó un país que venía acumulando sesenta años de infraestructura, desarrollo de talento y capacidad para explotar racionalmente sus recursos. Pero llegó la madre de todas las demagogias, el genoma de todos los populismos, la mezcla perfecta de socialismo y militarismo, el epítome del buen salvaje devenido en mejor revolucionario. El país se entregó a la alucinación perfecta, dejamos su conducción en las manos menos indicadas, la mezcla apropiada de maldad, indiferencia y estupidez que lo que no arruinó lo regaló. Y lo que no regaló lo dejó perder. Las mal llamadas empresas del Estado (porque son empresas del partido) son una demostración. Y aquí la realidad también es demoledora: o sabes gerenciar o quiebras aparatosamente. No vale que seas el leal perfecto. No cuenta que muevas la cola cuando oyes el discurso del líder. O tienes talento o no lo tienes. Y si no lo tienes acabas con lo que te han encomendado.

La realidad también es demoledora con ese afán socialista de distribuir sin comprender las leyes más elementales de la economía. Aquí “los leales” saquearon los activos y reservas de las empresas para demostrar compromiso revolucionario. Invirtieron irresponsablemente el proceso económico que solo al final del ciclo productivo tienes utilidades y debes tomar decisiones para distribuir. Estos “genios” primero se repartieron las utilidades y cuando era imposible dijeron que no podían producir. Dieron lo que no tenían, y entonces giraban contra un banco central que fue criminalmente entregando todas las reservas para mantener una orgía de corrupción y desenfreno de la que se lucraron todos los de aquí y también los países de ALBA, esos que ahora no nos mandan “ni una curita” en homenaje a la mentada “solidaridad de los pueblos”.

La realidad es que ahora nadie habla de las reservas porque ya no existen. Estos odiaron tanto que terminaron acabando con el país moderno y decente que recibieron. Pero hagamos homenaje a la memoria. ¿Recuerdan los desvaríos de la industria petrolera “roja rojita”? ¿Recuerdan los desplantes del monopolio siderúrgico? ¿Y la hegemonía telecomunicacional? ¿Recuerdan esa chequera que se blandía como una extensión genital de la supuesta vitalidad revolucionaria? ¿Recuerdan los “exprópiese” que generaban esa histeria colectiva y los aplausos de los trabajadores supuestamente “dignificados” por la benevolencia de “papá Estado”? ¿Recuerdan la euforia reguladora, el congelamiento de las tarifas, la gasolina “regalada”, el cierre de las estaciones de radio, la “extraña” complacencia de las televisoras, y esos “raros propietarios”, ricos súbitos, que ayer eran mediocres de medio pelo y hoy tenían en el bolsillo para comprarlo todo, absolutamente todo? ¿Y las prepago, bendecidas y afortunadas?… ¿De dónde salieron todos esos reales para patrocinar tanta osadía alucinógena? ¡Pero llegó la realidad y mandó a parar!

Para los hebreos lo verdadero es lo que es fiel. Lo que cumple o cumplirá su promesa. No es solamente la realidad, sino aquella que ni engaña ni traiciona. La que no defrauda. Y para determinar la fuerza de la verdad solo hay que esperar. Porque a toda cigarra le llega su invierno. A todo faraón imprevisivo se lo devoran las vacas flacas. El que no obra con sencillez y humildad se lo lleva la merma que siempre, siempre llega. Y llega sin avisar, sin tiempo para las excusas. Llega como el relámpago, y se lo lleva todo.

Ahora, desde la cuarentena y la pandemia, cuando vivimos en un país desprovisto, malogrado por tantos años de socialismo, ojalá esta fábula encuentre en nosotros oídos prestos a la moraleja. No importa lo que prometa. No importa quién lo diga. No importa el punto intermedio ni la apoteosis de la demagogia. El final siempre es el mismo: Socialismo es saqueo, ruina y desolación. Porque la realidad es demoledora.

victormaldonadoc@gmail.com

Luisana Solano Nov 17, 2017 | Actualizado hace 5 años
¿Con qué se come Soy Venezuela?
A mediados de septiembre, un grupo de políticos sorprendió con la presentación de un nuevo conglomerado de las distintas oposiciones que conviven en el país. Su misión: “recuperar la decencia política”

 

@LuisiSolano

FUE PRIMERO UNA ETIQUETA DE TWITTER. Así se dio a conocer el movimiento que llevaba rato gestándose. El domingo 17 septiembre, en medio de unas controversiales elecciones primarias de la oposición para elegir candidatos a las elecciones regionales, la etiqueta #SoyVenezuela se hizo camino. De acuerdo a @trendsvenezuela, llegó a ser tendencia esa noche en la famosa red social.

Las caras más visibles del movimiento desde un principio fueron la dirigente de Vente Venezuela, Maria Corina Machado; el dirigente de Alianza Bravo Pueblo, Antonio Ledezma; y Diego Arrea, político quien ha estado activo desde la OEA en la denuncia del caso venezolano.

Sin embargo, ese día en particular, miembros de Voluntad Popular, como fue el caso de Leopoldo López o Fabiola Colmenarez; dirigentes comunitarios, como Saverio Vivas; opinadores y expertos, como Erik del Búfalo y Ángel García Banch; comunicadores, como Shia Bertoni; e incluso defensores de derechos humanos, como Tamara Sujú, ayudaron en el auge de esta nueva tendencia. Pero, ¿qué es #SoyVenezuela? Ese grupo que en octubre decidió entregaron firmas a favor del secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, en su sede en Caracas.

En medio de una complicado contexto para la Mesa de la Unidad Democrática por su decisiones después de la elecciones constituyente, Soy Venezuela se describe como una alianza nacional de movimientos políticos y organizaciones civiles que se unieron con el fin de “restituir la República en el menor tiempo posible”. Sus miembros comparten una misma estrategia: la sustitución “del régimen tiránico”.

Bajo esta premisa, el movimiento busca crear un gran acuerdo para la transición hacia la democracia, basado en el mandato ciudadano del 16 de julio, desconocimiento del régimen y sus instituciones y la formación de un gobierno de transición de unidad nacional.  

Si bien fue presentada formalmente el sábado 16 de septiembre, de acuerdo a uno de sus miembros, el analista político organizacional Víctor Maldonado, tenía tiempo formándose. Dos fechas fueron decisivas para su constitución: el 16 de julio, la consulta popular, y el 30 de julio, elección de la Constituyente. “Una le dio el espíritu y la otra le dio el desengaño.”

Maldonado expone que esta alianza surge como una alternativa unitaria de diferente configuración y composición “a un esquema agotado como el partidista”. Con apenas dos meses formada, quieren ser la alternativa de los venezolanos que no estén dispuestos a tolerar por mucho tiempo un esquema totalitario.

Sus creadores buscaban formar una alianza de venezolanos que no tuviese como condición natural “convivir con la tiranía”. Reconocer que la oposición venezolana no es una sola y que posee diferente rangos de tolerancia al régimen.

Por su parte, Cathy Ramos, responsable Nacional para las Regiones de ‘Soy Venezuela’, asegura que hay un componente clave que los diferencia de cualquier otra alianza opositora: la inclusión de la sociedad civil.

‘Soy Venezuela’, explica, quiere funcionar como un acompañamiento para los venezolanos en sus problemas y así construir tejido social. Con miras al futuro, buscan preparar terreno para una transición no solo política.

Ramos relata que siempre se ha sentido atraída a las políticas públicas y proyectos sociales, por eso sintió natural su paso a esta organización. Sobre su experiencia en el interior del país, confiesa que si bien hay algo de incredulidad cuando llegan con el proyecto, “hay tanta capacidad y ánimo que cuando le das una ruta clara la gente se anima”. Esto los ha ayudado a centrar uno de sus pilares: identificar las capacidades de las personas y sumarlas.

Sin aspiraciones electorales

 

Sobre las ambiciones política, Ramos asegura que la organización no tiene un fin electoral y la carga política que los conforma, el liderazgo o dirección política, funciona como interlocutor, especialmente en el panorama internacional.

“No está en el más lejano horizonte estratégico de ‘Soy Venezuela’”, indicó Maldonado al ser consultado sobre la posibilidad de que la alianza pudiese transformarse en un partido político.

Su relación con la MUD

Al plantearse su convivencia con otras coaliciones opositoras, Maldonado asegura que ‘Soy Venezuela’ no es contra nadie, sino a favor de la República, pues lo que buscan son expresiones unitarias, no monopólicas.

Sin embargo, ambos aseguran que no hay comunicación directa con la Mesa de la Unidad Democrática pues “desde que se desviaron”, la organización ha seguido su ruta y los caminos “no se han encontrado”.

De diálogos y elecciones

Con respecto a la reciente reanudación del diálogo entre el gobierno y la MUD, más allá de los dos comunicados que sacaron donde se deslindan y expresan su desacuerdo, Maldonado y Ramos concuerdan al afirmar que lo único debatible es la salida del régimen. Explican para “Soy Venezuela”, no se trata de hacer un “esfuerzo estético de plantarse frente al gobierno”. Con las negociaciones, la única ruta posible, indican, es recordar las exigencia de encuentros anteriores y así llegar a “un cambio político de raíz, no un maquillaje.“

De cara a las elecciones municipales en diciembre de 2017 y a unas elecciones presidenciales en 2018, Maldonado considera que actualmente “la ruta electoral no existe porque no están las condiciones”. Agrega que el secreto del voto fue dinamitado y por ello la organización no piensa en los “simulacros electorales”.

Expresan que para poderlas considerar “elecciones” debe haber renovación de los poderes, entre ellos el Poder Electoral, pero no exclusivamente de rectores, si no del todo el sistema electoral. No obstante, y entendiéndose como parte de la vida política del país, respetan la decisión de cada venezolano de asistir o no a las urnas electorales.

SoyVenezuela_cv

Regionales 2017: El libre albedrío del elector en época de arbitrariedad constituyente

@franzambranor

VOTAR O NO VOTAR EL VENIDERO 15 DE OCTUBRE, he ahí el dilema. Defensores del derecho al sufragio per se y detractores de acudir a las urnas en pos de supuestamente validar los designios de la asamblea nacional constituyente hacen pulso sobre un cada vez más frágil piso político.

Después que la oposición apelara al artículo 350 de la Constitución para desconocer al gobierno de Nicolás Maduro y liderara tres meses de cruentas protestas, se enfrascó en una carrera electoral de unos comicios vencidos y donde las reglas las coloca un Consejo Nacional Electoral cuestionado por la empresa de estadísticas Smarmatic, luego de los eventuales ocho millones de votantes que participaron en la escogencia de la ANC.

A propósito de esta disyuntiva, Oswaldo Ramírez, director de ORC Consultores; Víctor Maldonado, analista político y profesor universitario y María Corina Machado, dirigente del partido Vente Venezuela, desmenuzan la actividad que está por venir, causas y posibles consecuencias sobre la base de una serie de preceptos esgrimidos por quienes aseguran sentir una especie de estafa luego que se prometiera la lucha sin cuartel hasta restablecer el hilo constitucional.

 

  1. Elecciones y enfriamiento de la calle

 

Oswaldo Ramírez: Hubo un desgaste de la oposición tras 120 días de protesta, algo que podía pasar porque fueron jornadas de lucha muy intensa. Otro aspecto es que la oposición está dividida prácticamente en dos coaliciones y así es muy difícil ponerse de acuerdo, son narrativas distintas y por supuesto hay pugnas internas.

Víctor Maldonado: La MUD tiene que asumir la banalización de la calle, estamos viviendo la ruptura de una secuela emocional, nunca hubo estrategia, hay gente que dice que todo esto era una prueba para ver si se podía llegar con más fuerza a las regionales. Esto no quita que la calle puede reactivarse.

María Corina Machado: El 16 de octubre, la gente seguirá con miseria, hambre, dolor, violencia, corrupción y mafias aferradas al poder, este es un régimen que no tiene intención alguna de ceder poder real.

 

  1. Consejo Nacional Electoral subordinado a Asamblea Nacional Constituyente

 

OR: Es un eufemismo decir que acudir a elecciones es subordinarse a la ANC, es una narrativa infantil y débil propia del gobierno.

VM: El gobierno las convocó cuando quiso y dependiendo de sus necesidades acelera o baja la velocidad del proceso, todo pasa por la ANC, el propio CNE se subordinó a ella.

MCM: Estas elecciones fueron convocadas por una fraudulenta asamblea nacional constituyente y por lo tanto ilegitima, que ha definido términos, candidatos y definirá quienes pueden o no ejercer esos casos, se hizo luego del irregular proceso del 30 de julio. Las elecciones fueron convocadas por un CNE ilegitimo en vez de uno legitimo nombrado por la Asamblea Nacional.

 

  1. El fantasma de la abstención

 

OR: La abstención en elecciones regionales siempre ha sido considerable, pero ahora seria ponerle los comicios al oficialismo en bandeja de plata. Un 45% de abstención podría poner en serios aprietos a la oposición.

VM: En ningún país del mundo sucede que un bando se dedique a satanizar la abstención. Hace tres meses la oposición tenia un discurso de participación muy distinto.

MCM: No importa lo que pase el 15 de octubre, los aliados de la comunidad democrática internacional entienden que no pueden seguir tolerando a un narcoestado en el hemisferio occidental, hay que aplicar toda la fuerza y hacerlo ya.

 

  1. Posibles escenarios

 

OR: De la oposición salir mal librada en las regionales seria terrible, una desgracia impresionante, hay que tomar en cuenta que la MUD apenas tiene tres gobernaciones hoy en día, estar por encima de diez ya es un logro. Ganar 15 gobernaciones seria el escenario mas optimista para la oposición, pero cualquiera que gane entre 13 y 12 es un éxito.

VM: Es un error decir que la oposición va a ganar 23 gobernaciones. Uno no sabe cual es el talante y el coraje de los candidatos. Siempre existe la posibilidad de que los inhabiliten, a Capriles le cortaron su posibilidad de transcender. Supongamos que la oposición arrasa en las elecciones, el venezolano va a seguir teniendo los mismos problemas, las elecciones favorece el status quo, no es un tema de ganar-perder, el “carguito” en una gobernación puede ser uno de los fines de algunos candidatos de la oposición.

MCM: Independientemente del número de gobernaciones que el régimen permita que la oposición ocupe, la realidad es que la única forma de salir adelante es con la salida de Nicolás Maduro del poder. Hay que leer y ejercer el mandato del pasado 16J y rechazar la ANC.

 

  1. Panorama post electoral

 

OR: Es importante entender que un resultado favorable en las elecciones regionales debe dejar la mesa servida para unas presidenciales que ni siquiera están anunciadas, unas elecciones donde debe haber real observación internacional, garantías y donde seguro veremos una ANC con mayor fuerza, colocando mas sanciones.

VM: La intención del gobierno es ganar tiempo y asegurarse que un proceso electoral legitime a la ANC. La intención de la oposición es ganar espacios políticos, lo que no dice es como queda el ciudadano, luego que hubiesen más de cien muertos, más de 3 mil detenidos y cuatrocientos presos políticos.

MCM: La única manera de poder lograr una transición es aplicando toda la fuerza y la fuerza de nosotros está en la moral de quienes estamos luchando por valores y para restituir la República, está en la gente que está aquí en Venezuela y afuera.

 

  1. Eventual pérdida de confianza en la MUD

 

OR: Por supuesto que la oposición debe hacer mea culpa y aprender de sus errores. Creo que el voto también es una forma de protesta, de hecho puede ser lo único que le quede al venezolano, lo cierto es que también ese voto se ve cada día mas amenazado, por la posibilidad de un voto nulo, por inhabilitaciones, porque no se han hecho las sustituciones en el tarjetón, los centros electorales que anularon y los nuclearon en otros y los regalos en línea blanca y entrega de Clap que hacen algunos candidatos del chavismo

VM: No se ha hecho oposición en un mes, el gobierno esta más fuerte que hace tres semanas y de paso están negociando sin transparencia, hay que ser congruente con respecto a tus discursos y prácticas, el nuevo liderazgo parece que se desinfló, tiene que surgir una nueva conducción política, nuevos compromisos para el cambio

MCM: Los venezolanos tenemos que reagruparnos en hacer valer y cumplir el mandato del 16 de julio, que entre otras cosas comprendía el nombramiento de un CNE y TSJ independiente, retomar las movilizaciones y rechazar cualquier negociación o diálogo que le permita a Maduro seguir un año más en el poder, porque ese tiempo será empleado para asfixiar a lo interno a la sociedad y avanzar en el proyecto de penetración en otros países como Colombia y México

 

  1. ¿Vale la pena votar?

 

OR: Salir a votar está en cada persona que posee un gen democrático, es lo más sagrado que tiene el ciudadano, así no confíes en el arbitro, por supuesto que no es votar y nada mas, sino seguir pujando para que se den los cambios que nos lleven a la democracia que queremos.

VM: La gente tiene todo el derecho a tomar la decisión que más le convenga, el voto es un derecho ciudadano, el asunto es que la discusión está mal planteada, no hay una estrategia coherente de parte de la oposición y la respuesta no puede ser insultos y descalificaciones, el asunto es que hay dos bandos igualmente autoritarios y represivos, que son el gobierno y la MUD.

MCM: En una democracia el voto es la principal expresión de la soberanía popular, cuando estamos en una narcodictadura, el voto puede servir o no, en esta ocasión hemos tomado la decisión en Soy Venezuela de decirle al venezolano que adopte la decisión que considere más conveniente.

Víctor Maldonado C. May 01, 2017 | Actualizado hace 4 días
¿Poder popular?

 

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Nicolás Maduro acaba de cometer otro error político. Quiere disfrazar su escuálida base política y clientelar como poder constituyente. Esta convocatoria no es otra cosa que un llamado a las organizaciones de base del PSUV, clientelares y dependientes, para que lo ayuden a salir del atasco que significa el juego pluralista, las presiones de una Asamblea Nacional independiente, y para silenciar a la sociedad democrática que le está pidiendo cambios sustanciales y relevo político. Es un error porque los venezolanos saben qué son unas elecciones y qué es un juego limpio, pero también saben cuándo los están “caribeando”. Es un error porque se revela ante la comunidad internacional como un régimen inescrupuloso que es capaz de intentar cualquier jugarreta antes de conceder el poder. Y lo es porque van a significar nuevas presiones a la escasa confianza inversionista, que no va a resistir una nueva escalada populista de intervencionismo y nuevas medidas de regulación de precios. La inflación y la devaluación del tipo de cambio, que se nutren de las malas expectativas, serán aún peores, y la población sentirá en sus estómagos la tragedia política de esta nueva fase de la dictadura popular.

Mao, de quien Nicolás se dice seguidor, solía decir que la política, la guerra y la economía nunca tienen avances en línea recta, sino que se producen en distintas etapas, que tienen sus altibajos, como las olas, que una persigue a la otra, de acuerdo a las leyes del oleaje. ¿En qué etapa estaremos? El poder comunal -el comunismo- era uno de los sueños del extinto presidente Chávez, quien incluso llegó a decir que para ero él estaba investido del poder constituyente que le había otorgado el pueblo. Esa unción divina fue, tal vez, su delirio postrero, pero al final no tuvo tiempo. Pero hay que estar claros: El Plan de la Patria no era otra cosa sino el cronograma para llegar al “comunismo a la venezolana”, rentista y de base militar. Chávez no pudo, pero eso no significó que se haya dejado a un lado. Todo lo contrario, el sucesor, abrumado por el inmenso fracaso de su gobierno, sabe que no tiene otra salida que el barajo constituyente. Al parecer llegamos al momento de intentarlo. Esta asamblea constituyente espuria es su “gran salto adelante” o el gran asalto de la república para lograr el poder total. Y lo hace así, como aprendió de su mentor, intentándolo aun en las peores circunstancias y asumiéndolo con esa entereza que es propia de los fanáticos. Intentar una dictadura popular, invocar “al pueblo” para que sea esa la excusa que le permita aplastar la democracia y termine de enterrar la república, es entre otras cosas un acto de cobardía política.

No faltará mucho para que, ante este anuncio, comience la procesión de respaldos y de “abajo-firmantes”. Pronto veremos al TSJ y a los restos del Poder Moral, haciendo coro con los altos mandos, gobernadores y alcaldes de la revolución, para respaldar la brillante idea de Nicolás: “entregar todo el poder a los obreros y trabajadores revolucionarios”. La verdad es que todo ese conglomerado no llega a ser ni siquiera tres millones de personas. Por donde se saquen los cálculos, los restos de la revolución, los respaldos clientelares, el uso de las misiones como medio para la extorsión o el chantaje, por donde se intente se aprecia una minoría de la que todos los días desertan los que se van dando cuenta de que toda esa parafernalia socialista se reduce a un inmenso fraude social.

Ahora bien. Esto no es un problema que se puede abordar desde el derecho constitucional, ni se debe abordar desde las disquisiciones legales. Hace mucho tiempo la ley es un mero maquillaje para esta revolución. Esto es un problema político. El gobierno quiere gobernar solo. Al gobierno le estorba la disidencia. Nicolás no tolera el pluralismo, ni le gusta el escrutinio ciudadano, y por lo tanto, no le sirve una constitución democrática. El proyecto político del socialismo del siglo XXI es la dictadura totalitaria y la conformación, a la fuerza, de una comunidad totalitaria de ciudadanos sometidos a la servidumbre. Eso también está previsto en el Plan de la Patria. Pero, para que no queden dudas, Nicolás lo anunció: el proyecto en marcha supone el control total de toda la economía, desde la producción hasta la comercialización. El objetivo es no dejar resquicios para que por allí se cuele la libertad. Nicolás quiere todo el poder, y eso significa que nosotros, los ciudadanos venezolanos, estorbamos.

Pero la historia es buena conciencia. Baste recordar los efectos del “comunismo de guerra” aplicado por Lenin. Por cierto, no es gratuito el uso del término “guerra económica” para justificar la estatización forzada, la planificación central y el control de los precios. El profesor Sheldon Richman apunta que “en Rusia, entre 1918 y 1921, operó la primera experiencia del comunismo. El mercado fue repentinamente declarado ilegal. El comercio privado, la contratación de mano de obra, el arriendo de la tierra y toda empresa y propiedad privada fueron abolidos, al menos en teoría, y sometidos a sanción por parte del Estado. Se confiscaron las propiedades de las clases altas. Se nacionalizaron las empresas y fábricas. El gobierno se apoderó del excedente de la producción agrícola de los campesinos para apoyar a los obreros y fuerzas bolcheviques de la guerra civil en las ciudades. Se reclutó la mano de obra organizándola militarmente. Se racionaron los bienes de consumo a precios artificialmente bajos y, más tarde, sin precio alguno. Como era de esperarse, se concedió tratamiento especial a quienes tenían poder e influencia. Los resultados fueron catastróficos. En 1920, la producción industrial fue igual al 20% del volumen anterior a la guerra. La producción agrícola bruta disminuyó de más de 69 millones de toneladas en el período 1909-1913 a menos de 31 millones de toneladas en 1921. La superficie cultivada bajó de más de 224 millones de acres en el período 1909-1913 a menos de 158 millones en 1921. Entre 1917 y 1922, la población disminuyó en 16 millones sin contar las defunciones por causa de la guerra ni la emigración. Entre 1918 y 1920, ocho millones de personas dejaron las ciudades para trasladarse a las aldeas. En Moscú y Petrogrado, la población disminuyó en un 58,2%”. El resultado fue el hambre y el sufrimiento de millones de rusos. ¿Les parece conocido el resultado?

Lo mismo ocurrió con el “gran salto adelante” intentado por Mao en 1957. Un delirante líder, aislado de la realidad, declaró que China debía avanzar hacia una economía no monetaria, donde se proporcionarían la comida, la ropa y la vivienda de manera gratuita. Proclamó que el camino al paraíso comunista eran las comunas populares. De un momento a otro quinientas millones de personas se vieron forzadas a vivir en organizaciones comunes del pueblo, donde debían compartir riquezas e infortunios con extraños a los que tocaba en suerte. La comuna se convirtió en la unidad básica de la sociedad y de la economía. Este experimento tuvo resultados tenebrosos. Entre 1959 y 1960 -solamente un año- murieron de hambre unos veinte millones de chinos, y nacieron quince millones menos de niños, todo esto por la hambruna y la debilidad concomitante de mujeres que no podían parir. Otros cinco millones murieron de hambre en 1961. Philip Short, biógrafo de Mao, señala que este experimento totalitario fue el peor desastre humanitario jamás acontecido en China. El gran salto había sido un error apocalíptico. ¿No estamos nosotros al borde de una tragedia humanitaria? ¿No estamos sufriendo los estragos del hambre? ¿No se está desplomando la economía socialista?

Debemos estar claros en una premisa: Al modelo político llamado comunismo -y esto es comunismo- corresponde unos resultados económicos y no otros: colapso y hambruna. Eso es lo que nos estamos jugando. En el caso que nos atañe, el comunismo del Diosdado-Madurismo, el orden de los factores no altera el producto. El gran asalto a la constitución es parte del mismo guión que, sin dudas, nos llevará a los mismos resultados. Un caos político y la debacle económica que en parte ya estamos viviendo. Tan socialista es esta desmesura autoritaria como la pobreza a la que estamos sometidos. Pero, ¿qué hay detrás de esta decisión tan radical? Un reconocimiento del fracaso político y económico del socialismo del siglo XXI. La confirmación de que se vaciaron de legitimidad y, por lo tanto, no les queda ninguna otra cosa que la represión y la mascarada. Porque este llamado al poder constituyente no es otra cosa que una payasada autoritaria. Ellos no van a permitir una elección libre y competitiva. Ellos cuentan con que van a poder arreglar los términos de la convocatoria para seleccionar a los suyos, a sus secuaces, a los que dependen de ellos, a los más ideologizados, a la turba fanatizada que todavía cree que el comunismo es el camino. Ellos cuentan que van a pasar la prueba de la falacia y el disimulo, invocando una entidad espuria que solo va a contar con la fuerza, pero en ningún caso con la razón. Es un salto adelante del proyecto socialista, pero que los lleva al vacío, y a nosotros, al momento de las definiciones.

El pactismo acaba de morir traicionado por sus socios implícitos. No hay espacio para el diálogo. Nunca lo hubo. Tampoco hay espacio para un cronograma electoral republicano. Eso nunca estuvo en los planes del régimen. Son tiempos de ruptura y de definiciones. Y de fortaleza de ánimo. En las calles de Venezuela los ciudadanos están demostrando que hay poder popular. El poder que se destila de un ciudadano comprometido con un cambio radical de las condiciones políticas y económicas. La convicción irrevocable de que hay que dar el debate de las ideas, porque este socialismo perverso ha colonizado voluntades y conciencias, usando el narcótico del populismo para hacer flaquear a más de uno. La exigencia siempre presente de que hay que preservar la unidad, y que sea unidad no se puede negociar en la mesa de la perversidad. Y que, llegados a este punto, no hay marcha atrás, no hay regreso posible, no hay cohabitación imaginable con aquellos que desean nuestra extirpación de la sociedad política para convertirnos en siervos y víctimas de una ideología insensata. Los resultados están allí, en el caldero de la historia, donde se cuecen en su propio caldo los comunistas de ayer, hoy y siempre, con sus fracasos y la cobardía que los comuniza a todos, porque ninguno fue capaz de reconocer la inevitable mediación entre el comunismo como ideología irrealizable, y el hambre, la represión y la pobreza como sus únicos resultados.

Que nadie se engañe. Esa invocación al poder constituyente no es para convocar al poder popular. Es para todo lo contrario, para concentrar aún más todas las opciones, todas las capacidades, todas las posibilidades en un grupo que tiene secuestrada la república y nos tiene a todos despojados de nuestras garantías y libertad. No es para entregar sino para acumular. No es para compartir sino para monopolizar. No es para sumar sino para restar. La escena está puesta. Elías Jaua es el coprotagonista. ¿Confiaría usted la suerte de sus hijos en Isturiz, Escarra, Isaías Rodríguez, Delcy Rodríguez, Cilia Flores, Earle Herrera y Ameliach, entre otros? ¿Verdad que no? Entonces no queda otra opción que seguir luchando.

e-mail: victormaldonadoc@gmail.com

Víctor Maldonado: El gobierno seguirá subiendo el salario para ganarse a los venezolanos

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El director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas y politólogo, Víctor Maldonado, indicó que el gobierno está esperando un alza en el precio del crudo para aumentar el salario nominal, como medida para ganar el respaldo de los ciudadanos.

“El gobierno está esperando que haya un aumento de los precios del petróleo para continuar este festín que narcotiza a los venezolanos. Seguirán usando medidas populistas como el aumento de salario para intentar ganarse la voluntad de la gente, pero en el telón de fondo es una decisión terrible porque la economía venezolana está arruinada. Además de la creciente inflación que hace a cualquier aumento de salario inservible”, aseguró el máximo representante de la Cámara de Comercio de la capital.

Por otra parte, durante una entrevista ofrecida al programa La Noticia Viva de Unión Radio, Maldonado afirmó que la sentencia que emanó el Tribunal Supremo de Justicia la noche del pasado lunes, que estipula que la recolección de manifestaciones de voluntad para el 20% debe ser por circunscripción estatal y no nacional, afianza la imagen autoritaria y dictatorial del gobierno.

“Hay que entender que este es un interlocutor que no está apegado a la ley y que las vías que está utilizando lo convierten en una dictadura. No es posible que se pueda manipular de tal manera la justicia y las instituciones para cercenarle todas las libertades a los venezolanos. Debemos ver que esta es una circunstancia muy difícil y que hay que resolver este nudo gordiano porque todo lo que estamos pasando, desde el punto de vista económico, tiene una causa política y si no resolvemos estas causas seguiremos transitando por este camino de pobreza, escasez y desempleo”, declaró Maldonado quien aseguró que en Venezuela existe una clara fusión de los poderes públicos, compaginados en un sistema en donde todo el mundo está ligado al parecer del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Asimismo, el politólogo consideró que dirigir 50 por ciento de la producción agroindustrial a los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), no contribuirá a mermar los niveles de escasez en el país.

“Los Clap no son efectivos, son una herramienta para la distribución en un país en donde las políticas económicas no permiten ni la producción ni la exportación. Este es un país de escasez y lo seguirá siendo mientras el sector productivo esté con las manos y los pies atados por un conjunto de políticas económicas que lo asfixian. Por otra parte, el Clap no es un mecanismo asociado a la equidad, es uno partidista que, utilizando bienes que son expoliados del sector productivo y comercial, intentan extorsionar a los ciudadanos para que, en lugar de protestar, se mantengan de rodillas al régimen”, señaló Maldonado.

Cámara de Comercio: 80% de los venezolanos está en situación de pobreza

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La crisis económica que está atravesando el país ha obligado a los venezolanos a tomar decisiones para hacer frente a la realidad que viven, entre ellos racionar sus alimentos diarios y recorrer decenas de farmacias en busca de medicamentos.

 El director ejecutivo de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas, Víctor Maldonado, aseguró este viernes que el empobrecimiento en el país «es atroz y lo peor es que esta situación no se resuelve rápidamente. No hay milagros posibles y este Gobierno, que es el responsable de atrapar la crisis, está muy distraído como para que sea él quien resuelva esta circunstancia que ellos mismos crearon”.

En el programa El Noticiero de Televén, indicó que el presidente de la República, Nicolás Maduro, debe aplicar un método adecuado para afrontar la situación económica que permita que avanzar al sector productivo. Para eso, aseguró que en el país se debe garantizar el derecho de propiedad, el libre mercado, el respeto a la empresa y eliminar los controles de cambio, de costo y de precio.

Maldonado aseguró el nivel de pobreza en el país ha alcanzado al 80% de la población venezolana. “La solución es que el Estado deje de jugar a que él es el mercado (…) Este Gobierno cree que el dinero no tiene límites, imprime billetes que no tienen nada que ver con la capacidad productiva ni las reservas internacionales. La inflación del país es el resultado de la indisciplina fiscal (…) Lo económico se solucionará cuando el Gobierno deje de malversar todo ese poder que tiene concentrado”, aseveró.

(VIDEO) Empleados de centros comerciales estuvieron ociosos por corte obligado de luz

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Trabajadores de peluquerías, locales de comida y tiendas de ropa, se instalaron en pasillos y en la feria de comida de El Tolón mientras esperaron que se cumplieran sus dos horas de receso. Entre la 1:00 y 3:00 pm tuvieron prohibido permanecer en los locales donde laboran. Víctor Maldonado, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, advirtió que la medida de racionamiento de energía aplicada por Corpoelec pone en riesgo 50.000 empleos directos

@Angelicalugob

No era primero de enero, pero el ambiente que había este miércoles 10 de febrero en el interior del Centro Comercial El Tolón daba esa sensación. Poco antes de la 1:00 pm las escaleras mecánicas y los ascensores no funcionaban. Los aires acondicionados tampoco. Algunas santamarías ya bajaban para cumplir con la medida de racionamiento eléctrico impuesta por Corpoelec y, los empleados de los locales, ya empezaban a caminar sin rumbo por los pasillos del mall.

Trabajadores de peluquerías, locales de comida y tiendas de ropa improvisaron la rutina de su nuevo receso de dos horas. Era el caso de Alba Romero, empleada de una peluquería, que a la 1:00 pm dudaba si decidía trabajar después de las 3:00 pm o si se iba a su casa y solo cumplía con el primer horario. Ella era una de las empleadas que estaba ociosa ante la medida.

“Antes de la medida, yo trabajaba desde las 10:00 am hasta las 7:00 pm, pero desde hoy los encargados nos dividieron en grupos de mañana y tarde y como ya trabajé de 10:00 am a 1:00 pm, puedo decidir si me voy o me quedo. Lo fastidioso es que el receso ahora es de dos horas y a ninguno de los empleados les permiten estar en los locales, por seguridad”, manifestó Romero.

La feria de comida de El Tolón era, sin duda, el área más concurrida por los empleados del mall que tuvieron que improvisar un receso poco habitual. Sin embargo, en algunos pasillos Runrun.es vio a algunos trabjadores tomando una siesta o esperando regresar a sus trabajos.

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En el caso de los cines, un empleado del centro comercial explicó que esta área sólo trabajará desde las 3:00 hasta las 7:00 pm, mientras que en los estacionamientos no permitirán el ingreso de vehículos en los horarios que hay cortes programados del servicio eléctrico.

Empleos en riesgo. Víctor Maldonado, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas, dijo a Runrun.es que estima que con la medida de racionamiento eléctrico en los centros comerciales están en riesgo 50.000 empleos directos.

“En todo el país hay un aproximado de 100 centros comerciales grandes en los que hay unos 10.000 comercios. Eso, en cifras muy conservadoras, representa unos 50.000 empleos directos, sin tomar en cuenta los estacionamientos. Esto sin tomar en cuenta que el entretenimiento y la cultura también están en riesgo con esta medida”, advierte Maldonado.

El director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas considera que el sector comercial sólo consume aproximadamente 16 por ciento de toda la energía eléctrica del país: “Es un problema que tiene por lo menos seis años y el gobierno no ha hecho nada para resolver esta crisis y ahora le imponen la medida al sector que no consume la mayor energía en Venezuela”.

Marcela Máspero, coordinadora de la Unión de Trabajadores de Venezuela (Únete), calcula que unos 30.000 empleos se verían afectados en el país con la medida de Corpoelec. La dirigente sindical dijo a Runrun.es que le preocupa que los trabajadores de centros comerciales no están afiliados a sindicatos.

“Es una medida irresponsable de Corpoelec. Los centros comerciales son los lugares que los trabajadores de las zonas aledañas visitan para almorzar. Hacemos un llamado desde Únete a todos los trabajadores de estos establecimientos a que unifiquen esfuerzos para defender sus derechos y conseguir soluciones”, manifestó Máspero.