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Volvieron a Venezuela 900 migrantes irregulares varados en Panamá
En estos traslados se ha dado prioridad a niños, niñas y mujeres embarazadas que se encontraban en un refugio temporal habilitado por la misión diplomática de Venezuela en Panamá

Foto: EFE

La directora del Servicio de Migración de Panamá, Samira Gozaine, informó que unos 900 migrantes irregulares venezolanos que estaban en un albergue en la Ciudad de Panamá han retornado voluntariamente a su país en «vuelos humanitarios».

Precisó que en estos traslados se ha dado prioridad a niños, niñas y mujeres embarazadas que se encontraban en un refugio temporal habilitado por la misión diplomática de Venezuela en Panamá.

Gozaine explicó que más de 80 niños y más de 35 mujeres embarazadas han salido en esos vuelos humanitarios, por lo que en el refugio «queda solo la gente menos vulnerable, que están en familia, hombres jóvenes».

«Faltan 600 personas aproximadamente que están aquí, vienen algunas en camino, varias han comprado su tiquete (de avión) con la misión (diplomática), varias saldrán en otro tipo de vuelos, hay muchos donantes que está viniendo a donar y a comprar tiquetes para ellos», aseguró la funcionaria panameña.

Dijo también que están «organizando todo ese proceso con la ayuda de ONG, de la Comunidad Internacional, de la comunidad venezolana en Panamá, de la misión (diplomática venezolana), de la Iglesia, entonces creo que para mañana (miércoles) podrán salir otras 300 – 400 personas (…) esperamos desalojar a todas estas personas que están solo pidiendo regresar a su hogar«.

Panamá reporta disminución “considerable” de migrantes en Darién 

La llegada de migrantes irregulares a Panamá a través de la peligrosa selva del Darién, la frontera natural con Colombia, «ha disminuido considerablemente» luego de la puesta en marcha de la nueva política migratoria de Estados Unidos para los venezolanos.

Así lo afirmó este martes el jefe del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá, Oriel Ortega, quien precisó que tras haberse registrado en este octubre picos de entrada de «3.000 y 4.000» migrantes irregulares en un solo día, ahora están llegando «entre 1.000 y menos».

Solo entre el 1 y el 22 de octubre se contabilizaron 53.404 migrantes irregulares (39.834 venezolanos), un número sin precedentes que deja atrás los 48.204 de septiembre, los 31.104 de agosto, los 22.822 de julio, los 15.633 de junio y los 13.894 de mayo pasado.

El pasado 12 de octubre el Gobierno de Estados Unidos anunció y puso en marcha una norma migratoria que indica que todo venezolano que entre a ese país habiendo cruzado de manera irregular la frontera de México y de Panamá, será expulsado a territorio mexicano.

Con información de EFE

Panamá desmiente que esté financiando retorno de venezolanos que cruzaron el Darién
La funcionaria informó que las personas que cruzaron la frontera para ingresar a Panamá requieren de una visa y «no se les está permitiendo ingresar por la frontera de Costa Rica”

Foto: EFE/Bienvenido Velasco

Samira Gozaine, directora de Migración Panamá, desmintió que el gobierno panameño esté financiando el retorno de los migrantes venezolanos que cruzaron el Darién.

De acuerdo con el sitio web Proyecto Migración Venezuela, iniciativa del medio Semana, Gozaine enfatizó en que el gobierno de Panamá no ha considerado pagar esos vuelos porque no tiene en mente esa posibilidad.

“Es falsa la información que se les está dando de que se les está permitiendo ingresar y que aquí los vuelos son gratis; eso no es cierto, cada persona está pagando su tiquete y solo estamos haciendo para aquellos que hayan entrado dentro del flujo regular que viene de sur a norte», aclaró la funcionaria.

Además, señaló que las personas que cruzaron la frontera para ingresar a Panamá requieren de una visa y «no se les está permitiendo ingresar por la frontera de Costa Rica”.

Por otra parte, informó que hay un grupo de migrantes venezolanos que son atendidos por la misión diplomática de Venezuela y que cerca de la mitad de ellos están comprando sus boletos para regresar a su país.

En ese sentido, desmintió que se hayan organizado vuelos humanitarios.

“Entiendo que la Misión de Venezuela consiguió que principio donaran varios tiquetes, pero no existen vuelos humanitarios pagados ni por el gobierno de Venezuela ni por el gobierno de Panamá”, dijo Gozaine.

Con relación a quienes no tienen los recursos para comprar sus boletos de retorno, señaló que mientras logran resolver su situación tendrán atención por parte del gobierno panameño en un albergue provisional.

“Y allá nosotros les vamos a dar su asistencia de comida de habitación mientras la misión diplomática coordina los viajes y ellos puedan retornar a su país”, declaró a los medios locales.

Panamá crea una oficina de asuntos humanitarios para residentes venezolanos

PANAMÁ CREÓ UNA OFICINA para que los venezolanos residentes en el país puedan tramitar solicitudes de reagrupación familiar por «razones humanitarias» así como solicitar visas estampadas.

La llamada Oficina de Asuntos Humanitarios para los Residentes Venezolanos está amparada en el Decreto Ejecutivo 612 de 22 de octubre de 2018, informó este lunes el Servicio Nacional de Migración.

En esa oficina el «residente en Panamá de nacionalidad venezolana podrá apersonarse (…) a presentar personalmente la solicitud de reagrupación por razones humanitarias, para aquel familiar que se encuentre dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad», indicó un comunicado oficial.

A través de esa dependencia los residentes venezolanos «también podrán solicitar visas estampadas desde Panamá para quienes desean visitar el país para asistir a un evento familiar o social en una fecha determinada».

Para los trámites de reunificación familiar y visas estampadas ante la nueva Oficina de Asuntos Humanitarios del Servicio Nacional de Migración los interesados deben adjuntar copia del pasaporte del extranjero, copia del carné de residente del responsable, prueba de parentesco, prueba de solvencia del responsable, carta de responsabilidad, y prueba de domicilio en Panamá.

En los Consulados de Panamá en Venezuela y el exterior se procederá a estampar las visas correspondientes con los números de referencia y autorización que les otorgue la Oficina de Asuntos Humanitarios para Residentes Venezolanos, para lo cual los interesados deberán presentarse a las oficinas consulares de Panamá en el país donde residan con su pasaporte vigente.

Para aquellos lugares en los que Panamá no cuenta con oficinas consulares, el Servicio Nacional de Migración «emitirá un documento oficial de viaje a favor del solicitante y la visa correspondiente será estampada al llegar a Panamá, en el Aeropuerto Internacional de Tocumen», añadió la información oficial.

Panamá solicita desde hace un año visa estampada a los venezolanos, una medida del Gobierno del presidente Juan Carlos Varela dirigida a contender la llegada masiva de los que huyen de la crisis generalizada en el país suramericano.

El pasado 11 de octubre el Gobierno de Panamá anunció que amplió a 5 años la vigencia de la visa estampada de múltiples salidas y entradas para los ciudadanos de Cuba, China, República Dominicana, Venezuela y la India.

La normativa tiene como finalidad «facilitar los trámites de viajes a turistas y empresarios que ingresan regularmente a Panamá y contribuyen al desarrollo y crecimiento económico», indicó entonces el Servicio Nacional de Migración.

Panamá exigirá visa a los venezolanos a partir del 1 de octubre

Juan-Carlos-Varela

Panamá exigirá a partir del próximo 1 de octubre visa estampada a los venezolanos que quieran ingresar al país, anunció hoy el presidente panameño, Juan Carlos Varela, una medida que se mantendrá hasta que se «restablezca la democracia» en la nación suramericana.

En una breve alocución nacional, Varela dijo que cerca de 60.000 venezolanos han llegado a Panamá en los últimos seis años huyendo de la crisis de ese país, y que la medida migratoria busca preservar los empleos y la seguridad de los panameños.

«Ante la ruptura del orden democrático en Venezuela, situación que pone en riesgo nuestra seguridad, nuestra economía y las fuentes de empleo de los panameños y panameñas, y luego de un profundo análisis, he tomado la decisión de exigir visa a los ciudadanos venezolanos que quieran viajar a Panamá», explicó el mandatario.

Varela también indicó que su Gobierno «consecuente» con su «compromiso de solidaridad y trato humanitario» otorgará «estatus migratorio a los 25.000 venezolanos que fueron debidamente censados hasta el 30 de junio de 2017».

«Son medidas difíciles, pero la situación en Venezuela ha empeorado debido a la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente de disolver la Asamblea Nacional Venezolana, irrespetando los principios democráticos, la paz social y actuando contra la voz del pueblo», aseguró Varela.

La medida, añadió, se mantendrá «hasta que se recupere el orden democrático, se restablezca la Constitución y se respeten los derechos humanos en Venezuela».

Al principio de la reciente crisis venezolana, el Gobierno de Panamá se mostró dialogante y apostó por el entendimiento, pero en las últimas semanas ha endurecido su discurso y se ha sumado al grupo de países y organismos internacionales que no reconocen la nueva Asamblea Constituyente y piden elecciones libres.

Decenas de venezolanos que viven en Panamá varados en frontera con Costa Rica

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Foto: EFE

Unos 76 migrantes irregulares venezolanos que viven en Panamá y salieron a Costa Rica durante el asueto del Carnaval quedaron varados en la frontera porque las autoridades panameñas les impidieron su reingreso, informaron hoy a Efe fuentes oficiales.

La mayoría de los venezolanos salieron de Panamá para renovar el permiso que les permite estar legalmente como turistas en el país y que expira a 180 días de la fecha de entrada, una práctica común entre los migrantes que no tienen un estatus de residentes.

El movimiento masivo de personas en el marco de los días libres del Carnaval llevó a las autoridades a tomar una actitud más enérgica frente a quienes aplican esta estrategia y, de alguna forma, residen o trabajan ilegalmente en Panamá, según declaró a Efe el comisionado del Servicio Nacional de Migración en la provincia panameña de Chiriquí, Alfredo Córdoba.

«El sistema de informática que estamos utilizando para verificar establece cuándo las personas tienen varias salidas y entradas como para renovar sus seis meses de turistas. Cuando se pasa ese tiempo, los extranjeros deben aplicar otro tipo de alternativa que les permita la ley para permanecer en el territorio nacional», dijo.

El grupo de suramericanos forma parte de un total de 89 personas a las que se les impidió la entrada en Panamá durante el Carnaval y sus días cercanos, por no cumplir con los requisitos migratorios, explicó.

Un venezolano que quedó del lado costarricense contó a Efe que lleva 2 años de estar trabajando de manera ilegal en Panamá y que cada seis meses viaja a Costa Rica, sale durante 72 horas o más, y así cumple con las leyes panameñas para continuar legalmente como turista.

Un compatriota suyo, Osman Vega, relató que tiene cinco meses de estar en Panamá «porque la condición de Venezuela es bastante complicada». Su madre enfermó y los medicamentos que necesita son inaccesibles por la escasez y los altos precios del «mercado negro».

«Tratamos de buscar en otro lugar otras oportunidades. Yo trabajaba en Venezuela y poco a poco se fueron mermando las oportunidades, y los ingresos fueron bajando cuando se intensificó el sistema», explicó a Efe.

Varios de estos migrantes dijeron a medios locales que habían salido a Costa Rica con sus parejas e hijos y que en Panamá han comenzado a formar una vida.

El gobernador de la provincia de Chiriquí, Hugo Méndez, dijo este jueves a periodistas que el viernes sostendrá una reunión con Migración para conocer la situación de estas personas, algunas de las cuales aseguran tener más de tres días intentando entrar a Panamá con sus papeles en regla.

El comisionado Córdoba explicó que algunos de los caribeños no cumplían con los requisitos estipulados para ser aceptados, como contar con un pasaje de regreso a su país de origen o residencia, o superar una entrevista con la autoridad competente al momento de la entrada.

Entre los requerimientos también está mostrar una solvencia económica de 500 dólares.

Es conocido que muchos migrantes consiguen este dinero prestado sólo para mostrarlo al hacer sus entradas y salidas, e incluso existen grupos en los que se rotan los mismos billetes.

Los nacionales de Panamá y Venezuela pueden circular entre los dos países sin necesidad de visa de turista por la reciprocidad que existe entre ambos Estados.

Eso ha permitido que en años recientes, en medio de la crisis política y económica del país petrolero, miles de venezolanos hayan emigrado a Panamá, un país en bonanza y con una mínima tasa de desempleo.

Venezolanos: la nueva “invasión” de Panamá

@TamoaC

 

Ciudad de Panamá.- ATRÁS QUEDARON LOS DÍAS EN LOS QUE LLEGABAN clientes curiosos a  la barra “¿Y cómo es un cachito?” “¿Qué trae una empanada?”. Roberto Arias se fajaba. “Están rellenos, salados, pero dulces, en medialuna”… pruébalos. Ya no. Este miércoles de julio a las 9 de la mañana, se da el lujo de salir de su puesto en la caja registradora a atender la visita en una de las 10 mesas que dispuso en su panadería “Los venezolanos”, ubicada en Vía Argentina, Los Cangrejos, en Ciudad de Panamá, desde hace ocho años. Chama, pana, bróder, “epa qué majn”. “Dame dos de cazón, ahí”. El movimiento no cesa. El calor se afinca por encima de los 30 grados. A esa hora es preferible la parte de adentro, bajo el sosiego del aire acondicionado. Pabellón, carne mechada, jugos. Pero no solo por eso es un reducto de Venezuela en ese hogar prestado que es Panamá para muchos. Hay banderas tricolor, un cuatro y afiches de Norkys Batista, humoristas criollos, salseros que están de paso por la ciudad y son referencia obligada en esas cuatro paredes donde se está cerrando un negocio en la mesa uno. Uno de los hombres se levanta y se acerca a Roberto con un apretón «él también es de Caracas. Va y viene».

 

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II

Los venezolanos han llegado como una oleada avasallante a Ciudad de Panamá y en menos de cinco años modificaron hábitos de consumo e impactaron algunos rubros de la economía de manera invasiva. Les reprochan que ponen propina adicional en las mesas, cuando ya está incluido el 7% del servicio; también que aumentaran el pago del servicio doméstico. Una clase media profesional se abre espacios en puestos laborales importantes y un “nuevoriquismo” creciente compra excéntricos apartamentos y oficinas frente al mar. Llegaron a hacer negocios y surfean en la expansión financiera y comercial, en esa suerte de paraíso fiscal. La urbe es un contraste de un cuidado casco viejo, con adoquines y edificios bajos, y una fila de apiñados rascacielos, entre los que destacan el famoso edificio Trump y el atornillado BBA. Es una ciudad que fue cocinada a fuego alto, con centros comerciales y emporios que cinco años atrás eran un terraplén.

 

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III

A pesar de su nombre, Mike Brokker es venezolano y lleva 18 años en el país de Rubén Blades y Mano e´ piedra Durán. “Yo he visto de todo, vi a los gringos irse y a los venezolanos llegar”. Dos movimientos migratorios importantes para los habitantes, que disfrutan y padecen la nueva “invasión”. Brokker tiene una posada, está contento, y ya no tan solo. Entre un café y otro, con amigos coterráneos que se comen un pabellón, se atreve a comentar que no todo es tan bueno: “los venezolanos trajeron la ‘coima’ en todas partes, que es como le dicen aquí a los sobornos, los ‘peajes’, la ´matraca.´ Existía la corrupción, pero aquí el venezolano acostumbró al policía de tránsito a meterle unos dólares en el pasaporte que le presentaba, para salirle al paso a una multa”.

 

IV

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La puerta se abre de sopetón y una mujer rubia saluda afectuosamente a Roberto, cruzan unas palabras, le despacha unas arepas y él le desea suerte. Él, que se graduó en el caraqueño Instituto Europeo del Pan (Iepan) y que estudió el mercado panameño durante 3 años; él, que se lanzó a la aventura en 2008 con un par de socios y luego compró sus partes, terminó por cambiar algunas cosas de su idea inicial: no vende charcutería, “porque no hay manera de cambiar la cultura panameña de hacerlo en el supermercado” y ofrecer arepas. “La gente asocia a Venezuela con las arepas y a la tercera vez que me preguntaron empezamos a hacerlas y no hemos parado”.

Al principio 85% era público venezolano el que se asomaba al mostrador atraído por el olor de la nostalgia. El otro 15% eran panameños y extranjeros con paladar aventurero. “Hoy en día la relación es 65%-35%”.

Dos mesas más allá, la rubia cierra negocios por teléfono, también en «criollo». Guarda prolíficas historias de coterráneos que compran hasta 3 apartamentos en efectivo. Han hecho mucho dinero en estos últimos 15 años.

En 2008 y 2009, adquirían viviendas con cupos Cadivi de viajero. “Se traían a toda la familia y raspaban ese tarjetero”, confiesa alguno que pasó solo a saludar por el local. Es de los que por ahora va y viene, mientras da el paso definitivo de emigración.

 

V

Las cifras calculan unos 150 mil paisanos en Panamá. Hay restaurantes en el casco viejo de comida típica panameña cuyos dueños ¿son?  Exacto: venezolanos. Hubo una “calle del hambre” que sorprendió las costumbres centroamericanas, pero actualmente se está reubicando. Está el cartelón amarillo con azul profundo de Daka, la empresa perseguida en plena jornada gubernamental de rebajas, a finales de 2013. “Aquí hay más de 200 bancos, yo hice estudio de mercado antes de venir, hay hasta uno chino, y por supuesto, venezolanos como Banesco”, suelta Roberto, mientras detrás de él, las empleadas atienden con destreza el “hueco” que deja en la barra por minutos. “Todos mis empleados son panameños, todas las cocineras hacen empanadas, cachitos y arepas, hay una que está conmigo desde el principio”.

 

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VI

Debajo del mostrador hay periódicos y muchos volantes de todo tipo. Ahí se consiguen ofertas, opciones teatrales, alquileres… “¡Coño, hermano! ¿Cómo está la vaina? tengo algo para ti”. La panadería es también una suerte de oficina de empleos, “me acaban de decir de un trabajo para fotógrafo, de 1.500 dólares mensuales”, comenta el periodista venezolano José Antonio Gil, quien cubre internacionales en “La estrella de Panamá”. Claro, hay alquileres que te pueden costar eso y más en zonas céntricas. Para pagar la mitad, hay que buscar en las afueras.

Mónica Giugni, dueña del portal www.venezuelapana.com, se incorpora a una mesa. Vivía en La Trinidad y trabajaba en un negocio familiar cuando un panameño radicado en España la flechó por chat. Tuvieron un hijo y se fueron a Panamá a probar suerte, “me gustaba saber que era un país que estaba en crecimiento y que se ganaba en dólares”. Hoy en día vive sola con su hijo panameño y se convirtió en pieza fundamental en los eventos y conexiones de paisanos. “Me dio una depre, me hacía falta mi gente y decidí crear el portal, ahora conozco a todo el mundo, suelo ayudar gente”. Le suena el teléfono y se extravía un rato en términos legales y consejos. “Me llaman por la página para preguntarme sobre estatus legal, procesos de migración, consultas de visados y todo”.

 

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VII

“Paz”, “tranquilidad”, “seguridad”, sueltan de buenas a primera los venezolanos desde este reducto del continente americano, como respuesta a lo que consiguieron al llegar. “La familia”, “El Ávila”, “los panas”, se les antoja cuando responden por lo que dejaron. “Estamos mejor”, es leit motiv en la conversación. Sin ambages, con gestos que buscan bien adentro de lo que sienten y piensan. Sin embargo, de los más de 10 consultados, solo una dice que no quiere volver. El resto, aunque no le pone fecha, lo apunta en las ganas. “Claro uno siempre quiere volver, ojalá algún día pueda volver y estar bien en mi país”, acuña Roberto, quien no ha dejado de saludar clientes y atender un par de urgencias.

Atrás dejó su apartamento en La Candelaria y aquella Venezuela tan convulsa de 2002, cuando pensó en emigrar por primera vez, un año después de pisar Panamá por pocos días. Dejó su empleo en institución oficial, donde empezaba una cacería de brujas contra quienes no pensaban en rojo.

Vea también: Lo bueno, lo malo y lo feo de vivir en Panamá y el video de Venezolanos en Panamá
VIII

El taxista que conduce al aeropuerto internacional Tocumén reconoce el acento. “Tengo varios clientes venezolanos, fijos. son bien ‘chéveres”, bromea. A través de los traslados y sus propias teorías, la “invasión” comenzó a sentirla 5 años atrás. “Mientras vengan a dar trabajo está bien. Aquí les llamamos ‘los vale’ porque usan esa expresión para todo. La expresión nuestra que más se les parece es ¡Vaya a la vida!”. Empieza a escucharse en las escuelas y calles “¡Vayaalavida vale!”; y por supuesto, una mentada bien puesta y a elevado volumen.