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Criminalidad gana terreno en los Valles del Tuy ante la ausencia de planes preventivos
De acuerdo con el informe anual del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), el estado Miranda se ubicó como la segunda entidad territorial más violentas del país en el año 2021, con una tasa de 64,1 víctimas por cada 100.000 habitantes

Lorenzo estuvo preso dos años en los calabozos de la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Ocumare del Tuy, estado Miranda. A finales del año 2019 fue detenido por participar en un robo a mano armada dentro de una camioneta de pasajeros. Era diciembre y Lorenzo necesitaba comprar el estreno de sus dos hijos menores de edad y cubrir los gastos propios de la Navidad.

“Uno intenta educarlos bien, pero en la calle se echan a perder. Él solo estudió hasta cuarto año de bachillerato, pero después se puso rebelde y no quiso ir más al liceo. Prefirió agarrar el mal camino, antes de hacerme caso y mire las consecuencias”, dijo Clara Rodríguez, madre de Lorenzo, a Una Ventana a la Libertad (UVL).

Rodríguez estaba a las afueras de la sede del Cicpc el 6 de noviembre. Hacía la cola para entregarle a un oficial la comida de su hijo, Lorenzo. El lugar ya le era familiar. Era la segunda vez que su hijo, de 29 años, terminaba detrás de los calabozos.

“Él salió en libertad en el año 2021 y lo agarraron de nuevo robando cuando comenzaba el 2022. Su mujer lo dejó; se fue con los dos niños a Perú, pero yo no puedo abandonar a mi muchacho”, comenta Rodríguez mientras respira profundo para no llorar.

Aunque no hay cifras oficiales sobre el porcentaje de ciudadanos que reinciden una vez que abandonan la cárcel, un funcionario adscrito a un cuerpo de seguridad local, que pidió mantener su nombre en reserva, señaló que es común ver rostros conocidos en los calabozos policiales.

“Muchos de ellos regresan a casa, pasan dos semanas tranquilos, celebrando con sus familiares, y después vuelven a sus andanzas. Pareciera que no aprenden la lección”, comentó.

La socióloga Mirna Infante coincide con este funcionario en cuanto a que es común que los expresidiarios vuelvan a cometer delitos. “Son pocos los que se regeneran cuando están presos y menos aquellos que permanecen en los calabozos policiales, hacinados, en espacios reducidos, sin servicio y sin practicar ninguna otra actividad que les permita formarse”, manifestó.

Infante destaca que muchas de las personas que están inmersas en el mundo delictivo, lo ven como un medio de trabajo, porque ya se acostumbraron a esa vida.

“Entonces, al salir en libertad, se encuentran con un país en crisis, donde no hay empleo, los servicios están súper costosos, al igual que la comida, la familia está desintegrada y no existen planes que les permitan reinsertarse a la sociedad. En medio de este contexto, es más fácil volver a delinquir”, señaló.

Miranda: una de las más violentas

El estado Miranda se ha convertido en una de las zonas más peligrosas de Venezuela. De acuerdo con el informe anual del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), se ubicó como la segunda entidad territorial más violenta del país en el año 2021, con una tasa de 64,1 víctimas por cada 100.000 habitantes, después de Distrito Capital, que encabeza la lista, con una tasa de 77,9.

En la ocurrencia de los homicidios, Distrito Capital, Miranda y Aragua se mantuvieron en los primeros tres lugares, tal y como ha sido en los últimos cinco años. Un año antes, en 2020, este mismo informe determinó que hubo 25 municipios de Venezuela y dos parroquias del Distrito Capital con una tasa de muertes violentas superior a las 100 víctimas por cada 100.000 habitantes.

5 de esos 25 municipios forman parte del estado Miranda, entre ellos, Acevedo y Andrés Bello en Barlovento, así como Paz Castillo y Tomás Lander en los Valles del Tuy. “Todos controlados por bandas delincuenciales que actúan en las áreas periurbanas”, según revela el informe.

Ausencia de política sociales y económicas

El Estado venezolano está consciente de que la violencia y las acciones delictivas ganan cada día más terreno en los Valles del Tuy. Por ello, desde el jueves 8 de septiembre hasta el domingo 11 de septiembre, se desarrolló la operación Trueno en esta subregión, con la participación de 900 funcionarios, encabezados la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Caracas para evitar la fuga de información.

La incursión dejó un saldo de 23 hombres muertos y dos funcionarios policiales detenidos por su presunta vinculación con líderes hamponiles.

En un trabajo publicado por el diario El Universal, una semana después de este operativo, el criminólogo y profesor universitario Luis Izquiel habló sobre este procedimiento y opinó que el problema de la inseguridad no se elimina desplegando a mil o a diez mil policías, sino diseñando políticas sociales y económicas.

“Más que poner autobuses para que la gente viaje a Caracas, en esas áreas deben ofrecerse fuentes de estudio, trabajo, entretenimiento, deporte, debe haber una recuperación de los espacios, formación ciudadana, atención a quienes están en riesgo. Los operativos son necesarios, pero sin políticas a corto, mediano y largo plazo, no están haciendo nada”, concluye Izquiel.

La socióloga Infante considera que el Estado venezolano ha sido tímido para enfrentar el problema de inseguridad. A su juicio no se trata solo de hacer operativos y encarcelar a quienes incumplan las leyes, sino que se requieren políticas preventivas que permitan evitar los delitos.

“Hay que entender la criminalidad, saber qué está pasando en ese mundo para determinar cómo actuar, siempre con el objetivo de diseñar planes efectivos antes de que los ciudadanos actúen al margen de la ley”, indicó Infante.

La socióloga también opina que, al aplicar buenas políticas preventivas, menos personas terminarán en una cárcel o calabozo policial y se controlará el hacinamiento. “Igualmente se minimiza el retardo procesal, porque los jueces y fiscales tendrían menos casos que atender”, destacó la profesional. 

Masacre en Valles del Tuy: 20 muertos deja operativo policial

20 muertos y al menos 30 personas detenidas, entre ellas, dos funcionarios policiales, fue el resultado de un despliegue policial en los Valles del Tuy, estado Miranda.

La operación, que se extendió por cuatro días, desde el jueves 8 de septiembre hasta el domingo 11, estuvo dirigida por uniformados de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Caracas.

La incursión no solo sorprendió a las bandas armadas que operan en esta subregión mirandina, sino también a los cuerpos de seguridad locales. La idea era evitar que se fugara información, debido a la presunta vinculación de policías con líderes hamponiles. Por ello los oficiales que comandaron los procedimientos eran foráneos.

Operación «Trueno»

La información oficial indica que en el operativo, denominado «Trueno», participaron unos 900 policías, quienes recorrieron sectores puntuales de cada uno de los seis municipios de los Valles del Tuy. 

De acuerdo con la información policial, en Ocumare del Tuy se registró el mayor número de muertos. En total fueron seis hombres. La policía identificó a cinco de ellos como Walter Alexander Rondón Briceño, de 24 años, quien era conocido como “El Walter”; Gabriel José Blanco Romero, apodado “Poco Pelo”; y otros tres hombres a quienes identificaron con los alías de “El Chelo”, “El Fido” y «El Parro». 

Cuatro de estos hombres son señalados por la PNB de integrar la banda de Deiber Johan González, alias «Carlos Capa». Encontrar a González era uno de los objetivos del procedimiento. Pero al finalizar la intervención policial no había sido detenido.

A la banda de Carlos Capa se le responsabiliza del asesinato del supervisor jefe Richard José Rondón Ortega (43), adscrito a la Policía de Municipal de Charallave, y de su esposa, el domingo 4 de septiembre, en San Francisco de Yare. Este hecho había motivado el procedimiento policial, con la finalidad de desmantelar la organización delincuencial que tiene más de siete años operando en Valles del Tuy.

Además se le atribuye el aumento de las estafas a través de falsas ventas de vehículos por la plataforma Marketplace en Ocumare del Tuy y las amenazas que han recibido algunos organismos de seguridad.

Otros fallecidos 

En el marco de la incursión policial también murieron otros supuestos delincuentes que fueron identificados como Yeferson Alejandro García Lorca, de 20 años, conocido con apodo del “Chuky”, ultimado en la calle principal del sector La Soledad en San Francisco de Yare; Lewis Joel Banquez López, de 23 años; Edward Eduardo Álvarez Palacios, de 24 años, alias el “Gordo Maniático”, en el sector El Yagual de Nueva Cúa; Tomás Enrique Hernández Meza, de 20 años; Víctor José Alfonzo Pérez, de 41 años, conocido con el remoquete de “Piraña”, en Santa Lucía; José Miguel Monasterio Moreno, de 33 años, en Cúa.

Entre las víctimas también se cuentan otros jóvenes identificados solo por apodos: “el Menor”, a quien mataron en la invasión de la zona industrial del sector Tomuso del municipio Independencia; «Ricardito», supuesto integrante de la banda de «Barrigón», que opera en la comunidad La Mata de Charallave; alias “Tomasito”, en la comunidad El Murciélago en Cúa; dos hombres aún por identificar en la urbanización Cartanal del municipio Independencia y otros cuatro en Santa Lucía.

En total fueron identificadas ocho víctimas con nombre y apellidos, cinco solo con supuestos alias y otras siete víctimas no fueron identificadas.

Ejecutados y sin «derecho» a un funeral 

Aunque las autoridades aseguran que todos los fallecidos estaban vinculados con hechos delictivos y que se enfrentaron a las comisiones; algunos de sus parientes niegan esa versión.

A las afueras de la morgue de Ocumare del Tuy, Rosalía, hermana de una de las víctimas, aseguró que su familiar no estaba armado. «La policía lo asesinó a sangre fría, sin permitirle que dijera una palabra», aseguró Rosalía a Monitor de Víctimas.

La mujer, quien no quiso revelar su apellido, reconoció que su hermano estaba en malos pasos, pero cuestionó que no se le respetara su derecho a la vida. «Debieron detenerlo y que un juez decidiera su destino», indicó.

A través de las redes sociales, habitantes del sector El Dividive de Charallave también se quejaron de la actuación policial. En esta comunidad mataron a Lewis Joel Banquez López, quien poseía registro por el delito de robo genérico, ante la Delegación Municipal del Cicpc de Ocumare del Tuy, según el expediente PMCR916, de fecha 16/01/2018.

«Lo sacaron de su casa esposado, con el rostro tapado. No dejaron que su abuela lo acompañara y, al cruzar la vereda, lo asesinaron. Ahí no hubo ningún  enfrentamiento», aseguró Andrés Nuñez en su cuenta en Twitter.

La versión del enfrentamiento igualmente fue desmentida por otro vecino de El Dividive. «Por más delincuente que sea, si es el caso, todos tenemos derecho a ser juzgados y a la defensa», consideró.

Los deudos además denunciaron que no les permiten velar a sus familiares. «La orden es que los enterremos, apenas nos entreguen el cadáver en la morgue», señaló Luisa Contreras, prima de uno de los fallecidos.

30 detenidos

Unas 30 personas fueron detenidas durante estos operativos. Dos de los arrestados eran funcionarios policiales: La supervisora Patricia Eliana Rodríguez López, directora de la Policía Municipal de Simón Bolívar; y el supervisor jefe Osmel González, jefe de operaciones de la Policía Municipal de Urdaneta. 

A Rodríguez López la relacionan con «Carlos Capa». Las autoridades aseguran que le suministraba información sobre los operativos que se coordinaban para ubicarlo. Su orden de detención la emitió el Juzgado Primero de Primera Instancia de Control del Área Metropolitana de Caracas. Le imputan los delitos de terrorismo, corrupción y delincuencia organizada. 

A González, por su parte, lo vinculan con las bandas del “Cámara” y del “Chuo Sutil Marrero”, que operan en Cúa, luego de la información encontrada en su teléfono celular.

Un GNB se suma a los dos funcionarios asesinados en enfrentamiento en Ocumare del Tuy
En el hecho ya habían muerto el secretario de Seguridad Ciudadana del municipio Tomás Lander y un oficial agregado de la PNB, además de un hombre no identificado

 

El sargento primero de la Guardia Nacional (GNB), Gabriel Rivas Escalona, murió en el Hospital Victorino Santaella de Los Teques, capital del estado Miranda, producto de un enfrentamiento ocurrido la tarde del viernes, 11 de marzo, en el sector La Trilla, vía La Caballeriza, en la zona rural de Ocumare del Tuy en la misma entidad.

Rivas Escalona fue uno de los cuatro uniformados heridos por arma de fuego y esquirlas de granada que dejó la balacera entre las fuerzas del Estado y supuestos miembros de la banda «El Cachete», de acuerdo con una minuta policial. Se desconoce el estado actual del resto de los lesionados.

En el hecho ya se habían registrado las muertes de dos funcionarios: el secretario de Seguridad Ciudadana del municipio Tomás Lander, Jhonni José Solórzano González, y el oficial agregado de la PNB, Jeferson Castro, de 24 años de edad. También murió un hombre no identificado.

#MonitorDeVíctimasCaracas | Asesinaron a un repartidor para robarle la moto
PNB mató a un sujeto en presunto enfrentamiento en el distribuidor La Araña

 @franzambranor / Foto: Carlos Ramírez

 

Rafael Antequera regresaba a su casa en Las Adjuntas el pasado lunes 24 de enero a las 11:00 de la noche, cuando sujetos lo asesinaron para robarle la moto con la que trabajaba como repartidor a domicilio.

Su hermana Yoveines Antequera dijo en la morgue de Bello Monte que a Rafael le dieron un tiro. Fue trasladado al hospital Miguel Pérez Carreño, donde falleció horas después.

Antequera, de 21 años de edad, laboraba como repartidor de comida rápida para un local ubicado en la parroquia Macarao. No tenía hijos y era el menor de cinco hermanos.

Muerto en presunto enfrentamiento

A Deivis Mieles, de 40 años de edad, lo mataron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) debajo del distribuidor La Araña, en Caracas, el pasado 21 de enero.

Un allegado, que prefirió no identificarse, sostuvo que el presunto enfrentamiento se produjo alrededor de la 1:00 de la tarde. Agregó que Mieles fue llevado por los propios funcionarios de la PNB al Pérez Carreño, donde fue declarado muerto.

Denunció también que Mieles no tenía pertenencia alguna cuando fue dejado en el centro asistencial.

Mieles era chofer de un camión de hortalizas y vivía con una hija de 14 años, en los Valles del Tuy.

De acuerdo con la fuente, Mieles tenía antecedentes penales.

El hecho ocurrió cuando faltaban tres minutos para el Año Nuevo en el urbanismo Altos de El Dividivi, en los Valles del Tuy

 

La explosión de una granada que manipulaba un hombre en la torre ocho del urbanismo Altos de El Dividivi, ubicado en la población de Charallave en los Valles del Tuy, estado Miranda, causó la muerte de dos niños.

El hecho, ocurrido cuando faltaban tres minutos para el Año Nuevo, movilizó a los diferentes organismos de seguridad, quienes identificaron a una de las víctimas como Nazareth Pacheco, de 11 años, y Alexandra Córdova Zurita, de 12.

El hermano de Córdova Zurita, José Daniel Veitía Zurita, de 7 años, resultó lesionado, según informó su madre en predios del hospital Dr. Osio, de Cúa. El niño fue referido a un hospital de Caracas y su estado de salud es delicado. Las esquirlas de la granada lo alcanzaron en la cadera.

Más información en El Pitazo.

Guaidó: No vamos a abandonar ningún terreno para que el cambio sea rápido

Desde los Valles del Tuy y acompañado del ex gobernador Henrique Capriles Radonski, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó aseguró que un cambio de gobierno en Venezuela es «una necesidad» y por eso no abandonarán «ningún terreno para que el cambio sea rápido».

En un recorrido casa por casa el parlamentario que hasta el momento lo han intentado todo para lograr el «cese de la usurpación» como el Grupo de Contacto, la protesta y el encuentro en Noruega, que ratificó nuevamente no está contemplada una próxima reunión, como lo habría dicho la Cancillería de Rusia.

Sobre las dudas que pueden tener los ciudadanos, Guaidó planteó que es un escenario normal. «Todos sabemos que falta para que avancemos de la oscuridad a la luz, el problema está en Miraflores».

También agregó que en su recorrido que los Valles del Tuy deberían ser un emporio para Venezuela pero que «hasta los chinos se fueron de aquí. Hay que cambiar todo esto, conseguimos a 250 familias en Nueva Cúa que aún tenían dudas, pero también despreciaban a Maduro, aquí estamos».

Criticó que el régimen de Nicolás Maduro no controla ni la moneda nacional y aseguró que la reapertura de la frontera con Colombia se debió, entre otras cosas, a presiones por parte de la población tachirense.

Para el diputado y presidente encargado de Venezuela es importante mantenerse en las calles protestando y también ejercer la presión internacional, «la ruta que ha adoptado todo un país, vine a pedir confianza a un pueblo en sí mismo, a un pueblo que va a sacar a Venezuela adelante».

Apagón causó retraso y caos en el Metro de Caracas

metrocaos

Usuarios fueron desalojados en el túnel entre Carapita y La Yaguara 

La falla eléctrica que dejó sin energía a Caracas y parte del estado Vargas en la madrugada de este miércoles ocasionó que varias estaciones del Metro de Caracas no prestaran servicio comercial.

Usuarios y voceros oficiales del medio de transporte revelaron que algunas estaciones se encontraban cerradas, incluyendo el ferrocarril Caracas-Cúa.

El corte del suministro se produjo debido a una supuesta explosión en la subestación de los Valles del Tuy.

Minutos después del apagón, el ministro Luis Motta Domínguez aseguró que se trataba de un «sabotaje». Tesis que ha sostenido en reiteradas oportunidades.

 

 

Denuncian que policías tomaron clínica para impedir que Johan Picúa fuese atendido tras ser baleado

Sacaron a familiares y pacientes, desalojaron a médicos y enfermeras, entraron al pabellón, lo desconectaron, dejaron que muriera, destruyeron los videos de las cámaras de seguridad. Testigos que estuvieron la tarde del pasado 8 de enero de 2018 en el Centro Médico Paso Real, ubicado en la autopista Charallave – Ocumare de los Valles del Tuy, en Miranda, relataron que un grupo de agentes policiales actuó así para dejar morir a un hombre que estaba en quirófano. La víctima fue Johan Ernesto Martínez Díaz, un presunto delincuente apodado «Johan Picúa», quien poco antes había ingresado al lugar con cuatro balazos en el cuerpo.

La intervención que salvaría a «Johan Picúa», de 40 años de edad, estaba a punto de terminar cuando llegaron funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la delegación de Santa Teresa del Tuy y de la Policía Municipal de Cristóbal Rojas (Policharallave) a la clínica. A esa hora, alrededor de la 1:00 pm, al herido le habían abierto el abdomen, desde el diafragma hasta el ombligo, para hacerle una laparotomía exploratoria que permitiera tratar las lesiones de la bala que le había perforado el costado derecho. Faltaba que le aplicaran una colostomía y cerrarlo. Pero los especialistas no pudieron.

«Llegaron muchos efectivos y sacaron, a punta de pistola, a todos los médicos que estaban en el quirófano. Tenían armas largas y cortas y nos obligaron a salir a todos. Apagaron los equipos y lo dejaron morir», afirmó un testigo, quien detalló que a los familiares de los otros pacientes los desalojaron con la excusa de un posible rescate que harían los miembros de la banda armada que comandaba el herido. Pero eso nunca pasó.

De acuerdo con el testimonio, el Centro Médico Paso Real fue tomado desde el mediodía hasta las 4:00 pm, cuando los uniformados se llevaron el cadáver de «Johan Picúa» en una furgoneta que había llegado con ellos, a pesar de que el hombre, uno de los 10 criminales más buscados del país, estaba vivo. Otras fuentes de la zona confirmaron que ese día hubo presencia policial en el sitio durante varias horas.

El presunto delincuente fue herido entre las 11:30 am y las 12:00 pm en el Club La Piscina, del sector Pueblo Nuevo de Ocumare del Tuy. Hasta allí llegaron personas armadas que le dispararon en el costado, el glúteo y el brazo. Tanto la versión policial como la de los testigos, sostienen que en este hecho estuvieron implicados los miembros de la banda de «Pelín y Pelito», que rivalizaba con la de «Johan Picúa».

La información policial que circuló sobre el caso fue completamente distinta. Ahí se indicó que «Johan Picúa» había caído en medio de un enfrentamiento y que había sido trasladado a la clínica mencionada, donde murió poco después de su ingreso. También se aseguró que su hermano, identificado como Mario José Martínez, había muerto en el incidente. Pero allegados aseveraron que este familiar ni siquiera está en el país.

Los denunciantes insistieron en que Douglas Velásquez, de la Coordinación de Investigaciones de Policharallave, había montado todo el operativo que se llevó a cabo en el centro médico, donde impartió órdenes a los uniformados. Al parecer, el policía había tratado de extorsionar a «Johan Picúa» para no actuar en su contra, pero este se había negado a pagarle. «Él (Velásquez) cree que todo allá es suyo y que uno tiene que hacer siempre lo que él pide», dijo un testigo.

El nombre de Velásquez también fue señalado por los familiares de tres motorizados que murieron en julio de 2017 a manos de Policharallave y el Cicpc, y a quienes se les atribuyó el homicidio de un escolta del hoy gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, quien para aquel momento andaba en campaña electoral. Los parientes de las víctimas aseguraron que el uniformado había jurado matar «uno a uno» a los choferes de la Línea Cooperativa Plaza Vieja de Charallave y que con estos asesinatos había empezado a cumplir su promesa.

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«Johan Picúa» estaba solicitado por su presunta participación en al menos siete homicidios y tenía denuncias por tráfico de drogas y robo. Varios medios señalaron que había formado parte de la banda de «El Picure», en Guárico, y que lideraba un «sindicato» que controlaba el sur de Miranda. Su nombre estaba en la lista de los 10 criminales más buscados de todo el país, elaborada y difundida por el Ministerio de Interior, Justicia y Paz, donde también aparecen Carlos Luis Revete, «El Coki», cuya banda opera en la Cota 905; Leonardo Polanco, «El Loco Leo», cabecilla de un grupo armado de El Valle; Tirso y Bernardino Melean, a quienes se les atribuyen múltiples homicidios en el estado Zulia; y el inspector del Cicpc, Oscar Pérez, señalado por terrorismo.

La muerte de «Johan Picúa» sucede semanas después de la de otro supuesto criminal que integraba la lista: Juvenal Antonio Bravo Sánchez, apodado «El Juvenal» y líder de la banda homónima que operaba en Guárico, cuyo cuerpo fue hallado a mediados de diciembre en una zona montañosa de la entidad mencionada tras un supuesto enfrentamiento. Por esos días también cayó Franklin Paul Hernández Quezada, alias “Viru Viru”, durante una presunta reyerta sucedida en la cárcel Fénix, en Lara, donde cumplía condena.

En septiembre pasado, los cadáveres de cuatro hombres que, al parecer, eran integrante de la banda de «Johan Picúa», fueron localizados tiroteados y mutilados en una zona boscosa del lote 8 de la urbanización Pueblo Nuevo, ubicada en el sector La Cabrera de Ocumare  del Tuy. Los asesinatos fueron atribuidos a miembros de la banda «Tren de Aragua», liderada por «El Niño Guerrero» y dirigida desde la cárcel de Tocorón.

Este miércoles, 10 de enero, las viviendas de los familiares de «Johan Picúa» en Ocumare del Tuy fueron allanadas, sin orden de por medio, por Policharallave y el Cicpc de la zona.

@loremelendez