El dolor de perder a un familiar se acentúa cuando la escasez de urnas no permite darle sepultura. “Es un asunto difícil de tratar. La fabricación de urnas depende de Sidor para las láminas y la empresa está que quiebra. Eso incrementa los costos del servicio”, dijo el encargado de una funeraria en Caracas.
A eso se suma el incremento de los precios de los servicios funerarios y del entierro. Algunas funerarias suben las tarifas cada mes y medio para cubrir las pérdidas de semanas anteriores.
Sus precios varían entre 250.000 bolívares y 300.000 bolívares. “En ocasiones no ofrecemos el servicio más económico por la falta de ataúdes de metal. Pasamos cuatro o cinco días sin ofrecerlo y perdemos clientes, pues al no tener el servicio, no lo contratan aquí”, indicó el encargado de una funeraria en El Paraíso.
La mayoría de los servicios incluye llevar al difunto hasta la funeraria, la preparación del cuerpo, la capilla para el velatorio, la cafetería y el traslado hasta el cementerio. Dependiendo de la funeraria los costos pueden llegar hasta 360.000 bolívares, lo que significa un alza de 928% desde noviembre de 2013, cuando estaba en 35.000 bolívares.
En un cementerio del este una parcela de emergencia cuesta 255.000 bolívares, mientras que una comprada con previsión, 520.000 bolívares. A esto se suma la apertura de la fosa, por lo que se paga 22.400 bolívares; el derecho a entierro que son 354 bolívares y la placa 62.720 bolívares. En total, una familia cancela entre 527.754 bolívares y 637.754 bolívares, sin contar la lápida y comprando una parcela de emergencia. Para poder cubrir esas tarifas se requieren, respectivamente, 35 y 42,3 salarios mínimos, que está en 15.051,15 bolívares, lo que representa entre tres y tres años y medio de trabajo.
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