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Medidas cautelares del TSJ favorecen al Gobierno de Maduro
Benefician a órganos del Estado, a los intereses del Partido Socialista Unido de Venezuela o de sectores cercanos a este

 

Desde la antigua Roma la justicia es representada como una mujer con los ojos vendados que sostiene en una mano una balanza y en otra una espada. ¿Qué significan los ojos cubiertos? Representan la imparcialidad e indican que las decisiones de sus funcionarios deben ser producto de un análisis objetivo, en el que no hay favoritismos y la identidad, género, raza o el dinero de las partes no importan. Sin embargo, en Venezuela la justicia, en particular el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), sí parece tener los ojos bien abiertos al momento de sentenciar. Al menos esta es la sensación que dejan las respuestas que el máximo juzgado ha dado a las solicitudes cautelares que recibe cuando se trata de demandas contra el Estado venezolano.

Se debe recordar que las medidas cautelares en el ámbito del Derecho administrativo son aquellas a través de las cuales los jueces suspenden los efectos de un acto impugnado mientras dictan su sentencia definitiva, por considerar que son indispensables para evitar perjuicios irreparables o de difícil reparación.

Tradicionalmente, el TSJ declara «con lugar» las medidas cautelares que favorecen al Gobierno, a otros órganos del Estado o a los intereses del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) o de sectores cercanos a este, pero si dichas peticiones son interpuestas por sectores opositores o no alineados con el Ejecutivo, entonces son rechazadas. Este doble rasero se ha hecho más evidente en las últimas semanas.

El pasado 14 de julio la Sala Político Administrativa, a través de sus sentencias n.º 252  y 254, admitió los recursos de nulidad que las autoridades de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad de Carabobo (UC), Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Unexpo), Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y Universidad de Los Andes (ULA) interpusieron semanas antes contra el polémico instructivo dictado por la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), el cual contiene el Proceso de Ajuste del Sistema de Remuneración de la Administración Pública, Convenciones Colectivas, Tablas Especiales y Empresas Estratégicas.

Sin embargo, en los mismos fallos el TSJ rechazó suspender temporalmente dicho texto, a pesar de que el mismo ha reducido los salarios integrales de millones de funcionarios públicos al aplicar un tijeretazo a las bonificaciones y primas previstas en las distintas contrataciones colectivas; con lo cual ha violado seis disposiciones constitucionales, entre ellas el principio de progresividad de los derechos y beneficios laborales, de acuerdo con un estudio realizado por Acceso a la Justicia.

En las sentencias redactadas por el presidente de la instancia, magistrado Malaquías Gil, el máximo juzgado consideró que aceptar la solicitud de las casas de estudio «vaciaría de contenido la sentencia definitiva». Pese a esta afirmación, el TSJ decidió no seguir adelante con estos juicios puesto que, en días recientes, emitió los fallos n.° 445 y 446 en los que declaró inadmisibles los recursos de nulidad (previamente admitidos) intentados por las universidades contra el referido instructivo.

En la dirección contraria

Mientras el TSJ rechaza las peticiones de las universidades y de la sociedad civil organizada, atiende las hechas desde las filas gubernamentales. Prueba de ello es la sentencia n.º 0079 que la Sala Electoral dictó el pasado 1 de agosto y en la que suspendió la elección de los representantes de los egresados de la Escuela de Educación a los órganos de cogobierno de la UCV, atendiendo una solicitud que le hiciera un candidato oficialista que no salió favoreció en las urnas.

En este caso, el máximo juzgado sí consideró que había motivos para presumir una violación a los derechos electorales del demandante y la posibilidad de que dicha vulneración no pudiera ser reparada, pues el recuento de los sufragios lo hizo la Subcomisión y no la Comisión Electoral de la UCV.

Apenas tres días antes, la Sala Político Administrativa suspendió el Reglamento de Administración de los Ingresos y Egresos Generados por la Universidad de Carabobo, alegando que las tasas fijadas en la normativa impugnada podrían ver vulnerado «el derecho a la gratuidad de la educación consagrado en el artículo 103 de la Constitución».

De vieja data

Este comportamiento del máximo juzgado viene de lejos. Así lo denunció la organización Un Estado de Derecho en su libro titulado El TSJ al servicio de la revolución. La toma, los números y los criterios del TSJ venezolano (2004-2013)en el que se denuncia que ninguna de las 45.474 sentencias emitidas por las salas Constitucional, Político Administrativa y Electoral entre 2005 y 2013 fue en contra de los intereses del Gobierno ni del Estado.

En 2015, la Sala Electoral dictó su polémica sentencia n.º 260, en la cual suspendió cautelarmente a los diputados por el estado Amazonas que fueron electos en las parlamentarias de 2015. Esta decisión fue adoptada por la instancia atendiendo una solicitud que le hicieran los candidatos oficialistas que no resultaron favorecidos en las urnas, quienes denunciaron presuntas irregularidades. Pese a que la resolución implicó echar por la borda su propia jurisprudencia, la Sala no tuvo reparo en tomarla. Una  medida cautelar  la cual, seis años después, no ha contado con  una sentencia definitiva.

Un año después, la Sala Político Administrativa volvió a demostrar que no toma decisiones en contra de los intereses del Gobierno. Así, aunque admitió una demanda de nulidad contra la polémica resolución n.º 008610 del Ministerio de la Defensa, la cual contiene las Normas sobre la actuación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en funciones de control del orden público, la paz social y la convivencia ciudadana en reuniones pública y manifestaciones, rechazó suspenderla temporalmente.

«No fundamentó la petición cautelar, sino que solo se concretó en requerir la suspensión temporal de los efectos del acto administrativo impugnado sin cumplir con los requisitos de procedencia establecidos jurisprudencialmente y, en particular, con la presunción del buen derecho».

Este fue el argumento de la instancia,  a la que no le bastaron los alegatos del accionante de que el instrumento ponía en tela de juicio el derecho a la manifestación pacífica y la prohibición del uso de armas de fuego para su control.

PoliAragua desacata orden de liberar a los estudiantes de la UPEL

EstudiantesUPEL

 

El director ejecutivo de la ONG, Foro Penal Venezolano (FPV), Alfredo Romero, indicó la noche del miércoles que la Policía de Aragua desacató la orden de liberar a los 27 estudiantes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).

La información fue dada a conocer a través de su cuenta en Twitter donde informó a las 10:40 de la noche que “PoliAragua no acata orden de Libertad de los 27 estudiantes UPEL y se los llevan y mantienen detenidos”.

La orden del juez 5to de Control Militar, Edgar Volcanes, para los ciudadanos fue de libertad “restringida”, según señaló el coordinador del FPV-Aragua Daniel Rivas.

Los 27 jóvenes tenían la medida de no salir del estado Aragua y no participar en manifestaciones, además tenían libertad inmediata. “Nunca se materializó la libertad, por orden superior debían mantenerse privados, fueron traslados a las comisarías los hombres y las chicas a sus residencias”

Romero resaltó anoche que bajo esa medida «se espera que los jóvenes sean liberados bajo régimen de presentación»; sin embargo, se mantenían detenidos por la policía regional del estado Aragua la mañana de este jueves.

El pasado 24 de julio, la UPEL denunció que «funcionarios de los cuerpos de seguridad del estado Aragua allanaron» el recinto universitario y «golpearon y se llevaron detenidos a un grupo» de estudiantes.

De los 27 detenidos, cinco mujeres cumplían arresto domiciliario, mientras que de los 22 varones, una mitad fue recluida en la cárcel de El Dorado, en el estado Bolívar, y el resto en el Centro para Procesados «26 de Julio» en el estado Guárico.

Los universitarios fueron detenidos el pasado 2 de julio.

 

*Con información de El Universal y Unión Radio

Ascienden a 433 los presos políticos en Venezuela

VenezuelaDetenidos2017

 

Alfredo Romero, director ejecutivo del Foro Penal Venezolano, indicó este martes que ascendió a 433 el número de presos políticos luego de la detención de 27 estudiantes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), ocurrido en la madrugada de este lunes.

Dimas Daniel Rivas, abogado del Foro Penal de Maracay, indicó que la audiencia de los estudiantes se realizó en horas de la madrugada en tribunales militares.

Detalló que 22 de los jóvenes serán recluidos en centros de detención: 11 en El Dorado, estado Bolívar, y 11 en la cárcel 26 de julio, en el estado Guárico, y cinco mujeres tendrán arresto domiciliario.

 

*Con información de El Nacional

Seis estudiantes de la UPEL Maracay fueron heridos de bala

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Seis estudiantes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) de Maracay, estado Aragua, fueron atacados, presuntamente, por funcionarios de  la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y un grupo de colectivos este miércoles.

Funcionarios de la GNB irrumpieron en la casa de estudio arremetiendo contra los estudiantes, según aseguraron las diputadas Dinorah Figuera, Adriana Pichardo y Mariela Magallanes en sus cuentas de Twitter.

Los heridos fueron trasladados al Hospital Central de Maracay y el Hospital Clínicas las Delicias.

Los estudiantes fueron identificados como: Angel Barrido, Igor Mesa, Javier Mujica Daniel Fragosa, Andru Rodríguez y Abrahan Colmenares.

En ese sentido, también se informó que los estudiantes requieren de insumos médicos para ser atendidos en el centro de salud. Se desconoce el estado de gravedad de los casos

Uno de los manifestantes heridos recibió un impacto de bala en el estómago.

Los estudiantes se encontraban protestando en las afueras de la universidad cuando fueron sorprendidos por los efectivos de seguridad.

 

*Con información de El Nacional y El Universal

Carta pública a Manuel Fernández, ministro de Educación Universitaria

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Rodolfo Cesta Ruíz | @rodcesta
 

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No quise llamarla «Carta Abierta», porque no es mi intención hacer de aguafiestas, ni que lo que diga sea manipulado de una u otra forma por actores involucrados en cualquier frente de la lucha actual por un salario digno para los profesores y demás trabajadores universitarios. De hecho, hubiera preferido titular simplemente “Carta a Manuel”, a secas, como te conocimos de muchachos en Barquisimeto. Pero qué le vamos a hacer. Tú eres ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología; ese es tu cargo público. Por favor perdóname esta, pero escribiendo por un medio masivo, me aseguro que de todas-todas, sabrás su contenido.

Manuel, no soy de quienes creen que todos los que están en funciones de gobierno son un atajo de incapaces, debido a que entre otros conocidos que están moviéndose de aquel lado de las parcelas en que ha devenido el país estás tú, precisamente. Puedo dar fe de tus cualidades: inteligente, centrado, sensible, preparado y consecuente con lo que piensas… Así te recuerdo y supongo que el tiempo no ha hecho mella en esas virtudes, al contrario, seguramente las has enriquecido y consolidado.

No podría afirmar que hayamos sido realmente amigos. Pero sí más que simples conocidos, eso es seguro. Compartimos grupo juvenil, alguna enamorada tuya fue amiga mía y viceversa. Estudiaste en el “Poli”, la UNEXPO de Barquisimeto, mientras yo lo hacía en la vecina UPEL, el Pedagógico de entonces; aunque tú, a la par de tus notas, destacabas como dirigente universitario. Ahora fíjate, la vida da vueltas y yo, después de unas cuantas, termino laborando como docente en ese mismo Politécnico de tu vida estudiantil.

Me saludabas con un mote que recuerdo bien: “Teodulfo el Miserable”, por obvia similitud fonética con mi nombre. Hasta me aclaraste con tu amabilidad característica, que lo de miserable no era, desde luego, porque yo presentara tal condición, sino inspirado en el personaje de Aquiles Nazoa. Cuántas vivencias, amigos comunes, junto a un montón de anécdotas compartidas, con juegos de ping-pong incluidos; imposible además olvidar tu cumpleaños, coincidente con el de una cuñada, aunque nunca te haya llamado para felicitarte. Un hijo tuyo tiene la edad del mío, entre otras causas y azares, tal como diría Silvio Rodríguez, otro de nuestros comunes gustos.

Si revelo cosas que a cualquier lector poco o nada le conciernen, no es para hacerte una petición individual que debas considerar a cuenta de estas y otras afinidades. Lo hago simplemente porque al Manuel Fernández con las capacidades y don de gente que conocí le tocó en suerte en esta actual coyuntura, ser ministro… Ignoro con cuánto poder real, pero a fin de cuentas, si ostentas esa chapa, algo de la solución a todo este laberinto intrincado de dilaciones e irresoluciones en que se ha convertido la lucha por un salario digno por parte de los profesores universitarios, debe estar en tus manos.

No te voy a aburrir con cifras salariales que tú debes conocer mejor que nadie. También imagino que tu ubicación en el gobierno te tiene manejando informaciones y variables que yo ni sospecho siquiera. Pero al margen de tecnicismos y demás dimes y diretes y marchas y contramarchas, tácticas para aliarse con estos o aquellos, cálculos y recálculos presupuestarios en tiempos de vacas flacas, formulados por quienes actúan en ese escenario, créeme que yo, quien apenas soy uno de una enorme masa indiferenciada de gente trabajadora del sector universitario venezolano, la estoy –la estamos- pasando terriblemente mal.

La inflación nos come el poder adquisitivo, si es que se puede llamar poder a esa agonía aberrante que recibimos quincenalmente a cambio de nuestros servicios, para despacharla en tres o cuatro días a ritmo de precios desbocados… ¿Y lo que falta hasta el próximo cobro? A resolver como sea, los hay que hacen de taxistas, se atiborran de horas de clase adicionales, dan cursos a cambio de recursos, llevan tutorías parciales y totales, refinancian financiamientos, se aprietan el cinturón al punto de mal alimentarse a sí mismos y a sus familias; chapoteando en un lodazal de necesidades básicas insatisfechas… ¡Ni qué decirte la imposibilidad de atender otras más edificantes! Resumiendo: Maslow se revolcaría en su tumba ante la visión de una pirámide chata, aplastada, sin punta. ¡Nada de autorrealización ni promoción humana ni que ocho cuartos! Solo es angustiosa y rastrera supervivencia, inconcebible para gentes de similar calificación en otras latitudes… ¡Esta es la frontal realidad!

Se trata, Manuel, de una realidad chocante, asfixiante, intolerable. Nos restriega una vulnerabilidad enervante que destila pobreza para nosotros los docentes y, en general, para todos los trabajadores universitarios venezolanos. Y no quiero ni pensarlo, nos lleva de la mano a la indigencia material y espiritual a la vuelta de la esquina, a un montón de colegas… oficialistas y de oposición, eso no importa. La indigencia que se asoma y empieza a tomar cuerpo no concede importancia a esas categorías con las que quienes dirigen las sociedades separan tantas veces a sus ciudadanos, y nosotros otras tantas aceptamos… Si los trabajadores universitarios constituimos un daño colateral inevitable en el diseño y ejecución de determinada política de Estado, resulta un daño demasiado amplio y profundo, amén de oneroso para el presente y futuro de Venezuela. Se trata en la práctica de la quiebra de la poca civilidad que aún queda en esta sociedad escarnecida, en tanto el sector militar –por ejemplo- no necesita hacer el más mínimo ruido con sus armas para lograr sus demandas… ¡Qué paradoja! ¿No te parece?

Esta situación extrema no se justifica moralmente, Manuel. No sé qué dirás tú, que estás en aquel lado de la parcela ideológica que tasajea al país, inmerso en esa dinámica envolvente que producen los acontecimientos junto con las solidaridades automáticas que alimentan una manera unilateral de ver las cosas. Yo, desde mi parcela mucho más elemental, aguas abajo —aguas que por desgracia, empiezan a tornarse oscuras y fétidas— y en contacto con las situaciones que toca sufrir y tragarse en el día a día, te digo con humildad, pero también con firmeza, y, lamentablemente, con angustia que estas dilaciones a la obtención de una justa remuneración para los docentes y demás trabajadores universitarios rebasan cualquier consideración político-ideológica de esas que dividen a la sociedad en supuestos buenos y supuestos malos. Dicho esto, sea cual haya sido tu rol hasta ahora en esta letanía que no acaba, pero sí acaba con nuestra paciencia.

No hay ideología que justifique la ruindad con la que se nos está envenenando la vida personal, familiar y laboral. Nada justifica la vileza de inocular —a conciencia o por simple ósmosis— poco a poco desde las alturas del poder, dosis cada vez mayores de desesperanza aprendida; de carcomer progresivamente la autoestima y decoro personal de quien, en contraste, debe guapear a diario para modelar mentes y conductas en las aulas de clase. No hay ideología ni sala situacional ni cálculo electoral que sustente tratar así a nadie, y menos a una gente cuya labor consiste en instruir a otros —con aciertos y errores, quién lo niega—. ¡Atender ya nuestro reclamo por un salario digno es un asunto de elemental humanidad!

Cuando te nombraron ministro, la sensación que tuve fue agridulce. ¿Cómo se comportará? ¿Será el tipo que conocidas las cualidades ya descritas —y me quedo corto— hará una diferencia al frente del Ministerio? ¿O repetirá el mismo guion de sus predecesores, sin pena ni gloria, obligado aunque no convencido, o convencido -da lo mismo- de que el tiro es generar este estira y encoge del poder y de jugar con lo sagrado que es un nivel de vida decente para los trabajadores universitarios, a cuenta de imponer unas condiciones obligadas por una concepción de la política que no reconoce actores con quienes establecer acuerdos, sino enemigos a quienes aplastar? Si afinas el oído, los decibeles de la rabia y la inconformidad de los docentes van en aumento, presagiando el cumplimiento del mismo guión del que te hablo, y cuidado si no peor. Mas creo que todavía estás a tiempo para dar una clave recia de por dónde irás tú en este embrollo.

La educación es un hecho dinámico. De los cambios en la educación universitaria siempre se podrá conversar, si existe buena fe de por medio, y conste que me refiero a todos los actores; no estoy asumiendo a priori la bondad o maldad de nadie. Pero sería lamentable tener que concluir que las dilaciones en el logro de un salario digno estarían respondiendo también al intento de imponer condiciones por parte del sector que tú representas. Sabes bien que la verdad no puede ser unilateral – recuerda a Habermas -, aunque desgraciadamente, existan quienes intentan imponer unilateralmente sus verdades parciales —muy parcializadas, por cierto—.

¿Estás tú en esa onda?

A mi chamo, que es de la edad del tuyo, se le están cerrando las puertas del futuro. O al menos, se le está poniendo muy difícil, como a tantos otros miles de jóvenes y adolescentes hijos de docentes. Multiplica ahora el drama personal y familiar que te relato por la planta de trabajadores universitarios del país —los números siempre han sido tu fuerte— y hazte una medida de la dimensión de esta desgracia en la que tú, como funcionario público de alto nivel en el área en cuestión, tienes en principio, o al menos así debería ser, un rol de primer orden.

Manuel: Irónicamente, “Teodulfo el Miserable” está, después de tantos años, en vías de convertirse efectivamente en lo que pregonabas en son de broma. Y no por el nombre de pila precisamente, sino por su terrible complemento. Transfiere esta realidad que relato a la de los miles de potenciales Teodulfos y Teodulfas de las universidades venezolanas y tendrás la medida justa del drama en el que tú, repito, como ministro del ramo a fin de cuentas, tienes un papel que jugar.

Por favor: ¡No más dilaciones!

 

Rodolfo Cesta Ruiz
C.I. 7.376.881.
Profesor del Vicerrectorado Barquisimeto
de la Universidad Nacional Experimental
Politécnica “Antonio José de Sucre” (UNEXPO)
rcesta@hotmail.com
@rodcesta