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TSJ en el exilio

Jueces venezolanos en el exilio condenan a Nicolás Maduro

En un acto simbólico, un grupo de jueces venezolanos exiliados impuso el miércoles una sentencia de más de 18 años de prisión al presidente Nicolás Maduro tras procesarlo por hechos de corrupción y lavado de dinero vinculado con la constructora brasileña Odebrecht, acusada de sobornos millonarios en varios países de la región.

El juicio, empero, no tiene transcendencia legal puesto que esos jueces no son reconocidos por las autoridades de Venezuela. La sentencia se enmarca en una estrategia política opositora que, según sus promotores, apunta a poner en conocimiento de los venezolanos y la comunidad internacional los supuestos crímenes cometidos por Maduro y su gobierno socialista.

El llamado «Tribunal Supremo de Venezuela en el Exilio» –reunido simultáneamente en Miami y la capital de Colombia– determinó que el mandatario venezolano es culpable de los delitos de «corrupción propia y legitimación de capitales”, lo cual habría “comprobado con plenas pruebas” la comisión de los hechos punibles y la responsabilidad de Maduro.

El fallo leído por el juez ponente, Rommel Gil, señaló que no se trata de un juicio político. “Este es un juicio legítimo” y ordena librar orden de captura internacional contra Maduro.

Luisa Ortega Díaz, la exfiscal general de Venezuela depuesta de su cargo el año pasado tras romper con el gobierno de Maduro, acusó al mandatario de pedirle a Odebrecht cincuenta millones de dólares para su campaña presidencial en el 2013.

Ortega Díaz suministro a los jueces en el exilio una serie de documentos y testimonios de ejecutivos de la empresa constructora, los cuales implicarían a Maduro en delitos de corrupción y lavado de dinero.

Según Ortega –que también fungió como la fiscal encargada de comprobar que Maduro habría cometido actos de corrupción– a cambio de los 35 millones de dólares que finalmente recibió, Maduro le prometió a Odebrecht contratos para obras públicas en Venezuela, así como ayuda para gestionar pagos atrasados de decenas de millones de dólares.

Los jueces también ordenaron notificar a las organizaciones multilaterales y regionales para que tomen las previsiones en el entendido que Maduro “no es presidente legítimo de Venezuela y está detentando ilegalmente la presidencia del Estado venezolano”. En consecuencia, los tratados suscritos por el gobernante “no serán legítimos ni válidos” y “menos comprometen a la república”.

El tribunal en el exilio está integrado por abogados que huyeron de Venezuela el año pasado luego de que la Asamblea Nacional de mayoría opositora los nominara al Tribunal Supremo de ese país. Maduro los acusó de traición y podrían ser encarcelados si regresan.

En Venezuela siguen en funciones el Tribunal Supremo de Justicia, elegido por los aliados políticos de Maduro en 2015, quienes declararon sin efecto el nombramiento de sus sucesores amparados en una sentencia en la que la Sala Electoral de la Corte suspendió en diciembre de ese año a cuatro diputados, tres de ellos opositores, por supuestas irregularidades en su elección. Desde entonces el Tribunal Supremo mantuvo a la Asamblea Nacional en desacato y en consecuencia considera nulos todos sus actos.

Pese a que varios países de la región han permitido que los jueces exiliados realicen actos y conferencias en su territorio, ninguno ha dado su reconocimiento de manera clara y determinante al tribunal. Éste sólo ha sido reconocido por la Organización de Estados Americanos, donde su secretario general acusa a Maduro de haberse convertido en un dictador.

Luisa Ortega Díaz denuncia a Maduro por corrupción ante Supremo en el exilio

La ex fiscal general Luisa Ortega presentó hoy en Bogotá en un juicio ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) «en el exilio» las pruebas por las que considera que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, estuvo involucrado en el caso de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht.

«En nombre del Estado venezolano acuso a Nicolás Maduro (…) presidente de facto de Venezuela, por estar incurso en la comisión de los delitos de corrupción propia y legitimación de capitales», manifestó Ortega en la audiencia del Tribunal Supremo que se celebró en el recinto del Congreso de Colombia.

Durante la audiencia, la exfiscal presentó a 14 de los 27 magistrados en el exilio imágenes y documentos con los que sustenta la presunta responsabilidad de Maduro en esos delitos y lo señaló como el culpable del «dolor, sufrimiento y muerte» de la población venezolana.

Ortega, que fue destituida del cargo después de mostrar diferencias con el Gobierno, ya había presentado esas pruebas acerca de la presunta corrupción de Maduro en abril pasado, también en Bogotá ante el Supremo «en el exilio».

La exfiscal denunció que en Venezuela se pagó a Odebrecht «más de 35.000 millones de dólares y más de 2.300 millones de euros» por once obras que están «inconclusas», entre ellas las del metro de Caracas y del metro de Los Teques, lo que supone «cuatro veces las reservas internacionales de Venezuela al día de hoy».

Agregó que en 2005, cuando Maduro era canciller en el Gobierno de Hugo Chávez, se le adjudicaron a la empresa brasileña de «manera directa» y «sin concurso» obras de viviendas, transporte y servicios, entre otras.

«Maduro suscribió un memorándum de entendimiento y al menos siete acuerdos complementarios al acuerdo (…) fue un gran pacto de corrupción, firmado por Nicolás Maduro como canciller en representación del Estado venezolano», agregó Ortega.

De igual forma, acusó a Maduro de solicitar a Odebrecht que financiara su campaña presidencial de 2013, para la cual le pidió 50 millones de dólares bajo el «compromiso» de que al asumir la Presidencia daría un «trato preferencial» a la compañía.

Entre estos tratos, Ortega se refirió al permiso para que la empresa continuara con las adjudicaciones de contratos de obras inconclusas, aprobó el pago por concepto de evaluaciones y autorizó el adelanto de pagos por los proyectos, entre otros.

Según Ortega, gracias a todo eso la empresa le entregó a Maduro al menos 35 millones de dólares para financiar su campaña, lo que demuestra que «desde cada una de las posiciones que ha ocupado favoreció la permanencia, operatividad y negocios de Odebrecht».

Por lo anterior, considera que los actos de Maduro se «encuadran perfectamente dentro de los tipos penales de corrupción propia y legitimación de capitales» y solo por el primer caso podría pagar entre tres y siete años de cárcel y una multa por el 50 % del valor de lo recibido.

Tras la acusación, el abogado defensor de oficio de Maduro, Andrés Lindo, afirmó que el presidente solo firmaba los contratos con la compañía y que si esta no los cumple la debe indagar el Ministerio Público, por lo que desestimó las acusaciones de Ortega.

«En vista de toda esta situación, solicito a este tribunal la absolución del imputado, ya que los delitos de corrupción no son suficientes y las pruebas tampoco y las pocas que hay que tienen relaciones directas no han sido incorporadas legalmente al juicio», agregó Lindo.

Por su parte, el presidente del tribunal, Miguel Ángel Martín, aseguró que durante el juicio se buscará «verificar la responsabilidad o no» de Maduro por estos delitos y subrayó que «existe una crisis institucional que está afectando la normalidad de los ciudadanos y de la sociedad en general».

En marzo pasado, el Supremo «en el exilio» admitió a trámite la demanda de Ortega que vincula a Maduro con delitos de corrupción y en la que se pidió emitir una orden de captura contra él a través de Interpol, la cual el presidente de la corte, Miguel Ángel Martín, reiteró hoy.

Un mes más tarde, el Supremo había declarado la suspensión de Maduro como presidente de Venezuela y su inhabilitación para ejercer cargos públicos en el marco de la investigación.

Al juicio, que continuará el próximo lunes en la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá, asisten algunos de los magistrados, pues 13 de ellos están en EE.UU., seis en Chile, cuatro en Colombia y otros cuatro en Panamá.

El Tribunal Supremo nombrado por el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, se instaló en octubre pasado en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

TSJ en el exilio ordena al Consulado de Miami a ofrecer todos los servicios a los venezolanos

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela en el exilio ordenó hoy a la Presidencia de su país que “dentro de un plazo perentorio” se presten en el Consulado General en Miami todos los servicios previstos por la ley venezolana.

La Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo “legítimo”, según su propia calificación, anunció hoy que aceptó una acción ejercida por un grupo de venezolanos residentes en Miami con vistas al “pleno funcionamiento” del Consulado General de Venezuela, que presenta “deficiencias” en sus servicios.

La sala está compuesta por los magistrados Antonio José Marval Jiménez, su presidente, y Ramsis Ghazzaqui, José Luis Rodríguez Piña, José Fernando Núñez y Manuel Espinoza Melet, todos ellos exiliados desde 2017.

El consulado fue cerrado en 2012 por orden del entonces presidente, Hugo Chávez, y fue reabierto este año por decisión del actual mandatario, Nicolás Maduro, de cara a las elecciones presidenciales adelantadas que tuvieron lugar el 20 de mayo, cuyos resultados no han sido reconocidos por EE.UU. y otros países.

Los magistrados en el exilio consideran que “el cierre o suspensión de actividades del Consulado General de Venezuela en Miami, anunciado el 12 de enero de 2012, obedeció a medida punitiva contra los nacionales de Venezuela residentes en la jurisdicción consular, por el solo hecho de ser en considerable mayoría, adversarios políticos o ideológicos del gobierno”.

Según el TSJ “legítimo”, la orden para que se presten servicios integrales en el Consulado de Miami tiene como objeto beneficiar a la “diáspora venezolana” en Estados Unidos que ha sufrido una “estigmatización” de parte de los Gobiernos chavistas.

Se trata de proteger “los derechos de los niños y adolescentes nacionales venezolanos” y los de “un elevado número de jubilados y pensionados”.

El 13 de octubre de 2017, los magistrados nombrados por el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, se configuraron como Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en el Salón de las Américas de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Se autodenominan “Supremo legítimo” al considerar que el Tribunal oficial que funciona en Caracas fue nombrado “sin que se cumplieran los requisitos constitucionales” por la mayoría parlamentaria chavista justo antes de que la Asamblea Nacional (AN) pasara a manos de la oposición en enero de 2016.

El sur de Florida, especialmente la ciudad de Doral, en el condado de Miami-Dade, es donde se concentra la mayor cantidad de venezolanos en Estados Unidos, que son aproximadamente 750.000 personas, de acuerdo con organizaciones de esta comunidad.

La cifra incluye personas con residencia permanente o nacionalizadas, titulares de visas, solicitantes de asilo e inmigrantes sin permisos legales, según fuentes consultadas por Efe.

La organización Venezuela Awareness Foundation (VAF) señala que entre 2016 y 2017 se duplicó el número de venezolanos solicitantes de asilo en EE.UU., al pasar de 14.738 a 29.250.

En el primer trimestre de 2018 los venezolanos fueron los número uno en la lista de peticionarios de asilo político en Estados Unidos, con 7.610 solicitudes.

Los artículos 233 y 234 de la Constitución establecen las condiciones bajo las cuales se pueden declarar las faltas temporales y absolutas del presidente de la República y la manera de suplirlas. Una de esas condiciones es la declaratoria de abandono de cargo que corresponde a la Asamblea Nacional, proceso que ese poder completó en enero de 2017.

Si en Venezuela rigiera el estado de derecho y las decisiones de la AN tuvieran reconocimiento institucional, el presidente Nicolás Maduro debió separarse del cargo y habría correspondido al vicepresidente ejecutivo culminar el mandato, porque la falta absoluta se habría producido dentro de los dos últimos años de gobierno. Eso no ocurrió.

El pasado jueves 3 de mayo, los magistrados del TSJ en el exilio dictaron un auto de ejecución de su decisión de enjuiciar a Maduro por presunta corrupción que declara “la suspensión de Nicolás Maduro como presidente de la república y su inhabilitación para el ejercicio de la función pública” mientras dure dicho juicio.

Sigue leyendo esta nota de Maru Morales en Crónica Uno

Agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) allanaron este lunes cuatro viviendas pertenecientes a familiares de Pedro Troconis, Antonio Marval y Ramón Pérez, magistrados que conforman el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, y durante el procedimiento fue detenida Yasneth Lorenzo, esposa de uno de los magistrados.

Las tres revisiones ocurrieron una semana después de las ejecutadas el pasado lunes 30 de abril, cuando se registraron domicilios y oficinas de Miguel Ángel Martín y Antonio José Marval, en Valencia, estado Carabobo; Pedro Troconis, en Barquisimeto, estado Lara; la casa de la madre de Elenis Rodríguez, en Maturín, estado Monagas; y la vivienda de Cioly Zambrano, en la Ciudad de Mérida, estado Mérida.

En Barquisimeto, estado Lara, un grupo de funcionarios del Sebin se presentó en la casa del magistrado Ramón Perez Linares fue allanada en horas de la mañana. La esposa del abogado, Yasneth Lorenzo, fue detenida por los efectivos, denunciaron a través de Twitter varias organizaciones políticas.

En casa de la madre del magistrado Pedro Troconis, también en la ciudad de Barquisimeto, los efectivos se apersonaron en horas de la mañana acompañados del Fiscal 22 del Ministerio Público. Ocho funcionarios ejecutaron el procedimiento en el que fueron sustraídos documentos, un equipo celular y papeles de una motocicleta presuntamente propiedad del abogado. La madre de Troconis, Maria da Silva de Troconis, de 73 años, sufrió una crisis hipertensiva a causa del nerviosismo del allanamiento, denunciaron vecinos.

La residencia que pertenece al magistrado en el exilio Antonio Marval, ubicada en Valencia, estado Carabobo, está actualmente alquilada a una pareja y su hijo pequeño, pero eso no detuvo a los funcionarios del Sebin de realizar el allanamiento. Al igual que en los otros operativos, un fiscal del MP estuvo presente en la operación.

*Con información de El Impulso y El Carabobeño

Almagro: Reconocemos la inhabilitación de Maduro como presidente decidida por el TSJ en el exilio

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, avaló la suspensión de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela decretada hoy por el Tribunal Supremo alternativo de ese país caribeño.

«Reconocemos la inhabilitación y suspensión de Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela decidida por el Tribunal Supremo», afirmó Almagro en un mensaje en Twitter.

Este tribunal alternativo reunido hoy en Miami (Estados Unidos) declaró la suspensión de Maduro como presidente, así como su inhabilitación para ejercer cargos públicos.

Los integrantes de este tribunal también acordaron reclamar a la Guardia Nacional Bolivariana la detención de Maduro y pidieron a la Interpol que emita una alerta roja.

La denuncia contra Maduro la puso la ex fiscal general venezolana Luisa Ortega por presuntos delitos de corrupción relacionados con la constructora brasileña Odebrecht.

La suspensión e inhabilitación dictadas hoy por el tribunal alternativo, más simbólicas que efectivas, llegan a dos semanas de las elecciones presidenciales en el país caribeño, en las que Maduro opta a la reelección.

El Parlamento venezolano, controlado por la oposición, designó el año pasado a nuevos magistrados para el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), con la idea de que reemplazasen a los jueces en ejercicio de esa instancia, por considerar que estaban al servicio del Gobierno.

La mayoría de los nuevos magistrados, perseguidos por la Justicia venezolana, optaron por salir del país e instalarse como Tribunal Supremo autodenominado «en el exilio».

El Gobierno chileno expresó este martes primero de mayo su preocupación por las denuncias realizadas por magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela en el exilio ante los allanamientos a sus propiedades por parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).

Según un comunicado de la cancillería austral, una de esas denuncias fue realizada por la magistrada Elenis del Valle Rodríguez, a quien se le concedió asilo político en Chile en octubre de 2017.

“El Gobierno de Chile insta, una vez más, al Gobierno de Venezuela, a que se respeten los derechos humanos de todos los venezolanos”, enfatiza el texto del Ministerio de Relaciones Exteriores austral.

Varios integrantes del TSJ de Venezuela en el exilio denunciaron este lunes allanamientos por parte del Sebin a sus propiedades, en un acto que diputados opositores señalaron como una respuesta “de miedo” por parte del Ejecutivo.

“En éste momento están ALLANANDO la casa de mi mamá en Maturín estado Monagas (…). Mi madre tiene principios de Alzheimer, hago responsable al Gobierno por lo que pueda sucederle a ella y a mi familia!”, publicó en su cuenta de Twitter la magistrada Elenis Rodríguez.

El miembro de la sala de casación penal José Troconis denunció que el Sebin forzó la puerta de su oficina en el estado Lara, mensaje que acompañó con una foto en la que se ve un vehículo de este cuerpo de seguridad frente a una casa.

Sebin libera a hermana de la magistrada en el exilio Elenis Rodríguez

En horas de la mañana de este martes, 1 de mayo, el presidente emérito de la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela, Omar Estacio, confirmó la liberación de la hermana de la magistrada en el exilio, Elenis Rodríguez, quien había sido detenida por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) el lunes.

El arresto de la hermana de la Rodríguez ocurrió en medio de una serie de allanamientos que se hicieron durante este 30 de abril a las viviendas y oficinas de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que están exiliados y que abrieron un antejuicio de mérito contra Nicolás Maduro. La orden de las acciones provino del Ministerio Público.

«No quieren que evidencias de sobornos Odebrecht-Maduro se ventilen (…) Y decían no preocuparles las actuaciones del TSJ en el exilio», señaló Estacio en Twitter, donde informó sobre la liberación del familiar de Rodríguez.

La magistrada fue una de las 30 que salió de Venezuela en julio pasado, poco después de haber sido elegida y juramentada por la Asamblea Nacional, acción que desató una persecución por parte de las autoridades de la nación, por considerar que incurrían en los delitos de traición a la patria y usurpación de cargo.