El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anunció hoy que revisará la petición que la diputada suplente a la Asamblea Nacional, la trasgénero Tamara Adrián (MUD), interpuso para que se le reconozca su identidad femenina, se le permita utilizar un nombre que esté en consonancia y, por ende, se corrijan todos los documentos donde figure su nombre original: Tomás; y su sexo como masculino.
La decisión la adoptó la Sala Constitucional en su sentencia número 010, en la cual admitió a trámite el recurso de habeas data que la también profesora de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) interpuso en 2004 para lograr que sus papeles estén acordes con su apariencia actual.
Ahora sí salió el auto de admisión de mi demanda ante el TSJ. Para su información, esto inicia el juicio con 11 años y 9 meses retardo.
— TamaraAdrian (@TamaraAdrian) 1 de marzo de 2016
En el fallo dictado por la magistrada Lourdes Suárez Anderson acordó tramitar la petición visto que ella gira en torno «de la persona y su dignidad, como núcleo esencial de los Derechos Humanos, lo cual incluye diferentes aspectos tales como los datos recopilados sobre las personas o sus bienes y sus relaciones jurídicas (familiares, civiles, mercantiles, entre otras), por lo que se requiere generalmente para la protección judicial de los mismos un interés, personal, legítimo y directo».
Sin embargo, en ninguna de sus 35 páginas, la ponente explicó por qué la Sala Constitucional demoró 12 años en simplemente anunciar si analizaría el recurso, pese a que entre el 22 de febrero de 2005 y el 14 de julio de 2009 Adrián le pidió en una docena de ocasiones que emitiera un pronunciamiento.
La Constitución, en su artículo 26, establece: «Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente. El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles».