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Peor que una traición es una estupidez, por Armando Martini Pietri

COMO EVADIRLO, IGNORARLO, prescindir de opinar y no hacerlo en términos contundentes. Los rumores se concretaron en la Casa Amarilla entre cotillones, serpentinas, bambalinas y promesas de 30 monedas de plata. Asombro que muere al nacer, no representa ni tiene legitimidad, no será reconocido, un circo inmoral para deleite de incautos y menguados infelices.

Son políticos venezolanos, ¿por qué negarlo? que tenían si no nuestra fe, sí nuestra expectativa, veteranos de la política que, si bien han venido cayendo en el olvido y pequeñez, llegaron a ocupar posiciones de cierta preponderancia en el liderazgo nacional. Tres de ellos, incluso, llegaron a donde pocos alcanzan, la candidatura presidencial. Han sido luchadores esforzados y captado el interés de numerosos venezolanos.

Opositores al caos ideológico y desvergüenza castrista que han vapuleado al país en los últimos veinte años; uno de ellos destacado estudiante en universidades del extranjero y luego profesor en Venezuela. Otro que mercantilizando la palabra del evangelio produjo negociados non santos. Y quien creció desde modestos niveles de sargento hasta posiciones destacadas de la dirigencia política y social del país.

Y ahora nos salen con el disparate que venden sus almas por una oportunidad en la Asamblea Nacional, caminando a contramarcha de toda la oposición, tanto de los muy cercanos a Juan Guaidó como de quienes lo respaldan, pero ejercen con pasión y razón su derecho irrenunciable a cuestionar actitudes y decisiones, que acompañan solidarios un gran movimiento que empuja para dar un cambio drástico, radical al desastre de parásitos castro-maduristas, heredero de la previa calamidad de inútiles castro-chavistas. 

Sin embargo, estos políticos profesionales, devenidos en politiqueros marginales, no marcan ruta propia, han renunciado a ese derecho y compromiso, transitando en la vía que señalan corruptos titiriteros, bolichicos, enchufados, violadores de los Derechos Humanos, opresores de la ciudadanía, que se apolillan y corroen mintiendo, trampeando, agarrándose con uñas y dientes a un poder fundamentado en el control, represión, hipocresía y bayonetas que el Presidente usurpador califica de bolivariana, pero no se atreve a ir, dar la cara, defender sus acciones y principios, en la cumbre mundial que es la Asamblea General de las Naciones Unidas, y envía a subalternos incapaces de producir más impacto, que algo de complicidad y mucha repugnancia.

Es a ese tan inseguro sentido del poder y responsabilidad real con los ciudadanos a quienes estos antes opositores ponen hombros y lomos a disposición. De la envidia, fracasos y frustraciones pueden surgir grandes hombres, pero también grandes canallas. Winston Churchill, soldado de poco lucimiento, se transformó en un gran hombre; Adolfo Hitler, militar de bajo rango, pintor mediocre, se transformó en un gran canalla.

Más que traicionar a una oposición que con exclusiones, prepotencias, azares, errores y fracasos lucha hacia un objetivo que los convertirá en párrafos destacados de la historia, cometen la bobería majadera de perder la fe en sí mismos, auto convencerse de que el camino seguido, y el que deben seguir, son menos importantes que la carretera al infierno, grata y tentadora hasta que se hace irreversible. Los niveles de servilismo y degradación ético/moral, causan repulsión ciudadana. 

No logran comprender que a quienes están traicionando, si no les seguían al menos los respetaban, es a sí mismos, sus trayectorias y propias posibilidades. Peor que traidores, diría ese extraordinario político que fue el Príncipe de Talleyrand, son estúpidos. Eso es lo más triste, y aún más cuando se den cuenta de que a nadie le importan, el régimen los utilizará sólo como un ardid adicional de su disfraz.

 

@ArmandoMartini

Julio Borges a Zapatero: Avalar acuerdo de Dominicana era una traición

 

El diputado a la Asamblea Nacional (AN), Julio Borges, afirmó que se siente orgulloso de la decisión que tomó en República Dominicana de no avalar el acuerdo que se firmó entre gobierno y oposición.

Borges respondió al expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero quien afirmó que el haber firmado el acuerdo de Dominicana, hubiese sido una traición a Venezuela.

“Una elección con presos políticos e inhabilitados, partidos ilegalizados, el mismo CNE y sin canal humanitario, era una traición a Venezuela”, agregó.

Zapatero sugirió que luego de las elecciones presidenciales convocadas para el próximo 20 de mayo, debería firmarse un acuerdo entre la oposición y el Gobierno de Venezuela.

Mensaje ético para quienes aspiren ser magistrados, por Armando Martini Pietri

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Muchos diputados a la Asamblea Nacional han zarandeado, con los adjetivos y calificativos más variados y perturbadores, a los actuales magistrados del TSJ en lo particular, a los integrantes de la Sala Constitucional. Desde espurios e ilegítimos hasta malandros, pranes, bandidos, pasando por ilícitos, sin credenciales, algunos con prontuario y un sinfín de etcéteras, extensos de escribir. Añadimos su inclusión en la lista de sancionados por el Departamento del Tesoro americano.

Sin embargo, esos mismos parlamentarios conforman una Comisión para elegir a los nuevos Magistrados, que adecenten y le den prestigio a la justicia. Pero obedeciendo más a tradicionales y a veces retorcidos acuerdos que a la verdadera trascendencia de la misión encomendada, integran en esa delegación a un salta talanqueras sin ética, con cuestionable historia política y personal, es un politiquero del aprovechamiento cuya honorabilidad es, cuando menos, discutible.

Continúan tercamente anteponiendo, conveniencias e intereses a las exigencias del país, ciegos y sordos testarudos, por ello contradictorios e incoherentes, discurriendo en las muy cuestionables presunciones grupales que son tomadas como burlas, deshonras por el pueblo honesto y esforzado. No se entiende esa actitud, ¿Cuál es el empeño en molestar y desairar al ciudadano? a menos que sea ex profeso, a propósito, y con intención deliberada. 

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su Capítulo III, Sección Segunda, “del Tribunal Supremo de Justicia”, artículo 263, expresa: Para ser magistrado o magistrada (…) se requiere:

 

  1. Tener la nacionalidad venezolana por nacimiento, y no poseer otra nacionalidad.
  1. Ser ciudadano o ciudadana de reconocida honorabilidad.
  1. Ser jurista de reconocida competencia, gozar de buena reputación, (…) tener título universitario de postgrado (…) y reconocido prestigio en el desempeño de sus funciones.
  1. Cualesquiera otros requisitos establecidos por la ley”.

 

Aquellos aspirantes que consideren cumplen con el artículo mencionado, en sus numerales 2 y 3, no pueden ser adecuadamente evaluados por una Comisión donde uno de sus integrantes puede perfectamente ser acreedor de cualquiera de los calificativos que los actuales diputados han endilgado a los Magistrados que deben sustituir. Sería una demostración de hipocresía y denotaría que nuestro país está más podrido de lo que pensamos y que esa podredumbre apesta también a sectores de la oposición. 

No se puede gozar de buena reputación y pretender reconocida honorabilidad, dejándose calificar por quien ha sido denunciado por violación a los Derechos Humanos, que haya saltado hacia el campo opositor, –a pesar de lo “indevolvible” de la revolución según sus propias palabras-, no cambia su deplorable moralidad.

Quienes se sometan a un veredicto moralmente írrito y nada ejemplar, no tendrán excusa, serán, por haber aceptado a uno de ellos con oscura trayectoria, cómplices de la amoralidad, rehenes y al amparo de la fechoría, al que nunca han querido juzgar, como será juzgado en la primera oportunidad, por el daño que hizo y hace en buenas familias venezolanas. Destruyó hogares, los dejó sin trabajo y en precarias condiciones. Arruinó a trabajadores y profesionales tanto del sector público como privado. Sujeto detestable, infame, denunciado ante la Corte Penal Internacional de la Haya que lo investiga como coautor de la terrorífica y aberrante Lista Maisanta, que ese mismo tribunal ha expresado es “un sistema moderno de apartheid político en Venezuela”. ¿Tendrán tan bajo el sentido de la vergüenza los que permitirán ser considerados y seleccionados por semejante patibulario? De ser así, no merecen ser magistrados y serian un descrédito para sus profesiones y para el sistema nacional de justicia. No serán mejores a los que hoy intentan sustituir.

¿Qué cabeza consiente se somete a ser calificado por uno de los que planificaron la utilización de los círculos bolivarianos para atacar marchas opositoras? ¿Cómo convalidar, señores jueces, catedráticos y abogados pretendientes a Magistrados del alto tribunal de justicia, semejante atrocidad, crueldad y sadismo? ¿Con qué cara administrarán justicia creíble y digna?

¿Cómo los aspirantes a ser Magistrados que se sientan respetables y honorables, pueden tolerar ser entrevistados por quien, con sus vehementes y groseras intervenciones en el recinto parlamentario, impulsó y propició la encarcelación de ciudadanos honestos e inocentes -caso Simonovis- con aquellos testimoniales vergonzosos en las tristes comisiones de la verdad? ¿Lo olvidaron?

¿Han sepultado en la impunidad cómplice las ensordecedoras arengas y discursos envenenados con saña y odio, llenos de rencor y resentimiento, plenos de violencia e intimidación y sin escrúpulos contra los mismos que desvergonzadamente lo admiten ahora como compañeros, defensores y protectores, que hasta ayer nomás eran sus adversarios, enemigos y víctimas más acérrimos? 

Los ciudadanos íntegros, con valores y principios éticos no debemos ni podemos callar esta rabanera demostración de arbitrariedad, mucho menos aceptar sumisa y sin reclamo impunidades como este silencio sobre los graves pecados antidemocráticos y violadores de la justicia de su compañero venido de los grupos que enfrentaron y cuya perversidad sufrieron.

Nuestra obligación de padres, por nuestros hijos, nietos y futuras generaciones, por la Venezuela decente que proclamamos, es rebelarnos ante un pacto que pretende imponer por la vía del consenso a este pirata de la politiquería, una aceptación irresponsable que es afrenta y atentado a las buenas costumbres ciudadanas y políticas. Su propia carrera demuestra que es indigno de representar a los venezolanos víctimas a quienes se les debe, al menos, una disculpa pública, porque lo correcto sería que pagara con prisión sus abusos, daños y desmanes.

Los ciudadanos no podemos ni debemos permitir con mudez y complicidad tan inmoral impunidad, es simplemente una ofensa a la república virtuosa por la cual luchamos, una falta de respeto, una traición a la ética y moral ciudadana.

Señores aspirantes a ser los máximos jueces de la República; nuestro país está en plena descomposición por culpa de individuos como éste, demuestren que en la nueva Venezuela, la que proclaman, las cosas cambiarán. Dejen claro que ustedes son verdaderos y confiables garantes de esa patria renovada, lavada, no acepten ser humillados en su propia integridad ni se sometan a la vergüenza de ser valorados por un sujeto que debería estar bajo juicio y no disfrutando de una inmunidad comprada en negociaciones oscuras, agazapadas y de conveniencia política.

Hoy todo un pueblo está en la calle, jóvenes mueren sacrificando futuros, por cientos son los heridos día tras día, reclamando, exigiendo y luchando a pecho descubierto por la libertad, la democracia y la honorabilidad republicana. Piensen en ese pueblo y quienes han entregado sus vidas del cual tienen que ser dignos. Ese sacrificio no puede ser en vano.

El primer ejemplo que deben dar es no participar, demostrándole a los ciudadanos del mundo que aún quedan reservas morales y no toleraran, que sus nuevas responsabilidades estén en manos de quien no tiene moral para enjuiciar sino para ser enjuiciado.

 

@ArmandoMartini

Gabriela Ramírez: Lo que interpretan como “traición” es el sentir mayoritario del pueblo

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Gabriela Ramírez, exdefensora del Pueblo, aseguró este martes 13 de junio a través de su cuenta Twitter que a los que acusan de “traidores” del Gobierno, realmente “interpretan el sentir del pueblo”.

“Aumenta el número visible de «traidores». Se sorprenderían que lo que interpretan como traición es el sentir mayoritario del pueblo”, publicó en su cuenta @gabrieladelmarp

Ramírez, quien se desempeñó como Defensora del Pueblo, durante parte del mandato del fallecido Hugo Chávez, informó el pasado 31 de mayo que renunciaba a su cargo en el Tribunal Supremo de Justicia como asesora de la Consultoría Jurídica.

«Mi decisión, de la cual seguramente estará enterado a través de los medios de comunicación, obedece a la decisión del Ejctuvio Nacional de celebrar una Asamblea Constituyente para refundar el Estado, sin previamente consultar al pueblo acerca de su voluntad de acudir a este proceso y sin noticias si el producto de ese debate será sometido o no a la aprobación popular», dijo en una carta dirigida al presidente del TSJ, Maikel Moreno.

Anteriormente, a través de su cuenta en Facebook Gabriela Ramírez, escribió una carta pública en la que fijó su postura ante la convocatoria a Constituyente hecha por el presidente Nicolás Maduro.

“Si tanto la consulta de elaborar una nueva Constitución como su texto íntegro fue sometido a Referendo Popular en el año 1999, fustigando el pasado absurdo en el que una cúpula se encerraba a pensar como creían ellos que nosotros queríamos ser gobernados ¿no es acaso una regresión en materia de derechos humanos retornar a esa práctica? ¿Acaso no es esa idea una violación flagrante de los derechos humanos de todo el pueblo a expresarse a través del voto? ¿Y qué consecuencias terribles puede traernos a todos la tozudez de querer imponerla a trocha y mocha?” escribió Ramírez.

Maduro demandará a la AN por usurpación de funciones y traición a la Patria

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El presidente Nicolás Maduro aseguró que presentará una demanda contra la directiva de la Asamblea Nacional por usurpación de funciones al Ejecutivo nacional y por traición a la Patria, así lo informó durante su discurso este martes en la concentración de transportistas frente al palacio de Miraflores.

«He decidido meter una demanda en la Cancillería contra la directiva de la Asamblea Nacional por usurpar funciones del presidente de la República. Una demanda con recurso de amparo inmediato porque pretenden ir a pedir la intervención de Venezuela en organismos internacionales traicionando a la patria y sin tener facultades institucionales para representar a Venezuela en el exterior».

Maduro denunció que Henry Ramos Allup, presidente del Parlamento «ha llamado una intervención extranjera de la Unasur y ha pretendido abogarse las relaciones internaciones del pais que son exclusivas del jefe de Estado».
Explicó que el artículo 236 de la Constitución establece las atribuciones del presidente “no le como chantaje a nadie en el mundo, el artículo 236 dice de las atribuciones del presidente: Son atribuciones del presidente: cumplir y hacer cumplir esta constitución y la ley, dirigir la acción de gobierno, nombrar y remover vicepresidentes y ministros y dirigir las relaciones exteriores de la República y celebrar y ratificar los tratados convenios o acuerdos internacionales”.
Aprovechó para pedir apoyo a quienes aún lo respaldan. «Va a ser un juicio histórico que se tramita para demostrar la usurpación de funciones y traición a la patria. La pelea es peleando, pido el apoyo de todo el pueblo», dijo.
*Con información de El Nacional y Panorama 
¿Alarde de patrioterismo? por Antonio José Monagas

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La crisis que padece Venezuela, no sólo es el resultado de la agravante acumulación de problemas que fueron dejándose a la deriva a sabiendas del riesgo que su incidencia inducía. O sea, sin importar lo que sus consecuencias incitaran. Cuando comenzaron a escasear las certezas, ya las confusiones habían ocupado un espacio significativo de la vida nacional. Asimismo sucedió, cuando el militarismo, abusando de posiciones de gobierno, y comprometido como estaba luego de la insurrección de la cual fue protagonista en Febrero 1992, se valió del egoísmo como recurso de poder político para vapulear la institucionalidad democrática mediante decisiones que despotricaban del civilismo sobre el cual se sustentaba la administración gubernamental que rigió hasta entrado el año 1999.

 

No hay duda de que el guión que siguió el gobierno a partir de entonces, describía en sus lineamientos propuestas dirigidas a agrietar la unidad nacional sobre la cual había logrado estructurarse el país político luego de Enero de 1958. A pesar de las diferencias que naturalmente determinaron el discurrir ideológico nacional que fungió de plataforma fáctica a la instauración de gobiernos alternativos, pluralistas y democráticos. Al menos, fue la tendencia que marcó la segunda mitad del Siglo XX. Pero entrado el siglo XXI, el ejercicio de la política se desvirtuó groseramente. Se estableció un proyecto que desafió derechos y libertades. Propuestas que giraban alrededor de acciones dirigidas a “mantener a los pobres en su pobreza”, “infundir terror”, “descalabrar la economía”, “atrofiar la renta petrolera”, entre otras igualmente tétricas que más tarde se radicalizaron con el propósito de acentuar sus efectos y convalidar la “revolución” como criterio, principio y estrategia.

 

Los tiempos que vinieron configurándose, se caracterizaron por el miedo y el silenció que sembró el régimen con la intención de forzar la reconstrucción de una nación a imagen del oscurantismo que identificó la época medieval. Es decir, al mejor estilo de sociedades donde predominaba el terror con el fin de moldear un talante político subordinado, sometido. Sobre todo, sumiso. Y para lograrlo, el alto gobierno optó por implantar circunstancias que justificaran un estado de provocada devastación. No sólo a partir de una falta de alimentos y medicamentos inducida, lo cual generaría la impresión de una “guerra económica” manipulada, desde luego, por agentes de la “revolución”, como en efecto se dio generando hambre, muerte y desolación. También, por la ausencia de servicios públicos teóricamente dirigidos a atender problemas relacionados con infraestructura, vialidad, materia prima, transporte, equipamiento y desarrollo. Es decir, se buscó desnaturalizar lo necesario para mellar objetivos democráticos trazados por la Constitución Nacional. Particularmente, en lo referente a derechos humanos, garantías y deberes.

 

Pero el afán gubernamental por desordenar el país, tuvo un efecto dual en paralelo por cuanto el miedo igualmente involucró a sus dirigentes, adeptos y aduladores de oficio. Miedo de saberse descubiertos ante tanta corrupción, malversación, traición, complicidad y argucia. Tanto que en lo que va del actual gobierno, sus altos funcionarios no han sido capaces ni de remediar lesiones cometidas contra el patrimonio público, o de indultar injusticias sancionadas. Así como tampoco, de afrontar los desafíos que plantean las nuevas realidades exigidas por los cambios necesarios demandados en materia política, económica, administrativa, financiera y social.

 

En medio de las borrascas estimuladas por la peor violencia posible que la ineptitud gubernamental ha podido provocar, el régimen se empeñó en arrogarse atribuciones que excedieron la norma constitucional. Tan atrevidas e ilegales decisiones, si bien han reflejado el desarreglo causado a fin de ocultar fechorías cometidas, también han dejado ver el miedo como razón implícita del incesante desbarajuste esbozado como objetivo revolucionario. ¿O acaso que el desgobierno en proceso no ha advertido qué tan reales o inminentes son las amenazas que se ciernen sobre la funcionalidad del país. Incluso, sobre la vida misma de quienes han actuado con tan siniestra alevosía contra el país?

 

De continuar por estas vías inundadas de incertidumbre, estarían abordándose posibilidades de confundir lo hipotético con lo tangible. Esto incitaría determinaciones cuyos errores darían al traste todo esfuerzo por evitar cualquier desgracia que pueda precipitarse sobre la ya difícil movilidad del país. Justamente, porque bajo los efectos del miedo que padece el gobernante y que lo mantiene atascado, resulta contraproducente elaborar y tomar decisiones sin el análisis razonable, consultado y ecuánime necesario y suficiente. Una gestión asumida con el miedo traumático que produce la agonía política, anima actitudes impulsivas envueltas en cruda rabia. Y es la afección que enganchó al régimen para adelantar su plan de detonar, desde todo resquicio que permita disimular el resentimiento que frena toda conciliación posible, la estructura donde se asienta la declaratoria constitucional de que “Venezuela es un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”. Así que todo a lo que alude el régimen en aras de “la construcción de una sociedad justa y amante de la paz” es, simplemente, una manera de comprar tiempo para luego dilapidarlo en fútil proselitismo. O acaso todo esto es un mero ¿alarde de patrioterismo?

 

@ajmonagas

Traiciones, sustracciones y conspiraciones por Antonio José Monagas

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La palabra “crisis” ha adquirido una connotación particular. Más, si su interpretación se hace desde Venezuela. Los problemas que azotan al país, trascienden cualquier concepto que involucre el referido término. La situación venezolana superó aquella acepción mediante la cual el término “crisis”, se considera como una manifestación de amenazas que, valiéndose de la incertidumbre, tiene la capacidad para generar cambios inesperados capaces de sembrar caos.

A decir por lo visto, revisado y analizado, Venezuela parece haber sucumbido a consecuencia de los súbitos y violentos cambios cuyos resultados han desacomodado y desarreglado no sólo la economía. Igual o peor, a la sociedad, sus instituciones, su sistema productivo, su esquema monetario y hasta los preceptos que ordena la Constitución Nacional. Todo se ha derrumbado sin que hasta ahora haya habido alguna actitud o disposición gubernamental que haya demostrado voluntad firme para convertir tan dramático desconcierto en la vía expedita capaz de zanjar tal cúmulo de contrariedades, desbarajustes y anomalías. Aparte de ver este escenario donde confluyen factores de riesgo, poco o nada se ha entendido como ámbito de oportunidades de crecimiento y desarrollo de cara a las exigencias que dicta la movilidad política, económica y social que pauta la convivencia democrática.

El caso Venezuela, además de constituirse en una referencia de lo que no debe ser en términos del ejercicio de la política, resulta ser la negación de importantes postulados de la teoría política. Sobre todo al entender que la situación que en sus terrenos se ha dado, revela un vulgar desconocimiento de los principios y valores sobre los cuales se fundamenta la práctica de un buen gobierno. Todo esto hace ver que en el país, los problemas ni se debaten ni se pugnan. Tampoco se encaran. Mucho menos, se toman decisiones conducentes a desenredar la madeja de cuya maraña se sustentan las implicaciones que ocurren a su interioridad.

Las decisiones adoptadas últimamente por el alto gobierno, a raíz de los resultados obtenidos por la Unidad Democrática en las elecciones parlamentarias del pasado 6-D, son muestras del terror judicial que viene sembrando. Después de haber sido derrotado electoralmente, el gobierno central se ha visto desubicado. El miedo tanto lo embargó, que se desmandó groseramente al disponer una serie de actos al margen de leyes y de la propia Carta Magna. En complicidad con un Tribunal de Justicia organizacionalmente remendado con fichas de sus propias filas político-partidistas, se dio a la tarea de revolver la estructura jurídico-legal sobre la cual descansa la concepción del Estado venezolano. Al menos, según la Constitución de la República.

No sólo han sido los casos de familiares presidenciales y de miembros de poderes nacionales comprometidos con el narcotráfico. Quizás es lo de menor cuantía política toda vez que deviene en un problema de índole penal. Lo más grave, se centra en las más recientes actuaciones del gobierno nacional. Especialmente, lo relacionado con la farsa aprobada el miércoles 23-D por la fracción oficialista en la Asamblea Nacional. Las ansias de poder que consume a funcionarios, adláteres, acólitos y aduladores, llevó al alto gobierno a saltarse la Constitución renovando “a la torera” los cuadros que integran el Tribunal Supremo de Justicia. Así, ha pretendido asegurar la estrategia de descomposición administrativa que viene procurándose en nombre de la revolución bolivariana y del obsoleto socialismo.

En contrario con el mandato del pueblo venezolano, pronunciado el 6-D, consintió igualmente algo tan estrambótico como aconstitucional e inconstitucional. Fue el llamado Parlamento Comunal lo cual no es otra cosa que un incipiente mascarón de proa que buscaría abrigar complicidades. Todo así, de persistir la antipolítica que incita el gobierno a seguir.

El otro desafuero o atropello contra el “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia” que declara la Constitución, tiene que ver con lo que se ha circunscrito a lo que pudiera ser un  Golpe de Estado Judicial, colocándose al país al filo de una hecatombe. Casi como creer que el 6-D no sucedió nada en Venezuela. La nueva Sala Electoral del enrarecido TSJ, extrañamente diligente, admitió un recurso contencioso-administrativo contra la elección de tres diputados opositores y uno de las filas del oficialismo. Todos representantes del estado Amazonas. Además, fue dictada una incongruente medida cautelar de amparo a fin de suspender los efectos de dichos comicios. A pesar de darse tal arbitrariedad, no existe jurisprudencia en el país que avale tan despótica decisión. De manera que ello no debe ser óbice para que se estrene una Asamblea Nacional con una mayoría calificada que garantice un inminente cambio de rumbo del país. Venezuela se resiste a seguir siendo conducida por decisiones elaboradas a consecuencia del zarandeo que resulta por causa de traiciones, sustracciones y conspiraciones.

 

“Todo poder mal concebido y peor ejercido, es una traición permanente a la dignidad de un gobierno electo por el pueblo. Pero también es una conspiración contra el ejercicio de la democracia que se plantea toda nación”

@AJMonagas

#DesdeAporrea Así sufre un dirigente del PSUV la traición del pueblo por Javier Hernández

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Llegó a la oficina del ministerio muy temprano para lo habitual, 9:00am para ser más exactos. Todos sus subalternos estaban impresionados de lo inusualmente madrugador del director –caciquito-. Todos tenían el dedito morado y una foto de su voto en su celular por si acaso, como constancia de que la brutal paliza que habían recibido no era su culpa. En realidad eran fotos que bajaron de Instagram.

El tipo entra mal encarado, no da los buenos días pero nadie los espera, están acostumbrados a que el director entre sin saludar, escoltado por dos o tres cargamaletas de siempre, su cuñado, una prima y un jalabolas rotativo espontáneo. Los tres con cargos gerenciales en áreas que no dominan y con la potestad de llegar a la oficina al mismo tiempo que su jefe. No hacen nada en todo el día pero se van a las 8:00pm como todo buen revolucionario.

La persona de mantenimiento que se contrató para atenderle –un cargo que él ordenó crear en la ya abultada nómina del instituto- le trae el café y su agua mineral de botellita, esa de la marca que a él le gusta y que se compra exclusivamente para él, aunque por supuesto, la paga la institución.

Saca su Ipad del maletín de piel Mario Hernández que compró en oferta en el Duty Free en su último viaje hace dos semanas, coloca sobre el escritorio su Iphone 5 y su billetera Louis Vuitton, enciende el televisor de 42 pulgadas de última generación con servicio de satélite que ordenó comprar para su oficina y sintoniza VTV. Enciende el computador HP que compró por adjudicación directa a la cooperativa de su concuñado y entra a la patilla.com para enterarse de las noticias que no aparecen en VTV.

¡Tremenda paliza! Los memes y la jodedera de las redes sociales, que en otros casos le divierte, hoy le preocupa. La derrota del PSUV en las parlamentarias puede tener consecuencias en su modo de vida, ese modo de vida que tanto anheló y que lo llevó en sólo dos años desde una casa en La Pastora, a un apartamento a todo dar en La Boyera, además de la finquita en La Puerta, Trujillo, el apartaco en Higuerote, y el apartamento “del culito” en la guaira. Miami dos veces al año, los juegos del Madrid en el Bernabeu, las carreras de F1, Los Roques en Yate, los mercados en Aruba, todo está en riesgo. Menos mal que tiene una caleta en el HSBC para los “rainy days”. Razón tenía mi general Perez cuando le aconsejó guardar en moneda dura la comisión que recibiera de la compra en la última emergencia alimentaria. La leche en polvo sí que es un buen negocio, y si está por vencerse, tanto mejor.

Se mira en el espejo. Se acomoda la corbata Louis Vuitton, las yuntas Gucci, la chaqueta Ferragamo y reflexiona: lo hice todo bien: reuní las patrullas, todos mis subalternos armaron las suyas, me tenían ladillao mandándome las fotos de sus votos. Pagué a tiempo los aguinaldos y los bonos para que la gente votara contenta. Les organicé un MERCAL, conseguí que les vendieran unos vergatarios y hasta los inscribí en la lista pa ver si les venden una nevera. Si mi gente no cumplió los boto y me sabe a m… la ley del trabajo.

Su jefe también hizo lo suyo. Tapó los huecos de la calle, que ya tenían más de un año pero ¡que va! Se pasó de agallúo. De los 40 taxis que le dieron para regalar solamente entregó 10. De los treinta que le dio al capitán este sólo entregó cinco fiaos y los otros los vendió muy caros y los compradores los denunciaron por tuiter. Se pasan.

Hace varias llamadas al exterior, consulta sus estados de cuenta. Se reúne con el Jefe de Compras, y el de presupuesto para ver que queda por allí para gastar. Hay que agotar el presupuesto antes de… Uno no sabe, mejor es estar preparado. Llama al primo de la cooperativa para que le venda equipos de seguridad, extintores, montacargas y haga algunas modificaciones al edificio. Ya él sabe cómo es la vaina de las tres cotizaciones. Giren los anticipos de una vez y después hacemos el papeleo.

A las 11:00am sale a almorzar. Llama a un culito y en la vía, su mayor preocupación es donde almorzará hoy. El Maute Grill ya aburre, El Alazán igual, además no quiere encontrarse a ningún conocido que le muestre otro meme o le lea una cadena de Instagram. Ya habrá algún sitio en las mercedes donde pueda campanear un “mayor de edad” como le gusta llamarle al escoces que compra por cajas en Aruba.

Absorto en sus pensamientos, en la soledad de su Hummer H4, -su esposa salió hoy en la Four Runner y el otro tiene un ruidito- el caciquito reflexiona sobre las causas de la derrota. Un pueblo malagradecido, acostumbrado a que le regalen todo, se vende por una harina Pan. A pesar de que los camaradas del partido regalaron más de la mitad de las tablets, computadoras y celulares que les asignaron para la campaña, esa gente sigue inconforme. Ay si gran vaina, una lloradera por una medicina para el cáncer, ó un pernil ¿es que no han visto lo que dijo la OMS sobre la carne? El pueblo se vendió, no comprendió la grandeza del legado. Desleales. Por más que uno se esfuerza en conseguirle un operativo a cielo abierto para dos pollos cada 15 días, esta gente no se conforma.

Además, uno también es pueblo y sufre los embates de la guerra económica. El cirujano plástico de mi esposa se fue del país por la inseguridad y hacerle las lolas a la carajita con la que salgo me costó 10 veces más que lo que le costó hacérselas a la carajita anterior hace sólo dos años. Ese Uribe si que es un desgraciado.

No se había dado cuenta, pero en el súper sistema de sonido que le instaló a la camioneta suena el CD que le obligaron a aprenderse “el pueblo es sabio y paciente…”