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Especial ARI | Las Mercedes se calienta con un lujo abrasador
En menos de un par de décadas, en algunas zonas de Las Mercedes, la temperatura supera los 30 grados. Expertos aseguran que el incremento está relacionado tanto con las construcciones que se levantan en la zona como con la disminución de la vegetación del lugar

Alianza Rebelde Investiga

 

Desde el año 2010 doce constructoras se han encargado de modernizar a la urbanización Las Mercedes, al este de Caracas. Las torres lujosas que ahora se levantan en la urbanización, que otrora se distinguía por sus casas de estilo neovasco, la han consolidado como un importante punto comercial y empresarial en la ciudad. Pero ese cambio se hizo sin tomar en cuenta los parámetros mundiales de planificación de ciudades sostenibles. Y las consecuencias se sienten en la piel.

Un mapa de calor del año 2020 revela que las zonas más cálidas de la urbanización no solo han aumentado su temperatura, sino que se han expandido a lo largo de las últimas dos décadas. Karenia Córdova, investigadora del Instituto de Geografía y Desarrollo Regional de la Universidad Central de Venezuela (UCV), asocia esta variación con el fenómeno de la isla de calor, en el que el auge de las construcciones sumado a la pérdida de la vegetación produce un incremento de la temperatura.

Las edificaciones de Las Mercedes de los últimos cinco años, con sus altas fachadas de cristal y cemento, amenazan con ampliar esas zonas cálidas. Esta investigación de la Alianza Rebelde Investiga (ARI) indagó en las consecuencias de una transformación que se ampara en las reiteradas modificaciones de las ordenanzas de zonificación apoyadas por la Alcaldía de Baruta y el Concejo Municipal, sin la previa consulta a los vecinos.

El aumento progresivo de la temperatura hará que el consumo de energía se eleve, que el suministro del servicio eléctrico empeore e impacte directamente en todos los servicios públicos. Además, aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del tránsito automotor creciente y de un transporte público deficiente. Todo hará mella en la salud de quienes viven o trabajan allí. A estos factores se suma la ausencia de un plan que vele por las obras patrimoniales que, según expertos, están amenazadas por los nuevos aires de modernidad.  

Los efectos serán mayores si se toma en cuenta que a estas construcciones las rodean palmeras y no árboles, cuyo follaje limitado ofrece menos sombra y menos poder para filtrar el impacto de los rayos del sol que caen directo a la superficie. Un monitoreo hecho por la Plataforma Plantados, creada en defensa del arbolado urbano, revela que hay un déficit de más de 1.700 árboles en toda la urbanización. Todo ello contribuye con las secuelas que deja el calentamiento del planeta en el país y en el mundo que empuja hacia arriba los indicadores de los termómetros.  

Conoce el especial Las Mercedes se calienta con un lujo abrasador al hacer clic en la imagen:

Desafíos ambientales de Venezuela en 2022: acción ciudadana para defender los parques nacionales y actuar ante el cambio climático
El 2022 será un año decisivo para la defensa y futuro de los parques nacionales, entre ellos El Ávila y el Archipiélago Los Roques, que enfrentan el avance y presión de los proyectos inmobiliarios impulsados por el propio Estado
Defender el arbolado urbano, reforestar e impulsar una agenda de adaptación y mitigación ante el cambio climático son algunas de las tareas que han asumido los ciudadanos, ante la inacción y desdén del poder Ejecutivo y los gobiernos locales
Científicos e integrantes de organizaciones no gubernamentales coinciden en que entre los desafíos están el obligar al propio Estado a cumplir las normativas ambientales, pero también trabajar para que la sociedad identifique que la degradación de los recursos naturales tiene consecuencias en su cotidianidad y en las generaciones futuras

 

Este artículo es una colaboración periodística entre Runrun.es  y Mongabay Latam

 

Las asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales vinculadas a temas ambientales parecieran haber llegado a un punto de hartazgo con respecto a las exigencias que hacen ante el Estado venezolano. Es precisamente desde el Poder Ejecutivo —tanto nacional como local— de donde provienen los permisos y hasta los proyectos que atentan contra los parques nacionales, alientan la economía extractivista o eliminan el arbolado urbano. Por eso, los desafíos ambientales de 2022 vienen con la impronta de una ciudadanía activa que busca impedir más  daños a los recursos naturales.

En Caracas se deberán unir esfuerzos contra una promesa presidencial que amenaza al principal e icónico pulmón vegetal de la capital venezolana: el Parque Nacional El Ávila, donde Nicolás Maduro pretende erigir una “ciudad comunal” que va a tono con el proyecto de Ley de Ciudades Comunales que se discute en la Asamblea Nacional. Según este instrumento, esa ‘ciudad’ no es más que la articulación de las comunas que ya existen en la zona de Galipán, una de las pocas áreas pobladas del parque, pero ambientalistas y defensores de derechos humanos apuntan a que así se favorecerá a quienes buscan  levantar más construcciones en el lugar. A esto se suma que está todavía en evaluación la modificación del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de este parque, en el que podrían aceptarse nuevos asentamientos y actividades prohibidas como el ciclismo.

En el interior venezolano, donde los derrames petroleros continúan, la clave será seguir informando para ejercer presión sobre las instituciones que deben actuar ante un problema que afectará a las generaciones futuras. Lo mismo aplica para el Parque Nacional Archipiélago Los Roques, donde se levantan nuevas edificaciones que violan las normativas y atentan contra los delicados ecosistemas de esta área protegida.

Estos son los desafíos ambientales de 2022 en Venezuela.

Al archipiélago Los Roques lo protege una barrera de arrecifes coralino que peligra por el avance de las construcciones. Foto: Lorena Meléndez G.

1.Resistir e insistir en Los Roques

Desde 2019, distintos frentes han denunciado el levantamiento de nuevas construcciones en el Parque Nacional Archipiélago Los Roques en áreas no permitidas y con diseños que violan lo establecido en las normativas vigentes. La pandemia no fue excusa para que estas edificaciones se retrasaran. Durante los 10 meses en los que este territorio estuvo completamente confinado, las únicas vías para arribar fueron los vuelos y embarcaciones oficiales y así, de acuerdo con habitantes de la zona, llegaron los materiales necesarios para que estas operaciones no se detuvieran. Muestra de ello es que un hotel, de los varios que se construyen, está cerca de ser inaugurado. Las otras construcciones privadas han seguido su avance y están casi terminadas.

“El problema con estas construcciones es de fondo y tiene que ver con la violación de la zonificación del parque nacional. Al lado de la pista de aterrizaje (donde están las nuevas estructuras) no se podía construir nada, ni siquiera algo eco amigable. No es un asunto de diseño, ni de impacto visual, sino de la lógica del ordenamiento del uso del espacio”, reclamó José Ramón Delgado, oceanógrafo, director de la Fundación Caribe Sur y miembro venezolano de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

 

 

El experto explicó que para hacer cualquier construcción dentro de Los Roques debía cumplirse con dos pasos: el primero, referido a la ocupación del territorio, contempla que todo lo que se planee debe ser en concordancia con el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) y con una aprobación del Instituto Nacional de Parques (Inparques), que es la autoridad en el lugar. El segundo es mostrar todos los detalles de la construcción en cuanto a forma y  dimensiones, y un estudio de impacto ambiental que certifique que el proyecto será realizado con la menor intervención posible a la naturaleza. Esto también debe tener la aprobación de Inparques. A pesar de que las construcciones no se hicieron en concordancia con el PORU, provocaron la tala de mangle y pusieron en riesgo los frágiles ecosistemas de la zona, todo siguió adelante.

“El problema apunta a un solapamiento de las autoridades. En el pasado hubo una autoridad única de área, luego se impusieron las figuras de varias autoridades y ahora (desde 2011) tienen un jefe del Territorio Insular, que es algo militar. Eso evidencia un conflicto de poderes y el que tiene mayor poder es el que hace cumplir su deseo. Pero es un parque nacional y hay que respetar lo que dice la norma”, recalcó Delgado.

Las nuevas construcciones en Los Roques dejaron una laguna turbia con manglares talados. Foto: Lorena Meléndez G.

El oceanógrafo subrayó que la lejanía de Los Roques con respecto a la costa (a 176 kilómetros al norte de Caracas) impide que se pueda hacer una vigilancia ambiental efectiva, sobre todo ante el supuesto “movimiento de construcciones de posadas” en los cayos, que también prohíbe el PORU.

Ante todas estas amenazas contra el parque nacional, el experto insistió en que la resistencia a estas construcciones debe hacerse desde el apego a las normativas. Aseguró que ya hay  denuncias de estos hechos ante el Ministerio Público, pero ningún fiscal ambiental ha actuado para detenerlas. Queda, entonces, continuar la labor de alertar e informar a la población sobre lo que sucede, y presionar a las instituciones  para evitar más daños ambientales.

Delgado recordó el proyecto en el que la fundación que representa ha insistido durante años: la creación de un corredor ecológico marino transfronterizo que comprenda los espacios marítimos de Venezuela (tanto insulares como continentales) y de Países Bajos (Curazao y Bonaire) y proteja la alta biodiversidad de la zona y su buen estado de conservación. Esto, como instancia internacional, limitaría el avance de este tipo de proyectos.

 

 

“Este corredor refuerza los lazos entre ambos países y genera un espacio de conservación dentro de un esquema de conectividad ecológica. Además, posee un importante potencial para ser incluido en la Lista del Patrimonio Mundial Natural de la UNESCO, lo cual sería un paso significativo hacia la sostenibilidad de esta ecorregión”, señala un documento que explica la importancia de esta iniciativa.

“Pareciera que las personas se olvidan que para disfrutar de Los Roques, tal como está ahora, se necesitó un esfuerzo muy largo de horas hombre, dinero, capacitación, de estudio, no fue un capricho. Los Roques se convirtió en parque nacional porque era un lugar donde la pesca no estaba regulada y podía poner en peligro esa cuna de recursos. Luego entraron variables como el turismo y se acordó que todo debía estar supeditado al PORU que se aprobó en 1991”, rememoró. La insistencia de las denuncias públicas es la vía que queda para evitar cualquier avance.

Las fugas de petróleo salen desde las instalaciones de Pdvsa en tierra firme hacia el Lago de Maracaibo. Foto: @diodon321

2.Derrames petroleros como problema generacional

La falta de mantenimiento de las instalaciones petroleras en una industria en declive como la venezolana ha traído como consecuencia que los derrames de hidrocarburos, tanto en el Lago de Maracaibo como en las costas, sean una constante que poco impacto genera en la opinión pública. Sin embargo, hay quienes como el biólogo marino Eduardo Klein, confían en que mientras más información tengan los ciudadanos sobre los impactos de estas fugas, más fuerte será la presión sobre los organismos que deben actuar y no lo hacen.

“Aquí hay un problema estructural. El causante principal de los derrames es la industria petrolera que está bajo el control del Estado y todas las instituciones (ministerios, institutos ambientales) que, de alguna manera, deben vigilar las operaciones de esta industria también están sometidas a la políticas del Estado. Entonces, no hay un contrapeso de organizaciones gubernamentales que te ayude a solventar ese problema”, afirmó Klein, quien también es profesor universitario y coordinador del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad Simón Bolívar (USB). “Básicamente, todo el mundo está alineado en no hacer nada en relación con los derrames”, lamentó.

 

 

Pese al desaliento, el experto valoró el trabajo de organizaciones no gubernamentales y de la prensa nacional que insiste en denunciar la ocurrencia de estos eventos. “Eso hay que mantenerlo, hay que identificar a los actores más involucrados en el tema de los derrames y mantener el nivel de información de la gente al día, porque no contamos con información oficial”, puntualizó.

Los derrames de petróleo están provocando diversos daños a ecosistemas como los lagos y ríos. Foto: Cortesía

El biólogo consideró que “bombardear a la sociedad con información más detallada posible” sobre los derrames es una alternativa para hacer que, cada vez más, las instituciones responsables actúen en pro de evitar los vertidos. Se trata, dijo, de una presión externa debido a que la interna no ha sido efectiva.

En esa comunicación, advirtió al experto, siempre se debe destacar la gravedad de los derrames. “Hay que mantener la conciencia de la gente, no es un problema más sino un problema serio. La contaminación y la continua afectación del ambiente es un problema generacional. Eso no nos está afectando solamente a nosotros sino que va a afectar a tus hijos, porque el efecto del ambiente va a ser tan duradero que tus hijos son quienes van a encontrar un ambiente deteriorado como consecuencia de estos derrames”, acotó.

Esa información, además, sirve como insumo para varias organizaciones no gubernamentales que llevan un monitoreo de los vertidos y pueden actuar ante instancias internacionales, valiéndose no solo de la perspectiva ambiental sino de los derechos humanos ambientales que son violentados con estas fugas que no se detienen y que, incluso si se paran ahora, tardarán años en resolverse. “Es un problema enorme del país y presión enorme del ambiente marino en Venezuela”, insistió Klein.

Maduro, en Galipán, durante el anuncio de constitución de una ciudad comunal en el Ávila. Foto: Prensa Presidencial

3.La defensa del Ávila

Hay dos amenazas que se ciernen sobre el Parque Nacional El Ávila, la gran montaña verde al norte de Caracas: que el ciclismo, actividad prohibida hasta ahora dentro de sus lides, se legalice; y que se construya una “ciudad comunal” en ese territorio, tal como lo anunció el presidente de la república, Nicolás Maduro, en una alocución televisada, sin que se dieran más detalles sobre ese plan. En el pasado, las acciones ciudadanas han detenido el avance de ciertas actividades. En 2022, está por verse si estas surten o no efecto.

“Creo que todos los ciudadanos, caraqueños o no, tenemos que manifestarnos, al menos con la duda, para saber cuál es el impacto de ciertas actividades en el parque nacional. Debemos estar alertas, manifestarnos, defender la constitución y las leyes que preservan este ambiente”, afirmó Alejandro Luy, director de la ONG ambientalista Tierra Viva.

 

El Ávila amenazado

El Ávila amenazado

 

Para el biólogo es fundamental que se respete el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) de esta área protegida y que se sepa que todavía está vigente, a pesar de que durante el primer semestre de 2021 se realizaron una serie de charlas y talleres con el fin de hacer modificaciones a esta normativa. El nuevo PORU continúa en evaluación.

Luy insistió en que hay dos instituciones que, desde el Estado, tienen responsabilidades sobre estas amenazas y pueden actuar: el Ministerio Público, a través de los fiscales especializados en Defensa Ambiental, y el Instituto Nacional de Parques (Inparques), que al ser el encargado de la administración del parque, también debe garantizar la seguridad y el orden dentro del mismo.

Ciudadanos protestaron en el parque nacional poco después del anuncio de Maduro. Foto: Cortesía

“El Estado debe velar por el cumplimiento de la Constitución de la República y las leyes. Los organismos del Ejecutivo deben ser técnicos y no ideológicos para que, en el marco de lo que establecen las leyes, respeten los fines para los cuales crearon los parques nacionales. No es otra cosa lo que ambas partes tenemos que pedir. El manejo técnico con el que se les puede explicar a los ciclistas por qué no se puede hacer ciclismo en el Ávila, también funciona para indicar al Ejecutivo por qué no se puede construir una ciudad”, apuntó Luy.

El experto insiste en que, a pesar de que hasta ahora ha ocurrido lo contrario, lo que se debe esperar es que quienes están detrás de la Fiscalía General de la República, el Ministerio de Ecosocialismo o Inparques defiendan los lineamientos legales basados en criterios técnicos. “Para el manejo ambiental de Venezuela, lo primero que debemos recuperar es una institucionalidad ambiental donde la movilización de los principales actores del Estado esté fundamentada en lo que dicen las leyes, no en excepciones, no en quién manda más”, recalcó.

 

 

4.Sociedad civil contra el cambio climático

El informe presentado por el Estado venezolano en la más reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021 (COP26) recibió duras críticas por parte de la comunidad científica venezolana que vio en este documento una serie de “contribuciones” que no fueron tales.

“El documento que actualiza la Contribución Nacionalmente Determinada (CND) de Venezuela, se define en el marco de una política nacional de ‘acción para el empoderamiento climático’ que, en realidad, no toma medidas hacia una transición justa para superar el modelo de desarrollo. Las contribuciones presentadas se orientan a la ‘remediación’ de algunos de los impactos del extractivismo depredador, reconocidos en el documento, presentando falsas soluciones como una supuesta ‘ecologización’ de la política minera, o la revitalización o mantenimiento de proyectos prácticamente inexistentes o que no se encuentran activos, como el parque eólico de Paraguaná, mientras persiste la insistencia con la ampliación de la explotación del carbón en el norte del estado Zulia”, dice el artículo “COP26 de Glasgow y el rol de Venezuela ante la crisis climática: un balance crítico”, publicado por el Observatorio de Ecología Política de Venezuela.

En 2021, las fuertes lluvias afectaron a cientos de viviendas en Mérida, Venezuela. Foto: Gobernación de Mérida

Además, la delegación venezolana “no suscribió el acuerdo para frenar la deforestación y la degradación de los bosques globales, ni tampoco el del impulso para salir del carbón, ni el de reducción de emisiones de metano, así como tampoco fijó la fecha para alcanzar el ‘cero neto’ de emisiones, quedándose así al margen de los pocos acuerdos contraídos en esta COP”, añade la nota.

Pero hay quienes no esperan al Estado para actuar contra el cambio climático. Por esa razón, una veintena de organizaciones no gubernamentales, universidades e instituciones académicas se unieron durante 2021 en la Alianza para la Acción Climática Venezuela, a fin de articular acciones contra este problema y buscar en 2022 “incidir en la agenda de adaptación y mitigación ante la emergencia climática del país”.

Consciente de que la sociedad civil no sustituye al Estado, la Alianza se propone desde la realización de estudios e investigaciones, hasta acciones dirigidas a la “incidencia, formación y comunicación sobre el cambio climático”, indicó Antonio De Lisio, investigador, geógrafo y presidente del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos (Invesp), una de las organizaciones que forma parte del grupo.

 

 

“Para 2022, vamos a trabajar en esas áreas para fortalecer las posiciones de la sociedad civil venezolana en esta materia porque, hasta ahora, el cambio climático lo ve como una cuestión que todavía no es parte de su cotidianidad cuando sí lo es”, sentenció De Lisio. “Se piensa, por ejemplo, que el problema del suministro del agua en Venezuela es porque no hay mantenimiento de las tuberías. Y es cierto que no lo hay, pero también hay un problema de deforestación. En una evaluación que hicimos en 2019 identificamos que hay 30 kilómetros cuadrados que están alrededor de 100 represas en Venezuela donde hace falta mejorar la cobertura vegetal”, detalló.

Para De Lisio, el retroceso en la gestión ambiental que existe en el país se manifiesta también en un rezago en el cambio climático. El investigador apuntó que la reciente adición de la Alianza a la Climate Action Network de América Latina (CANLA) —una red global de organizaciones no gubernamentales que trabajan contra las causas y efectos nocivos del cambio climático—, les ayudará a incidir en una agenda mundial en la cual Venezuela es un estado ausente.

Parte de las actividades de la Alianza se centran en incidir, a través de redes sociales, en el público joven. Pero próximamente ejecutarán procesos de educación no formal y otras acciones que persiguen crear conciencia sobre la disminución de los gases de efecto invernadero vinculadas a hábitos y sistemas de producción.

La Alianza está conformada por las organizaciones Acción Campesina, CIDIAT ULA, CISP, Clima 21 Ambiente y DDHH, Colectivo de Montañismo Ecológico Tatuy, Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica, Escuela de Ingeniería Civil, Facultad de Ingeniería UCV, Dirección de Sustentabilidad Ambiental de la UCAB, Foro para el Estudio del Cambio Climático de la Universidad de Los Andes (FECC-ULA), Todos por el Futuro Universidad Nacional Experimental del Táchira, Fundación Desarrollo Sustentable de Venezuela, Fundación Tierra Viva, Grupo Social CESAP, INVESP, Más acciones más planeta y Provita. La intención, afirmó De Lisio, es que en 2022 esta red sea cada vez más robusta y más amplia.

Los árboles mutilados se convirtieron en paisaje cotidiano. Foto: @QPEV

5.Por una Caracas reforestada

El sábado 27 de noviembre de 2021 ocurrió un hecho inédito en Caracas: decenas de ciudadanos se reunieron para manifestarse y marchar en favor de los árboles que, durante los últimos meses, habían sido mutilados o eliminados del paisaje urbano por orden de las alcaldías que componen el Área Metropolitana de la capital venezolana. 

Antes de comenzar la caminata, uno de los convocantes tomó un megáfono para leer un documento: “Casi a diario el sonido de la motosierra nos perturba cerca de casa o desde el altavoz del celular denunciando una nueva tala en algún lugar de la ciudad. Suele ser este ruido feroz un alerta que nos conmina a defender nuestros árboles, pero hasta ahora un paso atrás de los perpetradores que, en grosera exhibición de poder, nos convierten en espectadores de lo irreversible: la tala, el desmoche, la poda severa, la desfiguración, la ridiculización del árbol”, pronunció José “Cheo” Carvajal, periodista, activista y director de la asociación civil Ciudad Laboratorio @ciudlab.

 

 

Él mismo aseguró a Mongabay Latam que la eliminación de árboles sucede porque ninguna institución protege a la vegetación urbana y los gobiernos locales solo responden a las demandas de vecinos, comercios e inmobiliarias sin hacer evaluaciones pertinentes.

De esa crítica, poco después, vino un llamado a la acción. “Si nosotros los ciudadanos no ponemos una parte de nuestros esfuerzos en el fortalecimiento de las instituciones que deben proteger nuestros árboles a escala local, estatal y nacional, si no desarrollamos una acción pedagógica sostenida, en todos los ámbitos posibles, pero sobre todo en las escuelas, poco lograremos reforestando la ciudad, pues de antemano todos los árboles que sembremos quedarán bajo sospecha y amenaza”, leyó Carvajal.

Las pancartas usadas durante la manifestación en defensa de los árboles en Caracas, Venezuela. Foto: @yendrive

Con la lectura de ese manifiesto se presentó públicamente “Plantados”, una plataforma/ coalición de organizaciones ciudadanas en defensa de los árboles de Caracas que lidera Carvajal y que desde ese momento señaló cuáles serían sus actividades concretas para frenar las talas indiscriminadas. La primera es la contención ciudadana y el monitoreo de los árboles, que requerirá el fortalecimiento y ampliación constante de una red que pueda revisar y registrar la situación del arbolado.

Como segunda meta está una reforestación planificada con árboles que, en principio, sean mantenidos en viveros hasta que tengan una altura y fortaleza adecuada para ser plantados sin correr riesgos.

“Ese tipo de cosas las queremos hacer los ciudadanos. El grupo ecológico San Pedro tiene su vivero. Nosotros, como Ciudad Laboratorio, tenemos también un año preparando un vivero y hay otras organizaciones que están en lo mismo y queremos ver cómo ampliar esto como una gran red y ver dónde están las oportunidades y ver cómo podemos empezar a sembrar. Lo ideal es hacerlo de la mano de las instituciones, porque se supone que las alcaldías deben monitorearlo. Pero si estas no están disponibles para ello, tendrán que ser los ciudadanos acompañados de un saber, que afortunadamente lo hay y está reunido en esta plataforma, para hacerlo de manera correcta”, explicó el activista.

La tercera acción será la pedagógica, dirigida tanto a instituciones como a comunidades para que comprendan no solo la importancia y beneficios de un arbolado sano sino también su mantenimiento y cuidado que evite su derribo. Y la cuarta: la presión estratégica para que las instituciones recuperen y asuman su rol de protección del arbolado urbano con miras a una política integral de sostenibilidad. La intención del grupo es discutir los programas y planes de poda y reforestación con los alcaldes y los concejos municipales.

 

Las deudas ambientales de Venezuela en 2021: un lago contaminado, árboles mutilados y tragedias por cambio climático
El Parque Nacional El Ávila, la montaña que se ha convertido en un emblema de Caracas, recibió este año una doble amenaza pese a ser un área protegida. Su futuro está en vilo.
Los derrames petroleros y la contaminación que producen en cuerpos de agua siguen siendo una constante. Son de tal magnitud que, incluso, ahora la NASA pone su atención en ellos.
Y mientras en la capital del país, la tala de árboles está descontrolada, en otras regiones avanzan iniciativas de académicos e investigadores que buscan crear redes para garantizar la conservación de las áreas naturales.

 

Este artículo es una colaboración periodística entre Runrun.es y Mongabay Latam

 

El ruido de las motosierras se hizo parte de los sonidos de Caracas durante los últimos meses de 2021. Muy cerca de las elecciones regionales, en las que se escogerían a los alcaldes y gobernadores, las autoridades locales avalaron la poda de cientos de árboles, lo que llevó a la movilización de activistas que salieron a marchar para defenderlos.

También en la capital venezolana, nuevas acciones amenazaron al principal pulmón vegetal de la ciudad: el Parque Nacional El Ávila. El presidente Nicolás Maduro anunció que dentro del área protegida se construirá la “primera ciudad comunal de Venezuela”, plan sobre el que no se ha divulgado mayor información, pero mantiene en alerta a los distintos actores . Y, además, avanza una inminente actualización del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de este lugar, impulsada en parte por la acción de ciclistas que buscan levantar la prohibición de circular por las rutas de esta montaña.

Mientras esto sucedía en Caracas, hacia el occidente del país se repetía una constante: los derrames petroleros. La NASA agitó las redes sociales con una imagen del Lago de Maracaibo poblado de miles de torres petroleras y balancines, y una mancha aceitosa que mezcla el negro del hidrocarburo con el verde de las algas que cubren la superficie.

 

En 2021, además, el cambio climático dio una estocada al territorio venezolano. Las lluvias extremas provocaron deslizamientos en los andes del país y dejaron 20 muertos. En una decena de estados, las precipitaciones persistentes causaron numerosas inundaciones. Pese a las malas noticias, al menos hay dos notas positivas que abogan por la conservación.

Estos son algunos de los temas que activistas, biólogos y ambientalistas identifican como los principales hitos ambientales en Venezuela durante este 2021, y de los cuales hablan con Mongabay Latam.

 

Lo malo: guerra contra los árboles

“Una sociedad que destruye sus árboles, jamás su tronco endereza”. Eso se leyó en una de las pancartas que el 27 de noviembre se levantaron en Caracas, durante una movilización ciudadana en contra de la tala indiscriminada de árboles que sufrió la capital venezolana en los últimos meses del año. La acción, no obstante, no es nueva.

“La pérdida del arbolado urbano ocurre desde que yo estoy chamo”, aseguró José “Cheo” Carvajal, activista, director de la asociación civil Ciudad Laboratorio, y líder de Plantados, una plataforma-coalición de organizaciones ciudadanas que defienden los árboles de Caracas. Rememoró, por ejemplo, cuando en 2015 se talaron al menos 700 caobas por la ampliación de la autopista Valle-Coche. “¿Por qué sucede esto? Porque estamos defendiendo un modelo en el que lo más importante es el carro (coche)”, criticó.

La última tala de árboles se activó en el segundo semestre del año y se intensificó en los meses previos a las elecciones regionales de noviembre de 2021. El registro quedó en denuncias y comentarios que se publicaron tanto en chats vecinales como en las redes sociales. Videos y fotos de árboles mutilados comenzaron a verse en los timelines de los caraqueños.

El mayor problema que existe ahora, subrayó Carvajal, es la falta de protección del árbol. “Ahorita estamos en un momento muy particular porque no hay contención institucional, se supone que las alcaldías son las responsables de ese patrimonio verde, del arbolado urbano, y ahora parece que se están dedicando a gestionar en donde la gente quiere que talen (…) No hay instituciones que defiendan al arbolado urbano”, sentenció el activista.

La situación empeora si se toma en cuenta el momento que atraviesan los gobiernos locales, con bajísimos presupuestos y un personal que suele estar poco calificado, recordó Carvajal. Por esa razón, relató, las podas se retrasan mientras los árboles se enferman y, cuando finalmente se ejecutan, se hacen mal y los troncos terminan mutilados.

Aunque en medio de la poda masiva se rumoró que la madera cortada termina como leña en los hogares donde no llega el gas doméstico por la crisis del combustible que vive Venezuela, Carvajal insistió en que hay una “guerra contra el árbol” que proviene de muchos frentes: vecinos que quieren que los poden o eliminen por diversas razones (raíces que rompen muros o se meten en las tuberías);  promotores inmobiliarios y los comerciantes que quieren más visibilidad de sus negocios. En ninguno de los casos, advirtió el activista, se hacen evaluaciones que permitan ver si estas acciones deben o no permitirse.

 

Lo trágico: deslizamientos por cambio climático

Paredes derrumbadas, coches arrastrados por la corriente, calles convertidas en caminos de piedras, vías convertidas en lodazales, ramas y troncos de grandes árboles en medio de aceras y calzadas. Esas eran las imágenes de destrucción del pueblo de Tovar, en el estado Mérida, a casi 800 kilómetros de Caracas, que llegaban la mañana del 24 de agosto de 2021 a los medios de comunicación y a las redes sociales. Las fuertes y persistentes lluvias habían provocado un deslizamiento allí y en otros siete municipios, dejando al menos una veintena de muertos y cientos de familias afectadas.

Dos días después, el sacerdote Vicente Arellano enviaba un reporte a la Arquidiócesis de Mérida para describir la situación: los heridos se trasladaron en camillas improvisadas, los servicios públicos colapsaron, los pueblos quedaron incomunicados porque las vías estaban tapiadas y los únicos que intentaron hacer una limpieza fueron los habitantes de la zona. La comida se agotó.

Si bien en Mérida ocurrieron las consecuencias más graves, hubo inundaciones en al menos 11 estados a lo largo de 2021. Las fotos de calles anegadas o desbordadas se convirtieron en una constante y provocaron que decenas de personas tuvieran que desplazarse.

El investigador y geógrafo Antonio De Lisio explicó que, debido al cambio climático, se prevé que Venezuela sea un país cada vez más caliente y más seco. Pero esas estimaciones no significan que las lluvias desaparezcan, sino que los eventos de precipitaciones o sequía sean cada vez más intensos como los ocurridos en Mérida.

“Recordemos que la ocurrencia de un evento extremo, no quiere decir que no haya recurrencias. Antes podíamos decir que estas situaciones se presentaban cada cuatro o cinco años, pero ahora ese período es más errático. Sin embargo, estos son eventos que pueden ocurrir”, afirmó De Lisio.

Tal situación preocupa al experto, exdirector del Centro de Estudios Integrales del Ambiente (CENAMB) de la Universidad Central de Venezuela, porque no hay cómo predecirla. Llamó la atención sobre un punto clave: la carencia de un sistema de alerta temprana que nunca se instaló en ríos, cuerpos de agua e incluso en laderas, y que hubiese permitido llevar el registro de su comportamiento.

“A finales de los 90 y a comienzos de 2000 se anunció que se iba eliminar el sistema analógico meterológico e hidrométrico que tenía Venezuela, porque todo el monitoreo de los ríos, las lluvias y otros elementos del clima se iba a digitalizar. Entonces, el sistema se eliminó y nunca se sustituyó. Nuestra capacidad de predicción es realmente baja”, denunció el especialista en planificación, ecología y desarrollo sustentable.

Esta carencia, además del riesgo que representa, es una muestra del rezago tecnológico del país. De Lisio considera que, con respecto al tema ambiental, la nación está al nivel de los años 50 o 60, porque además hay un retroceso institucional debido a la pérdida de la capacidad de respuesta y estudio de este tipo de situaciones.

El problema se agrava con otras variables, como el escaso mantenimiento del alcantarillado y las quebradas. “No hay un trabajo de limpieza de drenajes y si no lo hago, si no limpio las quebradas que se convirtieron en basureros a cielo abierto, puede haber inundaciones. Por eso en Caracas con una lluvia de 20 milímetros se inundan todas las calles”.

Esta vulnerabilidad aumenta, según De Lisio, porque tampoco la población está preparada para estos eventos. “Si no logramos establecer nuestro sistema de monitoreo ni educar a la población, nuestra situación va a ser crítica, y ni lo uno ni lo otro se está haciendo”, sentenció.

 

Lo feo: parques nacionales a la deriva

Lo dice el artículo 28, numeral 9, del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) del Parque Nacional El Ávila, la gran montaña que está al norte de Caracas: la circulación de bicicletas está prohibida dentro de esta área protegida. Sin embargo, durante 2019, allí se realizó una competencia de ciclismo de montaña y en abril de 2021 se pensaba repetir. Solo las críticas y protestas por parte de ambientalistas y comunidad científica lograron detenerla.

Pese a la suspensión, un hecho preocupó a los defensores del Ávila. Inparques —institución que se encarga de la administración y protección de los parques nacionales de Venezuela— convocó a una discusión sobre la actualización del PORU del área natural. Alejandro Luy, coordinador de la organización ambientalista Tierra Viva, presenció la serie de encuentros que propició charlas y talleres. Sin embargo, hoy día se sabe que el instrumento aún está en evaluación.

Luy piensa que permitir el ciclismo masivo en el parque implicaría el deterioro de los suelos y las trochas, la apertura de nuevas rutas, el desplazamiento de la fauna porque habrá mayor intensidad en el uso del parque, y el riesgo de accidentes entre los visitantes que suben a pie y los que van en bicicleta por las mismas vías.

Además de los intentos de los ciclistas, hubo un anuncio presidencial que levantó múltiples críticas: la construcción de una ciudad comunal dentro del Ávila prometida por Nicolás Maduro en octubre pasado. Si esto ocurre, lo que podría esperarse es un mayor tránsito de personas, deforestación, más basura e instalaciones que puedan permitir que las nuevas edificaciones tengan servicios públicos. “Uno necesita estar alerta en función de conocer los impactos sobre el medio ambiente si eso llegara a ocurrir”, subrayó Luy. Sin embargo, todavía no se ha adelantado nada del polémico plan.

El Ávila no es el único parque nacional amenazado. En el archipiélago Los Roques se levantan construcciones con materiales y formas que también contravienen lo establecido en su PORU y en áreas en donde las nuevas edificaciones están prohibidas. En Canaima —tanto en el sector occidental, donde está la cascada más alta del mundo, el Salto Ángel; como en el oriental, donde está la Gran Sabana—, declarado Patrimonio de Humanidad por la Unesco, hay zonas en donde se practica la pequeña minería con el uso de motobombas y mercurio.

El Refugio de Fauna Silvestre de Cuare, por otro lado, uno de los cinco humedales venezolanos reconocidos y protegidos por el Acuerdo de Ramsar, podría perderse por el dragado de un canal de navegación de un gigantesco complejo hotelero que se edifica a muy pocos kilómetros de allí. Todos estos planes se realizan con la venia del Ejecutivo venezolano que aprueba proyectos turísticos sin mostrar públicamente los impactos ambientales.

Para Édgar Yerena, biólogo, abogado y profesor del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar (USB), en parques como Los Roques, El Ávila (sector Galipán), Mochima y Morrocoy “hay una presión muy fuerte por un turismo de elite (…) Hay construcciones ilegales girando en torno a demandas por parte de gente con mucho dinero y poder político”.

La minería, recordó el experto, también ha hecho estragos en estas áreas protegidas. “Ha entrado como perro por su casa por todos los parques del sur del Orinoco. No hay ninguno donde no haya un foco minero, el más desastroso es el Parque Nacional Yapacana (Amazonas), donde las minas superan las 1.000 o 2.000 hectáreas”, lamentó.

A las construcciones ilegales y la minería se suman otros problemas como la extracción ilegal de la madera o los intereses políticos por construir carreteras de penetración agrícola, señaló Yerena. “Hay una política de no oponerse a los ilícitos ambientales de los parques o de restar o hacer poca resistencia a esas presiones. Esa es la política que prevalece, porque hay poca decisión por parte de Inparques en salir en defensa de las áreas protegidas”, apuntó.

Además, desde 2018, el Ministerio de Ecosocialismo (Ambiente) no difunde cifras forestales. En sus informes, la institución señala que las casi 68 millones de hectáreas de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (Abrae) se mantienen incólumes, pese a las denuncias sobre áreas protegidas deforestadas por la minería y otras actividades. Mientras, las áreas para la producción forestal permanente pasaron de poco más de 16,3 millones de hectáreas en 2013 a 11,2 millones en 2018. La iniciativa MapsBiomas Amazonía reveló que solo el sur Venezuela perdió entre 1,1 millones de hectáreas de cobertura vegetal nativa en los últimos 35 años, lo que representa un 2,5% de la Amazonía del país.

Fuera de la Amazonía, en parques como El Ávila, Guatopo, Henry Pittier, Terepaima y Yacambú han sufrido deforestación.  “Son deforestaciones de pocas hectáreas pero que son importantes. En un  parque nacional debería haber cero deforestación. Cuando hablo de pocas hectáreas me refiero a dos hectáreas por aquí, ocho por allá y así”, agregó el biólogo. Las consecuencias de este fenómeno va desde la pérdida de la cobertura vegetal hasta la erosión de los suelos y las afectaciones a la biodiversidad.

 

Lo persistente: el lago negro en la NASA

Un mensaje corto y unas fotos demoledoras bastaron para crear el revuelo en las redes sociales. En su cuenta en Twitter, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, mejor conocida como NASA por sus siglas en inglés, dedicó en octubre un post al lago más grande de Suramérica y el más importante para la industria petrolera venezolana. “Aguas turbulentas: el Lago de Maracaibo en Venezuela se asfixia con mareas negras y algas”, publicó la agencia espacial estadounidense con imágenes satelitales donde el agua se ve como una mezcla viscosa y arremolinada de tonos de verde que van desde el más oscuro hasta el más incandescente.

De inmediato, la comunidad científica venezolana comenzó a aclarar la situación. Sí, el Lago de Maracaibo está así de contaminado. Pero eso no es nuevo: lleva años en esa condición y empeora cada día con los múltiples derrames que ocurren en la zona.

“Es raro ver al Lago de Maracaibo de esa forma. Es una imagen muy impactante porque, aparte de que es muy clara, muestra un ‘bloom’ de algas”, explicó Eduardo Klein, biólogo, profesor universitario y coordinador del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad Simón Bolívar (USB). Ese crecimiento extremo de plantas es la muestra de una condición eutrófica de la superficie de este cuerpo de agua: la cantidad de nutrientes presentes alimenta y expande las algas, pero también provoca la muerte de otras especies.

“Cuando se forman esas capas verdes, esa masa de fitoplancton verde impide el paso de la luz hacia las partes más profundas del lago, lo que hace que no haya producción de oxígeno y se generen zonas anóxicas que limitan el crecimiento de las especies que sí necesitan oxígeno para vivir. Fauna y flora del lago puede estar afectadas por ese crecimiento de algas. Es un lago contaminado”, recalcó Klein.

Otro de los aspectos que impactó a Klein en la fotografía satelital fue el detalle: allí se pueden apreciar los orígenes de las manchas negras. “El lago tiene miles de kilómetros de tuberías submarinas, parte de ellas tiene unos 60 años de edad, y esas tuberías fallan, se rompen, y así sale un derrame (…) Muchas de ellas, todos los días, en diferentes puntos del lago, siempre están derramando”, acotó.

De acuerdo con el boletín de septiembre de 2021 de la asociación civil Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez), la falta de mantenimiento que sufren las maquinarias abandonadas e instalaciones desmanteladas de la industria petrolera nacional ocasiona “fugas de diversas intensidades”, con brotes que “se extienden hasta 40 kilómetros por las costas del Lago y manchas de hidrocarburos de hasta 30 metros de ancho”. En junio pasado, la Asociación para la Conservación del Lago de Maracaibo (Aclama) contabilizaba entre 15 y 30 derrames de petróleo mensuales en el lago.

“La diferencia entre los derrames que ocurrían antes y ahora es que, en el pasado, Pdvsa (la estatal Petróleos de Venezuela) los atendía, tenía un equipo de personas, un sistema de detección con vuelos aéreos, helicópteros. Cuando detectaban una fuga, inmediatamente se activaba la cuadrilla y la detenían en muy pocas horas. Lo que pasa ahora es que esos derrames no se contienen, hay eventos de derrames recurrentes que no son atendidos y eso se ha venido agravando en los últimos años”, precisó Klein.

El Lago de Maracaibo no es el único que padece los derrames petroleros que suceden en Venezuela. Klein, también director del Laboratorio de Sensores Remotos de la USB y colaborador en el Instituto de Ciencias Marinas de Australia, precisó que la mayoría de los vertidos ocurren en el occidente del país.

El informe preliminar “Derrames petroleros en las costas venezolanas: afectaciones al derecho a la libertad académica, a la salud y al medio ambiente”, de la organización no gubernamental Aula Abierta Venezuela, contabilizó que solo en el primer trimestre del año se reportaron 12 fugas y, de estas, dos ocurrieron en el centro de la nación (estado Carabobo y Vargas) y una más en el oriente (Anzoátegui). Los restantes se registraron en dos estados de occidente: siete en Falcón y dos en Zulia. Hasta septiembre, el Observatorio de Ecología Política aseguró que, vía redes sociales, se habían reportado al menos 53 vertidos, y que 33 (62%) de estos fueron en Falcón.

“Lo de las refinerías de Punta Cardón y Amuay (en la Península de Paraguaná, estado Falcón, al noroccidente de Venezuela) es un caso crónico (…) porque están descargando, sin ningún tipo de control, aguas aceitosas al Golfo de Venezuela”, afirmó Klein, quien detalló que la mancha de hidrocarburos se extiende hasta 60 kilómetros desde la costa.

Hay otras instalaciones con derrames constantes y poca vigilancia. El biólogo, que monitorea constantemente estos eventos, comentó que también en el golfo, en las casi 18 millas náuticas que separan a la población de Río Seco de la Refinería de Punta Cardón, hay un oleoducto submarino que se ha roto siete veces en los últimos 14 meses. “Pareciera que está fuera de control. En cualquier momento puede haber una ruptura del gasoducto o un accidente de planta en alguna de las refinerías que pudiera generar un derrame mucho mayor. Esto es lo más preocupante, el riesgo de un evento de dimensiones mayores que no va a poder ser controlado, porque ni siquiera la industria puede responder a los derrames puntuales”, alertó.

Lo bueno: un ecólogo como agente de cambio

En noviembre, justo en los días de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), la edición británica de la revista National Geographic eligió al investigador y académico venezolano Luis Daniel Llambí como uno de los 26 agentes de cambio que trabaja contra el cambio climático, una lista en la que destacan personajes como ​​Greta Thunberg, la primatóloga Jane Goodall, el actor Leonardo Di Caprio o el empresario Bill Gates, entre otros científicos, inventores y activistas.

Llambí, ecólogo, biólogo, profesor de la Universidad de los Andes, con postgrados en la Universidad de York, en Reino Unido, determinó por medio de su proyecto “El último glaciar de Venezuela”, financiado por National Geographic, que el glaciar “La Corona”, en el pico Humboldt del estado Mérida, en el occidente venezolano, está a punto de desaparecer debido al cambio climático. Así, el país se convertirá en el primero de la zona de los Andes en perder sus glaciares, con el agravante de que este es una importante fuente de agua para los alrededores.

Llambí también ha estudiado cómo ha sido la transformación de esos espacios que anteriormente eran glaciares. Así, ha observado los cambios en la diversidad y en la estructura de las comunidades vegetales y cómo estas se establecen y colonizan otros territorios.

Lo esperanzador: una constelación de áreas conservadas

Además del reconocimiento al científico venezolano, se avanzó en otra acción que abre caminos para continuar con la conservación de, al menos, media centena de áreas naturales.

En medio de la pandemia, un proyecto académico enfocado en la sociedad civil echó frutos y este 2021 obtuvo sus primeros resultados. Se trata de Econservación Ciudadana, que involucra a profesores e investigadores de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad Simón Bolívar (USB), Sociedad Venezolana de Ecología (SVE) y de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, quienes a partir de la identificación de áreas conservadas del país pretenden crear una red que las fortalezca y eduque a quienes están detrás de ellas.

El equipo comenzó a trabajar con un inventario preliminar de áreas protegidas que en 2015 determinó la existencia de 60 espacios en todo el país en donde se hacía conservación. Pero con las visitas de campo a solo cinco estados de la zona central del país (Distrito Capital, Miranda, La Guaira, Carabobo, Aragua y Yaracuy) lograron ubicar 50 áreas conservadas potenciales.

Los investigadores se encargan de visitar estos sitios, levantar información físico-natural de cada uno, validar si se trata o no de un área conservada y prestar apoyo a los conservadores por medio de formación y creación de redes. Hasta ahora, han recabado datos de 16 de estos espacios, lo que se traduce en el reconocimiento de 6 800 hectáreas de bosque que han sido protegidas, tanto por acciones comunitarias como de entes privados.

“Nos interesa fortalecer la gestión que ellos hacen o que inicien una gestión del área, que terminen de reconocerse como manejadores de espacios naturales, tengan los fundamentos de la planificación de la conservación y las herramientas para proyectar el manejo del espacio”, señaló Vilisa Morón, presidenta de la SVE y coordinadora principal del proyecto. Además, persiguen que los responsables de aquellas zonas protegidas que colindan con otras puedan trabajar juntos.

“Esta constelación de áreas conservadas tiene como actores a universidades, productores agrícolas, comunidades de vecinos rurales y urbanos, y abarca variedad de ecosistemas naturales, desde matorrales xerofíticos y bosques estacionales, hasta bosques húmedos y nublados, en diversidad de paisajes costeros y montañosos de la Cordillera de La Costa venezolana (…) Muchas de estas iniciativas han surgido en medio de la crisis del país, como respuesta y contribución ciudadana al mejoramiento de la conservación del patrimonio natural”, refiere una nota de prensa sobre el proyecto.

Para 2022, la iniciativa continuará su labor de empoderar a los responsables de las áreas conservadas y lograr que las autoridades puedan prestarles apoyo y reconocimiento. Además, seguirán con el levantamiento de información hacia otros estados de Venezuela.

FOTOS | Activistas marcharon por tala indiscriminada de árboles en Caracas
En la manifestación se presentó la plataforma/ coalición «Plantados» en defensa de estas especies vegetales de la ciudad

 

(Fotos: Twitter @yendrive, @hernanrosas)

 

«Los árboles no son desechos», «Una sociedad que destruye jamás su tronco endereza», «Estos árboles tienen dolientes». Estos fueron algunos de los lemas que se leyeron en los carteles que este sábado, 27 de noviembre, se exhibieron en una caminata contra la tala indiscriminada de estas especies que ha ocurrido en distintas zonas del área metropolitana de Caracas durante los últimos meses.

Alrededor de las 10:30 de la mañana, decenas de personas se concentraron frente al Centro Comercial El Recreo, en Sabana Grande, municipio Libertador del Distrito Capital, para presentar un manifiesto. José «Cheo» Carvajal, activista y director de la asociación civil Ciudad Laboratorio @ciudlab, leyó el comunicado en el que se anunció la conformación de «Plantados», una plataforma/ coalición de organizaciones ciudadanas en defensa de los árboles de Caracas.

«Hemos visto caer árboles longevos y jóvenes, árboles catalogados como patrimonio y ‘anónimos’. La masa arbórea de Caracas disminuye de manera sostenida. Hemos visto el arrase de centenares de árboles en los bordes de las autopistas, en un claro gesto de banalización de nuestro paisaje y discontinuidad del hábitat de la diversidad de fauna. Pero esas agresiones no se han limitado a los bordes de la autopista. Se ha extendido por avenidas y calles de la ciudad. Casi a diario el sonido de la motosierra nos perturba cerca de casa o desde el altavoz del celular denunciando una nueva tala en algún lugar de la ciudad. Suele ser este ruido feroz un alerta que nos conmina a defender nuestros árboles, pero hasta ahora un paso atrás de los perpetradores que, en grosera exhibición de poder, nos convierten en espectadores de lo irreversible: la tala, el desmoche, la poda severa, la desfiguración, la ridiculización del árbol», pronunció Carvajal.

El manifiesto también indicó que, lejos de que estas «podas» puedan ser consideradas como medidas para minimizar riesgos en contextos urbanos, son «desgarramientos, mutilaciones» que han arremetido contra árboles sano y otros que podían recuperarse.

La coalición planea cuatro acciones clave: contención ciudadana ante la tala y monitoreo de árboles, participación en la reforestación, acción pedagógica hacia instituciones y comunidades y presión a instituciones para que «recuperen y asuman su rol de protección del arbolado urbano como parte de una política integral de sostenibilidad».

Los activistas, que recorrieron tres municipios de la capital (Libertador, Chacao y Baruta), plantaron un árbol en medio del recorrido y finalizaron la caminata en la urbanización Las Mercedes, una de las más afectadas por las nuevas construcciones y poda de árboles.

 

 

#EcoRunrún | Urgen a promover acciones para frenar la tala indiscriminada de árboles en Caracas
Cheo Carvajal, director de la organización Ciudad Laboratorio, ha documentado «la pérdida sistemática de arbolado urbano»

Foto: EFE

La Policía Municipal de Chacao detuvo este jueves, 9 de septiembre, a siete ciudadanos por realizar tala ilegal de árboles en Bello Campo.

A través de Instagram, la Policía de Chacao indicó que el director del Instituto de Ambiente Chacao (IMAC) realizó la denuncia de estos hechos.

Posterior a recibir la denuncia, los funcionarios verificaron que estos sujetos, «pertenecientes a un sindicato», se encontraban en la avenida Libertador entre la Av Juan Pablo II y calle José Félix Sosa, «sin ningún permiso para la poda».

«Siete ciudadanos quedaron detenidos por realizar la poda ilegal e indiscriminada de árboles que constituyen el ornato público en el sector de Bello Campo», señalaron.

 

Luego de ser aprehendidos, los siete sujetos fueron puestos a la orden de la Fiscalía correspondiente.

 
 
 
 
 
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El activismo por la naturaleza

Cheo Carvajal, director de la organización Ciudad Laboratorio, ha documentado «la pérdida sistemática de arbolado urbano».

En varios recorridos que ha realizado Carvajal, y que comparte frecuentemente en Twitter, señaló que la tala de una caoba en Colinas de Bello Monte dio inicio a dicho ciclo.

En uno de sus recorridos, que tuvo un trayecto de 4,5 kilómetros, contó aproximadamente 69 árboles que ya no están y 34 que corren el riesgo de desaparecer.

«De esos 69 árboles que desaparecieron, 36 estaban en el municipio Baruta (específicamente en Colinas de Bello Monte), y de los 34 amenazados, 13 están en la misma urbanización de este municipio cuyo logo es una hoja verde», explicó.

 

Aquel recorrido lo realizó en mayo de 2021, desde la avenida Caurimare de Colinas de Bello Monte, pasando al municipio Libertador por El Recreo, la avenida Casanova hacia El Rosal (municipio Chacao) y por el puente de Las Mercedes hasta Colinas de Bello Monte.

El pasado mes de agosto, Carvajal declaró en una entrevista ofrecida a EFE que la eliminación de árboles en Caracas no es nueva y que la pérdida de especies ha ocurrido progresivamente, aunque se ha hecho más evidente en la actualidad.

Pese a que la legislación venezolana establece criterios para podar los árboles, Carvajal consideró que ahora se suman otras razones que no siempre son válidas ni están justificadas.

«Todas esas razones están allí operando y hay muy poca contención institucional para decir que no, que hay que defender los árboles porque son un patrimonio y que son importantes para la vida en la ciudad», expresó.

Situación en Baruta

La tala de árboles también ocurre en otros sectores de la Gran Caracas. Desde la cuenta de Twitter de Ciudad Verde reportaron la situación de los árboles en el municipio Baruta.

A continuación las 12 problemáticas que enfrentan los árboles en el municipio Baruta, de acuerdo con el diagnóstico de Ciudad Verde:

Talas injustificadas: Ausencia de criterios de preservación.

Mutilaciones: Modifican su arquitectura natural y lo condenan a enfermar y morir.

Podas severas: Afectan su salud y la posibilidad de cumplir con sus funciones vitales.

Raíces pavimentadas: No hay respuesta ecológica, están bajo amenaza de la tala.

Nulo tratamiento fitosanitario: Sin atenciones especiales con virus y parásitos.

Actos vandálicos: Presencia de anillados y otras prácticas crueles.

Ausencia de programas de reforestación: Decenas de tocones y ventanas vacías.

Desconocimiento del valor ecológico y paisajístico de las especies emblemáticas o protegidas: Ceiba, Samán, Caobo, Mijao.

Falta de capacitación técnica del personal: Evidencia en mutilaciones y podas ejecutadas.

Falta de tratamiento cicatrizante a las especies arbóreas podadas.

Escasas campañas de educación ambiental.

Alerta ciudadana sin respuesta.

Pero, más allá de reflejar las decadencias, Ciudad Verde también presenta sus propuestas y peticiones para la preservación de los árboles en el municipio Baruta, entre las que se encuentran:

Desarrollo de una política pública medioambiental.

– Capacitación.

– Evitar las talas.

– Reforestar y realizar evaluación fitosanitaria.

– Suprimir podas y severas mutilaciones.

– Construir ventanas en las aceras.

– Brindar protección a especies emblemáticas.

– Crear canales para la comunicación y la denuncia.

Paola Martinez Ago 24, 2017 | Actualizado hace 7 años
10 cosas que Maduro quiere que olvidemos

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Paola Martínez / @mpaolams

El acontecer noticioso de un día venezolano podría rivalizar con las noticias mensuales de un país nórdico. La censura en los medios tradicionales y la falta de información oficial logran que en ocasiones, sea el Gobierno quien marque la agenda diaria y que asuntos de importancia se vean opacados por otros temas. Sin embargo, existe una serie de aspectos claves en los últimos meses que han devenido en la actual situación país, pero que el oficialismo no trae a colación con frecuencia.

 

1. El Gobierno de Maduro rompe la ley y la usa a su voluntad

Los venezolanos han sido testigos de cómo el hilo constitucional se ha deshilachado bajo la mano de Nicolás Maduro. El Estado de Derecho se ha desintegrado, paulatinamente, con cada acción inconstitucional que los oficialistas han requerido. Un ejemplo de ello fue cuando, días después del nombramiento de Tareck El Aissami como vicepresidente, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictó una sentencia que permite a venezolanos con doble nacionalidad postularse a la presidencia, lo que va en contra de la Constitución. Y más reciente, el llamado a un proceso constituyente sin seguir los pasos establecidos en la Carta Magna.

 

2. Aún no se realizan las elecciones parlamentarias de Amazonas, pero el CNE sí repitió los comicios de la ANC en dos municipios

Tras las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, Jorge Rodríguez mostró un video en donde presuntamente se comprobaba la compra de votos por parte de la oposición. Pero no se anunció ninguna acción para verificar las pruebas que, de ser reales, comprobarían también que Rodríguez violó el derecho a la privacidad consagrado en la legislación venezolana.

El TSJ, basado en dichas pruebas, emitió una sentencia donde impugnaba las elecciones en Amazonas. A esta acción le debió seguir un nuevo llamado a elecciones únicamente en el estado afectado. Año y medio –y una constituyente– después, aún el CNE no llama a elecciones parlamentarias en ese estado.

En el municipio Miranda de Mérida, y el Francisco de Miranda del estado Táchira, el CNE debió suspender los comicios del domingo de la constituyente por las protestas de los habitantes. Sin embargo, sin hacer mucho ruido en los medios estatales, el 13 de agosto se celebraron nuevamente las elecciones. Si hubo fondos y planificación para que se repitieran estos comicios, ¿por qué Amazonas sigue sin representación en la AN?

 

3. Sí hay pruebas de que en la ANC hubo fraude

La compañía que provee al CNE el sistema para el conteo de los votos, Smartmatic, notó irregularidades entre los resultados que anunció Tibisay Lucena y los que el mismo programa arrojó. Una diferencia de al menos un millón de votos, indicó el director ejecutivo de la empresa, Antonio Mugica. La fiscal Luisa Ortega encargó la investigación del hecho, pero ahora que el MP está en manos de William Saab, habrá que esperar si dicha investigación obtiene resultados.

 

4. El desacato de la Asamblea Nacional no existe

Por más que el Gobierno de Maduro y el Tribunal Supremo de Justicia repitan que la Asamblea Nacional está en desacato, hay un aspecto que siempre olvidan comentar: el artículo de la Constitución en que se habla de dicho desacato.

El máximo tribunal declaró en desacato al Parlamento tras la incorporación de los diputados de Amazonas, lo que según el Poder Judicial, viola la sentencia en que impugnan los comicios. Si bien la figura del desacato existe, esta no puede ser aplicada a una institución como la Asamblea Nacional. El abogado constitucionalista Luis Alfonso Herrera afirma que el desacato de la AN no es más que “un invento político, ya que no hay norma jurídica alguna en Venezuela que establezca que si la AN no obedece una sentencia de la Sala Constitucional, queda imposibilitada de ejercer sus funciones”.

 

5. El Gobierno no ha acatado ninguna de las leyes y decisiones en las que la AN ha trabajado

Los diputados opositores cumplen año y medio legislando y discutiendo cómo mejorar el país y hacer justicia, pero los resultados de sus leyes y políticas nunca se vieron, porque el Gobierno lo impidió a través del TSJ. Doce de las 16 leyes que emanó el Poder Legislativo fueron anuladas por el tribunal. Cincuenta y seis sentencias contra la AN precedieron al Golpe de Estado que el TSJ dio con las dos decisiones que anularon los poderes parlamentarios, y que fueron luego revertidas.

 

6. La Consulta Popular fue una protesta multitudinaria inédita y el Gobierno de Maduro no lo ha reconocido

7.535.259 venezolanos participaron en una Consulta Popular histórica para tomar una postura ante la asamblea nacional constituyente del oficialismo. Docenas de países reconocieron el resultado del ejercicio ciudadano que no estuvo organizado por una institución oficial, sino por la sociedad civil, las universidades y la coalición opositora. Son siete millones que el oficialismo intentó luego superar en la elección de la ANC acusada de fraude y son siete millones que, hasta ahora, el gobierno de Maduro se ha empeñado en desconocer.

 

7. Tarek William Saab investiga tala de árboles durante protestas, a pesar de que aún hay casos abiertos por muertes

El Ministerio Público dirigido por la Fiscal Luisa Ortega Díaz investigó la muerte de más de 100 personas en el contexto de las protestas antigubernamentales. Por ser culpables, imputó a funcionarios de la GNB y la PNB, y aún revisaba casos en los que funcionarios de la FANB estaban involucrados. También resaltó las acciones violentas de grupos civiles armados –conocidos como colectivos– contra manifestantes, y adelantó que su despacho seguía la pista de estos grupos paramilitares por estar señalados como culpables del homicidio de varias personas durante las manifestaciones.

Pero la persecución política del Gobierno hizo que Ortega Díaz dejara el país. La ANC designó en su lugar a Tarek William Saab, quien actualmente investiga la tala de árboles durante las protestas –y no exactamente en Amazonas, en el parque nacional Canaima o en el Arco Minero del Orinoco–. Con esto parece dejar de lado las muertes y los casos de corrupción que el MP llevaba adelante.

 

8. Sí hubo tiempo para la Constituyente, pero no para el Referéndum Revocatorio

Frente a una constituyente organizada en menos de tres meses, es válido recordar los intentos de la oposición por llevar a cabo un referéndum revocatorio en 2016. El CNE se tomó siete meses en verificar las firmas correspondientes a 1% del padrón electoral, no aceptó muchas de las planillas porque “Nicolás” no tenía el acento en la A, y luego solo otorgó 300 maquinas para verificar las rúbricas de 20% de las voluntades. Tras vencer todos los obstáculos, siete tribunales penales de siete estados ordenaron posponer la recolección de firmas porque 1% presentaba irregularidades. El CNE acató la decisión y suspendió el proceso “hasta nueva orden judicial”.

Más de medio año después, si bien no ha tenido nuevos avances, este proceso judicial resulta la excusa perfecta para generar problemas en otros ámbitos. El CNE prohibió a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) presentar candidatos en siete estados del país como consecuencia de “decisiones acordadas por juzgados de esos estados, relacionadas con juicios que se vienen adelantando desde el año pasado”, como señaló un boletín del CNE sin despertar el recuerdo del revocatorio.

 

9. El oficialismo perdió toda su popularidad y está aislado en la región

La popularidad de Maduro entre la población venezolana es la más baja de un presidente desde 1990, según Torino Capital. Para el mes de julio, su nivel de aprobación se ubicaba en 17,4% de acuerdo al sondeo de la firma encuestadora Datanálisis. Durante el año, demás estudios de opinión han arrojado resultados similares, que rompen con la alta popularidad que mantenía el difunto presidente Chavez. En el ámbito internacional Maduro tampoco goza de buena reputación. Gobiernos de más de 40 países han criticado, rechazado, condenado y desconocido la asamblea nacional constituyente, así como la destitución de la fiscal Luisa Ortega Díaz y la usurpación de poderes de la Asamblea Nacional a manos de la ANC.

 

10. Cuatro meses continuos de protesta señalan que nada está bien en Venezuela

Las protestas que iniciaron el 1 de abril, a raíz del golpe de Estado a la Asamblea Nacional y la declaración de ruptura del hilo constitucional por parte de la fiscal Ortega Díaz, se mantuvieron durante cuatro meses con manifestaciones diarias en las calles de todo el territorio nacional. La inseguridad, la escasez de alimentos y medicinas, la inflación, el decaimiento de los servicios básicos como la luz, agua, gas, aunado a la corrupción del gobierno y la violación de derechos humanos fueron el combustible para los más de 100 días de protesta, durante los cuales se pedía también la cancelación de la constituyente y el llamado a elecciones, entre otras cosas. A pesar de que las protestas decayeron tras la instalación de la ANC, los mismos problemas continúan causando pesar en la sociedad, por lo que todas las apuestas giran en torno a las venideras elecciones regionales.

 

¿Recuerdas algo que Maduro quiere que olvidemos? Estaremos tomando sugerencias de los comentarios de los lectores para ampliar esta nota.

William Saab abre investigaciones por tala de árboles durante protestas

TarekWilliamSaab

El fiscal venezolano, Tarek William Saab, designado por la Asamblea Constituyente del presidente Nicolás Maduro, anunció este domingo que el Ministerio Público inició casi 60 investigaciones por la “tala de árboles” hecha por “manifestantes violentos”.

“Decidimos en (el) Ministerio Público abrir casi 60 causas por talas de árboles y daños al ecosistema, hechas por manifestantes violentos en 8 estados”, escribió en Twitter el funcionario.

Saab, de linea chavista, aseguró que la Fiscalía constató que más de 3.000 árboles de Venezuela fueron destruidos para usarse como barricadas en las protestas de la oposición contra Maduro.

“Con la mayor impunidad pasada gestión no abrió 1 sola causa para determinar estas responsabilidades y esclarecer hechos que violan derechos humanos”, agregó.

Entre abril y julio Venezuela vivió una ola de protestas opositoras que exigía la salida de Maduro del poder y que dejó unos 125 muertos.

En las manifestaciones -que solían degenerar en disturbios- era común que los opositores bloquearan calles con barricadas de basura, escombros y troncos.

Durante las protestas, la exfiscal, Luisa Ortega -confesa chavista-, se volvió una dura opositora a Maduro por considerar que su gobierno rompió el “orden constitucional”. También denunció la “represión” contra manifestantes.

Ortega llegó el viernes a Bogotá tras burlar la prohibición de salir de su país que le impuso el máximo tribunal, bajo la acusación de mentir durante el ejercicio de sus funciones. La Asamblea Constituyente de Maduro la destituyó el 5 de agosto.