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Stephan Richter

Una reportera pega patadas y pone zancadillas a varios refugiados en Hungría

ReporteraHungara

 

Un grupo de refugiados huye de la policía húngara en la localidad de Roeszke, cercana a la frontera con Serbia, donde se encuentra uno de los campos de refugiados al que las autoridades de Hungría envían a los centenares de personas que están llegando al país en busca de un futuro mejor.

Las personas que escapaban de los agentes trataban de evitar ser detenidas y enviadas a ese campo, donde se hacinan centenares de personas.

Ante la presencia de varios cámaras y periodistas, los refugiados corren campo a través cargando con lo que tienen. Un hombre, con un niño en brazos, logra zafarse de un policía pero, al cruzarse con una reportera, ésta le pone la pierna y le hace una zancadilla, haciéndole caer al suelo con el crío.

El momento ha sido captado y subido a Twitter por el periodista Stephan Richter.

 

 

En otro vídeo, se puede ver a la misma reportera pegando patadas y poniendo más zancadillas a otros refugiados sin ningún tipo de escrúpulo:

 

En redes sociales varios usuarios identificaron a la mujer como Petra László, periodista de la cadena N1TV. La empresa emitió un comunicado confirmando el despido de uno de sus camarógrafos y, si bien no dio la identidad, calificó el hecho como inaceptable.

El incidente se da justo cuando arrecian las críticas a Hungría por las malas condiciones de acogida de los inmigrantes, en medio del éxodo de los refugiados de Oriente Medio hacia Alemania.

Un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) instó en Budapest a las autoridades a que mejore las condiciones de vida en los centros de acogida, al tiempo que exigió que se agilicen los trámites de registro.

El punto más complejo de la frontera entre Hungría y Serbia es la zona en torno a Röszke, donde este martes cientos de refugiados huyeron corriendo de un puesto de registro, aunque pocas horas después fueron retenidos de nuevo por los agentes.

El procedimiento de registro, más allá de realizarse en circunstancias «precarias», como denuncian las organizaciones humanitarias, es lo que menos quieren los refugiados. De acuerdo con la legislación comunitaria, los trámites de asilo deben ser procesados en el país de entrada de los refugiados. Por eso, los inmigrantes de Oriente Medio no quieren ser registrados en Hungría porque temen ser devueltos a ese país, incluso si logran llegar a Europa Occidental.

Las autoridades húngaras han interceptado en lo que va de año a más de 167.000 personas que cruzaron de una forma ilegal la frontera, según datos de la Policía.

 

* Con información del El Huffington Post y El Tiempo