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Sociedad

La mejor palabra es la que no se dice ... por Orlando Viera-Blanco

 

“Maduro caerá en silencio el día que dejemos de decir “Maduro dimite, Maduro renuncia o vete ya”. Todo acabará hablando menos, especulando menos, criticando menos…”

Es cierto. Una imagen vale más que mil palabras. Pero una palabra-bien dicha-vale más que mil imágenes mientras una mal dicha puede significar perderlo todo. En todo caso es la palabra la que termina definiendo una relación sea de amor, de trabajo, de amistad o de poder.

Decir que en Venezuela hubo un atentado contra del Sr. Nicolás Maduro es palabra seria. EL análisis no es sólo la intentona sino la cadena de desenlaces, versiones y reacciones sobre el hecho. La vulnerabilidad de casa militar. La estampida de pelotones en formación, normal en materia de cobertura, abrigo y encubrimiento, pero impropia como pelotón de resguardo presidencial. Ocho anillos de seguridad caricaturizados. Acusaciones en contra el ex presidente Santos que buscan un pronunciamiento de Duque por su cercanía a Trump, siendo que EEUU posee bases militares en la frontera con Venezuela a todo gañote. Se les ve el bojote de terror hacia Duque. Inculpan a los Diputados Julio Borges y Juan Requesens con verbo ligero, incauto e irresponsable. Lejos de asestar la verdad evidencian un tufillo a parapeto. Siembra de un guion de “testimonio anticipado” al estilo Giovanni Vásquez, aquél impostor que usó Isaías Rodríguez para incriminar a Patricia Poleo, Nelson Mezerhane  y los hermanos Rolando, Otoniel y Juan Guevara de la muerte de Danilo Baltasar Anderson. ¿Serán ahora los colombianos Juan Carlos Monasterio y Mauricio Jiménez los nuevos “testigos anticipados”? El ex Fiscal Hernando José Contreras Pérez denunció a Isaías en su momento. Y Chávez lo mandó de embajador…Así protegía el comandante a sus guasones…

Y FUERON POR REQUESENS

Alegando “flagrancia”–sic-otro concepto mal acuñado, el gobierno va por Requesens. Usan flagrancia para justificar captura sin defensa y debido proceso…Flagrancia es aquel delito que se ejecuta al tiempo y oportunidad que el perpetrador es descubierto-in fraganti– por la autoridad. El Diputado Juan Requesens no fue detenido con el Dron en la mano o cuando huía del lugar de los hechos. Incurre en una  muletilla artificiosa quien apela a la flagrancia para incriminarlo…Y después el infame video. Una imagen bochornosa que más evidencia la tortura y el cocido a que fue sometido Requesens que una confesión. Juegan nuevamente con el honor de los inocentes, su integridad física y con la dignidad de la opinión pública.

Estamos en presencia de pura y dura propaganda antillana para criminalizar y esconder la grave crisis que atraviesa el país. La palabra mal dicha por incierta, difamante y maniquea, coloca al gobierno en una vergonzosa fragilidad peor que mil drones estallándole en la cara. Luce cierto que hubo un atentado. Fidel Castro era experto en sacarle punta. Pero de allí a levantar una conjura televisada con “testigos anticipados” (Dixit Isaías Rodríguez) y burundanga, coloca a la cadena de mando a merced de una nueva afrenta de lesa humanidad igualmente televisada, confesa y sin potaje de por medio, que debe ser sancionada muy celosamente por la comunidad internacional. Tolerar atropellos de este calibre-que obligan la intervención inmediata de la justicia global-arguyendo formas, protocolos y tecnicismo procesales, también es delito por denegación de justicia. La mejor palabra es la que no se dice, la que se ve, la que se siente, la que se hace…Es la palabra hecha justicia.

El Punto de Quiebre…

Mucho se ha escrito y analizado sobre el final de esta era. Palabras al aire y al papel que no encuentran desenlace. Especulaciones de elevadísimas expectativas que rompen nuestra confianza grupal y espíritu de lucha. Hemos sido derrotados por el discurso engañoso del gobierno, y por sopas de letras de corte muy emocional de “analistas” opositores. Entre timos de un gobierno populista y una oposición embargada de criticismo por nosotros mismos, fuimos llevados a la lona de las frustraciones, la inmovilización, la desesperanza aprendida. Nos han hecho cosas más que seres pensantes. Nos han hecho leger al decir de Hannah Arendt. Gachas que orinamos. Despojos de todo orden ético convertidos en deshecho moral. Alma en pena que levita sin rumbo como los judíos en los campos de concentración. Fundamento predecesor del holocausto.  Y ahora Requesens. El que nos puede devolver el sentido crítico y consciente o derrotarnos más. Recuperar el sentido de perplejidad o evacuarlo. Pasar de la indiferencia y el egoísmo por sobrevivir yo a sobrevivir todos. De la habituación a la barbarie a la indignación. De lo que no podemos callar ni esperar a la acción. Es la palabra no dicha a la que se le da vida…racionalmente.

Maduro caerá en silencio el día que dejemos de decir “Maduro dimite, Maduro renuncia o vete ya”. Todo acabará hablando menos, criticando menos.  La impudicia, el sistema de subsidio selectivo de la gasolina, la escasez y la cacería de brujas serán bases de una nueva alianza con el pueblo. La indignación de una sociedad fatigada debería ser factor de catalización. El punto de quiebre y de salida. Piense un segundo que Requesens es su hijo. Vilipendiado, torturado, humillado. Asuma ese dolor como propio y hagamos lo que históricamente los pueblos hicieron por liberar su vergüenza: ¡rebelarse! Palabra dicha…

@ovierablanco

Ago 14, 2018 | Actualizado hace 6 años
Tener razón, por Alejandro Moreno

 

He escrito que no quiero tener la razón pero sí tener razón. Todo esto necesita una mayor explicación. Como ya escribí, tener la razón implica el encierro en un solo punto de vista, en un solo sistema de razones. Tener razón es otra cosa. Es pensar de manera organizada y sistemática pero abierta al cambio, al diálogo con otras razones, a la consideración, razonada, de otras posibilidades de pensamiento. Sobre todo cuando las consecuencias de los razonamientos y opiniones que se han defendido demuestran en los hechos ser  negativas para la persona y para para la sociedad.

Lo contrario, el empecinamiento, es caer en el capricho y tomarlo como guía inmodificable de conducta. El capricho es productor de caos. Y seguir el capricho como norma inmodificable, cuando esta afecta a todo un pueblo, es producir el caos general. El extremo de tener la razón es caer en la irracionalidad. El camino de la irracionalidad es asumir las palabras como realidades, las suposiciones como afirmaciones firmemente sostenidas, las fantasías como realidades dotadas de soportes imposibles de cambiar. Lo propio de tener la razón es asumir el pensamiento como una muralla medieval irrompible. Lo peor de todo es cuando no se puede, estrictamente no se puede, salir de esa cárcel mental. En esa noche no hay caminos. No queda otra salida sino barrer con todo falso camino que se nos ofrezca. Y falsos son todos los caminos que en esa espantosa llanura se ofrecen.

Aquí estamos hoy en Venezuela. En el caos de la locura. Por mucho que pensemos, por muchas vueltas que le demos al pensamiento, si no encontramos la vía que nos saque de esta irracionalidad caprichosa impuesta por el poder, solo tendremos el caos y al final la muerte del país, la destrucción de la sociedad como espacio posible de convivencia, la incapacidad de producir, desde una teoría totalmente fuera de razón, algo que se pueda llamar humano.

Es absolutamente necesario salir del marasmo y encontrar el camino de la racionalidad abierta, de la racionalidad dialogante, de la racionalidad comunicativa, de la racionalidad convivencial.

El régimen que nos oprime no lo entenderá nunca precisamente porque él mismo está oprimido por su propia irracionalidad.

Todavía podemos unirnos todos los que estamos fuera de él y formar un bloque compacto de libertad de imaginación, de razón y de acción convivida, comunitaria (no comunal), una unión de mentes y corazones para preservar toda la inmensa riqueza de venezolanidad que nos queda viva en medio de tanta promoción de muerte.

Todavía podemos tener razón.

ciporama@gmail.com

El Nacional 

Los Runrunes de Bocaranda de hoy 22.05.2018: BAJO: Reflexión

Foto: EFE

BAJO
HAY QUE ASUMIRLO:

Copio un segmento del artículo que escribió ayer Inés Muños Aguirre, “Un Día para el Silencio y la Reflexión” pues suscribo sus palabras: “Hoy, este día de silencio, también debe ser de recogimiento y reflexión. Hoy, cuando nos quitemos así sea durante un rato nuestras máscaras debemos asumir que ya basta de buscar el líder fuera de cada uno de nosotros. Vamos a asumir con nuestros defectos y equivocaciones el paladín que nos habita. Vamos a invitar a los que tenemos cerca a qué nos acompañen. Elaboremos proyectos que nos activen y nos conecten. Empecemos ya una tarea de sumar aportes que nos articulen hacia lo que creemos que tenemos que ser como sociedad.  Empecemos la tarea de erradicar errores. Esta reflexión no es abstracta porque la recuperación de valores, de la convivencia y el desarrollo, se inicia desde pequeños detalles, lo que pasa es que tendemos a despreciarlos. Vamos a asumirlos, aún a pesar de todas las carencias, los venezolanos somos mucho más que lo que hemos perdido en el camino”.

GRACIAS: 

A quienes nos siguieron con las noticias en las transmisiones libres sin censura del pool que integramos runrun.es, VivoPlay.net,  El Pitazo,  TalCual,  Cronica.Uno,  Panas Digitales y Humano Derecho…

 

En un país controlado por las sombras tenemos dos opciones: resignarnos a vivir para siempre en la oscuridad o convertirnos en fuente de luz que ilumine no solo nuestro camino sino el de los demás. Decía el rey Salomón hablando sobre la luz y la oscuridad que es más fácil  iluminar un cuarto oscuro aun con el más mínimo reflejo de luz, que apagar un cuarto de luz con tan solo un poco de oscuridad. Ustedes se preguntarán por qué escribo de esto hoy, sencillamente porque esta enseñanza tiene que ver mucho con el momento que vivimos como nación, donde todo pareciera arropado en la más espesa oscuridad y son pocas las rendijas de luz que se abren paso.

En la Venezuela actual buscar esos pequeños espacios por donde con terquedad entra la luz, para multiplicarla e iluminar a otros no solo nos ayudará a mantenernos en pie en medio de este trance en el que vivimos sino que en la medida que seamos más y más lo que iluminamos el cuarto más difícil será que quienes quieran volver al oscurantismo triunfen. Ustedes dirán, quién puede estar hablando de luz en un país donde la resignación y la desesperanza golpean fuerte, en un país que entra todos los días en una encrucijada sin salir de la anterior, donde de nuevo nos vamos a un escenario de incertidumbre y muchos se sienten huérfanos, desamparados, sin un liderazgo orientador. De eso se trata, que aún frente a la noche más oscura tengamos certeza de que va a amanecer.

Cuando hablo de luz hablo de acciones, eso que podemos hacer cada uno de nosotros sin esperar por nada ni nadie. Lo hacemos porque podemos y porque la inacción a lo único que contribuye es a aumentar nuestro estado de frustración. No tienes que preguntarle a otro qué hacer, es hacer algo desde tu lugar, pero que ese algo marque siempre una diferencia. Que frente a tanta indolencia seamos solidarios, que frente a la pérdida alarmante de valores eduquemos cada día mejor, que frente a la apatía seamos cada vez más proactivos. Al final los malos triunfan porque los buenos no hacen nada o peor aún, haciendo piensan que sus acciones jamás podrán contribuir a encontrar la luz. El lunes el sol saldrá como todos los días y nos toca seguir adelante por este país. Yo sigo creyendo que lo vamos a lograr. Aquí nadie se rinde. Este país es nuestro y lo vamos a recuperar ¡Fuerza Venezuela!

 

 

@Brianfincheltub

Fincheltubbrian@gmail.com

Abr 24, 2018 | Actualizado hace 6 años

 

Si algo hemos perdido, entre infinidad de cosas esenciales para la vida, en estos veinte años en Venezuela, ha sido la confianza. Por donde dirijamos la vista a nuestro derredor solo hallaremos duda, angustia instalada, oscuridad de futuro. La seguridad no está en Venezuela, está en otro lugar.

¿Cuál es ese lugar? Quizás en un país extraño. Mas no siempre se consigue. Puede ser peor aún la situación. Hasta de muerte. ¿Eso es lo que busca el régimen? ¿Que no hallemos en quién confiar ni dentro ni fuera? ¿Que un buen número de la población desaparezca, sea engullido por el abismo? ¿Nos abocamos a eso?

No sería la primera vez en la historia. Este sistema de regímenes tiene larga y abundante experiencia en abismos abiertos y engullentes. Abismos deliberada y decididamente buscados y ejecutados. Abismos en los que demasiados millones de hambrientos y enfermos curables han desaparecido durante el último siglo. Por lo que vemos, sentimos y experimentamos, es lo que parece querer el sistema político-social que nos ahoga.

Dos vías de escape nos deja nada más: la emigración dolorosa, insegura, aleatoria, y la muerte lenta o rápida por hambre, enfermedad o violencia. El régimen parece tener necesidad de disminuir drásticamente la población. Ya solo por la emigración lo ha logrado en por lo menos cuatro millones; por hambre y enfermedad no se pueden contar los decesos; no puede haber estadística. Y no es que quiera dar a entender lo contrario hablando de pocetas sucias. No es que le duela que la población se ausente, es que eso muestra al mundo su propia miseria. Hoy no hay cortinas de hierro tan espesas que resulten opacas.

¿Adónde volveremos nuestra mirada? No hay mesías a la vista. Estamos solos. Nuestro pueblo tiene que volverse sobre sí mismo y hallar en su compacta unidad la fuerza que lo haga invencible. Nuestro pueblo está unido en anhelo, en esperanza y en decisión, pero necesita encontrar el nudo de cohesión. ¿Quién cumplirá ese indispensable papel? Los políticos no lo harán. Solo aparece a la vista una comunidad firme, unida y decidida; pero a ella no le toca. No es lo suyo.

Hablo de la Iglesia, pueblo y pastores. ¿Nos dirigiremos a ella? ¿Le pediremos que, dejando de lado su finalidad propia, la definidamente religiosa, sin negarla, y a partir del amor a todos los hombres que tiene por obligación y misión, encabece clara y abiertamente la unidad de todo el pueblo ya que ningún otro está dispuesto a hacerlo y es de vida o muerte? ¿Que pase de los claros y valientes discursos a la acción comprometida?.

 

ciporama@gmail.com

El Nacional

¡No somos sopas de nadie!, por Orlando Viera-Blanco

 

«Quieren convertirnos en Zombis, en lager, en cenizas. Despertemos. No somos sopa de nadie. Parafraseando a Pascal: predispongamos al corazón y sacudamos a la razón…»

Pascal predijo: “Antes de convencer al intelecto es necesario tocar y predisponer al corazón”. El escepticismo nos invade. Si alguien se atreviera a lanzar el augurio de un pronto regreso a casa y una rápida recuperación [Venezuela], no dudo la réplica: Eres un soñador, un idealista…un optimista sin remedio. Pero aunque la realidad es tenebrosa, no es tan irreversible como nos la pintan. Hoy quiero apelar al corazón pero también predisponer la razón…

Más irreal por manipulador es la propaganda de los regímenes totalitarios para asegurar la hegemonía absoluta. Arendt apunta que el totalitarismo, “se basa en la destrucción de la realidad social no-totalitaria”. Si el objetivo no fuese antagonizar y eliminar, el régimen totalitario estaría estancado y amenazado de perder los logros conquistados. Su razón de ser es suprimir el pasado y rehacerlo a la medida del poder total. Fue la metamorfosis-histórica implementada por Chávez a la mesure. Un doloroso esquema de liquidación de todo lo que no corresponda a “la nueva historia”, al nuevo taita. Así borraron la imagen real de Bolívar haciéndolo “fundador” del partido V República o PSUV. Lo convirtieron [Bolívar] en menos mantuano, más zambo, mulato; más Aguirre, Boves o más Zamora…Han escrito una fábula de  Simón Rodríguez como padre del “socialismo robinsoniano”, a Páez lo ponen de felón, a Miranda de oligarca; y más recientemente a CAP de traidor o Caldera de godo [habiendo sido precursor de la reforma laboral en Venezuela]. ¿ Quien indultó a HCHF? Para el totalitarista eso nunca pasó. Como tampoco confiscaron RCTV o CNB. Del quiebre de PDVSA dirán que fue obra del imperio. Y en medio de los batiburrillos, llegaron las apostasías de sepulcros, la excomulgación bolivariana y la hegemonía comunicacional.

El totalitarismo utiliza todos los recursos del Estado para el dominio total. Es glorificar sus ideales en el país y estados satélites. El totalitarismo trajo los campos de concentración como una especie de “laboratorios”. Para Arendt el totalitarismo son los horrores del holocausto y su conversión en las cenizas del Lager del mundo concentracionario-Dixit Alberto Sucasas-quien lo define (lager), como la transformación el hombre-sujeto en cuerpo sin alma ni subjetividad; sin yo, sin inteligencia. “Una sopa que se le mete agua con un tubo y luego se expulsa”. Nada más. El régimen totalitario va más allá del poder despótico sobre el ser humano. Necesita al hombre inútil y superfluo. Una sopa…

El método totalitario destruye nuestra capacidad de concebir un mundo mejor por estar reducidos a una “granja de cerdos”. No vemos salida. No somos nadie. No valemos nada. Liberarse, salvarse, regresar o recuperarse son  quimeras. Pero la verdad es que por ser una sociedad devastada, de producirse el cambio de régimen-como lo estudia Leonard Birden en su obra Reconstruyendo economías devastadas, la recuperación sería extraordinariamente restauradora, vertiginosa y sólida.

L.Birden analiza casos de Libia, Irak, Angola, Nigeria, Los Balcanes. También EL Salvador, Honduras o Panamá (Post Noriega). Economías que registraron una pérdida hasta del 45% del PIB siendo Estados Fallidos, y rebotaron de un 20% a un 30% al año siguiente del cambio de modelo. Venezuela sería un caso sin precedentes. Iraq pasó de una producción de Petróleo de 2.250.000 B/D (1999) a 4.850.000 B/D en 2.016. [Ver trabajo de Leonardo Vera/Venezuela podría recuperarse de la debacle económica mas rápido de lo que algunos suponen (Prodavinci 8/3/17). Con más de 450 mil millones de dólares en el exterior, cultura no-migratoria, en la mira de la Convención de Palermo sobre Delincuencia Organizada trasnacional a la saga de capitales sucios y repatriación forzosa; con un parque industrial ávido de reapertura y modernización; infraestructuras ansiosas de reinversión, tierras ociosas de siembra y zafra y jóvenes con voluntad de reinserción, harían del rescate país ¡un verdadero record Guinness!.

Otro método de la propaganda totalitaria es el de profecías autorrealizadas. A partir de la lógica inevitable de la lucha de clases, habilitan el exterminio. Por ejemplo en el Reichstag Alemán (Enero de 1939), Hitler declaró que debió recurrir a una profecía: “si los judíos arrastraban a los pueblos a la Guerra Mundial, el resultado sería su aniquilación total en Europa”. Stalin también apeló a otra “profecía inexorable”. En su discurso ante el Buró del Partido Comunista (1930) tachó a sus adversarios de “ideológicos divisionistas de izquierda”, justificando una de las mayores carnicerías humanas. Tan pronto como ejecutó a sus víctimas uso la “profecía” como coartada retrospectiva: “Ha sucedido lo que historia disponía fatalmente”. Fidel profetizó muerte y éxodo con su “Historia me absolverá”, y Chávez con su refrito “Patria, socialismo o muerte”, la consagró [muerte]. La “excusa” fue la misma. Yo no fui, fue la historia.

Quieren convertirnos en Zombis, en lager, en cenizas. Despertemos. No somos sopa de nadie. Parafraseando Pascal: predispongamos al corazón y sacudamos la razón. En nuestra consciencia está la salida y el rescate de Venezuela. A fin de cuenta una misión mucho más posible de lo que suponemos…y aceptamos.

 

@ovierablanco

El retorno de los brujos: propaganda, algoritmos afectivos y narcisismo cibernético, por Isaac Nahón Serfaty

 

El escándalo alrededor del uso indebido de datos por parte de Cambridge Analytica y de Facebook en las elecciones de Estados Unidos recuerda los viejos debates sobre la propaganda y su capacidad de “violar las mentes de las masas” (le viole des foules), según la conocida expresión del estudioso del nazismo Sergei Tchakhotin. Decía Tchakhotin que las masas fueron objeto de una sofisticada maquinaria de manipulación que pudo, por medio del uso estratégico de la radio y del cine (los medios de masa del momento) y de grandes puestas en escena (los impresionantes desfiles y mítines del nazismo), tocar las fibras emocionales de los alemanes, sus “pulsiones básicas”, en palabras del sociólogo ruso.  

Hoy volvemos a debatir sobre la manipulación de los afectos en las redes sociales para fines políticos. Claro que el ecosistema de comunicación es distinto al de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler. Pero los principios subyacentes para manipular a las masas parecen que no han cambiado mucho. Los reportes de prensa señalan que Cambridge Analytica desarrolló una metodología que le permite establecer perfiles psicológicos (psicográficos) de los usuarios de Facebook y así tocar teclas emocionales que pueden influir sus preferencias políticas y el voto. Se trataría del retorno de la teoría hipodérmica, en la que la audiencia sería la “víctima” indefensa de poderosos medios, en una relación de causalidad cuasi perfecta entre el mensaje difundido y el comportamiento observado.

Las investigaciones sobre los medios de comunicación, sin embargo, indican que sus efectos no responden a una lógica de causalidad estímulo – respuesta. Existen factores que intervienen en la forma en la que la gente usa, percibe y procesa lo que ve en los medios, las famosas “mediaciones” de las que habló el profesor colombiano-español Jesús Martín Barbero. Pero vivimos un cambio importante en la capacidad que tienen hoy los gobiernos, las corporaciones y los partidos políticos de analizar millones de datos y a través de sofisticados algoritmos difundir mensajes e imágenes a una audiencia cada vez más segmentada. Uno debe preguntarse, entonces, qué rol jugarán las mediaciones de Martín Barbero – nuestras referencias culturales, valores, familiares, amigos y otros grupos de influencia – en la que forma en la consumimos información y entretenimiento en las redes digitales. ¿Estaremos condenados a vivir el “realismo distópico” que nos presenta la serie británica Black Mirror en la que los medios digitales penetran hasta en lo más íntimo de un ser humano demasiado torpe para resistir esa tentación, según las palabras de su propio creador Charlie Brooker?

El debate sobre la influencia perniciosa de Facebook y de empresas inescrupulosas como Cambridge Analytica revela la importancia de las emociones en nuestra vida pública. El problema se plantea en términos no solamente de la manipulación afectiva – lo que una cierta tradición cartesiana ha considerado subsidiaria de la razón – sino del papel que juegan las emociones en la que forma en la que nos relacionamos con los otros y en la que conocemos el mundo que nos rodea. Como lo ha dicho recientemente el neurocientífico Antonio Damasio, “La cultura funciona por un sistema de selección parecido al de selección genética excepto que lo que está siendo seleccionado es un instrumento que ponemos en práctica. Los sentimientos son un agente en la selección cultural. Creo que la belleza de la idea está en ver los sentimientos como motivadores, como un sistema de vigilancia, y como negociadores”

¿Estaremos frente a un cambio de paradigma en este proceso evolutivo socio-cultural? ¿La “algorimitización” de las emociones significará un cambio en nuestra forma de concebir la humanidad? ¿Tendrá razón el historiador Yuval Noah Harari cuando afirma que la “religión tecnológica” (la llama “dataísmo”) está transformando de tal manera a Sapiens (al ser humano) que lo hará irrelevante y lo pondrá en la periferia en un mundo dominado por los algoritmos?

Son preguntas complejas que resultan difíciles de responder de forma unívoca. En todo caso, pareciera que nuestra torpeza, o nuestra pereza, probablemente contribuyan en convertirnos en marionetas de nuestros propios afectos. Cada vez surgen más evidencias de que los medios digitales están cambiando la configuración de nuestro sistema nervioso y nuestras formas de socialización, lo que no necesariamente anuncia consecuencias positivas. Sherry Turkle, profesora en el MIT, observa en su libro Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other (Basic Books, 2011) que ya hay muestras de insatisfacción entre jóvenes que viven pendientes de la imagen que proyectan en las redes sociales y que no tienen la experiencia de la introspección, madres que sienten que la comunicación con sus hijos vía mensajes de textos es más frecuente pero menos sustantiva, y usuarios de Facebook que piensan que las banalidades que comparten con sus “amigos virtuales” devalúan la verdadera intimidad entre amigos.  Si la tendencia se mantiene, es decir, si las relaciones virtuales sustituyen al contacto cara a cara, es posible que veamos más aislamiento, individualismo y menor cohesión social, lo que no augura nada bueno para la supervivencia de la democracia.

Es probable también que la expansión de las redes digitales no nos haga necesariamente seres más racionales. Aunque tengamos acceso a más información y participemos en más debates públicos sobre asuntos que nos afectan como individuos y como sociedad, esto no quiere decir que lo hagamos de forma más racional o basados en argumentos con base en la ciencia.  El reforzamiento de los fundamentalismos religiosos, de los nacionalismos, de las creencias en todo tipo de sectas y modas New Age son síntomas de un “retorno de los brujos” o del pensamiento mágico en nuestra sociedad digital. La expansión de la galaxia mediática, por usar una imagen del canadiense Marshal McLuhan, puede servir para que discursos míticos tengan impacto en las mentes de quienes buscan certidumbres en un mundo donde no hay muchas.

Y esta galaxia es también el espacio en el que desplegamos nuestros egos, a veces con una necesidad compulsiva de reconocimiento. Resume bien este estado del alma la letra de ese tema de West Side Story en la que María canta: “I feel pretty, Oh, so pretty, I feel pretty and witty and bright…”. Así van muchos por el ciberespacio, repitiendo ad nasueam lo hermosos, brillantes, incorruptibles, oportunos u ocurrentes que son. Es este conocimiento de nuestros egos, cuantificados en big data y transformados en algoritmos afectivos, que las corporaciones y partidos explotan para darnos, como lo dijo Andy Warhol, nuestros quince minutos de fama.

@narrativaoral

* Profesor en la Universidad de Ottawa (Canadá)

Concubinato público, por Marianella Salazar

mudpsuv

 

Nunca la sociedad venezolana estuvo tan desamparada. Es una realidad que impacta al mundo entero, alarmado ante una crisis sin precedentes que comenzó a permear de manera dramática hacia América y Europa, identificando al venezolano del siglo XXI como víctima de una dictadura criminal, pero que al mismo tiempo, también lo es de una dirigencia opositora incompetente y cómplice.

Una de las grandes tragedias en la Venezuela actual es presenciar el concubinato público y escandaloso entre el régimen y parte de la dirigencia opositora. Debe resultar asombroso para quienes desde el exterior han ejercido acciones sin precedentes contra la dictadura, como el secretario general de la OEA, Luis Almagro, en conjunto con presidentes en ejercicio del hemisferio, así como de España, Francia, Reino Unido, Alemania y más de 45 países que se plantaron en contra de la ANC. De igual manera, el grupo de ex presidentes reunidos en IDEA, en particular, los que estuvieron como veedores en la consulta popular del pasado 16J, cuando la Asamblea Nacional convocó a a ejercer el artículo 350 de la Constitución y desconocer el CNE fraudulento. Ha sido vergonzoso, por decir lo menos, que los ex presidentes –Pastrana, Fox, Quiroga y Chinchilla– hayan aceptado la invitación de la MUD para participar como testigos de un hecho sin precedentes como el plebiscito y luego pretendan silenciar su reclamo al observar con asombro la inacción cómplice de la AN, y lo que es peor, la voluntad de cohabitar con un régimen corrupto, asesino y fraudulento con miras a las elecciones regionales.

Disidencia opositora

El patético discurso desde el Teatro de Chacao del secretario general de Acción Democrática, el pasado 17 de julio, hablando de elecciones primarias, dejó claro que el concubinato existente persigue mantener la ubre de la cual viven y se financian los partidos políticos: alcaldías y gobernaciones. Es más que sospechoso que tengan más de una década convirtiendo rotundos éxitos en derrotas estruendosas, incluso un triunfo como el del 6 de diciembre de 2015, sin que se haya cumplido un solo mandato para los que fueron electos los diputados hace casi 2 años.

La vieja política, clientelar, ya desgastada, ve emerger su propia disidencia, como sucede en el chavismo. En ese contexto ubico el contundente mensaje al país y el llamado a la reflexión en la MUD, emitido la semana pasada por el alcalde metropolitano Antonio Ledezma, en el que reclama al liderazgo no haber cobrado la victoria del 16 J, cuando recibió el dictado para conformar un gobierno de unidad nacional.

Ledezma sabía que no aguantarían la pedida de elecciones regionales, ignorando olímpicamente que el organismo electoral que las convoca es el mismo que el pasado 30J acaba de cometer “el fraude electoral más escandaloso de la historia”, por eso hizo un llamado urgente y oportuno, antes que la desesperación en la calle impusiera salidas desconcertantes y aplaudiera irrupciones militares, como las del Fuerte Paramacay, en Valencia.

Alguien con el coraje y la sindéresis de Ledezma debe canalizar la indignación, impotencia y desesperanza que sentimos los ciudadanos. También se infiere –por sus declaraciones– que el inhabilitado gobernador Capriles Radonski, víctima de acuerdos tras bastidores MUD-PSUV, asumirá más tarde o temprano su disidencia, si continúa exigiendo acciones políticas de mayor envergadura a una protesta que a casi cuatro meses solo ha reportado más de cien inocentes asesinados, miles de heridos y detenidos que no entregaron sus vidas, ni arriesgaron su libertad para que entre gallos y medianoche se llegara a unos acuerdos electorales que el régimen no respetará.

@AliasMalula

El Nacional