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América latina 2016: ¿cambio de ciclo o agotamiento del modelo?

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Las victorias opositoras en Argentina y Venezuela han disparado las especulaciones de un cambio de ciclo en América Latina. Y si tras el triunfo de Hugo Chávez se habría producido un giro a la izquierda en buena parte de la región, las oscilaciones pendulares y espasmódicas de la política latinoamericana estarían condicionando ahora un nuevo giro a la derecha. Para simplificar más las cosas, también se insiste en la idea del fin del populismo.

Comencemos por esto último. Es indudable que el ciclo económico basado en los altos precios de las commodities ha terminado y que los gobiernos han dejado de recibir los ingentes recursos que, vía exportaciones, permitían sostener un elevado gasto público. Navegar con viento a favor es una cosa, remar contra corriente algo muy distinto. Y aquí comienzan los problemas.

El modelo basado en un gasto social sin límite y en políticas clientelares se ha agotado, lo que no implica necesariamente el fin del populismo. Podría estar próximo el naufragio del populismo bolivariano, que tan pomposamente se calificó de “socialismo del siglo XXI”, aunque esto deberá ser corroborado caso por caso. Lo anterior no significa la desaparición de los gobiernos populistas en América Latina, donde hemos conocido populismos de izquierda, populismos de derecha y populismos a secas.

Dada la situación caótica de algunos países nada es descartable. Rafael Correa, por ejemplo, decidió no presentarse a las presidenciales de 2017, si bien se garantizó la posibilidad de la reelección indefinida. En su lugar optará por una temporada en Bélgica. ¿Cuánto tiene que ver su decisión con la crítica situación económica de Ecuador, que le supuso perder más de 20 puntos de apoyo a finales de 2015 y estar en los niveles más bajos de aprobación de toda su historia? ¿Retirada estratégica pensando en un regreso triunfal tras el fracaso de su sucesor?

La otra certeza sobre la situación política alude al giro a la derecha, al cambio de ciclo político. Ni en la primera década del siglo XXI, pese al liderazgo de Hugo Chávez, hubo tal giro a la izquierda, ni en los tiempos que comienzan habrá nada parecido a un giro a la derecha. La heterogeneidad de los partidos, movimientos y coaliciones gobernantes y la debilidad de las oposiciones que podrán gobernar en un futuro próximo es tal, que cualquier intento taxonómico se convierte en una aventura pseudo intelectual más que en un ejercicio conceptual.

Es en esa aventura donde la teoría conspirativa adquiere un papel estelar. Los ahora desplazados del gobierno, los que pueden serlo mañana y los publicistas del status quo bolivariano apuntan a una orquestada maniobra del imperialismo y las oligarquías vernáculas para despojar al pueblo del poder conquistado revolucionariamente, y que todos ellos encarnan de forma legítima.

El argentino Oscar Laborde sintetiza esta línea de pensamiento que habla de una ofensiva antibolivariana “coordinada y sostenida” del imperio y las derechas locales. Pese al fracaso del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) se siguió impulsando el libre comercio “como un ariete para debilitar el proceso de desarrollar un mercado regional virtuoso, que impulsara lo productivo, el mercado interno y el comercio entre los países de la zona”. Esto produjo “un ataque sostenido externo e interno” contra Argentina, Brasil y Venezuela, “los tres pilares de la integración” regional. Contra Argentina los fondos buitre. Contra Venezuela, “desabastecimiento, contrabando, presencia de paramilitares colombianos… y baja del precio del barril de petróleo” (algo que casualmente perjudica también a Rusia, Irán y Ecuador, todos enfrentados a EEUU). Y en Brasil, la amenaza de un juicio político contra Rousseff.
Mientras el giro a la izquierda fue impulsado por pueblos maduros, conscientes de su papel histórico y decididos a transitar la senda de la liberación, los nuevos cambios son producto de manipulaciones y conspiraciones interesadas y de gente engañada por políticos profesionales y empresarios preocupados únicamente por sus intereses. En realidad, el impacto del ciclo económico sobre la política comenzó a notarse a fines de 2014 en unas elecciones brasileñas definidas por escaso margen. Y si bien Dilma Rousseff y Mauricio Macri se impusieron de forma ajustada en la segunda vuelta (con una venta ja de 3,28% y 2,68% sobre sus rivales respectivamente), se suele criticar más al presidente argentino que a la brasileña por falta de legitimidad.

Pese a la trascendencia de las elecciones argentinas y venezolanas y a su impacto regional, aún es pronto para valorarlas adecuadamente. Habrá en 2016 distintas elecciones (presidenciales, regionales y municipales, referéndums) que aportarán nuevas pistas sobre la tendencia general. De aquí a diciembre los ciudadanos votarán en siete países: Bolivia (referéndum para la reforma constitucional y la reelección permanente), Chile y Costa Rica (municipales), México (estaduales y locales), Nicaragua y República Dominicana (presidenciales, legislativas y municipales) y Perú (presidenciales y legislativas). Sin embargo, habrá que prestar especial atención en función de la cuestión aquí planteada al referéndum boliviano, que permitirá valorar el respaldo que aún tiene Evo Morales; a las municipales chilenas, con una Michelle Bachelet en horas bajas; y a Nicaragua, donde el tándem Daniel Ortega – Rosario Murillo deberá revalidar su hegemonía.

Si bien en los restantes comicios hay mucho en juego, sus repercusiones son más nacionales que regionales. Tras la muerte de Chávez el liderazgo bolivariano comenzó a eclipsarse y posteriormente la incompetencia de Nicolás Maduro y los bajos precios del petróleo clavaron la puntilla al proyecto cubano venezolano. El acercamiento entre La Habana y Washington aportó lo suyo (no olvidemos que el 8 de noviembre también se vota en EEUU). Habrá que ver en los próximos meses cómo unos y otros toman posiciones frente a los posibles cambios y a las manifestaciones de los recién llegados como Macri. De momento ni cambio de ciclo ni conspiraciones en marcha. Lo mejor es seguir observando atentamente un panorama cargado de fuertes diversidades nacionales.

En 12 años sistemas alternativos restringieron aún más el acceso a las divisas

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Cinco sistemas alternativos de entrega de divisas ha tenido Venezuela en los últimos 12 años. El nacimiento de cada uno de ellos ha implicado más restricción al acceso de los dólares para el sector privado y la devaluación del bolívar, que se sitúa en 13.847%: pasó de 1,9 bolívares por dólar en  2003 a 265 bolívares por dólar actualmente.

Con la creación de la Comisión de Administración de Divisas, el 5 de febrero de 2003, también surgió el mercado de permuta, donde inicialmente se transaban bonos argentinos y venezolanos. Luego de su ilegalización en 2010, el gobierno fue constituyendo otros mecanismos, algunos de los cuales han desaparecido.

En la lista están el Sitme, Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera; Sicad I, Sistema Complementario de Administración de Divisas; Sicad II, Sistema Alternativo de Administración de Divisas, y el Simadi, Sistema Marginal de Divisas. Ninguno ha podido evitar que hoy la brecha cambiaria entre el dólar oficial, a 6,30 bolívares, y el tipo de cambio paralelo de 265 bolívares por dólar pase de 4.000%.

“Los sistemas de cambio múltiples con controles a los flujos de capital y a las importaciones son medidas temporales. Sin embargo, en Venezuela han tenido un atractivo político para el gobierno y los resultados han sido devastadores para el país”, dijo el economista José Luis Saboin.

En 2005 se devaluó la moneda de 1,90 bolívares por dólar a 2,15 bolívares por dólar. Ese año también se promulgó la Ley contra Ilícitos Cambiarios, que pretendía regular el mercado de capitales.

En el mercado de permuta se transaban aproximadamente 100 millones de dólares diarios, lo que le daba un respiro a la economía porque las empresas que no recibían dólares oficiales a 2,60 bolívares por dólar podían adquirir un bono y venderlo en los mercados internacionales. Así obtenían divisas por la vía legal a un tipo de cambio un poco más alto, pero que no tenía impacto en los precios de bienes y servicios.

En 2010, con la crisis financiera en Estados Unidos, habían venido cayendo los precios del petróleo y el gobierno comenzó a tener problemas en la balanza de pagos por la reducción del ingreso.

Ese año el entonces ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, ilegalizó el mercado de permuta argumentado “especulación cambiaria”, cerró las casas de bolsa y prohibió hasta mencionar la palabra “dólar paralelo”.

Empezó una nueva fase de más control de la economía por parte del gobierno. Saboin señaló que el gobierno no protegió las reservas internacionales ni controló la inflación ante la pérdida del consumo privado, la inversión y el gasto público. “Precisamente esta ha sido la falla en Venezuela”.

El gobierno también resolvió aplicar un tipo de cambio dual de 2,60 bolívares por dólar para sectores considerados “prioritarios” y 4,30 para los demás sectores. Igualmente, decide crear el Sitme a una tasa de cambio de 5,30 bolívares por dólar. Antes de que finalizara ese año unificó las dos tasas cambiaras de Cadivi a 4,30 bolívares. Para la fecha, el sistema –que funcionaba con las transacciones de bonos– ofertó 36,1 millones de dólares diarios.

“Entre  2010 y 2012 el gasto público se multiplicó cuatro veces y los ingresos petroleros solo crecieron un tercio gracias a la tímida devaluación que se había producido en Cadivi y la introducción del Sitme”, recordó el economista.

Otros sistemas. En 2013 el Ejecutivo devaluó por quinta vez la tasa oficial de 4,30 bolívares por dólar a 6,30 bolívares por dólar, y el ministro Giodani nuevamente atacó las transacciones con bonos a través del Sitme y decidió eliminarlas. Se creó el Sicad, sistema de subastas que no funcionaba a diario sino quincenalmente y que significó más restricción para el sector privado. Se subastaban alrededor de 400 millones de dólares cada 15 días a una tasa de 12 bolívares por dólar.

Ante la merma del Sicad I, en 2014 lanza el Sicad II, mecanismo de compra y venta de dólares mediante bancos y casas de cambio. El monto promedio transado fue 30,3 millones de dólares diarios. Ese año el gobierno sustituyó a Cadivi por el Centro Nacional de Comercio Exterior.

A principios de 2015 decide fusionar ambos, Sicad I y Sicad II, sin que empiece operaciones e implantó el Simadi, sistema con poca oferta de divisas ante la decisión del Ejecutivo de no colocar dólares de Petróleos de Venezuela y del Banco Central Venezuela. Solo 1% de las adjudicaciones se dan por ese sistema y en promedio solo se entregan 2,9 millones de dólares diarios, según cifras de Ecoanalítica.

“No importa el mecanismo, Sitme, Sicad o Simadi, con una diferencia de 42% entre el mercado negro y el Simadi de 4.000% entre el mercado negro y el Cencoex las distorsiones continuarán. Mientras más se siga tratando de controlar las importaciones más alta será la prima que se tendrá que pagar en el mercado paralelo”, expresó Saboin.

Las cifras:

  • 27 millardos de dólares es el déficit de divisas para 2015, según cifras de Ecoanalitica.
  • 1,90 bolívares por dólar era la tasa cambiaria hasta finales de 2004
Dic 17, 2014 | Actualizado hace 9 años
Los 14 golpes económicos más duros de 2014

 Para Venezuela, el año 2014 fue duro en términos económicos. Los ciudadanos hicieron largas colas para conseguir productos básicos, sufrieron la altos precios de los bienes y se vieron cada vez con menor poder adquisitivo. En 2014 su dinero vale cada vez menos. Todo esto, se explica en gran parte en los 14 golpes económicos de este año que presentamos a continuación

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Se derrumbó el precio del petróleo

 Tras varios años de elevados y persistentes precios, el mercado petrolero inició en los últimos meses del año un desplome que aún no cesa, marcando el inicio de un nuevo ciclo petrolero que afecta particularmente a Venezuela. Al cierre de la segunda semana de diciembre, la cesta venezolana se cotizó en 57,53 dólares el barril, completando 14 semanas consecutivas de caída. Aunque inicialmente el presidente de la República desestimó el efecto que tendría una reducción en el precio del petróleo, recientemente reconoció que  el país ha perdido el 40% de sus ingresos en los últimos tres meses. Instituciones financieras como el Bank Of America Merryl Lynch (BOFA) estiman que en el caso de la economía venezolana cada dólar de caída en el precio promedio del petróleo representa una merma de 770 millones de dólares en los ingresos del país.

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Se disparó el dólar paralelo

A punto de cerrar el año, la cotización del dólar no oficial ronda los 200 bolívares por cada billete verde en lo que luce como una carrera meteórica que en sólo semanas derribó la barrera psicológica de los 100 bolívares por dólar. A comienzos de año el Gobierno nacional prometió “pulverizar” al también llamado dólar negro y durante algunas semanas celebró la caída en su cotización, gracias al efecto inicial que tuvo el Sistema Cambiario Alternativo de Divisas (Sicad II). «Ya tiene beneficios, el riesgo país ha bajado, los bonos están al alza, casi 6 puntos; y el dólar paralelo bajó de 90 bolívares a 50 y pico o 60 bolívares (por dólar)», dijo en marzo el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes. Sin embargo, el pasado 8 de diciembre, Nicolás Maduro manifestó que “el dólar paralelo en la realidad económica venezolana no existe, nos lo quieren imponer como instrumento de guerra financiera, monetaria, psicológica”, minimizando así el efecto que tiene en la economía la brecha existente entre los tipos de cambio oficial y el paralelo. El economista y profesor de Harvard, Ricardo Hausmann, ha definido esta escalada del paralelo como la “mayor devaluación en la historia del bolívar”, mientras que el también economista Pedro Palma afirma que estamos viviendo un “desconcierto cambiario”.

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La carrera inflacionaria

El denominado “Dakazo”, ocurrido a finales de 2013, fue un espejismo. La rebaja de precios por decreto aplicada por el Ejecutivo nacional a comerciantes de diversos sectores se diluyó con la velocidad que se agotaron los inventarios de esos comercios. Los datos del Banco Central de Venezuela (BCV) -últimos disponibles- indican que entre enero y agosto de 2014 la inflación fue de 39%, siendo el mayor salto para los primeros ocho meses de un año desde 1997. Si se observa el comportamiento anualizado de los precios, el resultado es que entre agosto de 2013 y agosto de 2014 la inflación es de 63,4%. A falta de los datos relacionados con el último trimestre, las proyecciones de economistas y analistas indican que la inflación de este año oscilará entre 60% y 70%, si se toma en cuenta que es en el último trimestre del año cuando tradicionalmente los precios se aceleran con mayor intensidad.

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Escasez y colas como una rutina

Las colas se instalaron en la rutina de los venezolanos. Para comprar alimentos, productos de cuidado personal o la limpieza del hogar, para electrodomésticos, para materiales de construcción y hasta para ropa y calzado los venezolanos hacen colas. Es la consecuencia de la escasez o la oferta insuficiente de productos en el mercado. En febrero de este año fue la última vez que el Banco Central de Venezuela (BCV) difundió el índice de escasez referido al mes de enero, el cual se ubicó en 28%. Sin embargo, sondeos recientes de Datanálisis indican que el desabastecimiento es el problema que más preocupa a la población y que alimentos, medicamentos y productos de cuidado personal son los bienes que más han escaseado este año.

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El sistema biométrico o la institucionalización del racionamiento

 Como medida para intentar minimizar el desabastecimiento de productos de consumo masivo o el contrabando de los mismos, el Gobierno nacional anunció la instalación de máquinas capta-huellas en las redes de supermercados para controlar la cantidad de productos que cada consumidor adquiere semanalmente. “Los que se oponen al sistema biométrico están confundidos. El sistema biométrico no es para regular, es para que todo lo que produzca la República llegue al pueblo”, dijo en agosto Nicolás Maduro. Aunque inicialmente el sistema se instalaría en las redes públicas y privadas de supermercados, cadenas de farmacias como Farmatodo optaron por aplicar una medida de racionamiento a través del número de cédula de los clientes. Directivos de la empresa, apoyados en sondeos de Datanálisis, justificaron la decisión señalando que hasta el 70% de las personas que hacía colas revendía los productos que lograba comprar. Sondeos de esa misma encuestadora revelan que casi el 70% de la población ve en las capta-huellas un mecanismo de racionamiento.

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Sacan a Giordani

El 17 de junio, Jorge Giordani, padre del modelo económico chavista y mentor de Hugo Chávez, fue destituido de su cargo de ministro para la Planificación y las Finanzas. Durante 15 años, aunque con algunas intermitencias, ocupó puestos de poder en la “Revolución bolivariana”, y fue uno de los principales ejecutores en la definición del modelo económico de los gobiernos de Chávez. Al ruido de su salida, le siguieron las repercusiones que dejó la carta que publicó  (publicó una carta), ya que en esa misiva reconoció los graves desequilibrios que tenía la economía que él mismo condujo,  y lanzó serios cuestionamientos a la conducción política y económica que llevaba Nicolás Maduro.

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Deuda con aerolíneas

Conseguir pasajes se tornó en una misión casi imposible por la reducción en la oferta y por los altos precios de los boletos. Algunas aerolíneas recortaron sus viajes hacia y desde Venezuela en más de 50% y compañías como Air Canadá, incluso, eliminaron por completo sus vuelos al país. Desde la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV) se ha señalado que la deuda en dólares que mantiene el Gobierno nacional con las empresas es la causa principal que explica la reducción de la oferta de asientos. Aunque desde comienzos de año, el Ejecutivo nacional se comprometió a saldar el impago, desde la ALAV se manifestó recientemente que la deuda aún ronda los 3,5 millardos de dólares y que lo pagado por las autoridades en 2014 apenas representaba 20% del total adeudado. “Al 28 de noviembre el monto impago es de 3.461 millones de dólares, 850 millones menos que a fin de 2013”, dijo recientemente Humberto Figuera, presidente de ALAV.

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El adiós de Rafael Ramírez a Pdvsa y al área económica

La noche del martes 2 de septiembre, en cadena de radio y televisión, el presidente de la república Nicolás Maduro anunció que el otrora poderoso presidente de Pdvsa salía de su cargo y de la Vicepresidencia del Área Económica para cumplir nuevas responsabilidades al frente de la Cancillería. Con su salida quedó postergada la agenda de medidas que Ramírez había anunciado tanto a lo interno como en el exterior, para corregir algunas de las distorsiones que arrastra la economía.

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Venezuela obligada a pagar 1,6 millardos a Exxon Mobil

En octubre de este año el tribunal arbitral del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) emitió el laudo en el que resuelve que Venezuela debe cancelar a la petrolera Exxon Mobil 1.600 millones de dólares  por la expropiación de los antiguos proyectos de Cerro Negro y La Ceiba. El Gobierno nacional celebró la decisión y la interpretó como una victoria, ya que el laudo permitía descontar de esos 1.600 millones de dólares los 907 millones de dólares que Venezuela pagó a Exxon tras el arbitraje realizado en la Cámara de Comercio Internacional. “Estamos listos, nos estamos comunicando con Exxon Mobil y no vamos a tener inconvenientes en finiquitar este laudo y cerrar este capítulo que constituyó una amenaza contra la nación y su desarrollo petrolero”, dijo el Canciller, Rafael Ramírez. Pero luego de esas declaraciones Venezuela solicitó al tribunal una “revisión” del laudo y se espera que la disputa se resuelva definitivamente en los primeros meses de 2015. El de Exxon Mobil no fue el único laudo contra el país que dejó este 2014. Desde esa institución también se decidió que la República debe pagar a la minera canadiense Gold Reserve 740,3 millones de dólares y 33,7 millones de dólares a la chilena IDC, ambos casos también relacionados con expropiaciones ocurridas durante el Gobierno de Hugo Chávez.

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Pdvsa importó crudo liviano

Por primera vez en su historia Petróleos de Venezuela (Pdvsa) firmó contratos para la importación de crudo liviano. A finales de octubre llegó al país el primer buque tanquero cargado con el petróleo ligero Sahara Blend que despachó la estatal argelina Sonatrach. Desde Pdvsa se confirmó la compra de crudo liviano en el exterior y se argumentó que se trata de una “adquisición puntual” destinada a usar ese producto como “diluente” para ser mezclado con la producción de petróleo de la Faja del Orinoco.

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Cierre de empresas

El año 2014 significó el fin de sus operaciones en el país para algunas empresas. La filial venezolana de The Clorox Company anunció el 22 de septiembre el cese de su actividad en Venezuela. Clorox señaló al control de precios como la principal causa que la obligaba a tomar esa decisión, tras argumentar que durante “casi tres años vendió” sus productos por debajo de los costos de producción. Una semana después fue el turno de Suramericana de Soplados, compañía fabricante de tanques de gasolina para vehículos. “Considerando que resulta inviable para la empresa mantener por más de 9 meses sus puertas abiertas sin producir un número de unidades que le permitan cumplir con sus obligaciones laborales, mercantiles, financieras, tributarias, etc, se ha decidido, vigente a partir del 29 de septiembre de 2014, su cierre definitivo”, informó la empresa a sus trabajadores. Previamente a los casos de Clorox y Suramericana de Soplados, la aerolínea Air Canadá también había anunciado el fin de su actividad en Venezuela. En marzo la compañía informó que debido a los disturbios y la conflictividad política que existía no podía garantizar sus operaciones. Fuentes ligadas al sector aeronáutico atribuyeron la decisión a la deuda que mantenía el Gobierno nacional con la aerolínea.

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Se oyen ofertas por Citgo

A mediados de año el entonces presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y Vicepresidente del Área Económica, Rafael Ramírez, anunció que el Gobierno consideraba vender Citgo, empresa refinadora y comercializadora de combustible ubicada en los Estados Unidos. “En el momento que tengamos una propuesta que sea conveniente a nuestros intereses, saldremos de Citgo”, dijo Ramírez en agosto. Poco tiempo después, el presidente de la República y el ministro de Economía, Finanzas y Banca Pública, Rodolfo Marco Torres, descartaron la operación. “Los planes con Citgo son fortalecerla cada vez más, fortalecer nuestra inversión”, afirmó en septiembre Nicolás Maduro. Sin embargo, al cierre de 2014 en el mercado petrolero existen versiones que revelan que las autoridades venezolanas aún evalúan la venta de Citgo como forma para obtener una cantidad importante de dólares y también para evitar alguna acción legal contra esos activos por si Venezuela incumpliera alguno de los laudos que emitirá el Ciadi relacionados con los casos de Exxon Mobil y ConocoPhillips.

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Las cifras también escasean

El Gobierno nacional decidió ocultar las cifras que confirman el deterioro de las principales variables económicas. Organismos como el Banco Central de Venezuela (BCV), el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) han omitido durante meses la publicación de datos relacionados con la inlfación, la balanza de pagos, el comportamiento del sector industrial o la pobreza, entre otros. A esta práctica se sumó recientemente el ministerio de Energía y Petróleo, que divulgó con tres días de retraso el promedio de la cotización del petróleo local correspondiente a la segunda semana de diciembre. Por su parte, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no reporta su producción a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) desde julio pasado.

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El ajuste que nunca llegó

En el plano económico el año 2014 puede resumirse como el del ajuste que nunca llegó. Durante meses Rafael Ramírez fue el vocero del área económica y asomó algunas medidas que apuntaban a corregir las distorsiones. El aumento de la gasolina, la unificación cambiaria, la centralización de los fondos en divisas de la República, la reducción del déficit fiscal y la posible venta de Citgo fueron algunas de las ideas esbozadas por el también ex presidente de Pdvsa. Pero el año 2014 se va y esa agenda de temas sigue pendiente para 2015, pero con el agravante de que el precio del petróleo se ha desplomado y la disponibilidad de recursos será menor.