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Servicio Administrativo de Identificación Migración y Extranjería

10% de los privados de libertad del litoral central no cuentan con documento de identidad
La Constitución Nacional estipula que “toda persona tiene derecho a obtener documentos públicos que comprueben su identidad”

 

La familia de Alberto José Lares recuerda que el hombre, que hoy tiene 26 años, se sacó por primera vez la cédula de identidad, ya siendo un adolescente.

“El dejó la escuela de muchachito. Hizo eso de sacarse la cédula porque estaba trabajando. No recuerdo si tenía 14 o 16 años. Pero cuando cayó preso, hace dos, ya no la cargaba encima. Él dijo que la botó. El defensor público nos dijo, que así sin cédula, su caso no iba a prosperar, así que nos dijo que le teníamos que pedir sus datos en el Saime, mientras se gestionaba que le sacaran la cédula, pero aquí eso es difícil. Si es un parto para que los trasladen al tribunal, pues peor por la cédula”, asegura Gregoria Lares, madre de un privado de libertad en uno de los centros de detención preventiva con mayor número de detenidos en espera de resolución judicial.

Para este privado de libertad, la falta de cédula de identidad, atrasó todo el proceso judicial desde su detención y debió ser resuelto por sus familiares, quienes debieron destinar un fondo para pagar a un gestor, que finalmente logró sacar sus datos filiatorios, una constancia certificada que otorga el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) en Venezuela.

El caso de Lares no es un hecho aislado o único, aunque está lejos de ser la norma dentro de los privados de libertad del litoral central venezolano.

De acuerdo a una data suministrada de manera extraoficial a Una Ventana a la Libertad (UVL), al 8 de junio de 2023, entre los centros de detención preventiva que funcionan en el Retén de Macuto y el Retén de Caraballeda había una población de privados de libertad de 286 hombres, de los cuales 34 están indocumentados, es decir el 11,88% de la población de estos establecimientos.

Sin embargo, al no ser una cifra exacta y que varía de acuerdo al número de privados de libertad bajo la custodia del Estado en estos centros de detención preventiva, los custodios prefieren redondear la cifra a un 10% en promedio.

“No es una cifra baja, porque la idea es que todo estén con su cédula de identidad, pero no son una gran cantidad de casos. En estos momentos el problema con la identidad no está tan severo en los retenes del litoral. Sin embargo, los abogados defensores, ya sean públicos o privados, junto a las familias, son los que se mueven a la hora de exigir el documento, porque ningún trámite puede iniciarse sin la cédula, porque se atrasa todo el proceso”, explica un funcionario custodio que solicitó a UVL la reserva de su identidad.

El derecho a la identificación no es prioridad

De acuerdo a la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, específicamente en su artículo 56, se estipula que “toda persona tiene derecho a obtener documentos públicos que comprueben su identidad”. Pero, para un privado de libertad, contar con ese derecho, no es un tema expedito.

“El derecho a la identificación implica para el Estado la obligación de adoptar medidas específicas, para facilitar la obtención de documentos públicos de identidad legal para cualquier ciudadano, incluso si este está privado de libertad. Contar con identidad o con un documento de identidad, es decir cédulas o pasaportes, permite a su vez, el goce de otra gama de derechos y deberes fundamentales como persona.  Al no dar garantía a un privado de libertad de tener una cédula de identidad en físico, el Estado viola un derecho fundamental”, explica el abogado penalista Eduardo García, quien ejerce en el Circuito Judicial del estado Vargas.

García indica, que se ha hecho común, que cuando el privado de libertad no cuenta con la cédula de identidad, se recurra a la emisión de los datos filiatorios a través de una autorización o poder. “Pero el privado de libertad se mantiene indocumentado. La razón es que no se organizan operativos de cedulación en los retenes, con la excusa que no es una cifra alta de detenidos sin cédula. Tampoco se plantea el traslado de los privados de libertad a alguna oficina del Saime. La prioridad de los familiares es la salud y la comida, entonces si ya resuelves la parte jurídica con los datos filiatorios, lo de la cédula de identidad, pasa a segundo plano, aunque no es lo correcto”.

Extranjeros con pasaporte

La identidad también es prioridad en el caso de los privados de libertad de nacionalidad extranjera. “La mayoría de estos casos están relacionados con el tráfico de drogas teniendo como escenario el Aeropuerto de Maiquetía. Como son personas que van a volar, pues tienen como identificación su pasaporte, que es debidamente cotejado con la embajada del país de origen. Es decir, se tienen menos problemas con estos privados de libertad, que, con los propios venezolanos, que muchas veces botan las cédulas cuando están frente a un operativo, para así decir otro número y evitar der radiados por el sistema y saber si tienen solicitudes previas”, explica el Secretario de Seguridad Integral en el litoral central, Andrés Goncálves.

Acceso a la Justicia: Tener cédula, ¿un viacrucis, un derecho, o el establecimiento del burka criollo?
El Saime lanzó un nuevo sistema, el cual obliga a los ciudadanos que aspiran tramitar el documento nacional de identidad a acudir a su página web

 

«Toda persona tiene derecho a ser inscrita gratuitamente en el registro civil después de su nacimiento y a obtener documentos públicos que comprueben su identidad biológica». Este mandato contenido en el artículo 56 de la Constitución de 1999 históricamente no se ha cumplido y, por ello, millones de venezolanos en algún momento de su vida han batallado para obtener documentos tales como la partida de nacimiento, fe de vida, la cédula de identidad y el pasaporte. En las últimas dos décadas se han anunciado e implementado distintas medidas para intentar solucionar el problema, la última se puso en marcha hace más de dos meses y genera preocupaciones.

A mediados de marzo, el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) lanzó un nuevo sistema, el cual obliga a los ciudadanos que aspiran tramitar el documento nacional de identidad a acudir a su página web para obtener una cita. Al agendarla, la persona deberá rellenar un formulario, en el cual deberá aportar información hasta ahora no solicitada por el organismo.

Así, además de confirmar que sus nombres y apellidos, fecha de nacimiento y número de cédula (en caso de quien vayan a renovar) estén correctos, también deberá suministrar datos sobre sus rasgos físicos (color de ojos, cabello y piel; peso y estatura; tipo de sangre, entre otros). Luego se le requerirá información sobre el lugar de nacimiento (el estado, municipio, parroquia y centro de salud donde nacieron) y también información de su partida de nacimiento (ubicación del registro civil, número de libro de registro, año y número de acta). Por último, el Saime solicita la dirección detallada y los números de teléfono del usuario.

Una vez entregados estos datos, la persona podrá escoger la oficina, fecha y hora en la que desea realizar el trámite, como se asegura en el video tutorial difundido por el organismo.

¿Por qué toda esta información? «Este sistema nuevo nos va a permitir la implementación de la nueva cédula. Con este nuevo equipo vamos a tener una nueva cédula, bien sea inteligente o digital», explicó el director del Saime, Gustavo Vizcaíno, en una entrevista, en la que aseguró que el sistema va hacia la total automatización.

Pros y contras

La exigencia de la cita previa en la tramitación de la cédula de identidad sin duda es un avance y puede agilizar los tiempos de espera y evitar las tradicionales colas a las que deben someterse los ciudadanos. No obstante, debe tomarse en cuenta a las personas que no sepan manejarse con las nuevas tecnologías, como es el caso de las personas de la tercera edad, y también aquellos que no cuenten con los servicios de internet o de luz eléctrica para realizar este trámite.

No es un dato menor que la mitad de la población no tiene acceso a internet, por lo que el Estado debe facilitar medios de acceso alternativos para los millones de venezolanos que no cuentan con ese servicio, cosa que hasta el momento no se ha anunciado, dejando en indefensión a un gran sector del país.

Las autoridades, sin embargo, le han salido al paso a estas objeciones, en la misma entrevista citada, Gustavo Vizcaíno afirmó

«Cualquiera desde su casa, desde su oficina o desde su móvil (puede pedir la cita). Casi todo el mundo tiene un teléfono inteligente y el que no lo tenga puede venir aquí y en la Oficina de Atención al Ciudadano le prestamos la colaboración (para obtener la cita)».

El tiempo dirá si ese anuncio es efectivo.

Esas afirmaciones parecen ignorar a las poblaciones rurales, de acceso remoto, a los millones en estado de pobreza crítica y a las comunidades indígenas, para las que en la mayoría de los casos un teléfono inteligente es un lujo, más allá de las dificultades de conectividad que existen en tantas partes del país.

La cantidad de información adicional que el Saime requiere podría atentar con los principios de «celeridad, eficacia y eficiencia» que establece el artículo 141 constitucional, y también contra lo previsto en la Ley de Simplificación de Trámites Administrativos, porque mucha de esa información ya está en manos de la administración pública, por no decir toda, sobre todo en el caso de las personas que han sacado su pasaporte o lo han renovado recientemente.

Un hecho grosero que pone en evidencia lo mencionado acerca del principio de eficiencia se observa en el sinsentido de que el Estado pida una copia de la cédula que él mismo expide para cualquier trámite.

El cuento del gallo pelón

Vizcaíno también anunció que su despacho está estudiando cómo será la nueva cédula, si tendrá un chip o un código de barras o QR que contenga la información de cada ciudadano. ¿Pero qué información albergará? «Pudieran ser del Instituto Nacional de Tránsito, de salud o bancaria», explicó el funcionario. Asimismo, dejó entrever la posibilidad de que el nuevo documento se cobre, algo que contrariaría lo previsto en el artículo 13 de la Ley Orgánica  de Identificación.

Esta no es la primera vez que se habla de un nuevo documento electrónico nacional de identidad sin que el mismo llegue a buen puerto.

La primera propuesta seria bajo el chavismo de una nueva cédula se discutió durante la gestión de Luis Alfonso Dávila, el segundo ministro del Interior que tuvo Hugo Chávez. Durante su gestión, un consorcio en el que participaba la empresa coreana Hyundai ganó un contrato por más de 200 millones de dólares para poner en marcha el Sistema de Identificación y Control Ciudadano (Sinacoc). Sin embargo, esto no se puso en marcha.

Después, con motivo del referendo revocatorio presidencial de 2004, inició la llamada Misión Identidad, que entregó cédulas de identidad a millones de personas, muchas de ellas sin el debido soporte. En esta operación participaron empresas cubanas, las cuales recibieron contratos millonarios.

En su momento, el entonces director de la Oficina Nacional de Identificación y Extranjería (Onidex), Hugo Cabezas, aseguró que 7 de cada 10 venezolanos poseían un número de cédula, pero carecían del documento laminado. Cabezas hoy está detenido en el marco de la última cruzada contra la corrupción.

Las firmas cubanas, en especial Albet Ingeniería y Sistemas, rostro comercial de la Universidad de Ciencias Informáticas de La Habana (UCI), siguieron recibiendo jugosos contratos para modernizar el sistema de identificación venezolano al menos hasta 2010, reportó Transparencia Venezuela.

Tras revisar las cifras disponibles en documentos públicos de Albet, en varias leyes de presupuesto y los contratos revelados, la organización calculó que la firma cubana se hizo con 1.400 millones de dólares en Venezuela. No obstante, de la cédula electrónica no hay rastros y, aunque la obtención del pasaporte se agilizó durante unos años, en los últimos ha vuelto a convertirse en un drama para muchos ciudadanos.

Durante la gestión del exministro Miguel Rodríguez Torres (2014-2015), el tema volvió a salir a relucir, pero con el mismo resultado.

Y ahora con código de vestimenta

Como si no bastaran las exigencias del Saime respecto a los requisitos para satisfacer el derecho a la identidad, nos encontramos con que, sin que exista base constitucional ni legal alguna, se impone a los ciudadanos un «código de vestimenta» que es esencialmente discriminatorio y, por tanto, violatorio de los derechos humanos.

Así, en un video hecho público en Twitter y que luego fue borrado, pero que puede verse en esta cuenta, se afirma que existe dicho código, el cual implica entre otras limitaciones, las siguientes: prohibición de «ropa informal», lo que se traduce explícitamente en ir en shorts, minifaldas, monos deportivos, leggins, camisas con escotes o pantalones con roturas.

La mayoría de estas prohibiciones son claramente contra las mujeres, y en nada se diferencian de las establecidos en aquellos países donde estas son ciudadanas de segunda categoría, en la medida en que se imponen para que las mujeres no «estimulen» o peor aún, «provoquen a los funcionarios, una concepción de la mujer como incitadora y que debe contenerse. Por eso, consideramos que estas exigencias configuran una especie de «burka criollo» al negarles a las mujeres la libre expresión de su identidad.

A partir de estos prejuicios, queda entonces en manos del funcionario determinar cuándo una falda es muy corta, si existe o no un escote o qué tan recatada es la vestimenta de una mujer, lo que otorga a los funcionarios del Saime una discrecionalidad para atender a una persona que, tristemente, siempre termina en arbitrariedad.

Pero la discriminación no termina allí, pues también se prohíben los pantalones cortos o shorts, lo cual, sin que sepamos por qué, también acoge a los bermudas, pantalón particularmente cuestionado por funcionarios a lo largo y ancho de la administración pública venezolana, y que son simplemente la expresión de un país en el que en algunos lugares tener 40° de temperatura es algo habitual. Por tanto, se trata de una prenda práctica, no una moda.

Lo dicho hace que también los hombres sean víctimas de este código carente de base constitucional y legal.

El Saime no se queda ahí: también agrega a su «código» las sandalias tipo playeras o similares, con lo cual, una vez más, niega nuestro carácter de país tropical y, sobre todo, la pobreza, pues para muchos venezolanos optar por un calzado diferente no es una opción. Se llega a tal nivel de discriminación que los indígenas, con su vestimenta habitual, no serían «dignos» de ser atendidos en estas oficinas públicas y que terminaría contrariando lo establecido en el artículo 11 de la Ley Orgánica de Identificación respecto a que «no se les obligará a fotografiarse con una vestimenta distinta a la que corresponde a sus usos, costumbres y tradiciones».

Esto último es lo más grave, pues cuando son los ciudadanos los que deben hacerse lo suficiente «dignos» para ser atendidos, entendemos que el mito de los llamados «servidores públicos» no es más que eso, y la prestación de servicios por parte del Estado es un ejercicio discriminatorio y represivo.

Lo exigido por el Saime no es más que la expresión oficial de una costumbre que lleva años, en la que además se incluye el color del pelo y muchas otras exigencias discriminatorias en las que el Estado impone una identidad al ciudadano, cuando debería limitarse a registrar la que este haya decidido.

Control Ciudadano pide transparencia e nuevo proceso para emitir cédula

La ONG Control Ciudadano se pronunció para pedir transparencia en el nuevo proceso que iniciará el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) para la cédula de identidad venezolana con nuevo formato.

«El derecho a obtener documento público que compruebe la identidad es un derecho humano garantizado por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 56 (…) Sin embargo, el derecho a la obtención de la cédula de identidad y del pasaporte para los venezolanos se encuentra seriamente limitado en la actualidad, por una serie de obstáculos administrativos engorrosos que han propiciado la corrupción», advirtió la ONG venezolana.

Control Ciudadano se pregunta si habrá licitación para producir la nueva cédula; qué empresas a contratar están siendo evaluadas para liderar el proceso; presupuesto estimado; qué medidas de protección de datos se establecerá en el proceso; cuándo se espera iniciar formal y materialmente el proceso; qué documentos deberán aportar los ciudadanos para sacar la nueva cédula y cuándo se explicará al país el alcance en detalle de este nuevo proceso.

A juicio de la ONG, en aras de la transparencia, el Saime también debe explicar cuál es la situación actual de la que se parte, es decir, cuántos celulados tiene el país y en qué estado se encuentra el respaldo de esta información que existe en el organismo, entre otras dudas.

Este domingo 9 de abril, el director del Saime, Gustavo Vizcaíno, declaró a un portal web que la nueva cédula de identidad «está avanzada» y que el gobernante Nicolás Maduro podría aprobarla pronto.

¿Cómo será la nueva cédula?

De acuerdo con el funcionario, la nueva cédula mostraría más datos que el documento actual, es decir, aparte de la foto; nombres y apellidos; fecha de nacimiento y el número de cédula, contendría huellas de ambos pulgares; impresión del domicilio y tipo de sangre del portador. Se evalúa además si se le incorpora un chip, código QR o un código de barra.

El material de la nueva cédula serán láminas de policarbonato (plástico resistente) y tendrá una vigencia de 10 años más que el documento actual, es decir, expirará en 20 años.

Recientemente, el Saime hizo actualizaciones a su plataforma tecnológica que implica una serie de cambios en la forma cómo el ciudadano tramitará tanto la cédula de identidad como el pasaporte, que inician con una autenticación del usuario que supone un registro en el sistema de nueva información del usuario que requiere el organismo antes de otorgarle la cita.

Ene 03, 2019 | Actualizado hace 5 años
Saime no prestará servicio hasta el 7 de enero

 

ESTE MIÉRCOLES EL SERVICIO ADMINISTRATIVO DE IDENTIFICACIÓN MIGRACIÓN Y EXTRANJERÍA (Saime), anunció que por adecuaciones a la plataforma tecnológica, no se prestará servicio en ninguna de sus oficinas hasta el próximo lunes 7 de enero.

La información la dio a conocer la institución a través de un comunicado difundido en su cuenta de Twitter. No ofreció mayores detalles.

 

 

El Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) mantendrá el valor de los trámites legales relacionados con esa institución calculados a partir del valor de la Unidad Tributaria (UT) de junio de este año.
Ese ajuste se estableció en la Gaceta Oficial N° 6.383, publicada el 20 de junio de 2018, que ubica esta medida de valor en  0,01 bolívares soberanos.

El Saime recordó que el valor de los trámites relacionados con la institución es: cita de pasaporte, 780 U.T. = Bs.S 9,36; impresión de pasaporte, 780 U.T = Bs.S 9,36; pasaporte, 12 U.T = Bs.S 0,14; prórroga de pasaporte, 326 U.T = Bs.S 3,91; pasaporte provisional, 12 U.T = Bs.S 0,14.

De acuerdo con información suministrada por el Saime, el nuevo reajuste de la UT publicado en la Gaceta Oficial Nº 41.479, de fecha 11 de septiembre, cuyo valor quedó establecido en Bs. S 17, sólo podrá ser utilizado como unidad de medida para la determinación de los tributos nacionales, recaudación y control de la competencia del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), así como de las sanciones impuestas por este organismo.

No podrá ser utilizada por otros órganos y entes del poder público para la determinación de beneficios laborales o de tasas y contribuciones especiales derivados de los servicios que prestan.

Saime anuncia fusión de cuatro de sus sucursales en el Área Metropolitana de Caracas

 

El Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), informó de la unificación de cuatro de sus oficinas en el Área Metropolitana de Caracas con el fin de optimizar la atención a los usuarios.

Este ente, adscrito al Ministerio de Interior y Justicia, realiza estas modificaciones a su estructura organizativa como parte de la lucha contra la corrupción y burocracia dentro de la administración pública.

Las oficinas fusionadas quedan de la siguiente forma:

La oficina de Nuevo Circo, se unifica con la ubicada en La Hoyada, dirección: Avenida Universidad, estación del metro La Hoyada.

La oficina situada en Santa Rosalía, se unifica con la de Parque Central, dirección: Conjunto Parque Central, torre este, nivel Bolívar, local CB-75.

La oficina en Parque Miranda se unifica con la ubicada en los Ruices, dirección: Avenida principal Diego Cisneros, Centro Empresarial Los Ruices, local D, PB.

La oficina en Quinta Crespo se unifica con la de Plaza Caracas —sede principal—, dirección: Centro Simón Bolívar, Mezzanina, Torre Oeste.

Actualmente, El Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) anunció que sus oficinas abrirán las puertas los sábados para atender a los usuarios que tengan pendiente retiros de cédulas o pasaportes.

De 8:00 am a 3:00 pm, todas las oficinas del Saime a nivel nacional estarán abiertas los sábados y operarán únicamente para la entrega de los documentos citados. Es decir, no será posible hacer ningún otro trámite este día de la semana.

 

Problemas con los pasaportes

Desde hace algunos meses, se ha venido denunciando dentro y fuera del país diversas irregularidades en torno a la expedición de pasaportes nuevos, alegando que un documento de esta naturaleza puede costar “por debajo de cuerdas” más de $2.000. Sin embargo, el Gobierno asevera que han estado atacando actos ilícitos dentro de sus oficinas arrestando a funcionarios que incurren en corrupción.

Por otro lado, las autoridades aseguran que las personas no retiran los pasaportes nuevos, dejando perder el documento que para el Estado es “muy costoso” debido a que los materiales son importados. Sin embargo, habían dicho que los mismos se comenzarían a imprimir en la Casa de la Moneda en Maracay, estado Aragua.

En ese sentido, puso en práctica el tema de las prórrogas para el “ahorro” del material por un lapso de dos años y siempre y cuando se tengan páginas en blanco. En el extranjero denuncian que las oficinas consulares no expiden estos documentos, aunque se asevera que fueron enviados a varias legaciones para ser otorgados a quienes lo necesiten.

Sin embargo, están estudiando elevar la misma a cinco años.

La Asamblea Nacional aprobó el miércoles 29 de agosto un acuerdo para que los pasaportes de los venezolanos, que estén vencidos o por vencerse, sean prorrogados por cinco años y que la información sea tramitada a los consulados en otros países.

“Ante la incapacidad para realizar de manera eficaz y eficiente los trámites necesarios para la renovación de pasaportes desde las oficinas de identificación de Venezuela y los consulados (…) se busca restablecer el derechos de los ciudadanos afectados por esta situación”, resaltó el escrito.

SAIME reduce su jornada de atención para ahorrar energía a partir del lunes

Saime

 

Ante la medida de emergencia eléctrica decretada por el Gobierno Nacional no solo centros comerciales disminuirán su horario de atención al público, este sábado el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), anunció a través de su perfil en la red social Twitter (@RedSocialSAIME), la reducción de usuario de atención.

“En procura del uso racional y consciente d energía adecuamos nuestra jornada de atención al público desde el 15 de febrero de 7:30am a 1:00pm”, reza el tuit del SAIME.

Las personas que necesiten sacar su documento de identificación o pasaporte tendrán sólo medio día para hacer sus trámites.