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Crímenes sin Castigo | El informe del Senado
La cámara alta del parlamento estadounidense divulgó un reporte que podría cambiar los parámetros aplicados para la llamada “guerra contra las drogas”, desde que fue declarada por primera vez, en 1971

 

@javiermayorca

El 1 de diciembre, una comisión bipartidista del Senado estadounidense presentó un informe con una detallada revisión sobre los resultados arrojados hasta el momento por la llamada “guerra contra las drogas”.

Podría decirse que este reporte constituye el primer paso hacia la superación de un proceso iniciado en 1971, con la declaratoria del entonces presidente Richard Nixon, y renovado veinte años después, con la cruzada conocida mediante el lema: “Simplemente, di no” (Just say no), tan famoso como inútil para disuadir a la población joven de incorporarse a la tropa de consumidores de estupefacientes.

Efectivamente, en una democracia como la estadounidense, donde el Parlamento juega un papel fundamental, este documento de 117 páginas seguramente tendrá impactos en distintos sentidos. Algunos serán percibidos solamente fronteras adentro de los EE. UU. Otros, podrían implicar algunos cambios en la política internacional y las relaciones de Washington con los vecinos latinoamericanos, altamente influidas por los temas vinculados a la lucha contra la producción y el tráfico de drogas ilegales.

Ambas dimensiones (la interna y la internacional) están entrelazadas. Por ejemplo, es muy difícil proyectar una imagen dura contra las drogas ante la comunidad internacional cuando 35 estados de la unión han aprobado mediante referéndum e instrumentado el uso medicinal de la marihuana; quince han ido más allá, al autorizar el consumo de esta hierba con fines recreativos; otros seis estados dieron luz verde a la despenalización en cuanto al uso o la posesión de porciones de cannabis, y finalmente Oregon ha ido todavía más lejos, al impedir la persecución penal contra los usuarios de cualquier droga, por el solo hecho de consumirlas o tenerlas.

Estados Unidos se percató de que, como decía Naím, la “guerra contra las drogas” es una causa perdida, por lo menos en los términos en que fue planteada inicialmente. En su territorio, los costos han sido enormes. Según el reporte del Senado, las muertes por sobredosis de heroína y otros opiáceos, así como sustancias sintéticas, han sobrepasado las 70.000 en 2019. Todo un récord. Mientras tanto las cárceles se han llenado de individuos señalados por posesión o consumo de drogas. Algo que, por cierto, también sucede en Venezuela.

Por otra parte, la lucha de policías y militares por sacar de circulación tanto a las drogas como a los traficantes tiene escaso impacto en los precios finales de estas sustancias, es decir, lo que pagan los consumidores por sus dosis. Según el estudio parlamentario, estos precios han mostrado un crecimiento inercial, que poco o nada se relaciona con el resultado de las operaciones policiales o militares.

Colombia, México y Venezuela

Pero el informe de la Comisión sobre Política de Drogas en el Hemisferio Occidental contiene importantes recomendaciones, que posiblemente servirán para cambios en la estrategia internacional de la nueva administración estadounidense.

En primer lugar, se aconseja la superación del esquema de certificación unilateral en materia de drogas, y su reemplazo por un esquema en el que participen varios países. Esto no es muy complicado, pues ya lo hace un grupo especial de la Organización de Estados Americanos. Se llama Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM). Se debe observar, sin embargo, que para EE. UU. la certificación en materia de drogas tiene un basamento legal, pues se exige como requisito para el otorgamiento de fondos que financien los planes de cooperación en esta materia. Llegar a un nuevo orden no debería ser excesivamente tortuoso, tomando en cuenta que el informe surge del consenso de los dos grandes partidos.

Esto no quiere decir que EE. UU. abandonará los esfuerzos para impedir el flujo de drogas desde los países productores y de tránsito. Lo que sugiere la comisión del Senado es una aproximación más diplomática y menos policial o militar, basada en acuerdos bilaterales, con objetivos alcanzables en el corto plazo, que podrán ser replanteados en la medida en que se evalúe su desarrollo. Aquí entrarían, por ejemplo, los planes de sustitución de cultivos ilícitos en Colombia y otros países andinos.

El informe no hace una recomendación específica en cuanto al fomento de las relaciones con las fuerzas armadas de la región, a propósito de las labores de interdicción, esto es, el corte de las rutas de abastecimiento y transporte de las drogas. Pero en líneas generales es clara la preferencia hacia los entendimientos con entidades civiles. Solamente en el caso mexicano se hace una recomendación específica en cuanto al fortalecimiento de la Guardia Nacional, el nuevo cuerpo militarizado creado por Andrés López Obrador.

El reporte formuló varias críticas hacia el sistema de sanciones implantado a través del Departamento del Tesoro, con base en el Acta Kingpin. No porque sea visto como un desconocimiento de EE. UU. a la soberanía de otros países, sino fundamentalmente porque se trata de un programa que carece de parámetros claros para establecer si ha tenido éxito, por una parte, y por la otra, si las medidas han sido aplicadas con atención al principio del debido proceso. “¿Cuántos (sancionados) permanecen activos en el tráfico de drogas u otras actividades criminales? ¿Cuántos han sido sacados de las listas, y por qué?”, se preguntan los senadores.

Más de la mitad de las sanciones basadas en el Acta Kingpin apuntan a individuos nacidos en México y Colombia. Sin embargo, para la comisión del Senado norteamericano no escapa que muchos de los últimos sancionados son venezolanos, ligados al régimen de Nicolás Maduro. Por lo tanto, una evaluación del sistema de sanciones debe tomar en cuenta el impacto político y económico de tales medidas en estos tres países.

El documento refleja la sensación de los parlamentarios estadunidenses en cuanto a que Maduro ha logrado eludir el efecto de las sanciones, en lo que fue descrito como un “efecto globo”, es decir, el desplazamiento de las operaciones ilegales hacia jurisdicciones menos reguladas. Este sería el producto de alianzas con otros regímenes como los de Rusia, China e Irán, y con organizaciones criminales y terroristas, así como también el aprovechamiento de nuevas formas de intercambio, basadas en las criptomonedas, que no están atadas a los bancos centrales de ningún país.

Este reporte anuncia nuevos tiempos en la llamada “guerra contra las drogas”. Pero la incidencia internacional de sus recomendaciones no será uniforme o sincrónica. En países democráticos como Colombia y México, donde la cooperación antidrogas y de fortalecimiento institucional está sustentada en acuerdos bilaterales, las decisiones podrán ser anunciadas en un futuro cercano. En un lapso intermedio sucederá lo mismo con los programas aplicados en países centroamericanos. Venezuela, en cambio, está fuera de todo esto, aislada y con gobernantes percibidos como parte del problema, no de la solución.

Breves

Desde el exilio, el abogado Zair Mundaraín, exdirector de Actuación Procesal del Ministerio Público durante la gestión de Luisa Ortega Díaz, se comunicó con el autor para aportar interesante información en torno a la última entrega de esta columna (Las armas del hampa).

Mundaraín representó a la Fiscalía en la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme. En virtud de tal experiencia aseguró que “muchas de las armas que investigamos ligadas con organizaciones criminales eran de las fuerzas armadas, tenían troquel y todo, y no aparecían como solicitadas”. Recordó que a la banda de José Tovar Colina, alias Picure, le incautaron siete fusiles del Ejército, que no figuraban en ninguna notificación por robo o hurto.

Al indagar sobre esta irregularidad, se percataron de que los jefes de parques de armas no denunciaban las sustracciones o faltantes detectados en sus respectivas unidades, pues eso tendría un impacto negativo a la hora de los ascensos.

“Entonces, optan por sustituirlas o no decir nada, y pasar el problema a otros”, dijo. En cuanto a las granadas, cuyo uso por parte de delincuentes comenzó a hacerse más frecuente a partir de 2016, Mundaraín aseguró que todas las que están en poder del hampa pasaron alguna vez por los cuarteles. “Conseguimos una que estuvo en una sala de evidencias, pues fue recuperada luego de un delito, y volvió a salir, y eso fue muy revelador”, añadió. Recordó que entregaron un informe sobre el caso al ministro de la Defensa Vladimir Padrino, y “por supuesto no hizo nada”.

El 2 de diciembre, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en la cabeza de su presidente Maikel Moreno, emitió una sentencia que autoriza la solicitud de extradición del venezolano Francisco José Blasini de Velazco, por los delitos de peculado doloso propio, concierto de funcionario con contratista y asociación para delinquir. La sentencia correspondiente fue divulgada veinte días después, y contiene datos de interés para entender cómo opera la “lucha contra la corrupción” en el país.

En primer lugar, las presuntas irregularidades administrativas por las que solicitan la captura y el traslado de Blasini a Venezuela fueron denunciadas en primera instancia por el Sindicato de Trabajadores de Petróleos de Venezuela, en febrero de 2015.

El centro de los señalamientos, de acuerdo con el relato contenido en la sentencia, era el director de la estatal petrolera Pedro León, mejor conocido como Zar de la Faja. En dos platos, se trataba de la típica contratación con sobreprecios para la adquisición de bienes y servicios, sin licitación en favor de amigos, socios y relacionados. Es decir, mediante asignación a dedo. Llama la atención que este hallazgo no fuese producto del trabajo de la gerencia de Prevención y Control de Pérdidas (PCP), la policía interna de la petrolera, sino de una organización laboral. Pero ya sabemos que PCP, bajo de jefatura de alias Nadal, también estaba en irregularidades. Luego, en junio de 2017, se decidió hacer un expediente aparte con el caso de Blasini, pues los capítulos de Petropiar, Petrocedeño y Petromonagas ameritaban un esfuerzo especial. Según la averiguación, en la que sí participó por comisión específica el personal de PCP, se constataron cobros mixtos de 15,1 millones de dólares más 2,69 millardos de bolívares por la adquisición de veinte “cabezales bridados de producción”, suministrados por la compañía Mabca 2001, en la cual Blasini figura como representante, junto con Eduardo Enrique Aguirre y Luis Guillermo Solórzano. Al asomarse al mercado internacional, la estatal petrolera se percató de que cada cabezal costaba alrededor de 9586 dólares. El sobreprecio salta a la vista. En este caso, de acuerdo con la sentencia del TSJ, se ha recibido información de que Blasini fue detenido en Italia. Aunque los señalamientos por corrupción puedan estar claros, la duda surge cuando se evalúa la capacidad de los tribunales nacionales para juzgar a una persona de manera imparcial, y con resguardo a sus derechos. En España, este argumento fue invocado para negar la extradición a Venezuela de la exenfermera de Hugo Chávez, Claudia Patricia Guillén, y su esposo Adrián Velásquez, quien además fue guardaespaldas del mandatario.

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Mark Zuckerberg volvió a colocarse este miércoles la corbata para acudir a su segunda sesión de declaración ante el Congreso de EE.UU. En esta ocasión, fue ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, donde se sometió a otra sesión maratoniana de preguntas por parte de los legisladores. La jornada del miércoles fue más tensa que la anterior, con un Zuckerberg más incómodo ante preguntas más agresivas y con los legisladores más dispuestos a cortar sus respuestas (la intervención de cada congresista era solo de cuatro minutos).

Los temas centrales fueron los mismos: cómo evitar que se produzcan más escándalos de uso de datos personales como el de Cambridge Analytica durante las elecciones presidenciales de 2016, en la que se vendió la información personal de 87 millones de usuarios de Facebook; y más allá de eso, cómo el cofundador y consejero delegado de la red social puede garantizar que los usuarios tendrán mejor control de sus datos personales y que la plataforma evitará que se use para fines ilícitos, como propaganda electoral, discurso de odio o venta de productos ilegales. Los legisladores volvieron a amenazar con establecer nuevas regulaciones para proteger a los consumidores.

Zuckerberg arrancó la jornada igual que en la víspera: pidiendo perdón por los fallos cometidos por su compañía, admitiendo responsabilidad y comprometiéndose a introducir cambios, como ha hecho en los último meses, para mejorar la gestión de datos. Muchos legisladores, sin embargo, parecieron desconfiar de las promesas del joven multimillonario.

La demócrata Jan Schakowsky enumeró en su intervención una lista de disculpas de Zuckerberg en los último años, para concluir que «con este historial, la autorregulación simplemente no funciona». Otros dudaron de las intenciones de Facebook de cambiar de curso. El también demócrata Ben Luján criticó que la red social no actuó contra «actores maliciosos» que recopilaban información de los 2.200 millones de usuarios de Facebook hasta la semana pasada.

Durante la sesión, Zuckerberg hizo sobre todo hincapié en auditar abusos similares al de Cambridge Analytica y a utilizar la inteligencia artificial para controlar contenidos ilegales en Facebook. Pero también optó por el silencio, o por respuestas tibias, cuando le exigieron cambios radicales para que los usuarios puedan tener control total de sus datos.

Un senador estadounidense viajó a Venezuela en momentos en que aumenta la presión sobre el presidente Nicolás Maduro para que libere a un hombre de Utah encarcelado desde hace casi dos años en el país sudamericano.

Un portavoz del senador Dick Durbin de Illinois confirmó su llegada el miércoles para reunirse con miembros del gobierno y la oposición. El vocero no proporcionó más detalles.

Se espera que el segundo demócrata de mayor rango en el Senado se reúna con Maduro para discutir el encarcelamiento de Joshua Holt, quien espera un juicio por posesión de armas de guerra.

La rara visita se produce cuando el gobierno del presidente Donald Trump sopesa un embargo que paralizaría el envío de petróleo de Venezuela además de las sanciones que ya impuso a docenas de funcionarios.

La reunión de Durbin se producirá después de semanas de conversaciones entre los dos países sobre el encarcelamiento de Holt.

Lo que necesitas saber sobre las sanciones de EE. UU. a funcionarios venezolanos
Internacionalistas descartan la ruptura de relaciones entre ambas naciones. Recalcan que las sanciones son individuales y no afectarán a todo el país. El Senado y la Cámara de Representantes aprobaron la propuesta de medidas contra funcionarios venezolanos, que pasará ahora a la Casa Blanca. Associated Press reveló, citando a un funcionario con nombre en reserva, que el presidente Barack Obama firmará el pliego de sanciones.

 

Adriana Nuñez Moros / @AdrianitaN

Jesus Alberto Yajure / @albertoyajure

EL SENADO Y LA CÁMARA DE REPRESENTANTES de Estados Unidos aprobaron por unanimidad un proyecto de ley que busca sancionar a funcionarios venezolanos acusados de ser responsables de violaciones de derechos humanos enmarcadas en las protestas desarrolladas en febrero de 2014 en el país. La decisión, tomada el 8 de diciembre de este año, contempla posibles sanciones a 27 funcionarios del gobierno entre los que destacan los nombres de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz; el gobernador del estado Táchira, José Vielma Mora; el exministro del Interior, Miguel Rodríguez Torres y el exdirector de la Dirección de Inteligencia Militar, Hugo “El Pollo” Carvajal.

El pliego de medidas, entre las que se incluye la cancelación de visas y congelación de activos en territorio estadounidense, pasará ahora a la Casa Blanca. Associated Press reveló, citando a un funcionario con nombre en reserva, que el presidente Barack Obama firmará el conjunto de sanciones.

“¿Quién es el Senado de Estados Unidos para sancionar a la patria de Bolívar? Insolentes senadores norteamericanos”, replicó el presidente venezolano, Nicolás Maduro un día después. Además, advirtió a su homólogo norteamericano que quedaría “muy mal parado” en caso de aprobar la medida.

El internacionalista y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Félix Gerardo Arellano,  advierte que las sanciones de EEUU no están dirigidas contra Venezuela, sino contra funcionarios. Descarta el argumento del presidente Nicolás Maduro, quien intentó hacer ver que las medidas tenían como objetivo al país. Beatriz de Majo, internacionalista, concide en que “no son sanciones al país, sino a funcionarios”.

Explica que “los funcionarios actúan totalmente bajo la sombra del Ejecutivo”, por lo que la decisión del Senado estadounidense “resulta ser una crítica muy grande a la forma de llevar la democracia en el país”. “Es bastante frecuente que EEUU imponga sanciones a países, es menos frecuente que lo haga con personas. Esto parte de la necesidad de singularizar las acciones de personas que transgredieron principios constitucionales que norteamérica considera imprescindibles para la democracia”, puntualizó.

La especialista considera que no son muchas las acciones que el gobierno venezolano puede emprender en defensa de sus funcionarios. “¿Qué acciones podría tomar el gobierno venezolano? No muchas, podría ser que el gobierno por reciprocidad le ponga sanciones a personas en EEUU, pero habría que escarbar mucho para encontrar a estadounidenses que tengan cuentas en Venezuela, por ejemplo”, señaló.

Sin embargo, el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) alerta que las medidas podrían ser tomadas por el gobierno como un punto de apoyo para afianzar su carácter “autoritario”.

“Creemos que una medida de esta naturaleza contribuirá a fortalecer al gobierno autoritario de Nicolás Maduro, ya que le permitiría distraer la opinión pública para imponer el paquete de medidas económicas de corte neoliberal, que afectarán a los sectores más pobres de la población”, dijo la organización por medio de un comunicado oficial.

Arellano destaca que el texto aprobado por el Senado, en el que se incluye la anulación de visas a militares y funcionarios públicos y el congelamiento de todos los activos en territorio estadounidense, es muy conciso.

“Hay muchas cosas que decir allí. Si el texto fuese más amplio diría que Venezuela no ha permitido el ingreso al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), o que se retiró de la Corte Interamericana y que en el país no se está dando cumplimiento al Pacto de San José. Estos organismos han enviado peticiones y comunicados al Estado y Venezuela no responde. El Gobierno no respondió a las consultas y requerimientos en el Examen Periódico Universal (EPU) y descartó interrogantes del Comité Contra la Tortura de la ONU”.

De Majo coincide con Arellano al señalar la poca tolerancia a la crítica internacional que han demostrado los gobiernos de Chávez y Maduro. “El Estado venezolano no asume bien cuando se toman decisiones en contra de él, cuando algún país en el mundo hace un pronunciamiento que sea contrario, no acepta ningún posicionamiento”, destacó.

La internacionalista descarta la posibilidad de una ruptura definitiva de relaciones entre ambas naciones. “Las sanciones son un pelo más en la sopa de las ya muy dañadas relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. La ruptura definitiva de relaciones no es una posibilidad. Estados Unidos es el único pagador fiel de petróleo para Venezuela, el flujo de caja de Petróleos de Venezuela depende de EE. UU.”, explicó.

Marino Alvarado, coordinador general de Provea, considera que la medida tomada por Estados Unidos “fortalecerá al gobierno internacionalmente ya que un conjunto de países se solidarizará con el Gobierno del Presidente Maduro, lo cual propiciaría mejores condiciones para que se sigan violando los Derechos Humanos en Venezuela”. Además, lamenta que “se brinden argumentos para decir que detrás de la protesta social, existe una conspiración promovida por Estados Unidos”.

Las reacciones

Nicolás Maduro

El presidente Nicolás Maduro pidió “respeto” y el cese de lo que él considera agresiones al Estado Venezolano por parte de Estados Unidos.

Vea sus declaraciones a comparación:

 

José Gregorio Vielma Mora

“Estoy contento de alguna forma estar en esa lista, porque quiere decir que me convierto en un patriota venezolano que defendió la paz y la verdadera democracia”. Así se defendió el gobernador del estado Táchira al saber que formaba parte de la lista de posibles sancionados por el gobierno estadounidense.

Luisa Ortega Díaz

El 1 Junio de 2014 la Fiscal General de la República aseguró en una entrevista en el canal Televen que el proyecto de sanciones certificado por la Cámara de Representantes de Norteamérica -iniciativa paralela a la aprobada por el Senado en diciembre de 2014- era “una verdadera injerencia”.

“Esa es una actitud injerencista y violatoria de la soberanía venezolana. Nosotros somos un país libre, soberano e independiente. Nuestra Constitución dice que nosotros tenemos el derecho a la autodeterminación, es decir, resolver nuestros propios problemas”, dijo Ortega en esa oportunidad.

Miguel Rodriguez Torres

El exministro de Relaciones, Interior y Justicia aseguró el 12 de mayo de 2014 que no le preocupaba estar en la lista de los posibles sancionados por EEUU, dado que “no tenía visa ni le preocupaba tenerla”.

Vea sus declaraciones a comparación: