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Maduro y la destrucción del salario mínimo, por Alejandro Grisanti

 

La red social Twitter es una herramienta muy poderosa de comunicación, pero al limitar las respuestas a 280 caracteres, reduce el debate, descontextualiza opiniones y estimula uno de los 7 pecados capitales: la ira.

Desde hace ya unas semanas vengo manteniendo la necesidad de un fuerte incremento al salario mínimo “que el incremento de un salario mínimo, que no tenía, ni tiene poder de compra, no es inflacionario”.

Para que un incremento tenga sentido es necesario multiplicar el salario mínimo por un número de dos dígitos. En reiteradas ocasiones dije que ese salario mínimo de 52 bolívares soberanos (5.2 millones de bolívares supuestamente fuertes) no podía ser utilizado como referencia para nada, y que para los trabajadores era mejor eliminar toda referencia a ese salario mínimo. En este contexto escribí como parte de las reacciones al Plan Maduro: “El incremento salarial, si bien fue brusco, era necesario. Nuestros trabajadores no podían ganar lo equivalente a menos de un kilo de arroz al mes.” Después de muchas críticas y más insultos, me comprometí a escribir este artículo explicando mi posición.  

A pesar de que la mayoría de los países en el mundo tienen legislaciones que fijan un salario mínimo*, existen diferencias de opinión sobre los costos y beneficios de establecer un salario mínimo. Los partidarios del salario mínimo dicen que este incrementa el poder de compra y mejora el nivel de vida de los trabajadores, reduce la pobreza y mejora la desigualdad. En contraste, quienes se oponen a fijar un salario mínimo dicen que aumenta el desempleo (particularmente entre trabajadores no calificados o sin experiencia) y perjudica a las empresas, porque los salarios mínimos “excesivamente altos” requieren que las empresas eleven los precios de su productos o servicios.

 *Los 11 países que no tienen legislación que fije un salario mínimo son economías muy poco desiguales: Austria, Brunei, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Hong Kong, Islandia, Italia, Noruega, Singapur, Suecia

 

Estas diferencias de opinión se originan en que los modelos de oferta y demanda apuntan a pérdidas de bienestar y empleo que pueden ser ocasionados a partir del salario mínimo. Sin embargo, si el mercado laboral no es perfectamente competitivo, los salarios mínimos pueden aumentar la eficiencia del mercado. Por ejemplo, en un mercado laboral donde los empleadores tengan mayor poder de negociación para establecer salarios (monopsonio), un salario mínimo establecido modestamente por encima de los salarios de equilibrio puede aumentar los salarios, el empleo y la eficiencia económica. En países más pobres y más desiguales se incrementa el poder de negociación de los empleadores y esta es la razón que explica que la mayoría de los países en el mundo posean legislaciones que fijan el salario mínimo.

 

¿Son Bs. S 1.800 equivalentes a 30 dólares?

Para el viernes 17 de agosto, el salario mínimo de los Venezolanos era el equivalente a un poco mas de 30 dólares. En ese momento, Nicolás Maduro tomó a los venezolanos por sorpresa y decretó un salario mínimo de Bs.F 180 millones, Bs.S 1.800 y habló de un tipo de cambio implícito de Bs.F 6 millones, o Bs.S 60. Los anuncios de Maduro no fueron bien recibidos por los venezolanos, y durante el fin de semana, y luego hasta el 22 de agosto, se han cruzado transacciones entre Bs.S 100 (Bs.F 10 millones) y Bs.S 170 (Bs.F 17 millones), lo que equivalía a un salario mínimo de entre USD 10.5 y 18 dólares, perdiendo en tan sólo 5 días entre el 40% y el 65% de su valor en dólares.

Uno de los puntos que mas cuesta entender es el mecanismo de indexación que aparentemente va a utilizar el gobierno para mantener el poder de compra, y fijar precios y salarios. Las primeras, señales no son positivas. El 21 de agosto, se anunció el límite de la demanda de personas naturales a USD 500 por mes y de personas jurídicas a USD 400.000 por mes. El fijar cantidades máximas que los agentes económicos puedan demandar era una señal muy clara que, a pesar de lo anunciado por el presidente Maduro, no habrá un mercado cambiario. Es decir, que las divisas no van a reflejar su precio de mercado y que no se asignaran al mejor postor. En conclusión que el «nuevo, nuevo, nuevo» DICOM será más de lo mismo, transando divisas muy por debajo al precio de mercado.

El 22 de agosto nuestras sospechas fueron comprobadas al salir los resultados de la primera subasta de divisas, luego de las palabras de Nicolás Maduro. A pesar de la fuerte devaluación de los últimos 3 días, donde se han cerrado operaciones entre Bs.S 100/USD y Bs.S 170/USD, el BCV anuncia que el supuesto Petro no se mueve, que un Petro es igual a USD 60 y a Bs.S 3.600, dejando un tipo de cambio DICOM de BsS 60/USD muy por debajo del tipo de cambio de mercado, demostrando de nuevo que el dogmatismo del gobierno no abre espacios para correcciones.

El mismo 22 de agosto se presentó una lista de 25 rubros, algunos con ajustes importantes en sus precios. Pero si estos precios están indexados al Petro, y el Petro no se termina indexando a la devaluación y/o a la inflación, su valor quedará muy rezagado y el sector privado afrontará los mismos problemas.

 

¿Es un salario “excesivamente alto”?

Creo que esta pregunta hay que responderla desde diferentes ángulos. El primero apunta a que en medio de una híper-inflación, y que adicionalmente pareciera que se va a acelerar en el corto plazo, es necesario digerir que lo que puede parecer muy caro hoy, pasa a ser normal en un par de semanas, y termina siendo barato en unos meses. Las primeras señales del gobierno nos indican que va a dejar rezagar de nuevo los mecanismos de indexación, con lo que el incremento salarial decretado el 17 de agosto, se va a pulverizar en manos de los trabajadores y que su poder de compra desafortunadamente va a disminuir muy próximamente.

Un segundo punto es que en lugar de que el nuevo salario mínimo sea “excesivamente alto” lo que estaba ocurriendo es que el salario mínimo anterior era “excesivamente bajo”. El problema es que Nicolás Maduro venía aplicando ajustes muy tardíos y muy por debajo de la inflación y de la devaluación. Cercano a las elecciones del 2012, un salario mínimo cambiado al mercado alternativo, compraba casi USD 300, ese mismo salario llegó a equivaler tan solo USD 1.0 en Junio de 2018 y USD 1.6 en Julio de 2018. El Promedio del salario mínimo en Venezuela desde 1998, hasta 2012 fue de USD 286.3 medidos al dólar del mercado paralelo, y en la “era Maduro” de USD 46.7, utilizando la misma medida. Si lo medimos por poder de compra, eliminando la distorsión que trae la inflación, el salario mínimo promedia casi Bs.S 9.000 casi 5 veces más que el decretado por maduro el viernes 17 de agosto. En Venezuela lo que ha pasado es que Maduro ha destruido el salario mínimo, tanto si lo medimos en dólares como si lo medimos en base a su poder de compra que era en promedio más de 5 veces lo que anunció.

 

Duro golpe al sector privado: El mayor problema viene en el incremento de los impuestos

Después de 5 años de la mayor recesión económica que el continente americano haya conocido en su historia, donde ha desaparecido mas del 60% del producto Interno Bruto. Luego de que el gobierno había utilizado en su léxico diario las palabras nacionalización, expropiación, confiscación. En el momento de la mayor híper-inflación de nuestra historia donde el gobierno intentaba controlar los márgenes de ganancia, nos vienen con unas medidas de austeridad fiscal donde el gobierno pretende traspasar todo el ajuste que debe hacer al sector privado, sin que sean ellos los que hacen algún sacrificio.

Cómo calculamos en el viernes rojo del “Plan Maduro” el gobierno pretende a través del incremento del precio de la gasolina, del incremento del IVA, de la instauración del Impuesto a las Transacciones Financieras y del adelanto del Impuesto sobre la Renta, meterle la mano en el bolsillo de los venezolanos, y sacarle un poco mas de USD 10.000 millones. En un contexto que era particularmente malo para las empresas, el gobierno le pide mayores sacrificios a los venezolanos, sin dar ni una muestra de querer reducir o hacer mas eficiente su gasto, y de reformar el estado. Creo que los analistas, tenemos que centrarnos hoy en este tema, en los problemas que trae el “Paquetazo” que intenta imponer Maduro.

 

Calma y Cordura

Por último quiero recomendar al sector privado que estos no son momentos de tomar grandes decisiones. Que es necesario esperar a que el humo levante para ver con mayor claridad el panorama. Que mientras tanto haga un ejercicio de sensibilidad sobre su estructura de costos. Que antes de vender, tómese el tiempo necesario para establecer su estrategia de precios. Sea agresivo con su esquema de ventas, eliminando el fiado, e intentando migrar a un esquema de prepago/contado. Intensifique la cobertura tanto en bienes durables como en divisas. Aquí lo importante es sobrevivir, y después de tanto nadar, espero que no se ahoguen en la orilla.

 

@agrisanti

Fedecámaras: menos del 20% de la población recibe los Clap

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El presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, informó que menos de 20% de la población recibe los alimentos de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), a comparación de los 6 millones de hogares que aseguró el diputado del Psuv Saúl Ortega, quien además había asegurado que no hay crisis humanitaria en el país.

Durante una entrevista en Unión Radio, Martínez resaltó que “nadie especula con la abundancia, la única manera de que exista especulación es teniendo los anaqueles vacíos, vamos a llenarlos de productos hechos en Venezuela, eso es fácil, simplemente dejemos de importar, con cada dólar que se va al extranjero en Venezuela se podría producir de 3 a 5 kilos de comida”.

 

También se refirió a los problemas que enfrentan los panaderos, quienes no pueden producir pan por la falta de materia prima y divisas para conseguirla. “En Venezuela no se produce un solo grano de trigo (…) Tienen que estar viniendo los barcos continuamente con la materia prima fundamental para poder producir la harina de trigo, la pasta, no solamente el pan. Al interrumpir el esquema normal de producción para satisfacer la demanda tienes lo resultados que tienes”.

El Gobierno mantiene una deuda con el sector privado del país, por lo que ha perdido todas sus líneas de crédito en el exterior. «La deuda financiera ha sido honrada en los lapsos prometidos, pero con las deudas comerciales no hemos tenido posibilidad de acceder a ese dinero que los empresarios deben pagar a los proveedores”, comentó al respecto Martínez.

Insistió en que lo mejor para recuperar la economía es el establecer un modelo de mercado donde la oferta y la demanda ejerzan el control de los precios. “Mientras puedes establecer una oferta suficiente para satisfacer esa demanda, los precios tienden a bajar”.

“Ojala que algún día el gobierno se dé cuenta que ese es el  mejor sistema y que promueva la inversión, genere confianza y construya y desarrolle la infraestructura y además logre tener los mejores sistemas educativos y de salud que es al fin para lo que debe estar el gobierno”, enfatizó. Para concluir, Martínez aseguró que la guerra económica no existe y el pueblo ya lo sabe. “pertenece a la retórica mediática del gobierno a una trampa ideológica”.

 

*Con información de Unión Radio

Fedecámaras: Hay opacidad en gestión de dólares preferenciales

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Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras, señaló este miércoles que la gestión de dólares a precio preferencial presenta opacidad. Indicó que el gremio empresarial solo tiene el indicio de que el sector farmacéutico recibe parte de las divisas. Sin embargo, no está seguro de ello.

“Solo podemos ubicar que el sector farmacéutico y ciertas áreas los perciben, pero aparte de este ámbito hay una opacidad total. El dólar preferencial es una caja negra, aquí nadie sabe quien está percibiendo esos dólares, ni en cuánta cantidad”, indicó el directivo en una entrevista ofrecida a RCR.

El dirigente del gremio empresarial criticó la gestión del Ejecutivo nacional y reiteró su disposición a mantener las conversaciones para plantear soluciones a la crisis. Ayer, en una entrevista publicada por el diario Panorama, Martínez notificó sobre un reciente encuentro que sostuvo con el ministro para el Proceso Social del Trabajo, Francisco Torrealba.

A principio de 2015, el gobierno nacional implementó dos tipos de tasas de cambio para el bolívar en relación con el dólar. La primera es el Dólar Protegido -o preferencial- (Dipro), a 10 bolívares por dólar; y la segunda es el Dólar Complementario (Dicom) -o Simadi-, que está a 689 bolívares por dólar.

El sector privado perdió un millón de empleos en 2016

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El año que concluye ha sido el peor para los trabajadores como consecuencia de la errada política económica y laboral del gobierno, que ocasionó la destrucción de un millón de empleos en el sector privado, de acuerdo con las proyecciones de la Unión Nacional de Trabajadores.

Las cifras de la Unete están basadas en la información suministrada por las organizaciones sindicales en las zonas industriales y comercios de todo el país. “Todavía está la incertidumbre de que por el agravamiento de la situación económica en enero de 2017 cierren más empresas y negocios, lo que pone en peligro otros 500.000 puestos”, alertó Servando Carbone, coordinador de Unete.

El representante de la central obrera explicó que solo con los saqueos de 360 comercios durante  los recientes disturbios de Ciudad Bolívar más de 1.000 personas se quedaron sin trabajo. Señaló que las empresas e industrias  atraviesan una situación dramática debido a la falta de divisas para importar materia prima y los insumos que les permitan continuar con los procesos productivos.

Sobre el sector público indicó que el 31 de diciembre 300.000 trabajadores de los organismos quedarán sin empleo porque vencieron sus contratos de trabajo a tiempo determinado. “Seguro que el presidente Nicolás Maduro prolongará el decreto de inamovilidad, una mentira del gobierno porque él es el responsable de la destrucción de los empleos”, sostuvo Carbone.

La salida masiva de los trabajadores de la administración pública y las empresas privadas se traducirá en el crecimiento de la economía informal que, de acuerdo con cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, ocupa actualmente 6,06 millones de personas: 43% de 14,1 millones de individuos de la población económicamente activa.

 

Fedecámaras: Nuevo cono monetario es una medida correcta pero tardía

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El presidente de Fedecámaras, Francisco Martínez, sostuvo que nunca ha habido conversación entre el gobierno y Fedecámaras y nunca han sido convocados para ninguna reunión; “este martes tenemos un consejo nacional y sería de agrado que el Presidente Maduro se sentara a conversar con las bases empresariales y gremiales a lo largo y ancho del país”.

Para Martínez el diálogo es la única manera de llegar a la solución de fondo de los problemas que están aquejando a los venezolanos. 

Destacó que “ojalá el gobierno empiece a hacerle en abordaje estructural al cono cambiario, mientras nosotros no tengamos ese sistema confiable, fluido, constante que permita la planificación de la producción de planificación de bienes y servicios en el país”.

Martínez considera necesario diseñar un modelo económico que permita comprometer a todos los factores productivos del país en beneficio de todos los venezolanos ”y mientras eso no suceda, será difícil que salgamos de esta crisis tan profunda que tenemos”.

Indicó que la incorporación del nuevo cono monetario es un elemento positivo “es lamentable que esta decisión la hayan tomado tan tarde, desde hace un año se debió planificar; nos parece una medida correcta, pero atrasada; esto ayudara con las transacciones en efectivo”.

Aduaneros reportan caída de 98% en las importaciones privadas

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El Presidente de la Cámara de Comerciantes, Industriales y Aduaneros del estado Vargas (Caduainco), Rusvel Gutiérrez, reportó caída de 98% en las importaciones privadas. “El único importador en los últimos cuatro años es el Gobierno, ahora bien, la semana pasada el Presidente hizo un anuncio que las importaciones habían caído un 50%, eso denota un bajón en las importaciones del sector público”.

“Tenemos una economía paralizada en el país, eso es preocupante porque a nivel nacional son más de 4.500 agentes aduanales que han tenido que reducir las nóminas de empleados y obreros. En Vargas de esos 4500 hay entre la aduana marítima y la aérea 1.250, de esos solo están trabajando intermitentemente 50”, dijo en entrevista para Unión Radio.

Por los puertos llegan algunos alimentos traídos por el Gobierno, aunque estima que no son suficientes para surtir el mercado venezolano. Dijo que las medicinas llegan vía aérea.

“Tenemos tres mil vehículos de cargas en el estado Vargas, apenas trabajan 100, el resto no encuentra qué hacer debido a que hay que mantener al chófer y al ayudante, allí nada más en el sector transporte serían 6.000 padres de familia que no pueden llevar los recursos necesarios a sus hogares. Tenemos cuatro años de forma progresiva en una escalada hacia abajo (sic)  en la calidad de vida”.

Negó que se esté exportando productos desde el Puerto de La Guaira. “El Gobierno se embarcó en el plan de exportaciones cero, aquí no sale exportación, para nadie es un secreto. Vayamos a los puertos y veamos la situación, ni siquiera productos agrícolas a las islas del Caribe, no estamos exportando nada”.

Gutiérrez dijo que las importaciones privadas están tardando mucho, argumentó que quizás sea por la cantidad de trámites que tienen que hacer para la salida de los puertos. “A pesar de la baja de las importaciones hay retraso”.

Conindustria: Hace 17 años había en el país 12.700 empresas y en este momento solo quedan 4.000

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El presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, lamentó que faltan cinco meses para que se termine el año y hasta el momento, no se han tomado medidas para que la industria pueda reactivarse. “Si no se le otorga capacidad a las empresas del país para operar, no se logrará modificar la estructura de precios para aceptar algún dólar que se pueda transar libremente entre personas, los empresarios estamos a favor de que existan políticas para que generen la producción”.

Para Olalquiaga es lamentable que continúe corriendo el tiempo. En este “limbo que está la economía venezolana hace que no se pueda producir hasta que no se tomen las medidas correctivas, para poder pagar las deudas con los proveedores internacionales, las empresas continuarán apagándose”.

Para el presidente de Conindustria, el Ejecutivo Nacional no tiene las competencias para entender cómo manejar la economía, y en ese sentido será muy difícil poder importar la materia prima. “El hecho que vayan masivamente venezolanos a buscar productos cotidianos en la frontera, refleja el nivel de empobrecimiento en el cual está el país, somos un país empobrecido en estos últimos años”.

“El impacto para la industria es negativo porque los ciudadanos salen a través de la frontera para buscar los productos, los países debe tener un balance comercial, donde se exporten los productos y poder tener renta”, indicó Olalquiaga en el programa A Tiempo de Unión Radio.

Agregó que durante estos 17 años se ha destruido las fábricas. “Había 12 mil 700 empresas cuando inició el gobierno del presidente Chávez y para la fecha estimamos que quedan cerca 4 mil, y por esa razón en la actualidad no tenemos como suplirlos y el resultado es, salir corriendo para otro lado”.

“El Ejecutivo Nacional debe articular con la AN las políticas necesarias para poder enrumbar al país, para los empresarios industriales apoyar el revocatorio es revocar un modelo económico que ha fracasado en el país, un modelo que nos ha impulsado salir por la frontera para buscar productos esenciales, tenemos que tener un gobierno que entienda lo que está sucediendo”, sentenció Olalquiaga.

 

Misión hambruna: el fracaso es un éxito, llego el final, ¿qué hacemos ahora? por Alexander Guerrero E

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Un fracaso para unos, también éxito sin celebrar para quienes gobiernan, y con infundadas esperanzas en que conseguirán un mínimo de soportable, suficiente para que el cuerpo aguante. También podemos construir un juego que sume cero, al menos teóricamente, quien “gana” pierde y quien “pierde” gana, claro, un juego absurdo y perverso, que muestra un patrón recurrente en el diseño y desempeño de políticas públicas – controles y represión-  por un gobierno que, por ello, arrastra el enorme peso de la tragedia socio-económica venezolana como un estandarte en una guerra. Decimos tragedia, porque el mínimo común denominador es una política diseñada para un empobrecimiento general del venezolano, en este caso, eso lo confirma la data. Por cierto, las diferencias “técnicas” entre hambruna y hambre son nimiedades de ociosos, es lo mismo económicamente hablando.

Entre la política y la economía

El patrón recurrente mencionado es la asignación de políticas públicas dirigidas a descapitalizar a la empresa privada liquidando propietarios de clases medias, a desincentivar en términos salariales a la clase media profesional, la que, a través del impacto hiperinflacionario, que trae severos efectos redistributivo negativos sobre sus ingresos, conduce simultáneamente al hombre de a pie a un tipo de servilismo del Estado. Ello quiere decir que el día día no ocurre como consecuencias no intencionadas ni por políticas públicas mal asignadas o equivocaciones producidas en el extremo del ensayo y el error. Se trata más bien de mantener el poder, y si no es por la paz, será por violencia de calle, el miedo, o violentando las reglas del limitado Estado de Derecho, donde el juego político y económico suma cero, un juego donde el perdedor es secuestrado, aunque, ello no impide que él se crea también ganador, apunta a que sus penurias sean premiadas, pese a que sus incentivos pudiesen estar ideológicamente motivados.

Por ello, y en contrario, lo que consideramos fracaso con esos parámetros con la narrativa expuesta en el párrafo anterior, pueden asumirse como triunfo para quienes, en su empeño por sostener el poder, acuden al absurdo, cuando lo observamos del lado del mundo movido por racionalidad, tanto en los mercados de bienes y servicios como en el mercado político. Por ejemplo, al empobrecer al ciudadano se le desempodera del rendimiento y valorización de sus activos, se le arruina y se les ultiman sus incentivos por la libertad y la defensa de sus derechos, propiedad y vida; se le convierte -y sobran los ejemplos- en servil de una causa, de un Estado, de un Gobierno, domesticado, empobrecido e inútil para el progreso.

El empobrecimiento, un estadio para el servilismo ante el Estado

Servil de los intereses de grupos políticos -civiles y militares- y mercaderes para quienes el control del poder es un juego de excelso rent-seeker, grupos que capturan renta -dineros públicos- por privilegios y corrupción facilitada por el uso del poder y de una causa que en la realidad es el inverso de su propuesta de redención social, pero en un universo confundido y luchando a veces sin guías espirituales, ideológicos, todos creen que luchan, pero pasan los años, ya  es hora de aprender y bajar el nivel de la improvisación natural del trópico. El hombre que en esas condiciones invierte, tendrá que conformarse con una especie de capitalismo “crony”, es decir, un mercantilismo soez como el que proponen de nuevo Maduro y Padrino, este último un aprendiz de brujo, pero con bayonetas en sus manos, un mundo de altos riesgos y por ello elevadas tasas de retorno.

¿Cuál fracaso?

Entonces, hablamos de “fracaso” porque el gobierno en autos que sus políticas están dirigidas a empobrecer al ciudadano, no tiene escrúpulos en notar que sus objetivos sean criminales porque les es más fácil doblegar política y socialmente a un pobre y convertirlo en servil del Estado e intereses de quienes gobiernan, que a un ciudadano empoderado con su propiedad, su voluntad política que emerge del derecho de propiedad anterior, en el caso de las clases medias profesionales, comerciantes, agricultores, industriales, emprendedores en  general.

Ellos son los sectores de mayor avance social y personal, y pueden decidir cambiar de lugar y país para buscar otros horizontes que les permita llevar a cabo sus sueños, el emigrante de ayer, el que llegó a Venezuela, un paraíso para trabajar y obtener cosas, familia e hijos prósperos, y hoy a quien emigra a otro país, buscando lo que perdió en Venezuela. El país en el primer caso, gana, en el segundo pierde.  Habrá que rehacer el país para que vengan propios y extraños, y Venezuela vuelva a ser un país donde el trabajo rinde y enriquece.

Empobrecimiento

Pero las mayorías del país empobrecido, no pueden movilizarse, tendrían que mojarse la espalda o lanzarse al mar como los cubanos, pero algunos se pliegan del poder, otros mantienen su lucha, mientras esa mayoría ha sido empobrecida para el servilismo. La resistencia política por sus derechos es limitada, reprimida a sangre y a fuego, los cuerpos represivos han sido armados y entrenados para la represión de corte fascista y comunista por cubanos y nazis, y se ejecuta sin límites. Nos encontramos en ese portal, veamos algunos números fáciles de conseguir y comprender.

El per cápita del venezolano en el 2008 alcanza los 14.000 dólares, algo inflado, por cierto, pero era el comienzo, hoy se encuentra por debajo de 4000 USD estimado a una paridad alrededor de 890 bs/$. Hace cuatro años el 50% de la población se servía de un salario mínimo para sobrevivir, con el cual apenas adquiría una canasta básica, hoy el 71% está en el salario mínimo, y para comprar la misma canasta básica, requiere 11 salarios mínimos, utilizando las canastas básicas y alimentaria la inflación está en el orden de 890 % y 1250%.

El salario mínimo se distribuye por igual entre marginales, obreros, profesionales, artesanos, trabajadores de los servicios, entre ellos el salario no distingue esfuerzos destrezas y productividad, el socialismo los igualo, las universidades dejaron de ser la escalera social. Hoy somos más iguales, recordando que la igualdad que muchos pregonan solo es posible, económica y matemáticamente hablando con los ingresos y salarios reducidos, cosas de la estadística que no se comprende con facilidad. En ese orden, la canasta básica y alimentaria requieren 11 y 7 salarios mínimos, hace tres años era un salario mínimo, la inflación alcanza un numero en 1250% midiendo salario contra dólar. Así, ese empobrecimiento ha sido inédito en el continente, ningún país sufrió ese descalabro social que hoy muestra el venezolano medio en tan poco tiempo, el ingreso fiscal petrolero que fue abundante entre 2005 y 2012 fue pulverizado entre malas inversiones, derroche, burocracia, corrupción, los males del socialismo.,

¡Disciplina militar, otro oxímoron!

Maduro y Padrino, la nueva bicefalia del poder político de la revolución dicen que ellos profundizarán la presencia del Estado, la intervención, -Padrino declara que va a intervenir más empresas- para poder ganar la “guerra económica” contra el enemigo, empresarios, utilizando el mismo instrumental que ha utilizado Maduro desde 2013 y el cual postró la actividad económica hasta alcanzar niveles de colapso, emergencia y degradación, con más inflación y una severa contracción de la actividad económica. Además de la colosal migración de profesionales y clase media en una oleada que alcanzaría los últimos dos cientos cincuenta mil ciudadanos residentes en Venezuela de un gobierno cumpliendo una meta subyacente cuyo cumplimiento data desde los discursos xenófobos de Chávez.

Desde luego que es un fracaso o quizás una acción criminal contra Venezuela, pero es obvio que los niveles de resistencia social y política disminuyen tal cual como se ha visto en estos últimos tres años, pese a la corriente de hambruna que ya ha llegado, donde la violencia del Gobierno bicéfalo, represión y penalización de lo económico, si bien podrían ejecutarlo del poder, por ahora se han permitido sobrevivir pese al colapso por ellos causado y hasta podría extender su poder revolucionario agravando, aún más, las condiciones de precariedad del venezolano, independiente que sentamos que su fin ha llegado.

De ser así, hemos presenciado a una claque de desalmados vengarse un país empobrecerlo y largarse con los puentes montados para un retorno por sus invitados al bananal petrolero de ayer, Zapatero, Leone, Samper, y los Castro, ahora con el apoyo del Vaticano y Obama que ya languidece. Veamos en esencia la efectividad del rechazo al gobierno se desvanece en la bruma de la conciliación y el dialogo y de algunos sectores de la oposición que lucen empatados con lo que llaman transición que es más de lo mismo con otras caras.

¿Así lo ven ellos; como lo vemos nosotros?

El ciudadano normal y el científico social que estudia la recurrencia de políticas que no traen soluciones, sino que empeoran el presente e hipotecan el futuro no les queda otra que estudiar las dos dimensiones en las cuales se aprecia las políticas y el comportamiento del gobierno, lo que para nosotros es un fracaso, para ellos es un triunfo. Por nuestro lado fracaso son cuadros de políticas públicas que, aunque presentadas como salvadoras, se sabe anticipado que su impacto será negativo y empobrecedor. ¿Entonces porque el gobierno insiste en lo mismo si la situación empeora?

Hay algo de perverso e intencionado en esas dos dimensiones de las políticas públicas ejecutadas por el gobierno, pero que sabemos traen el mismo signo. ¿Porque el venezolano de bien piensa que el gobierno fracasa?  Porque obra de buena fe y bajo un argumento y comportamiento racional piensa que la apuesta del gobierno no puede ser a empobrecer al ciudadano. Cuando vamos con esta hipótesis, en charlas, presentaciones, sobre nuestras perspectivas de nuestra tragedia, no es fácil convencer al auditorio que el gobierno lo que hace es parte de una agenda destinada para convertir al individjuo en servil del Estado. En la medida que eso ocurre, el domesticamiento colectivo pareciera tomar cuerpo, la evidencia empírica internacional apunta esta ultimo reflexión

Socialismo trajo esto, era un dato, pero, el socialismo tropical duro de roer en Venezuela

El supuesto de esta historia pivotea sobre una verdad difícil de digerir un ser normal, cuyos horizontes e incentivos son la de mejorar su calidad de vida, como parte sustancial de su propia existencia.  Otros bajo el argumento, recurrentemente ingenuo, tanto en las filas del gobierno como quienes enfrentan al gobierno por costumbre o por reacción racional por el sentimiento que le embarga de fracaso tras fracaso. La manera como el gobierno conduce sus responsabilidades obtenidas por el voto, dejando por la misma razón que han fracasado hasta ahora, un fracaso colectivo en tres movimientos, primero Chávez, luego Maduro y Padrino, quien llego al poder con Maduro.

La economía venezolana ha colapsado, con deudas que no puede pagar sin que la hambruna pase a niveles de tragedia, es decir, se agotaron las reservas, y el que las producía por reglas de la política oficial desde hace más de 15 años, exhausto yace colapsado, la industria petrolera nacional, es decir, se acabaron los huevos después que la gallina estaba en tránsito. Así PDVSA quebrada y esa es el concepto técnico, la economía privada reducida a abastos bodegas y quincallas y tres empresas de regular tamaño.

¿Qué nos deja? Un 65% de la gente en las calles está viviendo de tigritos, con una clase media profesional desempleada y migrando al exterior, con las horas laborales gastándose en las colas para rellenar una arepa, cuya masa convertida en mazamorra no alcanza sino para una bala fría, con el parque automotriz envejecido en más de 12 años, sin respuestas, con una población tratando de alcanzar nueve alimentos y una caja de medicinas, todo el mundo tratando de vivir con la inflación, se acabó la norma, el venezolano apela a la violencia para no dejarse arrebatar y con ello la vida, el bocado que le llevo horas encontrar sus insumos, todo en medio de una violencia comparable a la que se da en Siria, Nigeria, Irak, abstrayendo las trifulcas ideológicos religiosas, las víctimas mortales de ese colapso supera los 200 ciudadanos asesinados por semana.

¿Hambre o hambruna o cinismo pre chavista?

Con emergencia declarada en alimentación y salud, el mundo puso los ojos -por fin- con una muerte que era anunciada pero que muchos nunca creyeron, ni aprendieron la historia para ver de que es capaz el comunismo, el nazismo y el fascismo, después de todo parientes de regímenes que eliminan la libertad de sus códigos de comportamiento, destrozan la propiedad privada y dejan al individuo sin sus incentivos para el progreso. Es esto el fin de un modelo traído para destruir lo que teníamos y montarnos una forma de vivir en la violencia bajo la fuerza de las armas de la República en manos de grupos armados, militares y no militares entre los cuales no es fácil trazar una línea que nos diga este es el límite entre el crimen y el derecho, nada de eso, la población siente miedo y terror por ambos sectores armados. Avanzar desde acá sería en círculos dentro del mismo proceso de empobrecimiento evidente en los niveles extremos de pobreza, la cual, ya rompió sus indicadores de tal.

El gobierno, irresponsablemente, pero diría con mayor fuerza, criminalmente, apela a los militares para ordenar el caos que su viaje el colapso ha causado. Así como les dijimos a Maduro y su gobierno que su esquema de controles y estatización puesto a andar en Marzo del 2013 no haría sino empeorar la vida del venezolano,  decide militarizar para ordenar su caos, y son precisamente los militares quienes desde el gobierno,  y quienes son corresponsables del colapso porque ellos controlan más de  la mitad de la administración pública central como ministros, directores de ministerios, empresas públicas, etc. además de cuidadores de las espaldas de los jerarcas del sistema. La militarización de las bolsas de comidas y la caja de aspirina y el purgante solo traerá más calamidad de la actual, por una razón sencilla, el Estado además de ser fallido, requiere de un bailout, mínimo de unos 65 mil millones de dólares hoy sin ese rescate Venezuela es una nación centroafricana más, y solo nos resta el FMI, pocos quieren ir allí, hay que evangelizarlos, es el last resort, el bombero.

 

 

@AlexGuerreroE
Economist, PhD (London)
http://www.alexanderguerrero.com