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CEV: Desde que inició la pandemia van 200 sacerdotes contagiados y 24 fallecidos
La cifra de los contagiados representa el 10% del total del clero venezolano

 

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) informó a través de un comunicado que desde la llegada del Covid-19 al país, en marzo de 2020, hasta abril de 2021, ha contabilizado 201 contagiados y 24 fallecidos, entre los 2.002 sacerdotes presentes en Venezuela.

La cifra de los contagiados representa el 10% del total del clero venezolano, mientras que los fallecidos a causa del virus retratan el 11,9% de los contagiados, y el 1,2% del total de presbíteros en el país.

La CEV instó a la ciudadanía a prevenir los contagios de la COVID-19. Resaltó que quienes ofrecen su servicio a la Iglesia no están exentos de sufrir la exposición al coronavirus, pues aún con las restricciones en las iglesias y las medidas de bioseguridad, los sacerdotes no han ignorado su misión como “médicos del alma”.

Al respecto, de las circunstancias del clero en el país ante la pandemia, monseñor José Trinidad Fernández, obispo auxiliar de Caracas y Secretario General de la CEV, expresó que “la vida de la Iglesia no se detiene”, refiriéndose a que la misión continúa y la atención espiritual y social ha procurado continuar, tomando en consideración las medidas respectivas, especialmente la distancia, la desinfección y el uso de tapabocas.

Afirmó que en los tiempos actuales “no estamos para llenar templos, sino para acompañar”.

Papa Francisco pide a curas en México no resignarse ante la violencia

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El papa Francisco celebra misa en el estadio Venustiano Carranza de Morelia, México, martes 16 de febrero de 2016. (AP Foto/Rebecca Blackwell)

MORELIA, México (AP) — El papa Francisco llamó el martes a sacerdotes y monjas a no paralizarse ni resignarse ante la violencia y el narcotráfico que a veces enfrentan en sus comunidades y los convocó a encontrar inspiración en otros que lucharon contra la injusticia.

El vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, estimó en 20.000 el número de curas, monjas y seminaristas que asistieron al estadio con el papa, además de que alrededor de 300.000 personas salieron a las calles para recibirlo en Morelia, capital del estado occidental de Michoacán que se ha visto marcado por la violencia y la penetración del narcotráfico.

«El papa está muy feliz», dijo el portavoz.

El pontífice preguntó: «¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad?».

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Monjas agitan banderas miebtras aguardan al papa Francisco en el estadio Venustiano Carranza de Morelia, México, martes 16 de febrero de 2016.  (AP Foto/Rebecca Blackwell)

El mismo papa respondió que esa tentación puede resumirse como «resignación», la cual «nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino». Pidió hacerle frente y seguir el ejemplo de otros, como Vasco de Quiroga, un obispo español que en el siglo XVI enfrentó las injusticias que vivían los indígenas.

El encuentro con los religiosos fue un guiño a la Iglesia después del sonoro regaño que lanzó el sábado a la alta jerarquía católica mexicana, cuando pidió a los obispos estar más cerca de su pueblo.

Calificó la resignación como «una de las armas preferidas del demonio» y dijo que caer en ella «nos frena para arriesgar y transformar».

La violencia que diversas zonas de México han padecido ha dejado desde 2006 más de 100.000 muertos y unos 27.000 desaparecidos. Michoacán llegó a ser uno de los estados más afectados por la presencia del narcotráfico, uno de cuyos carteles penetró incluso actividades como la minería y la producción de limón y aguacate.

Algunos sacerdotes también han sido víctimas de la violencia.

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Un obispo toma fotos durante una misa del papa Francisco en el estadio Venustiano Carranza de Morelia, México, martes 16 de febrero de 2016. (AP Foto/Rebecca Blackwell)

«A veces la violencia nos ha hecho bajar los brazos, bien por desánimo, por costumbre, o por temor», dijo Fausto Méndez, un seminarista de 23 años de la orden de San Agustín que asistió a la misa. «Por eso el papa viene a decirnos que no tengamos miedo a hacer lo correcto», añadió.

Gerardo Sandoval, seminarista de 19 años de la misma orden, admitió que en ocasiones se sienten solos, pero el mensaje de Francisco les sirve para saber que no lo están. «Los tiempos son difíciles, pero nuestra fe no decae», dijo.

El papa fue recibido entre ovaciones de sacerdotes, monjas y seminaristas que callaron para la misa pero luego reanudaron los gritos y cantos.

«¡Se ve, se siente, el papa está presente!», gritaban. «¡Francisco, hermano, ya eres mexicano!».

La visita del papa a Morelia es vista también como un gesto hacia el arzobispo de Morelia monseñor Alberto Suárez Inda, hasta ahora el único cardenal mexicano nombrado por Francisco y quien -como Francisco- ha llamado a la jerarquía católica a dejar de lado sus cómodas vidas para convertirse en «pastor de sus ovejas» y acompañar a la gente en los momentos duros que pasa el país.

«Él comparte las exigencias del papa de alejarse de una mirada adormecida. Es un hombre crítico pero que puede dar respuestas», dijo a The Associated Press el padre Leopoldo Sánchez, vicario de pastoral y mano derecha de Suárez Inda los últimos 20 años.

«Tiene la habilidad para tender puentes y relacionarse de igual forma con el gobierno y con los indígenas», aseguró este sacerdote, quien también es el encargado de la visita del papa a Morelia.

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El papa Francisco celebra la misa en el estadio Venustiano Carranza en Morelia, México, el martes 16 de febrero de 2016.  (AP Foto/Gregorio Borgia)

Michoacán es cuna de sanguinarios cárteles y un importante centro de distribución de drogas que por años estuvo dominado por el cartel de la Familia y luego el de Los Caballeros Templarios.

Cansados de la violencia de los últimos años, habitantes de Michoacán se armaron en 2013 y crearon grupos de autodefensa para enfrentar a los narcotraficantes.

Este movimiento espontáneo, aplaudido inicialmente por la población, también extendió la violencia por decenas de municipios e incluso terminó dividido y penetrado por algunos narcotraficantes a los que antes combatía.

«Nunca va a haber paz en Morelia aunque venga el papa o quien sea, porque estamos en manos de la mafia, desde la policía a los políticos», dijo pesimista José Luis López, un hojalatero de 43 años.

Tras el surgimiento de las autodefensas, las autoridades federales iniciaron una nueva ofensiva contra el cartel de Los Caballeros Templarios y capturaron o mataron a sus principales líderes. También fueron arrestados funcionarios estatales y municipales que trabajaban para el grupo.

«La situación ahora se calmó un poco en los últimos meses pero los problemas siguen intactos», aseguró López a pocos metros de las cruces blancas pintadas en el suelo en recuerdo de los ocho muertos que dejó un ataque con granadas durante la celebración de la independencia en 2008.

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El papa Francisco arriba a una misa en el estadio Venustiano Carranza en Morelia, México, el martes 16 de febrero de 2016.  (Foto AP/Gregorio Borgia)

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Religiosos animan y cantan mientras esperan la llegada del papa Francisco al estadio Venustiano Carranza en Morelia, México, el martes 16 de febrero de 2016.  (Foto AP/Rebecca Blackwell)

 

Papa Francisco dice a obispos estadounidenses que los abusos sexuales no pueden repetirse

PapaFranciscoEnWashington

 

El papa Francisco pidió este miércoles a los obispos estadounidenses que trabajen para que los casos de abuso sexual de niños que sacudieron a la Iglesia Católica no se repitan nuevamente.

“Sé cuánto les ha hecho sufrir la herida de los últimos años, y he seguido de cerca su generoso esfuerzo por curar a las víctimas, consciente de que, cuando curamos, también somos curados, y por seguir trabajando para que esos crímenes no se repitan nunca más”, dijo el pontífice argentino durante una sesión de oración con los prelados en una iglesia de Washington.

Francisco ha adoptado medidas severas contra la pedofilia, pero en Estados Unidos su decisión de no reunirse con víctimas de abuso sexual por sacerdotes decepcionó a muchos seguidores.

Unos 6.400 sacerdotes católicos han sido acusados de abusar a menores en Estados Unidos entre 1950 y 1980, pero activistas creen que el número puede ser mayor.

Expertos dijeron en el Vaticano en 2012 que la cifra de menores estadounidenses víctimas se acerca probablemente a 100.000.

Muchos obispos y el Vaticano también han sido acusados de proteger a los sospechosos de abuso y despreciar a las supuestas víctimas.

El papa Francisco aceptó en junio la dimisión de los dos obispos que encabezaban una diócesis de Minnesota (norte de Estados Unidos), el arzobispo John Clayton Nienstedt y su adjunto Lee Anthony Piché, como reclamaban grupos de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes.

Las revelaciones de estos casos ha provocado líos financieros para la Iglesia estadounidense.

Francisco: Si los curas que confiesan no son misericordiosos, que hagan otra cosa

papa francisco

El papa Francisco instó hoy a los sacerdotes a ser misericordiosos con las personas que se confiesan y dijo que si no tienen intención de serlo que pidan hacer otra cosa, como «trabajos de administración».

El pontífice hizo esta afirmación durante su homilía de la misa matutina que celebra cada día en la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta.

«El Señor, el Padre es muy misericordioso. Siempre nos perdona y siempre quiere hacer las paces con nosotros», dijo el pontífice argentino, según Radio Vaticana.

Y entonces se dirigió a los sacerdotes: «Si tú, cura, no crees que puedes ser misericordioso, pues dile a tu obispo que te dé un trabajo de administración, pero no bajes a confesar, por favor».

«Un cura que no es misericordioso hace mucho daño en el confesionario. Da bastonazos a la gente», agregó.

Francisco afirmó que «San Pablo enseña que hay que vestirse de sentimientos de ternura, de bondad, de humildad, de mansedumbre y de magnanimidad».

Aseguró que «el estilo cristiano» no es el de la «soberbia, no es la condena y no es hablar mal de los demás» sino el de «apoyar a los demás, perdonar y ser misericordiosos».

En su sermón, Francisco reiteró su llamamiento contra la guerra y la producción y tráfico de armas y lamentó que haya «tantos hombres y mujeres que trabajan tanto en su vida para fabricar armas que matan y se manchan de sangre inocente».

«Existe la guerra, pero existe también la maldad de preparar la guerra, de fabricar armas contra el otro para matarle. La paz salva, te hace vivir, la guerra te aniquila, te lleva a lo más bajo», dijo.

Jorge Bergoglio también destacó que la guerra es la que existe a veces en las mismas comunidades cristianas y que es necesario que se haga antes la paz entre las personas.

«Si tú no sabes perdonar, no eres cristiano porque no has hecho lo que ha hecho el Señor, y si no perdonas, no puedes recibir la paz del Señor», dijo.

Papa Francisco pide a sacerdotes que no traten a los divorciados como excomulgados

PapaFr

 

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Los católicos divorciados que vuelven a casarse y sus hijos merecen un trato mejor de la Iglesia católica, dijo el papa Francisco el miércoles, y advirtió a los párrocos en un discurso que estos católicos no son excomulgados, aunque en ocasiones se los trate como tales.

La tradición católica indica que los católicos divorciados que vuelven a casarse viven en pecado, y no tienen permiso para recibir la comunión. Muchas de estas personas se sienten abandonadas por la Iglesia.

El énfasis de Francisco en la importancia de la misericordia para el liderazgo de la Iglesia ha despertado esperanzas entre muchos católicos divorciados de que levante el veto a la comunión. Los católicos divorciados que no forman una nueva unión sí pueden comulgar.

En los próximos meses el Vaticano realizará una reunión de un mes sobre problemas familiares, continuación de un encuentro similar el año pasado que despertó esperanzas entre católicos divorciados y vueltos a casar de que se levantaría rápidamente el veto.

En sus declaraciones más recientes sobre el divorcio, Francisco no llegó tan lejos, pero insistió en un cambio de actitud en la Iglesia. «¿Cómo nos ocupamos de aquellos que, tras el fracaso irreversible de su lazo familiar, formaron una nueva unión?», se preguntó.

«La gente que inició una nueva unión tras la derrota de su matrimonio sacramental no está excomulgada y de ninguna manera debe ser tratada de esa manera», dijo Francisco a peregrinos y turistas en su primera audiencia general después de unas vacaciones de verano. «Siempre pertenecen a la Iglesia».

El pontífice reconoció que el magisterio de la Iglesia se opone a «formar una nueva unión» después del divorcio.

«La Iglesia sabe bien que esa situación contradice el sacramento cristiano» del matrimonio. Pero siempre debe «buscar el bienestar y la salvación de las personas», afirmó.

Se preguntó cómo la Iglesia puede insistir en que los niños de matrimonios fallidos sean educados por sus padres «con el ejemplo de una fe convencida y practicada si mantenemos (a los padres) alejados de la vida comunitaria como si estuvieran excomulgados».

Exhortó a los párrocos a «no agregar un peso adicional al que deben soportar los niños en esta situación. Desgraciadamente, el número de estos niños y jóvenes es muy grande».

Papa aprueba procedimiento para juzgar a obispos en casos de pederastia

PapaFracisco

 

El papa Francisco creó un nuevo tribunal en el Vaticano para conocer casos de obispos que no protegieron a menores del abuso sexual por parte de sacerdotes, el paso más importante que da la Santa Sede para llamar a cuentas a los prelados.

Durante años, el Vaticano ha sido criticado por grupos defensores de los derechos y otros por no castigar o retirar de su cargo a obispos que encubrieron a sacerdotes que violaron o abusaron de niños. Aunque en abril Francisco aceptó la renuncia de un obispo estadounidense que fue condenado por no informar acerca de un presunto abusador de menores, el religioso no fue obligado a dejar su cargo.

El Vaticano informó el miércoles que Francisco aprobó las propuestas hechas por la junta asesora sobre abuso sexual. Se creará un mecanismo bajo el cual la iglesia puede revisar quejas de abuso en un obispado y adjudicárselos a ésta. Además establece una sección judicial especial dentro de la Congregación de la Doctrina de la Fe que «juzgará a los obispos respecto de los crímenes de abuso del cargo cuando esté relacionado con el abuso a menores», informó la Santa Sede.

La Congregación está revisando actualmente todos los casos de sacerdotes que abusaron de menores.

El Vaticano indicó que el cardenal Sean O’Malley, jefe de la comisión especial de abusos nombrada por el actual papa, presentó la propuesta a los cardenales asesores del pontífice, quienes están reunidos esta semana. El panel aprobó las medidas, al igual que Francisco, quien autorizó financiamiento para el personal de la nueva oficina, indicó el Vaticano.

El portavoz vaticano, el reverendo Federico Lombardi informó que ahora hay un proceso específico donde el Vaticano puede lidiar con obispos que son negligentes al manejar los casos de abuso en sus territorios.

El pontífice, según explicó el portavoz vaticano, Federico Lombardi, aprobó cinco propuestas en este sentido que marcan un procedimiento jurídico que hasta ahora no existía.

La primera es que en este tipo de delito será competencia de tres congregaciones, la de los Obispos, la de la Evangelización de los Pueblos y la de las Iglesias Orientales, que podrán recibir y examinar las denuncias que cualquiera presente contra los obispos por abuso de poder.

Será la Congregación para la Doctrina de la Fe la que se ocupará directamente de este delito en los obispos y se creará una nueva sección judicial en su interior dotada de personal fijo que trabajará ante el Tribunal Apostólico para estos casos.

El papa nombrará además un secretario para ayudar al prefecto (fiscal) respecto a estas nuevo procedimiento y quien será, de hecho, el responsable de esta nueva sección judicial, según explicó Lombardi.

«Esta sección y el personal se ocuparán también para los procesos penales por abuso de menores y de adultos vulnerables por parte del clero», añadió el portavoz. Este nuevo procedimiento será aprobado para los cinco próximos años, tras los que se valorará su eficacia.

Hasta ahora no se podían poner denunciar los comportamientos de los obispos por este tipo de delitos, desde ocultación de casos de pederastia o gestión de las diócesis, y por ello, en la última reunión del C9, O’Malley había expresado su preocupación por este tema y la necesidad de darle una respuesta.

De hecho, la ley canónica prevé sanciones para los obispos negligentes con sus deberes, pero nunca se ha sabido que el Vaticano castigue a un prelado que encubrió a un abusador. Ahora con estas protestas, «el proceso está definido», dijo Lombardi.

 

* Con información de The Associated Press y EFE

Los curas están estresados por José Manuel Vidal

Exceso de trabajo, pérdida de relevancia social y mala imagen por la pederastia, causas del malestar. Uno de cada tres sufre estrés.

Son cada vez menos, más mayores y se les acumula el trabajo. Como consecuencia de la sobrecarga laboral, de su pérdida de relevancia social y de los escándalos de la pederastia, los curas católicos están deprimidos y estresados. Uno de cada tres sufre estrés crónico, según un estudio del misionero comboniano y psicoterapeuta italiano Giuseppe Crea. Y es que no es nada fácil ser cura en el mundo de hoy. Aunque tengan trabajo fijo, como asegura la Conferencia episcopal española, a muchos se les acumula el estrés y los problemas psicológicos.

A pesar de haber disminuido drásticamente el número de sacerdotes, la Iglesia católica todavía cuenta en el mundo con un ejército de 410.593 clérigos. Un gran número en sí mismo, pero insuficiente para cubrir las necesidades eclesiales. La mies es mucha y los obreros siguen siendo pocos. La Iglesia no sólo necesita más curas, sino también cuidar la salud espiritual, física y psíquica de los que ya tiene.

Por eso, en estos últimos tiempo, a la jerarquía eclesiástica le preocupa sobremanera el bienestar psíquico de su clero. Tanto que acaba de celebrar en la Universidad Pontificia salesiana de Roma un relevante congreso con este sugerente título: «Sacerdotes en el diván. Bienestar y malestar en el trabajo pastoral».

‘Problemas psicológicos’

Todos los especialistas presentes coincidieron en asegurar que «el clero católico tiene problemas psicológicos». Con una tipología específica y muy amplia, que puede ir desde el simple malestar a la depresión profunda, desde el «estrés en la actividad pastoral» hasta el rigorismo en la concepción del ministerio sacerdotal y las neurosis.

El estrés y los demás problemas psicológicos de uno de cada tres curas es tal, que, muchas veces, terminan sufriendo el síndrome del burnout. Es decir, se trata de sacerdotes que se sienten agotados, desmotivados, desilusionados, cansados, en una palabra «quemados». Como mariposas con las alas chamuscadas por una vela.

Según otro estudio del psicoterapeuta inglés Leslie Francis, profesor de la Universidad de Warwick (Reino Unido), las causas del burnout de los curas son múltiples y variadas. Una de las principales, a su juicio, es «la enorme carga laboral que desempeñan». Porque los curas no tienen horario y están a disposición de sus fieles a cualquier hora del día y de la noche.

Expendedores de sacramentos

Además, como cada vez son menos, tocan a más trabajo pastoral. Es decir, hace unos años, cada parroquia disponía de su propio párroco. Desde finales de los 60, no hay relevo generacional (son muchos más los que mueren y los que se salen que los que entran y permanecen). En el ámbito rural, los curas tienen varias parroquias. Los hay con más de una docena. Y eso significa multiplicar las misas y la administración de los sacramentos. Curas convertidos en meros expendedores de sacramentos. Y, en las ciudades, las parroquias que antes tenían un párroco y tres o cuatro coadjutores, ahora tienen que contentarse con el párroco solo.

A la excesiva carga laboral se unen otras variables propias de la condición clerical. Por ejemplo, son frecuentes los conflictos de los curas entre sí. Conflictos derivados, en ocasiones, del salto generacional entre los jóvenes y los viejos, o de las diferencias profundas entre los conciliares y los postconciliares, los progresistas y los conservadores o los que buscan hacer carrera y los que se entregan a fondo perdido a la gente.

A los problemas de relación interna hay que añadir la «excesiva presión psicológica a la que los fieles someten a sus curas», que son servidores y líderes a la vez. Una presión de doble cara. Por un lado, los fieles que los buscan continuamente como punto de referencia o decisores absolutos en todos y cada uno de los asuntos de la propia conciencia, de la familia o de la parroquia. Por el otro, el cupo de fieles desinteresados y alejados, indiferentes o, incluso, contrarios a los sacerdotes. Un sector que, a causa de la secularización creciente, aumenta sin parar y cuestiona el celo sacerdotal y pastoral de los curas, que asisten, impotentes, a esta sangría continua y creciente de fieles.

Pérdida de relevancia social

Es evidente que, en las últimas décadas y especialmente en los países más desarrollados, el rol del cura ha perdido prestigio y relevancia social. «Los curas han experimentado grandes cambios en cuanto a relevancia social, perdiendo parte e la autoridad que tenían», reconoce Florentino Fernández rector del seminario mayor de Zamora.

Más aún, en los últimos tiempos, a la pérdida de autoridad social se le ha añadido la de la autoridad moral, ocasionada por el escándalo de la pederastia de las llamadas «manzanas podridas» del clero. «Los últimos escándalos de la Iglesia han perjudicado mucho la imagen del sacerdote», añade el rector zamorano. La lacra de algunos miembros del clero manchó a todo el colectivo y hasta afectó a sus relaciones pastorales con niños y familias.

Mal vistos y, encima, solos

El cura católico es un hombre obligatoriamente célibe, que suele vivir sólo y sin familia cercana. Antes, las hermanas de los curas solían acompañarlos y ejercían de amas de casa. Ahora, la inmensa mayoría tiene que vérselas con una soledad casi absolutaen la casa parroquial. Muchos terminan sintiéndose «solterones sin afecto».

Y a la soledad personal, cada vez más difícil de encajar y soportar, se une la soledad pastoral o ministerial. Los curas son amos y jefes de sus parroquias, apenas saben delegar y los órganos de corresponsabilidad de los laicos, puestos en marcha después del Concilio, se han ido desactivando, en aras de un presbítero cada vez más sacralizado y solitario. Solos en sus casas y solos en sus iglesias.

Fraternidad y oración

Para salir del síndrome del burnout, lo primero que debe hacer el cura, según los especialistas, es reconocer que tiene un problema de estrés agudo. «El sacerdote que no reconoce sus problemas relacionales, psico-afectivos, de estrés, en una palabra el que no reconoce sus propios límites y no admite que necesita ayuda, tiende a sumirse en la depresión. En cambio, reconocer su propio estrés lo ayuda a ser más auténtico en el servicio pastoral», explica el autor del estudio, padre Crea.

Tras reconocerlo, para salir del estrés, los expertos proponen a los curas tres recetas: oración, fraternidad sacerdotal (es decir pedir ayuda y buscar refugio y consuelo entre los compañeros), y, por supuesto, ponerse en manos de especialistas. Sobre todo, cuando los síntomas se hacen evidentes: nerviosismo, tensiones, saltos de humor o, simplemente, no disponer de tiempo libre alguno, para leer, relajarse, escuchar música o ir al cine.

Al ser una profesión de ayuda, el cura necesita tener una gran solidez personal, religiosa, mental y psicológica. Para cargar siempre con los problemas de los demás. De ahí que, como dice el jesuita Hans Zollner, vicerrector de la Universidad Gregoriana de Roma, «la vocación sacerdotal sea una de las más difíciles de vivir». Una vocación que puede situarse entre dos polos. Por un lado, la euforia del joven cura que se siente distinto y hasta elegido de Dios. Por el otro, la fragilidad, al tratarse de una vocación sin soporte externo ni en la familia ni en la sociedad. No es de extrañar que uno de cada tres curas termine estresado o con el síndrome del ‘quemado’.

José Manuel Vidal

El Mundo de Espña