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Podcast | Tres en uno: Negociaciones Biden-Maduro, aumento del salario mínimo y Venezuela postcovid

En el episodio 157 de este podcast informativo, tres grandes reportajes destacaron esta semana por la alianza entre los portales RunRun.es, TalCual y El Pitazo.

Negociaciones Biden-Maduro: ¿Qué elementos hay sobre la mesa?, es el reportaje que destacó por El Pitazo esta semana. La posibilidad de que Venezuela le venda petróleo a Estados Unidos también estuvo en el ambiente y por supuesto la relación estrecha que tiene el gobierno de Maduro con Rusia, país que mantiene en vilo al mundo luego de que a finales de febrero decidiera invadir Ucrania.

Expertos no esperan incremento de precios por aumento “artificial” del salario mínimo, es el reportaje de TalCual que expone que en anteriores ocasiones, cada vez que el gobierno de Hugo Chavez o Maduro decidía aumentar el sueldo mínimo no era una cuestión de alegría para el pueblo venezolano.

Por Runrun.es resaltó el trabajo Venezuela postcovid: el cambio en la vida de los ciudadanos que forzó la pandemia. Hace dos años, un 13 de marzo, la vicepresidenta de la Republica Delcy Rodriguez anunciaba los primeros casos de Covid-19 en Venezuela y con ello la vida no volvería ser igual en el país. Desde el obrero hasta el ejecutivo, pasando por el estudiante, la cotidianidad del venezolano dio un giro de 180 grados y a las ya adversidades propias de la nación hubo que agregarle la presencia de un virus inesperado.

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El último chance de nuestra industria petrolera
La invasión de Rusia a Ucrania le ha abierto a Venezuela la última oportunidad de recuperar la industria petrolera. Tristemente, todo parece indicar que no la aprovecharemos

 

@luisoliveros13

La invasión de Rusia a Ucrania le ha abierto una importante oportunidad a la industria energética venezolana. Tal vez la última oportunidad que tendrá Venezuela de recuperarla. Tristemente, todo parece indicar (por el camino que vamos), que no la aprovecharemos.

Hoy ocurre una reconfiguración en el mercado energético, ya no solo en la matriz energética sino también entre países. El petróleo y el gas de uno de los principales exportadores mundiales hoy “son tóxicos”; por lo tanto, se buscan países que puedan sustituirlos. Por ejemplo: el espacio que hoy deja Rusia en el mercado petrolero norteamericano es perfecto para el inicio de la recuperación de la industria petrolera de Venezuela.

Pero esa industria atraviesa un momento muy delicado. Su deteriorada infraestructura, su frágil institucionalidad, sus mermadas finanzas, el default de su deuda, etc., se combinan con las sanciones norteamericanas para mostrar una situación compleja y un futuro bastante pesimista. 

Por si fuera poco, a Venezuela le ha surgido un nuevo inconveniente: enfrenta una enorme competencia en el mercado petrolero y gasífero. Solo en la región debe buscar diferenciarse (para atraer capitales, maquinarias, personal, etc.) de países como Guyana, Surinam, Ecuador, Brasil, Bolivia, México, Argentina y de Colombia (quien abiertamente le ha dicho al gobierno de Biden que ellos son unos productores más confiables que nosotros, a pesar de tener un R/P de apenas 7 años y con una inestabilidad política en crecimiento ante la posibilidad, cada vez mayor, de un triunfo de Petro en las próximas elecciones presidenciales).

Nuestra industria energética implora cambios urgentes y radicales en su marco legal, necesita reconstruir su infraestructura, salir del default, atraer capitales y personal, flexibilizar las sanciones. Sin esto último, todos los arreglos que se puedan hacer serán infructuosos.

Ya es un hecho que de los más de 300.000 millones de barriles que tiene Venezuela en reservas, solo un porcentaje muy bajo es lo que vamos a poder extraer. Cada día que pasa y no se logra alcanzar un proceso de reactivación, el porcentaje recuperable de nuestras reservas disminuye y el trabajo que hay que hacer es mayor. Si queremos sacarle el mayor provecho posible a la Faja, a las reservas de gas, etc., Venezuela debe buscar volver a estar en las grandes discusiones sobre energía en el mundo, mostrando su enorme potencial, su disponibilidad, su confiabilidad. Para eso hacen falta profundos cambios. Tal vez demasiados para la voluntad, el ego y la poca preocupación por la gente de buena parte de nuestra dirigencia política.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Venezuela dependerá más de las importaciones y otros efectos del conflicto en Ucrania
Asdrúbal Oliveros advirtió que estos aumentos en los precios por la situación en Ucrania se sentirán de manera inmediata en Venezuela

 

Este miércoles, 16 de marzo, el economista  y socio-director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, aseguró que este año la dependencia de Venezuela de las importaciones será mayor, producto del conflicto entre Rusia y Ucrania. 

«Rusia y Ucrania son grandes productores de commodities y de commodities de alimentos y eso tiene un fuerte impacto para países como el nuestro, que tienen unos niveles de pobreza muy elevados», dijo Oliveros en entrevista con Román Lozinski por el Circuitos Éxitos.

El economista indicó que, en este año, el consumo privado en Venezuela aumentará el doble que la producción, lo que exacerbará la dependencia de las importaciones y representará un incremento en los precios de los alimentos. 

Sobre las posibles consecuencias del conflicto entre ambas naciones para el país, Oliveros afirmó que puede haber escasez y encarecimiento de varios productos nacionales. 

La empresa privada también sufrirá 

Asdrúbal Oliveros explicó que el sector privado venezolano, que es el principal importador, no tiene financiamiento internacional, y ese es uno de los principales problemas, por ende, tiene que pagar de contado y el efecto se siente de inmediato. 

«Todos esos insumos que el sector privado tiene que pagar ahora más caros tienen una incidencia directa en su estructura de costo interna y eso se va a reflejar en los precios, pero además, eso hace que su capacidad de competir con el producto importado disminuya», aseguró. 

Oliveros aseguró que este conflicto puede llevar a la escasez relativa, más presión en la producción y dificultades para que los productores locales consigan los productos que necesitan por el encarecimiento y la falta de financiamiento. 

Una nueva dificultad 

Sobre la producción y venta de crudo, Oliveros señaló Venezuela tiene ahora otro problema y es que Rusia, unos de sus principales socios, es competidor en el mercado de los sancionados. 

«Rusia tiene ahora que vender su petróleo casi en las mismas condiciones que vende Venezuela, pero Rusia produce mucho más y en muchos casos de mejor calidad, también que está mas cerca de los mercados que son naturales de Venezuela como es el asiático», dijo Oliveros. 

El economista cuestionó que no sabe cómo el gobierno de Maduro va a afrontar que su aliado que ahora es su competidor, va a manejar la dinámica de colocación de crudo, la capacidad de cobro y demás cambios logísticos y financieros que al final impactan. 

Prohibido nombrar el país que empieza con “R”
Mientras todo el mundo con sus actos simbólicos somete a los rusos al ostracismo, los que tienen que ofrecer actos concretos siguen sin hacer nada

 

@SoyJuanette

Desde que comenzó la guerra entre Ucrania y el país con “R” los gestos simbólicos para condenar los ataques no se hicieron esperar. Primero la FIFA sacó de un plumazo a la selección de futbol del país que comienza por “R” y termina con “A”.  Después marcas como Apple, Ikea, Adidas, etc., también se fueron de la nación innombrable.

Además, como ya sabemos, al país que gobierna el presidente “P” se le impusieron sanciones económicas para tratar de detener los ataques sobre Ucrania. Sin embargo, al ver que esto no surgió efecto, personas y países continúan aplicando gestos simbólicos por todos lados para tratar de parar la guerra.

Un ejemplo de esto es la heladería Caseratto, ubicada en la ciudad argentina de Córdoba, que dejó de vender el sabor “Crema Rxxa”, como muestra de apoyo a Ucrania. Asimismo, la F1 rescindió el contrato al piloto Nikita Mazepin que nació en el país que no podemos ni mencionar, aunque él no tenga nada que ver con la guerra.

Algo similar hicieron en el Festival de la canción Eurovisión; no, no quiero decir que sacaron a Nikita Mazqepin, sino que no dejaron participar a los paisanos del piloto en cuestión (que tampoco tienen que ver con la guerra) del popular concurso de canto. Igual pasó con el Festival de Cine de Toronto. Y hasta Netflix y TikTok se sumaron a este repudio mundial.

Debo aclarar que las marcas y eventos descritos acá son solo una muestra ínfima. Porque prácticamente todo el mundo eliminó cualquier participación de los ciudadanos rxxos de sus eventos. Y casi todas las compañías conocidas dejaron de prestar servicio en el país que comienza por “r” y termina por “a”.

Pero lo más cumbre ocurrió en el grupo de WhatsApp que tenemos en la familia. Resulta que yo tengo una prima que se llama Sarahí, a quien cariñosamente le decimos “La Rusita” (lo tuve que escribir para que entendieran ¡disculpen!). Por lo que se decidió unánimemente sacarla de todos los grupos familiares, así como de Facebook.

En nombre de mi familia debo aclarar que no tenemos nada en contra de mi prima Sarahí; de hecho, la sacamos de los grupos por culpa de mi abuelo, quien la apodó así.

En fin, este acto ocurrido dentro de mi familia, sumado a los antes descritos en esta columna, tampoco han detenido la invasión a Ucrania.

Afortunadamente somos una sociedad civilizada que no solo ha inventado los más grandes adelantos tecnológicos, sino que sobrevivimos a una pandemia, por lo que somos capaces de escuchar (pero no respetar) a todo aquel que no piense como la mayoría.

Tal es el caso del director de orquesta argentino-israelí Daniel Barenboim, quien el 5 de marzo tuvo la descabellada idea de pedir que no se excluyeran ni a los artistas ni a las obras del país que no se puede nombrar: «No me parece correcto que Occidente cancele automáticamente la colaboración con músicos rusos. La mayoría es gente que no tiene nada que ver con Putin o que no tienen buena opinión de él».

Aquí quiero aclarar y recordar que la invasión la está llevando adelante un gobierno, y no la población de aquel país. Porque mientras la guerra se desarrolla desde escritorios ubicados en los palacios de gobierno, el pueblo siempre es el que se jode (rusos y ucranianos).

En fin, mientras todo el mundo sigue con sus actos simbólicos, los que tienen que ofrecer actos concretos (hola OTAN, hola Unión Europea) siguen sin hacer nada. Bueno casi nada, porque paradójicamente esta semana el gobierno norteamericano, es decir Estados Unidos (tierra donde viven todos los superhéroes tanto de Marvel como de DC), visitó a Superbigote para resolver un eventual desabastecimiento de combustible…

Linda la geopolítica ¿no les parece?

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Plasencia: Venezuela es aliado comprometido de Rusia pero puede hacer negocios con EEUU
«Hacemos negocios de petróleo con empresas estadounidenses desde hace cien años. Nunca les pedimos abandonar al país», afirmó en una entrevista a una agencia turca

 

Venezuela es un «aliado comprometido» de Rusia pero está abierto a hacer negocios con EEUU, dijo el ministro de Exteriores venezolano, Félix Plasencia, en el Foro Diplomático de Antalya, donde este sábado, 12 de marzo, se reunió con el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell.

«Somos aliados comprometidos del Gobierno de Rusia y respetamos a su presidente, (Vladimir) Putin, como un miembro responsable de la comunidad internacional y estamos convencidos de que hará lo mejor para el pueblo», dijo Plasencia en una entrevista con la agencia turca Anadolu realizada en inglés.

Al mismo tiempo, Plasencia respaldó rotundamente un hipotético regreso de las compañías petrolíferas estadounidenses a Venezuela tras los contactos de alto nivel con Washington, la semana pasada.

 

«Hacemos negocios de petróleo con empresas estadounidenses desde hace cien años. Nunca les pedimos abandonar al país. Espero que respeten la soberanía y legitimidad de mi país. Si lo respetan podemos hacer mucho juntos en el negocio del petróleo», dijo el ministro.

Plasencia aseguró que Venezuela produce actualmente un millón de barriles diarios y reiteró que llegará a dos millones a finales del año «con socios fiables, como Rusia, China e Irán», aunque siempre habría espacio para ampliar este comercio a Estados Unidos, subrayó.

La Delegación de la UE en Ankara confirmó en un mensaje en Twitter que Plasencia se había reunido hoy con el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, pero no dio más detalles sobre el encuentro.

 

Ramírez descarta que Venezuela contribuya sustancialmente a balancear el mercado petrolero
Para el exministro de Chávez, la reciente y sorpresiva visita a Caracas de una delegación de EE UU, se debe más a intereses geopolíticos que petroleros

 

 

El exministro de Petróleo, Rafael Ramírez, afirmó que Venezuela no podrá aumentar de forma sustancial su oferta de crudo para compensar la posible ausencia de barriles rusos a raíz de la guerra en Ucrania y las sanciones occidentales impuestas a Moscú.

En declaraciones a Efe, el expresidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA) bajo el gobierno de Hugo Chávez, recordó que la industria petrolera del país caribeño «se vino abajo» en los últimos años.

«No veo que Venezuela pueda contribuir de forma sustancial a balancear el mercado petrolero», dijo Ramírez.

Consideró que la reciente y sorpresiva visita a Caracas de una delegación de EE UU, cuyo gobierno no reconoce como Presidente a Nicolás Maduro, se debe más a intereses geopolíticos que petroleros.

«Creo que Estados Unidos no tiene muchas esperanzas» de que Caracas vaya a compensar el crudo que Washington ha decidido dejar de comprar a Moscú en represalia por la invasión rusa de Ucrania, señaló.

«Lo que interesa es qué movida política hay detrás de esa visita», añadió, y aventuró que, dado el fuerte apoyo ruso a Maduro, Estados Unidos estaría intentando rebajar esa influencia.

En su opinión, Washington «busca ahora, ya que Rusia tiene problemas en su frente europeo, socavarle también (a Moscú) los apoyos en la retaguardia», aseguró en referencia a los aliados del Kremlin más cercanos en la región (Cuba, Nicaragua y Venezuela).

El colapso de Pdvsa

En conversación telefónica desde Roma, donde dice vivir «exiliado» y trabajar como consultor en el área de gas y petróleo, Ramírez acusó a Maduro de haber tratado a PDVSA «como su enemigo».

Se ha dejado de invertir en el sector, se ha «militarizado» la empresa y desmantelado infraestructuras para «venderlas en el mercado internacional de chatarras», recordó.

«En la empresa ha habido una persecución política tremenda, todavía hay más de 150 gerentes de alto nivel que están presos, se han ido de PDVSA unos 30.000 jóvenes ingenieros», agregó.

El resultado es una caída drástica de la capacidad productiva del país, acentuada por las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos a la petrolera estatal.

«Entre 2014 y 2022 el bombeo ha caído en 2,4 millones de barriles diarios (mbd), lo que supone 84% de nuestra (anterior) capacidad de producción. Yo no he visto en la historia de ningún país petrolero un colapso así», denunció Ramírez.

Ahora, Venezuela está produciendo «a duras penas entre 600.000 y 700.000 barriles diarios (bd)», muy lejos de los 3,3 millones de barriles diarios (mbd) que llegó a extraer bajo Chávez.

«Yo, que estuve al frente de la industria durante doce años, no veo cómo Venezuela, aún sin las sanciones norteamericanas, pueda superar el millón de barriles diarios. No hay manera».

Esta afirmación de Ramírez contrasta con los 2 mbd que Maduro dice es la meta del bombeo para este año.

 

Dependencia de Rusia

Pero no todo es la producción, destaca el exministro, también ha colapsado el sistema de comercialización del crudo venezolano.

Se perdió la flota propia de buques de PDVSA, que le permitía transportar directamente «entre 60% y 70% de las exportaciones, que eran en 2013 de 2,5 mbd», rememoró.

Ahora, la mayor parte del transporte del crudo que sale de Venezuela, y que Ramírez estima en apenas 450.000 bd, «está en manos de los rusos o de los chinos».

«El apoyo de Rusia ha sido fundamental para sostener a Maduro en el poder», aseguró, y destacaó que la gran influencia rusa sobre Venezuela causa evidentemente «molestia en Estados Unidos».

Deuda

Con respecto a la influencia de Pekín, la estimó menor que la de Moscú, ya que «los chinos han sido más cautelosos, porque Maduro ha incumplido un conjunto de compromisos financieros con ellos. Y ven la situación de Venezuela como un caos en el que no se quieren involucrar, aunque están ahí».

Explicó que entre 2014 y 2017 Caracas duplicó su deuda con China, hasta totalizar 70.000 millones de dólares, con lo cual buena parte «de la poca exportación que hace Venezuela está altamente comprometida para pagar la deuda con China».

Ramírez fue un firme colaborador de Chávez y diseñó la política petrolera venezolana hasta que fue relevado al frente de PDVSA en 2013 por Maduro, a quien acusa de «traicionar el legado» de Chávez, fundador de la llamada «revolución bolivariana».

En enero pasado, el Tribunal Supremo de Italia rechazó extraditarlo a Venezuela, como reclama la Justicia de ese país, que lo acusa de corrupción.

Corazones rotos en las filas del gobierno y otras consecuencias de acercamiento entre EEUU y Maduro
Ríos consideró que el gobierno de Maduro está siendo “ambivalente” tanto con Rusia como con los norteamericanos, pero que le está sacando provecho al conflicto armado desde todo punto de vista

El acercamiento entre las administraciones de Joe Biden (EEUU) y Nicolás Maduro generó “corazones rotos” y malestares dentro de las filas gubernamentales, de acuerdo con el politólogo Ricardo Ríos.

Durante el espacio “Perspectiva País ¿qué esperar del 2022?”, programa de Medianálisis, Ríos explicó que con este acercamiento se contradice al discurso antiimperialista que expresan desde que están en Miraflores. 

“Esta relación del gobierno de Maduro con Estados Unidos también ha generado corazones rotos dentro de las filas de gobierno, pero para ambos gobiernos de Biden y Maduro está generando un alto costo político», expresó Ríos.

Por otra parte, señaló que hay partes del Senado de EEUU que rechaza las negociaciones con Maduro, mientras que hay silencio por parte de Cuba y China, de los principales aliados políticos de Venezuela.

«Además, este acercamiento generó una crisis interna sabiendo que (Vladimir) Padrino López es afecto y cercano al gobierno ruso”, añadió.

Ríos consideró que, desde el punto de vista político-económico, puede que EEUU  flexibilice las sanciones de Venezuela y quizás eso sea bien visto por muchos internos del gobierno de Maduro.

 

“Biden y Estados Unidos están tomando medidas inmediatas para el impacto de este conflicto porque piensan en su país. Políticamente, habrá cambios en el discurso del gobierno. Ahora, hay muchas dudas razonables en los actores políticos. Cada gesto tiene un peso importante en la actualidad para esos cambios. La visita de los actores del gobierno de Estados Unidos con el gobierno venezolano ya logró cambios», indicó. 

Gobierno «ambivalente»

Ricardo Ríos explicó que EEUU, con su poder e influencia mundial, está comenzando a tomar medidas inmediatas que minimice el impacto, por ejemplo, del alza del barril de petróleo y el precio del galón de gasolina.

“La guerra de Ucrania y Rusia será prolongada y su impacto en Venezuela es que Estados Unidos vuelva a su proveedor de crudo de confianza. La política europea y mundial tendrá un punto de no retorno con Rusia y (presidente Vladímir) Putin y cuando todo esto se encone (efecto embudo), Venezuela puede ser beneficiado”, dijo.

Asimismo, detalló que el gobierno de Maduro es “ambivalente” en su discurso y en su manera de actuar, pero que al final, la guerra le abre las ventanas para recibir una «bocanada de oxígeno» que confirma, políticamente hablando, que el chavismo en Venezuela es quien tiene el poder y maneja los hilos del país.

 

“El gobierno de Maduro está siendo ambivalente con apoyar a Rusia en su conflicto contra Ucrania, pero también en decir que ‘qué bonita se ven las banderas de Venezuela y Estados Unidos’. Ellos (el gobierno venezolano) están mostrando las cartas de respaldo, pero también está intentando mejorar la relación con Estados Unidos. Este acercamiento de Venezuela con EEUU le baja el volumen al gobierno interino de (Juan) Guaidó y oxigena a Maduro, quien está sacando provecho propagandista que le sirve hasta para calmar a sus propios radicales” resaltó. 

La guerra desnuda la realidad venezolana

Ricardo Ríos indicó que la guerra actual entre Rusia y Ucrania desnudó el declive político que sufre el opositor Juan Guaidó, agregando que las estrategias que lo llevaron a ser una esperanza de cambio en Venezuela fueron erradas. 

“Que Estado Unidos haya recurrido a su proveedor de confianza y se acercó a hablar con Maduro y el alto gobierno es para demostrar que tiene el dominio de terreno cuando quiere y porque saben que el apoyo a Guaidó se transformó en algo simbólico, porque es el gobierno oficialista quien tiene el control efectivo de los recursos del país. Ese acercamiento también dejó ver que Guaidó está en un rol opositor que va en declive, que él fue una ventana táctica para una transición que no se dio, pero no es fácil desplazarlo aunque sigue siendo un actor relevante en la oposición venezolana. Guaidó es una referencia política, pero no como gobierno interino”, dijo. 

Además, subrayó que lo que está sucediendo actualmente entre EEUU y Venezuela a raíz de la guerra representa un “cambio” y una “decisión inteligente” del gobierno de Biden sobre todo en contraposición a la política aplicada por Donald Trump, quien estaba en “máxima” presión para salir de Maduro y como no funcionó había que hacer un “giro político”, demostrando también que “las sanciones contra Venezuela por parte de EEUU no fueron efectivas».

 

“Lo que estamos viviendo tiene un alto costo político, pero creo que es una decisión inteligente por parte del gobierno de EE.UU” acotó. 

*Con información de Nota de Prensa

*También puede leer: Delcy Rodríguez se reunió con canciller ruso en Turquía a pocos días de visita estadounidense

#PedagogíaEconómica | ¿Podrá Venezuela aprovechar el alza en los precios del petróleo?
La invasión de Rusia a Ucrania inunda de petrodólares a los países exportadores. Pero la producción de PDVSA está por debajo de los 800 000 b/d

 

@victoralvarezr

Como viene ocurriendo desde hace casi 50 años, cada conflicto bélico suele impactar los precios del petróleo y esto es precisamente lo que acaba de ocurrir. Nuevamente la siniestra fortuna de los países de la OPEP se hace presente. La invasión de Rusia a Ucrania disparó los precios de los crudos e inunda de petrodólares a los países exportadores.

EE. UU. anunció sanciones al petróleo y gas rusos, pero esta medida puede resultar contraproducente para sus propios habitantes y aliados. Debido al peso específico de Rusia en el mercado energético mundial, cualquier alteración de la oferta rusa inevitablemente se reflejará en los precios. Rusia es la sexta reserva mundial de petróleo y la primera de gas natural. Junto con Arabia Saudita y EE. UU. son los mayores productores de crudo. Es el segundo mayor exportador de petróleo y surte a UE, China y EE. UU. Es el segundo mayor productor de gas y el máximo exportador.

La disminución de los suministros de Rusia ya está generando un gran impacto en los precios, que rondan los 130 $/b. Estimaciones conservadoras proyectan en el corto plazo un incremento del crudo marcador Brent a 150 $/b. Si se endurecen y prolongan las sanciones, las proyecciones pueden superar el umbral de 200 $/b.

¿Podrá el país aprovechar el alza en los precios del petróleo?

Según la OPEP, la producción de PDVSA está por debajo de los 800.000 barriles diarios. Los yacimientos están muy deteriorados y ni el Gobierno ni PDVSA tienen suficientes recursos para repotenciar la industria petrolera. Mientras se mantengan las sanciones, será sencillamente imposible atraer las inversiones privadas que se necesitan para aumentar la extracción de crudos y aprovechar la actual tendencia alcista de los precios del petróleo.

Recordemos que la Orden Ejecutiva 13.884 prohíbe a las compañías e inversionistas con intereses en EE. UU. hacer negocios con PDVSA. Esta medida restringe el acceso del gobierno venezolano al sistema financiero internacional y bloquea las propiedades e intereses del Estado venezolano en territorio de EE. UU. El castigo se extiende a personas y empresas privadas que violen o intenten violar las prohibiciones incluidas en esta orden. Al no poder distinguir claramente la naturaleza pública o privada de sus clientes, las compañías extranjeras y banca internacional temen ser víctimas de las sanciones y por eso deciden unilateralmente interrumpir sus negocios con personas y empresas de origen venezolano.

El costo electoral de las sanciones a Rusia

La Administración Biden prohibió las importaciones de petróleo ruso, equivalentes a 670.000 BPD. Los suministros de energía rusa están en riesgo y sin un rápido sustituto esto tendría un grave impacto en la generación de electricidad, trasporte terrestre y aéreo, y en la actividad económica en general, lo cual podría generar un alto costo político electoral a la Administración Biden y al partido Demócrata en las próximas elecciones. Por eso, una misión de alto nivel de Biden se reunió con Nicolás Maduro y planteó la posibilidad de flexibilizar las sanciones a cambio de que Venezuela suministre el petróleo que EE. UU. dejará de comprar a Rusia.

Chevron ha hecho mucho lobby ante el Departamento del Tesoro para que se le permita seguir operando en Venezuela y sería el primer beneficiario de este acuerdo al recuperar la extracción de crudos y reanudar las exportaciones de petróleo venezolano a sus propias refinerías, reemplazando el petróleo ruso. Otras refinerías en EE. UU. como Valero Energy, Citgo Petroleum y PBF Energy también podrían volver a utilizar crudos venezolanos.

Sanciones a cambio de no instalar bases rusas

Cuando la diplomacia es desplazada por el lenguaje de la guerra, las partes en conflicto exigen apoyo incondicional. Quien vacile queda bajo sospecha. De la solidaridad de Maduro con Putin solo puede esperarse un endurecimiento de las sanciones financieras y comerciales de EE. UU. contra Venezuela.

Este escenario haría más difícil la recuperación de Pdvsa y la reactivación de la economía nacional, a menos que se avance en un acuerdo entre la Casa Blanca y Miraflores para levantar las sanciones a cambio de proveer a EE. UU. de petróleo venezolano y evitar así que se disparen los precios de la energía y los combustibles, cuestión que generaría un alto costo político electoral a la Administración Biden y al Partido Demócrata en las próximas elecciones.

Con las sanciones a Rusia, se empieza a agotar la bombona de oxígeno financiero del Kremlin a Miraflores. Incluso, los fondos de Venezuela pueden quedar retenidos en los bancos rusos que han sido sancionados y ya no podrán hacer pagos o transferencias a través del sistema SWIFT. Un canje de levantamiento de sanciones a cambio de suministro seguro de petróleo venezolano le permitiría a Biden alejar a Maduro de su alianza con Putin.

En este contexto, la empresa privada venezolana, las organizaciones humanitarias y de derechos humanos, y la opinión pública en general pueden asumir un papel más activo y protagónico para erradicar los daños colaterales e impactos no deseados que les han generado la sobreaplicación de las sanciones económicas.

De cara a la solución pacífica del conflicto venezolano, estos actores no gubernamentales pueden plantear a la Casa Blanca un compromiso de nunca más plantear que todas las opciones están sobre la mesa –incluida la intervención militar– a cambio del compromiso de Miraflores de no autorizar ejercicios militares con tropas rusas en el territorio nacional, espacio aéreo ni aguas territoriales, ni mucho menos la instalación de bases militares rusas.

Un acuerdo de esta naturaleza conjurará el riesgo de convertir a Venezuela en un espacio del minado tablero geopolítico entre Rusia y EE. UU. Escuche el análisis completo en el nuevo pódcast de #PedagogíaEconómica:

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