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Rosa Rodríguez: primera venezolana que clasifica a una final olímpica de atletismo

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La campeona panamericana de lanzamiento de martillo sorprendió con un tercer lugar en la fase de clasificación, con una de sus mejores marcas de por vida (72,41), para salvar el día de los criollos en los Juegos Olímpicos

Eumar Esaá @eumaresaa

 

Ahí estaba la polaca Anita Wlodarczyk, campeona mundial y olímpica y poseedora de las 10 mejores marcas mundiales de 2016 en lanzamiento de martillo. Pero allí estaba también Rosa Rodríguez, y la de Lara no deslució, convirtiéndose en la primera finalista olímpica mujer en la historia del atletismo venezolano.

Rodríguez, cuya condición en Río 2016 siempre fue una incógnita, luego de que el Zika la golpeara duramente y arruinara el comienzo de su tardía preparación específica en Brezice, se coló entre las grandes, con un lanzamiento de 72,41 m solo superado por el 76,93 de Wlodraczyk y el 73,58 de la china Zhang Wenxiu, y puso a soñar al país con un diploma olímpico que puede llegar a ser más.

Más temprano, su compañera de entrenamiento en Brezice, la lanzadora de bala Ahymara Espinoza, había estado a casi un metro de su récord nacional de 18,19 m, con un discreto 17,27 que la dejó décima en su grupo y 19ª en el agregado global. Su plusmarca le daba la opción de meterse en la final, donde sí estuvieron las dos rivales a las que derrotó en mayo en el Iberoamericano de Río, la brasileña Geisa Arcanjo y la chilena Natalia Ducó.

En el resto de la jornada, solo fue rescatable el puesto 22 de Julio Iemma en el rifle tendido de 50 m, el 24 de Richard Vargas en los 20 km marcha, por encima de más de 50 competidores y muy cerca de su récord nacional, y el 19 de José Vicente Gutiérrez en la octava regata de la clase Laser en vela.

Alberth Bravo se despidió en primera ronda de los 400 m planos; Daniel Flores se retrasó en la vela, cayó al puesto 26 y se quedó fuera de la regata por la medalla; Hersony Canelón y César Marcano estuvieron entre los últimos de la velocidad individual; Jhonattan Vegas vivió en el golf una jornada para el olvido que lo dejó en el sótano de la clasificación, cinco golpes sobre el par de la cancha, y el baloncesto se vio ampliamente superado por Francia, que se impuso por 96-56.

La jornada incluyó los tres primeros casos positivos (el pesista polaco Adrian Zielinski, la nadadora china Chen Xinyi y la atleta búlgara Silvia Danekova), y también la primera derrota de Michael Phelps en Río 2016, superado por un jovencito de Singapur, Joseph Schooling, de 21 años, que hace ocho años en Beijing lo persiguió hasta lograr tomarse una foto con su ídolo.

 

Phelps y Shooling

 

Esta vez ese jovencito fue superior, con tiempo de 50.38 en los 100 m mariposa (mejorando el récord olímpico que el propio Phelps fijó en Beijing), mientras el estadounidense compartía la plata con el sudafricano Chad Le Clos y el húngaro Laszlo Cseh, todos con 51.14, en un inédito empate de tres en el segundo lugar del podio que obligó a dejar el bronce desierto.

Otra magiar, Katinka Hosszu, no pudo colgarse su cuarta dorada, sorprendida por la estadounidense Madeline Dirado en los 200 m espalda. Quien no dejó lugar a los resultados inesperados fue Katie Ledecky, que se apuntó su cuarta victoria, de nuevo con récord mundial y olímpico, esta vez en los 800 m: 8:04.79.

En el atletismo cayó el primer récord mundial, gracias a la etíope Almaz Ayana en los 10.000 m (29:17.45), y la estadounidense Michelle Carter quebró el favoritismo de la neozelandesa Valerie Adams en el impulso de bala, quedándose con la victoria.

En el tiro con arco, Corea se despidió con una histórica barrida, pues el triunfo de Ku Bonchan en el individual masculino completó el cuarto título en igual cantidad de pruebas.

En el tenis masculino se definieron los semifinalistas: Rafael Nadal contra Alejandro del Potro, y Andy Murray frente al japonés Kei Nishikori. En femenino la puertorriqueña Mónica Puig, verdugo de la española de origen venezolano Garbiñe Muguruza, siguió sorprendiendo y avanzó a la final, donde definirá el oro ante la alemana Angelique Kerber.

Eumar Esaá Mar 14, 2016 | Actualizado hace 5 años
Los olvidados de la delegación olímpica
A 5 meses de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, así está la preparación de algunos de los atletas venezolanos que ganaron su boleto en competencias internacionales: Rosa Rodríguez (lanzamiento de martillo) no tiene pesas para entrenar, a Elías Malavé (tiro con arco) ni siquiera le atienden el teléfono en la federación, Albert Bravo (400 metros) tiene un solo par de zapatos para correr y tuvo que vender los suplementos vitamínicos que le dio el IND porque no tenía dinero para comer. “No voy a andar sacando masa muscular si tengo que llevar comida para la casa”, dijo

 

@eumaresaa

ROSA RODRÍGUEZ FUE LA SEGUNDA ATLETA venezolana en clasificar a los Juegos Olímpicos de Río 2016, además de finalista mundial de martillo y campeona panamericana. Nercely Soto fue la cuarta y Alberth Bravo el quinto, además de semifinalista olímpico en individual y diploma con el relevo 4×400 en Londres 2012. Elías Malavé es hasta ahora el que ha logrado el pase con la actuación más destacada: un cuarto lugar en el Mundial de Tiro con Arco de Copenhague. Los cuatro tienen en común que pese a haber conseguido su cupo más de un año antes de Río, todavía no han comenzado su preparación internacional.

Ellos forman parte, junto a la maratonista Yolimar Pineda y la balista Ahymara Espinoza, de los olvidados de la delegación olímpica. Los cuatro estuvieron también presentes en Londres 2012 y se supone que debían llegar a Río en el mejor momento de sus carreras. Después de más de siete meses abandonados en la trastienda de la Generación de Oro, nadie puede saber si esa proyección se verificará, en medio del severo recorte de divisas para el deporte.

Arquero de mañana, niñero de tarde

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Cuando llegó a la semifinal del arco recurvo en Dinamarca, Elías Malavé pensó que había labrado el camino para ganarle el respaldo a su deporte. Cuando perdió el bronce por apenas un suspiro ante el subcampeón olímpico Takaharu Furukawa de Japón, comenzó a soñar con una preparación que le allanara el camino a un sueño que ahora parecía posible: la medalla olímpica.

Pero nada de eso pasó. Elías se perdió sucesivamente el Test Olímpico de Río (fundamental para familiarizarse con el inusual escenario del Sambódromo), todas las Copas del Mundo planificadas, el Mundial Bajo Techo de Las Vegas y hasta los campamentos con su entrenador, el estadounidense de origen ruso Alexander Kirilov.

“En la federación ni siquiera me contestan el teléfono, ni a mí ni a mi entrenador, y el ministerio (de Juventud y Deporte) me había prometido que me apoyaría para ir esta semana a una competencia internacional, pero todavía estoy aquí”, comenta.

“Aquí” es entre Maracay y Valencia. En la primera ciudad, entrena solo, incluso sin compañeros de la selección nacional. En la segunda, lo asiste Carlos Torrealba, “un ser humano excelente, pero que tiene exactamente la misma formación que yo, porque los dos somos pupilos de Kirilov”.

Por lo pronto, el “Turquito”, como lo conocen en el mundo del tiro con arco, revisa su propio tren de entrenamiento por las mañanas y dirige sus rutinas nocturnas en el gimnasio. “Me atiendo a mí mismo, tengo mi trípode, mi cámara que no es de alta velocidad, aunque me permite supervisar mis disparos, pero claro que tengo límites”.

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Mañana y noche son para el tiro con arco, pero las tardes, al menos mientras dure este particular período de ostracismo, son sagradas, porque las dedica a cuidar a su hijo de dos años, Matías.

“Le doy su almuerzo, lo baño, juego con él, porque en la tarde mi esposa atiende la peluquería que tenemos en Maracay. Ella en este momento es el sostén de hogar, así que yo ayudo con el bebé. Cuando estoy de viaje mi mamá se viene de Maturín y lo cuida ella”, explica el atleta olímpico.

Elías fue la sorpresa de Lord’s Cricket Ground, sede del tiro con arco en Londres 2012. En Río, no se resigna a que sus expectativas tengan que ajustarse a la realidad de la falta de divisas. “Yo entiendo la crisis y todo, pero también hay algo de desenfoque. Para mí es inconcebible que no haya dinero para un atleta que ya clasificó. Pero sigo trabajando. Sé que todavía puedo recuperar el tiempo perdido. No puedo justificarme con que no me están apoyando para frustrar mis propias metas”, dice con ánimo.

El campeón sin zapatos

albert bravo

Nercely Soto y Alberth Bravo entrenan juntos en Maracaibo, en la pista del Pachencho Romero, que tiene tan desgastada la capa sintética que hay sectores donde se pisa directamente sobre el manto asfáltico. Para colmo, en las noches no hay iluminación, haciendo esos baches todavía más peligrosos.

Los dos fueron quedando sistemáticamente fuera de los planes de preparación en el exterior, mientras incluso atletas que no tenían marca olímpica salían del país, cuando todavía las vacas del ingreso petrolero estaban gordas.

“Yo estaba tranquilo porque confiaba en que la federación me aseguró que después del Mundial (que fue en agosto) íbamos a viajar a prepararnos”, confiesa Bravo, campeón suramericano de 400 m planos.

Sin embargo, las reglas en el IND cambiaron de un momento a otro, sin que ni Bravo ni Soto se enteraran. La bitácora para la puesta a punto ya no se discutía con la federación sino con el entrenador, y esa nueva disposición tardó en llegar a sus oídos. “Macoly (McGregor, técnico de ambos) fue a Caracas a hablar con el planificador (Daniel Fornaris) y no lo encontró. Luego nos dijeron que los bolívares estaban, pero no había divisas, y ahora que salimos a finales de marzo”, recapitula Nercely Soto.

Bravo, Atleta del Año 2015 para su deporte, lo hará un poco antes, para participar en el Mundial Bajo Techo de Portland, pero eso cambia poco el rezago que ya tiene. “Es descorazonador que atletas a los que yo les gano al comienzo de la temporada, después los veo por televisión como corren 44 segundos y si me los encuentro en el Mundial me ganan ellos, pero es que mientras yo he corrido cinco veces en el año, ellos han hecho al menos 30 carreras”.

El zuliano tiene muy claro el diagnóstico: “El alto rendimiento en Venezuela está muy centralizado. El atleta que puede estar en Caracas bregando porque le aprueben una carpeta es el que sale. No puede ser que los que se vayan primero de gira sean los que están en Caracas, sin importar si están clasificados o no a los Juegos Olímpicos, simplemente porque ellos tienen más chance de mover carpetas en el IND. Que el planificador me dijera que no me podía meter en planes porque no sabía cómo tenía la hemoglobina. No tengo que demostrarle nada a nadie: yo ya he hecho dos veces la marca mínima. Ellos son los que tienen que venir a mí para saber lo que necesito”.

Bravo cuestiona la forma en que opera el sistema actual. «En Venezuela se les ha inculcado una mentalidad mediocre a los atletas: vale más mantenerse en la selección nacional, sin importar si das resultados o no, porque participas de las concentraciones largas, y 35 dólares diarios por 70 días de gira valen más que una medalla «, detalla.

«Yo no estoy por el dinero, yo estoy por construir una historia, que los niños se miren en mi espejo y digan: «quiero correr como él». Total yo nací sin nada en los Puertos de Altagracia», dice el atleta de alta competencia.
Pero esa historia y ese ejemplo que quiere dejar Albert Bravo en Venezuela parece más difìcil de alcanzar que la meta olímpica. «¿Cómo le dices a un muchachito que no sea malandro, que sea atleta, si él ve que el malandro está ‘montado’ y el atleta está ‘pelando’, con los zapatos gastados como ando yo?», reflexiona.
De necesidades Alberth Bravo sabe bastante. Tiene un solo par de zapatos para correr, porque su talla (número 48) no se encuentra en el país, y este año tuvo que vender los suplementos vitamínicos que le suministró el IND porque su beca de apenas Bs 9.500 (el mismo monto desde Londres 2012) aún no ha llegado. “No voy a andar sacando masa muscular si tengo que llevar comida para la casa”.

La lanzadora de martillo espera por el fogueo internacional

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Rosa Rodríguez se ha mantenido estable entre las 20 mejores lanzadoras de martillo del mundo los últimos cuatro años. En gran medida se lo debe a la preparación cada invierno en Brezice, Eslovenia a las órdenes del entrenador Vladimir Kevo. Precisamente en el año olímpico, la larense se ha quedado atrapada en la burocracia estatal, concentrada en el polideportivo Máximo Viloria de Barquisimeto, sin pesas (elementales para su prueba) y de nuevo en manos del hombre que la formó, Oscar González.

La finalista de Beijing 2015, un mujerón imponente en tamaño y garra agonística, es más bien de pocas palabras, tímida y de fácil sonrojo. Por eso prefirió apelar a un post en su Facebook (que ya retiró) para denunciar hace un mes su situación: “A esta fecha (6 de febrero) ya debería estar concentrada en el extranjero y aún no tengo una respuesta clara sobre las razones por las cuales los trámites correspondientes no han sido llevados a cabo… Por lo que hago un llamado desde mis ganas de prepararme y brindar una buena actuación en los Juegos Olímpicos Río 2016”.

Rodríguez se reunió el lunes 29 de febrero con el presidente del IND, Pedro Infante, junto a los otros cuatro competidores de atletismo varados (Bravo, Soto, Espinoza y Pineda). Se supone que al igual que ellos saldrá a fin de mes, con la esperanza de recuperar el tiempo perdido.

La larense Rosa Rodríguez traerá la quinta presea dorada a Venezuela

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Foto cortesía de @yo212013 

La atleta venezolana Rosa Rodríguez conquistó medalla de oro en el lanzamiento de martillo en los XVII Juegos Panamericanos Toronto 2015. Con esta se suma la quinta presea dorada para Venezuela en la cita deportiva.

Rodríguez, oriunda del estado Lara, se colgó la presea dorada tras registrar 71.61 metros en su lanzamiento, por encima de la estadounidense Amber Campell, quien alcanzó los 71.22 metros, adjudicándose la medalla de plata. El bronce se lo quedó la canadiense Sultana Frizell, tras obtener registro de 69.51 m.

Previamente, el esgrimista Rubén Limardo conquistó la medalla de oro en la final de espada tras vencer 15-6 al argentino José Domínguez.

Venezuela acumula 5 medallas de oro, 14 de plata y 10 de bronce para un total de 29 preseas.