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Rómulo Gallegos

Mataron a hombre en Petare para robarle 60$ que usaría para irse a Perú

Robinson José Castro Rodríguez, de 29 años de edad, fue asesinado días antes de emprender su viaje a Perú. El domingo 28 de enero la víctima se encontraba en barrio La Lucha del municipio Sucre cuando le propinaron tres impactos de bala y luego lo despojaron de los 60 dólares que guardaba para su travesía.

De acuerdo con los testimonios de sus familiares, el hombre salió de su casa ubicada en Campo Rico del mismo municipio, y fue a celebrar en la casa de un pariente.

Una vez que se encontraban en el sector La Lucha del barrio que queda en la avenida Rómulo Gallegos, una mujer lo llamó e hizo que saliera de la reunión hasta la entrada de la comunidad. Los testigos que lo vieron salir indicaron que luego de eso se escucharon tres detonaciones.

Al escuchar los tiros, sus allegados fueron a ver qué había pasado. La mujer no estaba allí, pero sí el cuerpo de Robinson José tirado en el asfalto con un disparo en el abdomen. En su cartera tampoco estaban los dólares.

Lo trasladaron en un vehículo particular hasta el hospital Domingo Luciani, ubicado a tres kilómetros de distancia, en la urbanización El Llanito, y murió antes de llegar a ser atendido.

Robinson José era de esos hombres que no se conformaba con tener un trabajo solamente, según indicaron sus parientes. Con las carreras que le salían como motorizado en Petare podía costear a duras penas las necesidades de sus tres hijos y se rebuscaba como entrenador de béisbol en el Complejo Deportivo Parque Miranda.  Además estudiaba cuarto semestre de Educación Física en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel).

Su madre dijo en la morgue de Bello Monte que desde hace más de un año había iniciado los trámites para viajar al exterior. Escogió Perú como destino, al que saldría el miércoles 31 de enero.

Hipótesis

Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) detuvieron al compadre de Robinson José, debido a que la mujer que le habría disparado es conocida de él.

En este homicidio cobra fuerza el móvil del robo, pues los parientes de la víctima aseguran que solo se llevaron los dólares y dejaron en la cartera el boleto aéreo y otros documentos.

 

Alejandro Armas Ene 26, 2018 | Actualizado hace 2 semanas
Un divino tesoro que puede volver

perezjimenez

Henos aquí a los venezolanos, no celebrando, sino conmemorando (expresión que tomo prestada del internacionalista y comunicador Daniel Lara) el 23 de enero de 1958. Porque, en verdad, no hay en este momento nada que festejar en cuanto se refiere a nuestra democracia, el concepto que más que ninguna otra cosa asociamos con aquella efeméride.

Sin duda, cuando se cumplieron los primeros 20 años del vuelo sobre Caracas del Vaca Sagrada, los ánimos eran muy diferentes. A pesar de la amenaza guerrillera, el país ya había realizado con éxito cuatro elecciones presidenciales y parlamentarias, y se encaminaba a realizar la quinta. Incluso hubo dos transiciones ordenadas en la presidencia de la República entre partidos opuestos, lo que evidenciaba que no se trataba de un régimen de partido hegemónico, como ocurría con el PRI en México.

Los venezolanos de ese entonces debieron sentir (no hablo en primera persona porque entonces mis padres eran unos niños) que la democracia estaba consolidada y que, sin esforzarse por mantenerla sana, podrían gozar de ella, mientras veían con pena a los vecinos subyugados por tiranías sanguinarias. Y ahora, a seis décadas de la caída de Pérez Jiménez, somos nosotros quienes suspiramos por esa democracia, al igual que Rubén Darío en sus versos sobre el divino tesoro de la juventud.

No creo que sea necesario que ahonde en detalles sobre por qué nuestra situación política está en su peor momento desde que… Bueno, pudiera decirse desde que terminaron las guerras civiles. Más bien quisiera hablar sobre lo que estamos haciendo o dejando de hacer para volver a ver la luz. Adelanto que no pretendo ofrecer un manual para lograr el cambio urgente paso por paso. Ya quisiera contar con semejante perspicacia y ponerla a la orden de mis conciudadanos. Es más, por responsabilidad y sinceridad intelectuales tengo que confesar que nunca había tenido tantas dudas sobre cuál es el sendero correcto. Pero hay algunas circunstancias sobre las que sí creo que puedo hacer contribuir con mi opinión.

El liderazgo opositor, aquellas personas que dedican su tiempo completo a guiarnos para salir de este desastre, atraviesa una crisis de representatividad severa. La falta de resultados en el intento por frenar al Gobierno ha producido una frustración razonable que, aunada a la extrema gravedad de la situación socioeconómica, se traduce en desesperación. Es inexcusable que los dirigentes, a sabiendas de la naturaleza del sistema al que adversan, lleguen al año 2018 sin una estrategia visible y que permita al menos mantener la fe para resistir el chaparrón. Si la tuvieran, no estarían permanentemente reaccionando a las jugadas del oficialismo, como si no las esperaran. Que ello ocurra una o dos veces es comprensible, pero no que sea así todo el tiempo.

La última de tales “sorpresas” cantadas fue el adelanto de las elecciones presidenciales. Al momento de escribir estas líneas, no ha habido un pronunciamiento por parte la MUD al respecto, más allá del ya cansino mensaje de que se reúnen para evaluar la situación, consultar con sectores de la sociedad y tomar una decisión conjunta y alineada con los intereses colectivos. Nada de eso estaría mal, si no fuera por el hecho de que debió hacerse mucho antes. Desde hace meses debió prepararse una respuesta para tenerla lista y presentarla ante el Gobierno apenas se hiciera la convocatoria, o incluso antes.

Para colmo, el llamado a comicios ha complicado otro problema grave para la disidencia: la marcada división en bloques con agendas antagónicas. Esta vez se manifiesta entre quienes no esperaron ni un instante para lanzar su candidatura, los que están indecisos y evalúan ir bajo una hipotética modalidad de protesta por las condiciones del proceso y, por último aquellos que rechazan tajantemente cualquier participación.

La falta de líneas maestras y de un mínimo de consenso entre las diferentes fuerzas opositoras, de mantenerse, hacen menos probable que se concrete la transformación necesaria para recuperar el país. Sé que he abordado este tema en ocasiones anteriores, pero creo que insistir vale la pena. Me permito entonces aprovechar esta semana conmemorativa para recordar cómo la superación de estos escollos fue un paso fundamental para que hubiera un 23 de enero.

Al igual que muchas de las fechas de orgullo patrio dentro y fuera de Venezuela, en torno a esta se ha creado una suerte de mito que engrandeció el protagonismo de las masas en el derribo de la dictadura perezjimenista. De esa forma se fomenta la noción del pueblo heroico, arquetipo de los nacionalismos. Por supuesto, los miles que salieron entonces a las calles a protestar contra el déspota merecen reconocimiento por su valentía. Lo incorrecto es asumir que fue un acto puramente espontáneo. Por usar la expresión popular, los cerros no bajaron y pusieron fin de manera abrupta a un clima de tranquilidad y estabilidad para la dictadura ininterrumpido desde el golpe que tumbó a Gallegos.

El autoproclamado gobierno de las Fuerzas Armadas había entrado en una crisis terminal desde mediados o finales del 1957. En mayo  de ese año circuló la célebre carta pastoral del arzobispo Arias Blanco, y en junio hubo otro evento que terminaría de golpear duro a la tiranía. Los cuatro partidos políticos de entonces (AD, Copei, URD y el PCV) decidieron juntarse por primera vez en una alianza circunstancial para enfrentar a Pérez Jiménez desde la clandestinidad. Ese fue el nacimiento de la Junta Patriótica Desde luego, la animadversión que sus integrantes se tenían entre ellos por sus aspiraciones de poder y, sobre todo, sus discrepancias ideológicas irreconciliables, no desapareció. Pero se decidió dejarla de lado por un tiempo.

Los partidos, sobre todo AD y el PCV, ya acumulaban casi una década de lucha clandestina, cada uno por cuenta propia. En ella, sus militantes corrieron riesgos gigantescos, que llevaron a exilios, encarcelamientos, torturas y asesinatos. Si bien el coraje implícito en estas acciones no es para nada desdeñable, no pudieron hacer que la dictadura se tambaleara.

Las cosas comenzaron a cambiar con la formación de la Junta Patriótica, sobre todo después de que Pérez Jiménez reemplazara las elecciones presidenciales que por obligación constitucional debían realizarse a finales de ese año, a solo un mes de la fecha para la cual los comicios estaban pautados. La respuesta de la oposición no se hizo esperar. El plebiscito con el que fueron reemplazadas las elecciones fue tildado de farsa y se actuó en consecuencia. Entre mítines fugaces se encendió un conjunto de manifetaciones. Los estudiantes universitarios y hasta de liceos comenzaron a protestar con una fuerza impresionante. Cada vez más sectores sociales se comprometieron y el descontento activo se extendió entre los propios militares, como demostró la rebelión encabezada por Hugo Trejo en Año Nuevo. Luego de ser postergado varias veces, la Junta Patriótica convocó a un paro que empezó el día 21. En pocas horas se generalizó, cundieron las protestas de calle, parte importante de las FF.AA. repudió al Gobierno y, sintiéndose sin ningún soporte, Pérez Jiménez huyó.

Tengo que subrayar que al repetir este relato no pretendo sugerir siquiera que las acciones específicas de la Junta Patriótica deban ser imitadas. Pero sí rescato su capacidad para el pensamiento estratégico rápido ante circunstancias adversas, así como su disposición a la unidad. Urge que la dirigencia opositora hoy desarrolle un plan maestro en el que cada orgnanización pueda actuar de forma autónoma, pero que permita reacciones conjuntas a eventualidades ineludibles (como las elecciones adelantadas; es así como pudiera zanjarse el debate sobre ir o no ir a votar, ya que cualquier decisión sería parte de una estrategia que contemple otras acciones).

Las formas importan, pero el fondo importa más. Si por rivalidades personales o antagonismos ideológicos los dirigentes no quieren posar tomados de manos a cada rato, pues que no lo hagan. Si cada uno tiene su propio programa de actos sin necesidar la participación de otros, que se atengan al mismo. Pero que por lo menos dejen de invertir la mayoría de sus esfuerzos en insultarse y acusarse entre ellos. Ya basta de esta comparsa infantil y absurda en la que intentan pisotearse y empujarse los unos a los otros, mientras el oficialismo mira de lejos, sonriente, y aplaude. Es una petición a los dirigentes, pero también a los intelectuales y demás generadores de opinión que los siguen.

Si esto se logra, veo mayores posibilidades de efectividad en la generación de cambios. Tal vez empezando por ahí podremos lograr que la democracia sea algo por lo que no tengamos que suspirar más. Ella puede estar herida, pero es inmortal. Así lo veo porque, repito, aunque no sepa qué debemos hacer concretamente, sí creo que siempre tendremos capacidad para imaginar una solución. En ese sentido, la democracia es un divino tesoro que puede perderse pero, a diferencia de la juventud a la que Rubén Darío cantó, puede volver.

@AAAD25

Rómulo Gallegos: muerte de un premio, por Ibsen Martínez

RomuloG

 

Se atribuye a Carlos Fuentes, cuando ganó en 1977 el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, la afirmación de que el capítulo inicial de la gran novela venezolana bien podía comenzar en el open house que cada año, por el mes de agosto, solía ofrecer la directiva del diario El Nacional en un fastuoso salón de un hotel caraqueño.

La observación casa bien con el cariz coloridamente plural y tolerante que ofrecía la sociedad venezolana durante el último cuarto del siglo pasado.

La poeta Ana Nuño cuenta que, siendo aún muy jovencita, su padre, el filósofo español Juan Nuño, que en los años cincuenta se exilió en Venezuela, se hizo acompañar de su hija a uno de aquellos festejos que comenzaban al mediodía, con la entrega de premios internos de la empresa editorial, y languidecían al caer la noche cuando el último achispado con corbata de quita y pon constataba que no quedase ya una gota de escocés que empinar ni un canapé que mordisquear.

“Bien, ¿qué te pareció?”, preguntó Nuño a su hija cuando iban ya camino a casa. La joven respondió altaneramente que el espectáculo de un ex comandante guerrillero entrechocando un vaso de whisky y canjeando chascarrillos con el coronel encargado de darle caza en el monte apenas unos años atrás le resultaba obsceno. Nuño se detuvo un instante para comentar que él había dejado un país donde por aquellos mismos años se fusilaba a presos de conciencia. “Prefiero mil veces esta promiscuidad que tanto te choca”.

Desde 1967, cuando Mario Vargas Llosa ganó la primera edición del Premio Rómulo Gallegos, la entrega del mismo comenzó a solaparse con el festejo del diario. Yo no cumplía aún 16 años cuando supe de La Casa Verde y ningún año fui tan dichoso como en 1973, cuando Gabriel García Márquez regaló la totalidad del premio otorgado a Cien años de soledad para que Teodoro Petkoff pudiese fundar un desprendimiento liberal del Partido Comunista. Mi juventud fueron los años que van de Palinuro de México a Mañana en la batalla piensa en mí. Y nunca me perdí el open house de El Nacional.

Cada presidente venezolano, entre 1967 y el ascenso al poder de Hugo Chávez, acudió, infaltable, a otorgar personalmente el premio, a despecho de que las ideas políticas de algunos ganadores no siempre fuesen de su agrado.

Hugo Chávez, en cambio, no tuvo nunca en mucho al premio. Siendo su epónimo don Rómulo Gallegos, maestro de escuela, primer presidente civil que en el siglo XX se dio Venezuela por voto universal y secreto, ¡y derrocado en 1948!, se entiende que la cosa urticase al militar golpista. Desde el principio optó por enviar un subrogado a la ceremonia de entrega. Uno de ellos, el inefable Nicolás Maduro, confundió la bandera de Puerto Rico con la de Cuba al premiar, en 2013, al escritor boricua Eduardo Lalo.

Recientemente, Adán Chávez, hermano del extinto presidente y ministro de Cultura de la Bolivariana República, ha informado por boca de un ministril que este año el premio no dispondrá de los 100.000 dólares que tradicionalmente lo acompañan. Será convocado el certamen, cómo no, pero olvídense de la plata.

Ya en 2015 dejaron con la mano tendida durante seis meses al ganador, el colombiano Pablo Montoya. Es posible que la guerra económica desatada por la burguesía y el imperialismo yanqui exija que esos dineros se destinen a adquirir bombas lacrimógenas, tanquetas antimotines y munición de 9 milímetros para la proterva Guardia Nacional Bolivariana que ya, a poco de cumplirse 3 meses de protestas, ostenta una macabra cuenta de casi 80 asesinatos.

 

@IBSENMARTINEZ

El Nacional

¡Arre Herrera Luque, Arre Urogallo!, por Orlando Viera-Blanco

HerreraLuque

 

“Su encanto irreverente por su tierra violentada y profanada, imploraba amarnos hasta morir como insigne desafío” 

 

A dos escritores Venezolanos le preservo incólume admiración por haberles leído desde niño y tener que releerles en estos días a la saga del plasma causal de tanta violencia, desviación y desdén. Son Rómulo Gallegos y Francisco Herrera Luque. Dos sabios a quienes les confiero el mérito de haberme estrenado con no poca cosa: el amor, la historia y el quicio de nuestra razón de ser…

En Doña Bárbara me enamoré de Marisela, la hija no deseada con Lorenzo Barquero. Mujer “cunavichera”  y blanca de orilla, de irreverencia ingobernable, propia de quien habiendo vivido entre el abandono y la incuria, se sobrevino a la belleza y la justicia. En Boves me volví a enamorar. Esta vez de Eugenia. Mujer noble y sensual a la vez, que desanudó el talante indomable de José Tomas, haciéndole cabalgar hacia la muerte en un caballo inexperto, encabritado a la zafra del lanzón que le atravesó el corazón. Así muere el Boves de Herrera. Como el pájaro espino del cantábrico, el Urogallo, desde cuya alegoría el autor diviniza el origen de nuestras cegueras: el desamor.

En las historias “verídicas, fabuladas y verosímiles” de Herrera Luque -al decir de Benedetti- están todas las respuestas a todas las preguntas. Para el psiquiatra historiador no fue suficiente un reporte epistolar de patografías hereditarias. Fue necesario mutar de cientista a novelista, de Viajeros de Indias y la Huella Perenne a la tríada de vocación ficticia, de Los Amos del Valle, Boves el urogallo y la Casa del pez que escupe el agua, para dar con la búsqueda seminal del por qué somos como somos. Comprender la exuberancia socio cultural del país, desde la colonia hasta nuestros días, arrastrada por atavismos, mitos, castas, guerras y taras, iba más allá de cabalgar “papelotes y archivos”. Ya lo advertía otro gran psiquiatra, Olivar Sacks (Awakenings/The man who Mistook his wisfe for a hat) citando a Hipócrates: “las enfermedades no se describen, se cuentan, se narran en vivencias, en perdidas…”

Entonces [Herrera] decidió penetrar las verdades ocultas de la Casa Guipuzcoana, dando vida a Juan Manuel Blanco y Palacio, personaje central de “los amos del Valle”, donde ilustra como 20 familias mantuanas que controlaban la capitanía, justifican luchar por la independencia más por el cacao, que por la libertad. Decide develar los intereses de los banqueros Weleser, encarnados por Felipe Von Hutten-personaje de la Luna de Fausto-a quienes la corona española hipotecó nuestra amazonia de techos dorados o desmigajar las conductas psicopáticas de más de 1200 monarcas y hombrecillos de manto ducal, tras la alucinante sucesión de más de cuatrocientos personajes y 6 siglos, desde Don Pelayo hasta Doña Juana la Loca, los Borbones y los Habsburgo. Todo un enjambre humano de poder, ambiciones, vicios e incestos, que amorfa nuestra trepidante realidad psicosocial. Es lo Herrera Luque no quiso investigar, sino revivir. Por ello dejó que “las ideas y las palabras, por ellas mismas, encontraran su forma…dando vida al novelista que siempre vivió en mi” (Carta Herrera Luque a R. Lovera De-Sola 3/5/1976).

Con el testimonio “fabulado”, Herrera no idolatraba a Boves o a Piar, sino alertaba el origen de su rebeldía, agresividad y demencia. Por eso nos enamora de la sensualidad de una mulata, llamada Venezuela, plasmaba en la Eugenia de Boves, en la María de Rufino de Blanco Fombona (El hombre de hierro), en la María Eugenia Alonso de nuestra Teresa de la Parra, (Ifigenia) o en “su negrita”, como llamaba a su esposa, Margarita. Es la anomia de los miserables convierte en héroes a los impíos, por lo que narra como en el llano, monte adentro, “la imagen del Taita [Boves], continua presente y omnisciente; un caudillo para algunos simpático y dicharachero, que creció en el repudio y la blasfemia de palizas en plaza pública” (Boves en la voz de los viejos. FHL. El Nacional 09/09/71). Entonces Herrera lo condena y lo redime [Boves] entre atrocidades y pasiones desbordadas; la frontera entre el bien y el mal, desde donde el narrador-psiquiatra nos grita desesperadamente: ¡suprimir la barbarie con los afectos, los cariños  y las adhesiones!. Era su encanto irreverente por tierra profanada, donde amarnos hasta morir, será nuestro insigne desafío. Reto que lo agobiaba y le hizo confesar: “No es cosa fácil ni productiva echarle en cara a un pueblo sus lacras e iniquidades por más que una lección semejante sea expresión de amor y de una firme voluntad terapéutica”.

Deseaba rendir tributo a la memoria de un insigne venezolano que se nos fue sin vivir lo que profetizó, pero que su verbo seguirá vivo con su Fundación, ahora en US. Se nos marchó cómo un personaje de sus épicas, haciéndole el amor a Venezuela. Hoy le escucharía decir desde su butaca en la Qta. San Martin de Altamira: “mira a la gente hija, mira a ese viejo hurgando en la basura, a esa señora en la marcha o esos jóvenes ataviados de libertad. ¿Dime si no es una maravilla Mariana? A pesar de las penurias, de los momentos de cambio que vivimos, ¡somos alegres! y así tenemos que seguir. Esa es Venezuela…». Pues nada Don Pancho, como Boves en su arpegio: “!Arre Urogallo, arre Francisco, arre Venezuela! Muy pronto ella renacerá alegre, como tiene que seguir, como no será descrita sino bien narrada…»

 

@ovierablanco

¿País posible? por Antonio José Monagas

constitucion

 

Todo proyecto político que por sus pretensiones de moldear realidades admirables luzca interesante, es objeto de ineludible estudio por la historia de los pueblos. La Biblia, es precisamente, la mejor muestra de propuestas político-ideológicas que, además de destacar hechos de hermosa trascendencia, revela orientaciones que, a modo de líneas de conducta, documenta las doctrinas que guían al cristiano en su vida apegada a los atributos y carácter de Dios.

No obstante, las realidades dan cuenta de situaciones que, en su esencia, se apartan de los trazados o dictados de moralidad y civismo, ciudadanía y buen gobierno, que siempre ponen de manifiesto proyectos de vida y de gobierno que ofrecen instituciones y organizaciones de naturaleza político-social. Es decir, organizaciones que anuncian su presencia mediante llamados a la paz, a la reconciliación y a la unión en nombre de valores y principios relacionados con el desarrollo de las naciones. Desde los que tocan al ser humano en sus sentimientos, expectativas y emociones, hasta los que exaltan el conocimiento como mecanismo de ascenso social y progreso económico.

Mucho se ha hablado de “la universidad posible”, de “la ciudad posible” y hasta del “amor posible”. Sobre todo, en tiempos electorales donde la palabra se convierte en manoseado argumento para disfrazar presunciones e intenciones de ganar el espacio necesario y suficiente que tienda a garantizar vías de superación en todos los ámbitos de la vida. Pero también, se ha exaltado la situación que compromete la idea de alcanzar el “país posible”. El país casi perfecto. Pero más allá de lo que apunta la posibilidad de lograr el objetivo anhelado, las realidades se topan con una perfecta maraña que encubre todo lo factible de lo cual se vale el individuo para excusarse ante lo pronunciado. O peor aún, ante lo escrito y publicado en forma de normas, proposiciones, planes o pautas de comportamiento cívico o de ordenamiento jurídico-institucional.

Las constituciones, de países revueltos por confundidas realidades, sirven para magnificar propósitos que se vuelven razones de subrayada complicación. En el ámbito de la retórica, previo a su aplicación, permite disociar de su texto cualquier connotación que traduzca todo lo opuesto a lo que, en principio, estableció su naturaleza político-etimológica. O sea, la letra constitucional se convierte en una “melcocha” que permite solapar ideas y trastocar principios. De manera que, en la coyuntura o entre gatos y medianoche, transforman la norma en una versión trampeada, en un diseño contrahecho y contradicho ante lo que inicialmente se tenía pensado o establecido. En consecuencia, se arma un mazacote jurídico capaz de torcer la más pundonorosa Constitución. Es decir, se preparan de antemano el mayor número de nudos que asfixian la noción y praxis de lo que denota el concepto de “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”.

Es el caso Venezuela, analizado desde las implicaciones que derivan del doloso manejo de la actual Constitución de Venezuela. Aunque dicho problema adquiere graves ribetes que terminaron embrollando la situación de crisis nacional. Y es que sin mediar efecto alguno, el alto gobierno se valió de un Tribunal de Justicia subordinado a los designios que ordena el interés político-partidista a instancia de lo que han definido las circunstancias. Circunstancias éstas, sopesadas por las reacciones de una Venezuela que comulga ideales democráticos y de libertad. O sea, una Venezuela libre.

Cuando se ha pensado en la posibilidad de reconstruir un país acorde con el esfuerzo de venezolanos que rindieron sus vidas a las luchas dirigidas a la reivindicación de derechos y libertades, o infundidas por el valeroso atrevimiento de precursores y libertadores por independizar al país del yugo que oprimía su autonomía y soberanía, la idea se transforma en una necesidad indeleble e ineludible. En una necesidad que debe considerarse cual proceso de educación ciudadana que configure un patrón de conducta cívico, moral y ética que no sólo comprenda valores políticos como inspiradores y motivadores de vida social, política y económica. También, que disponga de un conocimiento necesario de historia a partir del cual pueda consolidarse una base firme. Una base sólida que articule prácticas cognitivas dirigidas a cimentar ventajas que conduzcan al país a distinguirse y destacarse en términos de rangos de productividad y competitividad hacia adentro y hacia afuera del ámbito geopolítico, económico e industrial.

La idea brillantemente encaminada por el periodista Cesar Miguel Rondón, desde su matutino programa radial proyectado a todo el país, ha tocado el meollo de cuanto recoge la necesaria intención de dar o discutir el “País Posible”. Aunque conceptualmente. Sin embargo, cada corolario deja ver la hondura que envuelve al tema, tanto como su amplitud en virtud de las variables que determinan la hoja de ruta para resolver y aplicar tan necesario proyecto nacional. Más, cuando la idea de transformarse en un proyecto de Estado, mediante un juego de políticas públicas de permanente revisión y adecuación, se vea asociada al sueño y anhelo de cada venezolano. Cual es la de reconstruir a Venezuela. Particularmente, desde perspectivas que fueron líneas de pensamiento en hombres como Andrés Bello, Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Simón Rodríguez. O en Jacinto Convit, Humberto Fernández Morán, Arturo Uslar Pietri, Arístides Calvani. Alberto Adriani, Jesús María Bianco, Manuel Caballero, Rómulo Gallegos, Pedro Rincón Gutiérrez, entre otros. Todos, eximios militantes de la educación, la cultura o las ciencias.

Alcanzar el “país posible” que bien es propio y plausible construir, ha sido antagónico con ese país caracterizado por el facilismo consustanciado con el deseo de riqueza fácil. Condiciones éstas que no han permitido la generación de un proceso sostenido en el tiempo respecto de las transformaciones que comprometen allanar la vía para llegar al “país posible” y necesario. Alejado de tan honrados propósitos, no puede esconderse la verdad de ver cómo Venezuela se sumió en un lodazal de dejadez. Muchos de sus habitantes se sintieron más cómodos vivir conformándose con dádivas gubernamentales, que vivir con el esfuerzo de su trabajo. Tan volteada conducta, llevó a apoyar un gobierno al cual se le hizo bastante asequible, provocar situaciones de improductividad e inequidad a cambio de compensar al venezolano con migajas de moralidad, decencia y respeto. Así el país se desequilibró política y socialmente. Ello significó un dramático retroceso histórico que conjugó contradicciones y desviadas vocaciones que culminaron en un golpe de Estado a la ciudadanía, a la dignidad del venezolano y a su idiosincrasia o naturaleza civilista. Así que frente a estas amenazas, pareciera de suma complicación y a merced del largo plazo, acordar nuevas pautas de conducta que inciten a lograr un ¿país posible?

Cuando las ganas de marchar pasan por encima de la lluvia y el cierre de todas las estaciones de Metro

marques

 

A los manifestantes que acudieron este jueves santo a la concentración convocada por la oposición en la avenida Rómulo Gallegos de El Marqués pareciera que se les pegó el lema del servicio postal americano «Ni la lluvia ni el calor ni la oscuridad de la noche impedirá cumplir con nuestra obligación».

Bajo una leve, pero constante llovizna, los adversos al gobierno de Nicolás Maduro comenzaron a llegar al punto de concentración y a refugiarse bajo el techo del Centro Comercial El Marqués, afortunadamente no estaban vendiendo producto alguno de primera necesidad en el Supermercado que queda en el piso superior del recinto, sino el tumulto hubiese sido insoportable.

Casi a las once de la mañana, el primer político en aparecer fue el diputado Miguel Pizarro. Ataviado con una chaqueta con la insignia de Primero Justicia hizo un desafío a la naturaleza cual Simón Bolívar luego del terremoto de 1812.

«Aquí estamos con lluvia y todo, convencidos en rescatar la democracia, el pueblo volvió a responder», dijo el parlamentario. «Lo de hoy es un ensayo en cada municipio para lo que será la gran marcha del 19 de abril, nuestra intención es tocar puntos locales, que la gente que no sale regularmente se movilice. No tenemos planeado acudir hoy a ninguna institución pública», alertó.

 

Minutos después apareció la Alcadesa Metropolitana (encargada) Helen Fernández con una felicitación a quienes salieron de su casa, pese al clima en la capital. «Tenemos lluvia y todas las estaciones de Metro cerradas y aquí estamos, hoy en el día del sacerdote hay que apoyar el trabajo de la Iglesia Católica y el respaldo que le ha dado al pueblo de Venezuela, es absolutamente condenable lo que pasó ayer (miércoles) con el Cardenal Urosa Savino en la Catedral de Caracas».  

La lluvia empezó a arreciar y en eso el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, hizo acto de presencia. «Estamos en la calle y vamos a seguir en la calle. Nosotros estamos marchando por la paz, el gobierno es el que promueve la violencia, un gobierno que niega el voto, que tiene presos políticos, que somete a hambre y miseria al pueblo no puede considerarse pacífico».

El diputado de Primero Justicia respondió a varias interrogantes de la prensa y en cada una de ellas, aunque no se lo preguntasen, hizo un exhorto a la Fuerza Armada Nacional a que deponga la represión y a frenar el accionar de los colectivos armados, haciendo hincapié en el cese de la violencia.

«Ya tenemos confirmados siete muertos desde que iniciaron las protestas por el golpe de Estado continuado de Nicolás Maduro, no queremos más caídos. El monopolio de las armas tiene que estar en manos de las FAN y no de grupos irregulares. Desarmar a la población es fundamental, hay una Ley Desarme que la hemos propulsado desde la Asamblea Nacional», expuso.

«El terrorismo mas grande que esta sufriendo Venezuela es el hambre. Quien está fuera de la Constitución es el gobierno».

Antes de culminar sentenció que este viernes santo, la Mesa de la Unidad Democrática dará a conocer los puntos de concentración de la marcha de este 19 de abril, fecha en la cual el chavismo también anunció una movilización.

«Hay que crear condiciones para que haya democracia en Venezuela, pasar del hambre al progreso».

 

 

La precipitación no cesaba y le tocó el turno al considerado cuarto bate del hemiciclo parlamentario, Henry Ramos Allup. «Tenemos la disposición de mantenernos en la calle y exponiéndonos a una represión brutal que ha desarrollado el gobierno», acotó. Aseguró que la administración de Maduro tiene una guerra de desgaste permanente. «Creo que primero se van a cansar ellos de reprimir, porque nosotros vamos a seguir protestando». Negó que estén politizando la Semana Santa. «Este período tiene que servir de estímulo para ejercer nuestros derechos».

Alertó que los objetivos de la oposición son claros y precisos. «Que cese el golpe de Estado continuado y que se fije el calendario electoral. En Venezuela siempre habíamos tenido certidumbre electoral, desde que estos rufianes llegaron al gobierno hemos caído en un estado de inercia». Dijo que a diferencia de Maduro, la oposición tiene a la mayoría de su lado. «A nosotros no nos repudia el pueblo como lo vimos en San Félix».

Abruptamente, Ramos Allup terminó de hablar, más gotas comenzaron a caer desde el cielo y la marcha partió en medio de un aguacero. Saltando charcos, esquivando huecos y con paraguas en mano, los manifestantes enfilaron por la avenida Sanz de El Marqués hacia la avenida Francisco de Miranda. «Y va caer…y va caer…este gobierno va a caer», «Y no…y no…y no me da la gana, una dictadura igualita a la cubana», eran algunos de los slogans escuchados a través del trayecto.

Con la lluvia siempre sobre sus cabezas, la muchedumbre arribó al Parque del Este y como si se tratase de algo providencial la precipitación amainó cuando a un cuarto para la una de la tarde comenzaron a cantar las notas del himno nacional frente a Parque Cristal. Minutos después, un animador desde un camioneta recordó la nueva cita para el 19 de abril y dijo «hasta aquí llegamos por el día de hoy».

Pero eso no complació a un grueso grupo que gritó al unísono. «Vámonos pa’ la autopista». Algunos pensaban que se trataba de la afrenta de espontáneos que iban a llegar hasta la Plaza Altamira, se equivocaron, las personas continuaron caminando y doblaron en la avenida principal de Bello Campo, rumbo a la Francisco Fajardo. «Vamos todos, dejen el miedo, hasta cuando vamos a aguantar esto, tenemos que salir de esto ya, reaccionen». Unos atendieron al gallardo llamado, pese a que tenían la certeza que iban a tragar «gas del bueno» como decía el fallecido presidente, Hugo Chávez, otros dieron media vuelta y prefirieron evitar o tal vez guardar el vigor para el 19 de abril.

Lo cierto es que a la altura de El Rosal un piquete de la Guardia Nacional en compañía de la Policía Nacional Bolivariana estaban prestos para descargar sus bombas y perdigones. Aproximadamente a la 1:40 pm se escuchó la primera detonación y a partir de allí, motos, tanquetas y hasta la ballena avanzó en dirección a la marcha. La feroz arremetida y la lluvia, que nuevamente empezó a caer, dejaron el terreno para los más osados, cuyo destino es incierto. Un herido por una lacrimógena en la cabeza fue confirmado y los efectivos lograron una vez su cometido de disolver una manifestación, quizás un ensayo para la iniciativa opositora del próximo miércoles o una escena que veremos repetida constantemente hasta que el pueblo se canse o se acaben las balas.

La gran conclusión de la concentración de ayer es que si el gobierno espera que la lluvia y el cierre de todo el servicio del Metro de Caracas amilane el derecho a protestar de la gente, está equivocado. Habrá que esperar a ver si la represión si les surte efecto. Esta historia continuará…  

 

Antonio Ecarri: hasta para esconder la profanación de Rómulo Gallegos y Medina Angarita son bien piratas

MPP

El presidente de la fundación Arturo Uslar Pietri, Antonio Ecarri, acudió la mañana de este viernes a la Fiscalía General de la República para solicitar formalmente se inicie una investigación por las profanaciones registradas en las tumbas de los ex presidentes venezolanos, Rómulo Gallegos (1948) e Isaías Medina Angarita (1941-1945), ubicadas en el Cementerio General del Sur de la ciudad de Caracas.

Subrayando que hasta para taparear el asunto son bien piratas, Ecarri aseveró que pusieron a funcionarios de la Alcaldía de Caracas a tapar con cemento fresco los destrozos para que el ministro de Cultura, Freddy Ñañez, y el alcalde de Libertador montaran el show diciendo que no estaba pasando nada.

“¿A quién estas tapareando, Jorge?, ¿Por qué estas tapareando lo que está ocurriendo en el Cementerio General del Sur?. Se trata de bandas delincuenciales primitivas que está asaltando las tumbas no solo de los expresidentes sino de los venezolanos que reposan en este camposanto”, agregó Ecarri a la salida de la Fiscalía, acompañado por Sonia Gallegos Arocha e Isaías Medina Felizola, hijos de Gallegos y Medina Angarita respectivamente.

El dirigente social se reunió con la directora de delitos comunes del Ministerio Público (MP), Marisela Lucena, a quién presentó pruebas que desmienten la versión del alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, quien ha insistido en negar la profanación. “Nos profanaron nuestra historia, profanaron nuestros principios, profanaron las tumbas de los presidentes. Jorge (Rodríguez), no puede ser de verdad que tú niegues esta situación cuando tus propios funcionarios certificaron la profanación de la tumba del presidente Medina”.

Es insólito que hayan hecho una reparación exprés del panteón del presidente Gallegos, en vez de llamar a la Fiscalía General de la República e iniciar las investigaciones correspondientes, recalcó Ecarri, quien además expresó que “Acabamos de pedir a la fiscal Lucena que iniciara esta investigación para revisar lo que sencillamente ellos no pueden haber tenido tiempo: que los restos de los ex presidentes estuvieran allí. No vamos a permitir tapareos de ninguna naturaleza”.

Familiares afectados

Visiblemente afectada, Sonia Gallegos Arocha, dijo estar consternada por la profanación. «Tengo un gran dolor por mi padre, por mi madre, por el general Medina. Tenemos que respetar los muertos, me duele mucho”, resaltó la heredera del autor de Doña Barbara.

“Sentimos profunda indignación y tristeza de ver como valores tan importantes de los venezolanos se han venido deteriorando”,  agregó por su parte Isaías Medina Felizola, hijo de Medina Angarita. Además retó al alcalde Rodríguez a que le explique públicamente lo que para él significa profanación.

FOTOS Profanaron la tumba del ex presidente y escritor Rómulo Gallegos

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La tumba de Rómulo Gallegos, ex presidente y escritor venezolano, ubicada en el Cementerio General del Sur, fue profanada. Así lo denunció su nieta, Theotiste Gallegos, en su perfil de Facebook.

«Se llevaron el mármol que la cubría, se lo llevaron a él y a mi abuela Teotiste. Se robaron mi historia y parte de la historia de cada uno de los venezolanos», agregó.

Gallegos nació y murió en Caracas en 1964. Fue sepultado en el Cementerio General del Sur, en una zona popular de la capital que es foco de vandalismo. Su obra más exitosa, Doña Bárbara, fue publicada en 1929. Ambientada en los vastos llanos, jugó con las analogías y el romance para criticar la dictadura de Juan Vicente Gómez. Gallegos, quien fue el primer presidente en ser elegido de manera directa y secreta después de un largo período dictatorial, gobernó por escasos nueve meses en 1948, hasta que fue derrocado por un golpe de Estado.

Jorge Rodríguez desmiente la profanación

El alcalde del Municipio Libertador, Jorge Rodríguez, utilizó su cuenta de Twitter para desmentir que la tumba del expresidente y escritor haya sido profanada. Indicó que ordenó la vigilancia permanente en tumba porque a «Henry Braguetazo Allup está muy desesperado y gusta de falsos positivos».

«Es lamentable que algunos desesperados usen temas sensibles para beneficio político». Aseguró que solicitarán autorización a familiares del Gallegos para que con asistencia de un fiscal se evidencie presencia de sus restos.

 

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Foto: Theotiste Gallegos

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Foto: Theotiste Gallegos

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Foto: Theotiste Gallegos

 

*Con información de Theotiste Gallegos