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Ricardo Sanguino

En año y medio han designado tres presidentes del BCV sin aprobación de AN

En solo año y medio el Banco Central de Venezuela ha tenido tres presidentes designados por el gobierno. Ninguno de los nombramientos fue autorizado por la Asamblea Nacional como lo establece el artículo 9 de la Ley del banco central, según el cual la máxima autoridad del instituto emisor debe ser ratificada por el voto de la mayoría de los miembros del Parlamento.

En enero de 2017 Ricardo Sanguino asumió la conducción del BCV por orden del presidente Nicolás Maduro. En octubre pasado –cuando el país entró por primera vez en hiperinflación–, la asamblea nacional constituyente, presidida entonces por Delcy Rodríguez, lo destituyó y en su lugar designó a Ramón Lobo.

El ex titular ocupó el cargo durante ocho meses hasta que el martes la ANC, a minutos de haber sido nombrado Diosdado Cabello como su presidente, aprobó la solicitud de Maduro de elegir un nuevo jefe del BCV. Calixto José Ortega Sánchez se convirtió en el tercer presidente del instituto emisor sin autorización del Parlamento.

A pesar de que la Ley del banco central indica que su presidente es escogido para un período de siete años, ni Sanguino ni Lobo pasaron más de nueve meses en el puesto.

Sigue leyendo esta nota de Carlos Seijas Meneses en El Nacional

Los Runrunes de Bocaranda de hoy 20.07.2017: BAJO: Un circo

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BAJO

MADURO VS EL MARRÓN:

Una tarde del pasado diciembre le dio por decidir que nuestro billete de cien bolívares no existiría más y anunció que dejaría de circular. Es tal su utopía sobre el poder, que su propia administración acaba de aprobar la octava prorroga de vigencia de nuestro tradicional y devaluado billete marrón, el cual hoy no vale ni para dar una propina a quien amablemente nos cuida el carro. La palabra del presidente no significa nada.  Hay muchos billetes aún en manos de los lavadores rojos y de los narcos. Ni en Ripley´s se lo creen…

REALIDAD:

Ante los temores de que se impongan sanciones a las empresas o personajes que hagan negocios con el régimen venezolano son varias las fachadas que utilizan para negociar con PDVSA y el BCV. No lo hacen directo sino con intermediarios. En la mira el “swap” del oro. Sanguino funde de jefe del BCV pero quien manda, ordena y decide es Simón Zerpa del FONDEN. Hasta un edecán le mando a reenganchar a la periodista  Rafaella Cusatti, esposa del diputado Earle Herrera que él había jubilado de oficio por discrepancias con su desempeño comunicacional. Como una emboscada de Herrera y Roberto Malaver dice Sanguino fue lo que le montaron para pasarle por encima a su decisión. Es un circo lo que pasa en el BCV. Pena ajena. Se habla de que Zerpa y Tareck el Aissami son quienes deciden a quien darle las asignaciones de las divisas. La poca liquidez que hay en el BCV la controla Fonden. Nos informan que el llamado “arco minero” controlado por Jorge Arreaza apenas llegará a 2 toneladas de oro. Otro caso dudoso es la compra del oro que antes se compraba a precio del mercado internacional ahora se compra al precio del paralelo y después lo oficializan. Negocio con interesados ganándose millones …    

 

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Los Runrunes de Bocaranda de hoy 06.06.2017: ALTO: Desde el BCV
ALTO
SANGUINO = SHAKIRA:

Ciego, sordo y mudo es este pobre de espíritu que vaga por las instalaciones del instituto emisor con su librito en el bolsillo titulado “Para qué sirve el BCV”. Tanto el cómo el ministro Ramón Lobo son el hazmerreír de técnicos y economistas cada vez que abren la boca para dar “instrucciones” recitadas de memoria. La venta que hizo el Banco Central de Venezuela de los bonos de PDVSA con una pérdida del 69% de su valor ha resultado ser uno de los escándalos financieros más globales en que se haya visto involucrado nuestro país. Los centros bursátiles y los medios informativos más relevantes del mundo se han hecho eco de la transacción. En ella aparecen una súper grande liga de rango mundial como lo es la agencia Goldman Sachs y puntuales desconocidos y oscuros intermediarios. La pérdida patrimonial es cuantiosa, aspecto que coloca la operación en el perfil de corrupción e ignorancia conque el régimen cubano – chavista – madurista ha conducido nuestro país durante 17 años. Tan opaco es todo que el propio señor Ricardo Sanguino, a la sazón presidente del Banco Central de Venezuela, responsable administrativo de la operación, militante clave del PSUV, enchufado rojo rojito a cuanto fracaso financiero se le pueda achacar a este régimen (incluyendo todos los millardos de dólares aprobados sin soporte como créditos adicionales), no ha dicho esta palabra es mía. No ha dado una declaración, menos aún ha explicado a periodistas y medios especializados lo que fue su decisión (claro, no fue suya dirá Usted amigo lector)). Los intereses de Venezuela -la única que de verdad ha perdido millones de dólares con esta transacción- quedan en la opacidad más descarada. Sanguino le resbala la obligación que tiene como presidente del BCV de explicar y justificar ante la opinión pública, ante expertos o ante la Asamblea Nacional lo que le ordenaran que hiciera y que, en efecto, terminó haciendo.  Un experto nos señala tres cosas: uno, Sanguino no tiene la preparación ni los conocimientos para concebir una operación de esa magnitud y que la República salga favorecida, mucho menos para conducir un banco central del país que sea. Dos, recordemos que la trazabilidad de las comisiones que se generan en este tipo de transacciones son imborrables y más temprano que tarde desde Nueva York, Londres, Andorra o una modesta isla del Mar Caribe sabremos quienes son los que una vez más han esquilmado los bolsillos de los venezolanos. Y, tres, alerta roja, el mismo Sanguino tiene en bóveda otros papeles por cerca de 6.000 millones de dólares que ni él ni su antecesor  Nelson Merentes han podido desmaterializar, es decir, colocarlos transparentemente en los mercados internacionales para que terceros los puedan adquirir. Parece que nadie se ha atrevido a asumir ese compromiso de grandes comisiones. En pocas palabras, en nombre de la revolución Socialista Siglo XXI y en memoria del Eterno Galáctico estos herederos de pacotilla se sienten autorizados a seguir desangrando con impunidad eterna a Venezuela. Por cierto, que sobre el tema se comenta que la operación que llegó a Goldman Sachs comenzó en Londres a través de Dinosaur Group cuyo presidente Glenn Grossman se negó a hablar de la misma cuando el Wall Street Journal lo increpó. La traza llega a Commonwealth Securities antes de avanzar al grupo londinense arriba mencionado. Los hilos de los contactos con este grupo habrían comenzado desde que Nelson Merentes presidía el BCV a través de uno de sus compinches financieros internacionales de hace muchos años. Si bien es cierto que “el capital no tiene corazón” también recuerdo aquella frase de Juan José Delpino, entonces presidente de la desaparecida CTV, señalando “se puede ocultar la mano que roba, pero no la que gasta”. Las redes sociales tienen amplios testimonios gráficos de la ostentación asquerosa que desde aviones y propiedades milmillonarias hasta vacaciones, fiestas y operaciones de pechos orgullosamente muestran los que se hicieron de millones de dólares y euros sin el sudor de su frente. De limpios de solemnidad -o “pata en el suelo” como el mismo Chávez tildó a Arné Chacón en una cadena- a potentados globales. Por eso se aferran al bochornoso pero muy productivo poder …

 

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Abierto portal para el nuevo sistema de subasta de divisas del Dicom

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Este martes, el ministro de Economía y Finanzas, Ramón Lobo; el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Ricardo Sanguino, y el director del ente emisor, Pedro Maldonado, ofrecieron una rueda de prensa para explicar el funcionamiento del nuevo sistema de subasta de divisas Dicom, creado por el Ejecutivo para dinamizar la economía y promover una mayor transparencia en el mercado cambiario.

Esquema-de-Funcionamiento

¿Cómo funciona este nuevo Dicom?

Su operatividad está establecida en el Convenio 38. Un requisito fundamental es la apertura de cuentas prevista en el Convenio 20.

El ministro Lobo explicó que en este nuevo sistema podrán participar las personas naturales, jurídicas y el sector público autorizado, quienes deben registrarse a través de www.dicom.gob.ve, que será el sistema automatizado para las operaciones.

Hasta el momento se han inscrito 200 usuarios. La página, con el sistema, «hace todo el proceso y genera un tipo de cambio».

Asimismo, indicó que durante las transacciones se van a bloquear los recursos a la hora que la persona tenga una adjudicación, y cuando el Comité de Subasta reciba la información se le informa a los adjudicados, simultáneamente se le remite al Banco Central de Venezuela (BCV).

El ente financiero definirá el límite inferior y superior de la banda, dijo en referencia al esquema de subastas.

Montos-Máximos-de-Adjudicación

«Se activa la subasta ordinaria (abierta a todos los sectores) a través del Comité de Subasta.  Si el tipo de cambio está fuera del área de flotación se activa de manera inmediata la contingencia.»

El tipo de cambio será un cruce entre oferta y demanda. Se asignará el tipo de cambio de acuerdo al cruce de la oferta y demanda, dijo Lobo. Además personas naturales podrán subastar hasta 500 dólares trimestrales y 2.000 dólares al año, quienes podrán acceder al 10% mientras que las empresas tendrán un 30%.

«Vamos a publicar todos los beneficiarios que van a recibir divisas a través de los portales del BCV y del Dicom», expresó.

Por su parte, se conoció que el registro en el sistema inició este martes a partir de las 8:00 a.m y finalizará este miércoles a las 6:00 p.m, para lo que será la primera subasta del próximo 29 de mayo.

BCV ya tiene medida para canjear billetes de Bs. 100

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El presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Ricardo Sanguino, informó este jueves que enviará un informe al presidente de la República, Nicolás Maduro, y al vicepresidente, Tareck El Aissami, con las medidas necesarias a desarrollar para sacar de circulación el billete de 100 bolívares y expandir el cono monetario en al menos 45 días.

A través de la Iguana TV se conoció que Ricardo Sanguino señaló que:

“Todo eso es un sistema, los cajeros tienen que adaptarse a la expansión del cono monetario. Requiere tiempo para realizarse este proceso. Entendemos la angustia por obtener los nuevos billetes, pero son realidades y procesos económicos que hay que llevar con mucho cuidado”.

De acuerdo con Sanguino, lo más recomendable es extraer de manera progresiva y lenta el billete de 100 bolívares, al considerar que sería más seguro para las transacciones que se realizan a diario en el mercado venezolano.

No obstante, no confirmó que ésta sea la medida que ejecutará la entidad financiera hasta tanto no se obtenga la autorización del presidente.

“El billete de 100 bolívares es el pivote entre los billetes de alta y baja denominación para el menudeo”.

El pasado 17 de febrero el Mandatario Nacional prorrogó por cuarta vez consecutiva el curso legal de esta pieza monetaria hasta el próximo 20 de marzo.

Nicolás Maduro está siendo apartado del mando por los cuadros más duros, por Federico Gaon

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La situación socioeconómica en Venezuela empeora cada día. La inflación se aproxima rápidamente al 1000% anual y persiste una escasez generalizada de alimentos y medicamentos. Además, los experimentos económicos del Gobierno continúan demostrando que el remedio bolivariano es el peor flagelo concebible para el país. En diciembre, Nicolás Maduro implementó una desmonetización súbita a los efectos de frenar la inflación. Aunque anunció nuevos billetes de mayor denominación, estos tardaron más de un mes en llegar y, así todo, su circulación es limitada. Esta decisión desembocó en saqueos y una agudización de la ya agobiante escasez de productos básicos. Para colmo, mientras existe un flujo constante de venezolanos intentando cruzar a Colombia, Maduró anunció que son los colombianos quienes emigran en busca de mejores condiciones de vida.

Hay varias aristas desde donde puede abordarse la convulsionada situación en Venezuela. No obstante, Maduro resulta la cara visible del problema bajo cualquier aproximación. Al fin y al cabo, el hombre que habla con pajaritos que interceden por Hugo Chávez es el heredero del comandante y lleva la voz cantante de la revolución. Dada la coyuntura, no sorprende que la popularidad del Presidente se haya desplomado: menos del 10% de la población apoyaría su gestión. Más interesante todavía resulta el hecho de que la propia conducción del Partido Socialista (PSUV) no permanece inerte frente a esta percepción. Mientras la situación continúa deteriorándose, hay indicios de que Maduro está siendo diligentemente apartado del mando por los elementos más duros del bloque chavista. En este sentido, los últimos desarrollos políticos en el país sugieren que Venezuela se mueve hacia una dictadura propiamente formalizada como régimen comunista.

Para empezar, dejando de lado la nominal existencia de un sistema democrático, el Poder Ejecutivo gobierna unilateralmente gracias al llamado decreto de emergencia económica que le permite a Maduro saltearse el debido proceso deliberativo que requiere la división de poderes. Aunque el Poder Legislativo nunca ratificó las facultades extraordinarias, Maduro gobernó todo 2016 amenazando con la autodisolución de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición tras las elecciones de diciembre de 2015. Evidentemente, la emergencia económica sólo se decretó cuando el PSUV perdió, y tras sucesivas renovaciones sin soporte parlamentario, el decreto continúa siendo utilizado por el Gobierno como pretexto (constitucional apócrifo) para seguir mandando.

Sin embargo, más allá de la retórica de barricada, detrás de bambalinas, las internas en el chavismo podrían servir de inspiración para una serie más dramática que la famosa House of Cards. Al caso, desde hace tiempo se conjetura que Diosdado Cabello es el verdadero hombre fuerte de Venezuela. Como lo adelantaba un analista en 2015, se trata del «gran maestro de los títeres», y como tal, puede sacrificar a Maduro para reemplazarlo con otro escogido por él. No por poco la imagen icónica de Cabello con el mazo (garrote) es bastante sugestiva sobre su carácter. Es sospechado de ser el máximo capo del cártel de los Soles que agrupa a militares y agentes corruptos de las Fuerzas Armadas. Por esta razón, es muy plausible que a Cabello le siente mejor dictar desde atrás que estar bajo el punto de mira como líder de iure.

Si este fuera el caso, las sanciones del Departamento del Tesoro estadounidense contra el recientemente nombrado vicepresidente Tareck El Aissami, por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, demuestran la sapiencia política de Cabello, quien hasta ahora viene eludiendo condena. ¿Para qué exponerse al escrutinio público cuando en negocios y política hay mayor libertad de acción detrás del estrado ejecutivo? El Aissami es por ello el plausible reemplazo de Maduro. Joven y energético, El Aissami aparenta mayor intelecto político, siendo naturalmente más presidenciable que «el San Nicolás sin barba y con bigote». Por otra parte, desde la óptica oficialista más férrea como pragmática, los lazos de El Aissami con Irán lo convierten en un activo capitalizable. Luego del retroceso electoral de las plataformas izquierdistas en toda Latinoamérica, a Venezuela le quedan pocos amigos que le presten un salvavidas. Pero dado que Irán se está fortaleciendo tras la quita de sanciones, quizás en los pasillos del poder se presume que el eje Caracas-Teherán puede ser reactivado.

El Aissami supone ser el escogido de Cabello para suplantar a Maduro y garantizar la supervivencia del régimen. Tan pronto como fue designado vicepresidente, a principios de enero, este caballero que se autodenomina «radicalmente chavista» asumió la tarea de perseguir a la oposición mediante el servicio secreto venezolano, el SEBIN. Desde luego, la represión supuestamente tiene lugar en el nombre de la democracia. En este aspecto, el arresto del diputado Gilber Caro ilustra el asedio al que están sometidos los detractores del chavismo. Aunque en teoría tiene inmunidad parlamentaria, Caro quedó detenido clandestinamente el 11 de enero y ni siquiera recibió juicio o condena formal. Así y todo, El Aissami anunció en público que a Caro lo agarraron infraganti con armas y explosivos —versión que ninguna fuente independiente ha podido constatar. Otro ejemplo notable que refleja una purga de opositores es la detención del general retirado Raúl Baduel, exchavista caído en desgracia cuando hace diez años se opuso a la reforma constitucional propuesta por Chávez. En este contexto, el 7 de febrero se dieron a conocer nuevas restricciones gubernamentales para sofocar a la oposición. Los partidos deberán ahora renovar sus registros. So pena de no ser legitimados, las plataformas opositoras tienen tiempo hasta abril para recolectar suficientes firmas para participar en las elecciones regionales que deberían celebrarse este año.

El indicio más fuerte que sugiere que El Aissami está serruchándole el piso a Maduro se desprende del decreto presidencial del 25 de enero. El documento le traspasa al flamante vicepresidente catorce funciones ejecutivas, dándole potestad sobre cuestiones presupuestarias y ministeriales de alto nivel. Paralelamente, para que el hijo ñoqui del Presidente cobre un sueldo y aprenda algo de política de la mano de El Aissami, Nicolás junior quedó designado como director general de la Dirección General de las Delaciones a Instrucciones Presidenciales de la Vicepresidencia de la República, un cargo inane que le asegura al veinteañero una mensualidad y cierto tutelaje de cara a su prospectivo futuro como fiel revolucionario en funciones.

Otros acontecimientos también revelan que Maduro está siendo apartado del mando. Con la bochornosa política fiscal virtualmente en manos del Presidente, el 22 de enero Ricardo Sanguino (alias «el Látigo») fue designado presidente del Banco Central, en reemplazo del sumiso Nelson Merentes. Gracias a sus «latigazos» chavistas, Sanguino se ha hecho un nombre como una de las figuras fuertes del PSUV, y su nombramiento podría limitar las prerrogativas del Presidente. Por otra parte, el 20 de febrero se dio por iniciado el llamado Plan Carabobo 2017-2021, planteado para llevar a cabo «la reorganización política y estratégica de las bases del PSUV». Según los propios dichos de Maduro, la medida apunta a que el politburó asuma «las riendas morales, teóricas, políticas y organizativas para una nueva etapa del partido». Según lo que puede inferirse a partir del documento oficial del plan, la estructura partidaria ponderará mayor poder para los regentes que mandan detrás del telón, en claro detrimento de Maduro. Eufemismos de lado, el Plan Carabobo es la operación para formalizar la transición de Venezuela hacia un régimen unipartidista. Con el anuncio se pretende fortalecer al llamado «comando antigolpe» contra la oposición e intensificar el adoctrinamiento ideológico en las escuelas. Luego, en una muestra de fraseología oficialista habitual, el documento llama a adoptar un nuevo «gobierno de calle» para «ganar la paz social».

Por primera vez desde la muerte de Chávez, hace cuatro años, el PSUV parece en proceso de reorganización interna y los cuadros duros están tomando más protagonismo sobre el devenir de Venezuela. Para la nomenklatura, compuesta por las vicepresidencias regionales del partido, se trata de una cuestión de supervivencia; con el país a punto de hundirse, evidentemente Maduro no es buen capitán para mantener el barco a flote. El comandante se equivocó cuando designó sucesor a Maduro y ahora su rebaño quiere otro pastor. En todo caso, la promoción de dirigentes férreos signa más calamidades para la oposición y una sentencia definitiva contra la libertad de expresión.

No es ninguna novedad que la retórica del régimen es reminiscente de los sistemas totalitarios, entremezclando discursivamente la lucha o la causa ideológica con términos como «amor» y «poder popular». Sin embargo, desde enero viene a incorporarse el llamado «carnet de la patria», una herramienta china de control social implementada para exacerbar el paternalismo y la obediencia al Gobierno. Mientras que el hambre constituye probablemente la principal amenaza a la estabilidad en Venezuela, el PSUV se propone apaciguar la tormenta repartiendo dádivas entre quienes se porten bien, y acaten públicamente su amor por Chávez y compañía. Paralelamente, tampoco es noticia que el Ejecutivo tiene control completo sobre el Poder Judicial. Pero remarcando la tendencia recién expuesta, el nuevo presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, es un expolicía sospechado de asesinato. Podría decirse que Moreno preside el virtual tribunal de la Inquisición bolivariana, y su papel está confinado a hacer el ejemplo con quien alce la voz contra la revolución. Por poner una analogía pertinente al siglo XX, Moreno tiene el potencial de ser lo que Roland Freisler fue al nazismo, o lo que Andréi Vyshinski fue al estalinismo, un matón sadista en toga de juez.

Lo cierto es que la evidencia demuestra que Venezuela es una dictadura. Esto se ve incluso en los discursos oficialistas. El Gobierno ya no retrotrae su legitimidad al voto popular, pero más bien a «la unión cívico-militar» que supuestamente combate a los pitiyanquis burgueses. La buena noticia es que a los comunistas caviar se les acabaron los petrodólares para comprar amistades por América Latina. No obstante, la condena contra el régimen aún dista de ser contundente. En la coyuntura política latinoamericana, parecería que cuando el dictador en cuestión es un profeso derechista, el oprobio es universal. Pero cuando se habla de una dictadura de izquierda, la cosa es más relativa y cada quien tiene su punto de vista. Por descontado, la realidad puede interpretarse de diversas maneras y cada quien tiene derecho a una opinión. Eso sí, está fácticamente comprobado que en Venezuela la única postura que vale es la que dice el Gobierno, ya que a uno lo pueden meter preso por protestar o expresar opiniones disidentes en público. Por eso, mientras los representantes de la región deliberan cómo tratar con Maduro, su posible sucesor y su círculo cercano, Venezuela se formaliza como una dictadura soviética.

@FedGaon

 Infobae

Reuters: BCV evalúa vender y recomprar bonos de PDVSA para pedir más de un millardo de dólares

BCV

El Banco Central de Venezuela (BCV) evalúa una operación de pacto de retrocompra o repo con el banco de inversión Nomura, en la que ofrecería unos bonos de la estatal PDVSA esperando recibir más de 1.000 millones de dólares, según un documento que vio Reuters y una fuente conocedora de la operación, en momentos en que el país tiene problemas de liquidez.

Un repo es una operación de recompra en la que una entidad financiera vende a un inversor un activo con el compromiso de comprarlo en una fecha determinada a un precio determinado.
En cierto modo se parece a actuar como si fuéramos una casa de empeño o a un contrato de prenda. El cliente necesita dinero y le concedemos un préstamo quedándonos algo que le pertenece, sólo que en vez de quedarnos una joya nos quedamos con un activo de deuda pública.

El BCV entregaría los bonos con el compromiso de recomprarlos en tres años, dijo la fuente del sector financiero conocedora de la propuesta.

La operación está a la espera de una revisión por parte del nuevo presidente del instituto, Ricardo Sanguino, luego de que su antecesor en el cargo, Nelson Merentes, renunció en enero, agregó la fuente.

Con el financiamiento, el Banco Central busca inyectar liquidez a las alicaídas reservas internacionales del país OPEP, que se encuentran en mínimos de 21 años.

En la negociación con Nomura, descrita como «una operación de repo», el BCV recibiría «más de 1.000 millones de dólares» a una tasa de interés «atractiva», comentó la fuente, sin dar más detalles.

Como los títulos de la República y Petróleos de Venezuela (PDVSA) se transan hasta por menos de la mitad de su valor, por el creciente temor a un posible incumplimiento de pagos, el emisor ha optado por recurrir a pactos privados antes de salir a vender en el mercado los papeles que posee en cartera.

Uno de ellos, una emisión al 2022 por 3.000 millones de dólares que hizo PDVSA -y entregó en privado al BCV-, es la que se considera para la operación, según el documento visto por Reuters enviado al entonces presidente del BCV en diciembre del 2016.

Los papeles fueron emitidos en el 2014, según un informe financiero de PDVSA, pero nunca han salido al mercado.

Nomura Bank no quiso hablar de la operación. El BCV no respondió a una solicitud de información de Reuters. Sin embargo, una fuente del gobierno dijo que el emisor evaluaba echar mano de activos, incluyendo bonos de PDVSA, para obtener «varios miles de millones (de dólares)».

RESERVAS EN MÍNIMOS

Venezuela tiene 10.544 millones de dólares en sus reservas internacionales para hacer frente a pesados compromisos de deuda que este año superan los 9.000 millones de dólares.

Pero de ese total, un 70 por ciento se encuentra en oro monetario que, a fines del año pasado, sumaba 7.734 millones de dólares, la mitad de lo que representaban los lingotes hace tres años.

No es la primera vez que el Banco Central busca monetizar sus reservas con pactos de recompra de sus activos.

Desde 2014, el emisor empezó a usar su oro para operaciones de canje con bancos de inversión que, en los últimos años, aportaron efectivo para paliar la fuerte caída de ingresos petroleros del país, que sufre una aguda crisis con inflación de tres dígitos y recesión económica.

En 2008, Nomura ya negoció con Venezuela notas vinculadas a crédito que emitió por 390 millones de dólares al 2018 y están en manos del BCV, dijeron dos operadores financieros.

 

José Guerra: BCV debe publicar estadísticas de inflación del 2016

JoseAGuerra

 

El diputado de la Asamblea Nacional por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), José Guerra, destacó este miércoles, 25 de enero, que el Banco Centra de Venezuela (BCV) debe publicar estadísticas de inflación del 2016.

Reprochó la designación de Ricardo Sanguino como presidente del BCV e indicó que «para ser presidente del BCV se debe tener mas de 10 años de experiencia económica y financiera».

Denunció que «el TSJ publicó una sentencia dándole constitucionalidad a la Ley de Presupuesto y Endeudamiento Público, violando la Constitución. Bono, canje, préstamo y créditos que no sean aprobados por la Asamblea Nacional, es nulo».

Guerra destacó que «estamos dispuestos a revisar el endeudamiento público y contratos de interés nacional, mientras sean aprobados por la Asamblea Nacional».