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Presidente Duque: supremamente agradecido

Miles de venezolanos en su éxodo hacia Colombia. Foto en Infobae

@laureanomar

El presidente Duque ha usado en estos días una palabra que, de tanto no ser oída, podía presumirse extinta: “fraternidad” (viene del latín fraternitas y significa “cualidad propia de hermanos”). Iván Duque se ha convertido en defensor de los emigrantes venezolanos y en vocero de sus derechos en el exterior, lo cual no siempre es fuente de popularidad y seguramente tampoco de votos. En otro país hermano como el Perú, por ejemplo, un candidato ofrece, entre sus promesas de campaña, la expulsión de todos los venezolanos (se entiende que si así lo hace es porque dicha oferta genera dividendos políticos).

Cuánto le ha costado al género humano la comprensión de la fraternidad. La cualidad propia de los hermanos no está -obviamente- exenta de conflictos, desavenencias y fricciones. Lo que la hace especial es que, por encima de todos los desencuentros, los hermanos se ayudan, se sostienen y se cuidan mutuamente, hallan una manera amorosa de superar las dificultades. No quiere decir esto que alcanzar la fraternidad universal -al igual que la familiar- sea cosa sencilla. Numerosas brechas, como las financieras, las culturales, las religiosas, etc. son algunos de los inconvenientes.

Muchos compatriotas han encontrado en su proceso migratorio rechazo y xenofobia. Curiosamente, este rechazo se produce con mayor intensidad entre las naciones de mayor cercanía cultural e histórica, en nuestro propio continente. Culpar al otro, al extranjero, del origen de los propios males, es una propensión que ha acompañado siempre a la humanidad. Si a los países ricos les cuesta recibir a la gente que huye de los países pobres, imagínense a los pobres recibiendo a otros pobres. Ahí está el caso de Trinidad, que no tiene reparo moral alguno en enviar directamente a la gente a la muerte, antes que tenderles una mano.

Quizá lo primero que hay que comprender es que cuando las personas huyen de un lugar, corriendo graves riesgos y enfrentando terribles penurias, no lo hacen por vocación al turismo de aventura, huyen de algo que le parece aun más horrendo que caminar desde Venezuela hasta Chile o lanzarse al mar en un peñero.

La gente huye, fundamentalmente, de regímenes que confiscan su libertad, cercenan sus posibilidades de vida o arruinan sus condiciones materiales de existencia. En el caso de Venezuela las tres cosas juntas.

Cuando un país atraviesa por dificultades tan grandes como las que padece el nuestro, es inevitable que los problemas se trasladen a los países vecinos. El presidente Duque ha encontrado el camino más inteligente, humano y digno para sobrellevarlos: la fraternidad. Por tal razón, presidente, le estamos supremamente agradecidos y quiera Dios que nunca tengamos que devolverle el favor a Colombia por similares circunstancias.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Runrunes de Bocaranda: MEDIO – ALERTA GUTERRES

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

 ALERTA GUTERRES

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó que la pandemia esté siendo utilizada por ciertos países, que no mencionó, para reprimir las «voces disonantes» y silenciar a los medios: «Con la pandemia como pretexto, las autoridades de algunos países han tomado duras medidas de seguridad para reprimir a las voces disonantes, abolir la mayoría de las libertades fundamentales, silenciar a los medios independientes y obstaculizar el trabajo de las organizaciones no gubernamentales«.

Fueron sus palabras ante el Consejo de Derechos Humanos que seguirá en sesión virtual permanente hasta el próximo 23 de marzo. El jefe de la ONU dedicó gran parte de su discurso a la pandemia de covid-19, lamentando que «las restricciones ligadas a la pandemia sirven de excusa para socavar los procesos electorales, debilitar las voces de los opositores y reprimir críticas».

Así, agregó, «defensores de derechos humanos, periodistas, abogados, activistas e incluso profesionales de la salud han sido objeto de detenciones, procesamientos e intimidaciones y vigilancia por criticar las medidas -o falta de medidas- tomadas para enfrentar la pandemia».

Además, «el acceso a informaciones vitales en ocasiones se ha visto obstaculizado; mientras que la desinformación mortal se ha amplificado, incluso por algunos líderes», continuó, cuidándose de decir cuáles. También denunció el «nacionalismo de las vacunas»: «la incapacidad para garantizar un acceso equitativo a las vacunas representa un nuevo fracaso moral que nos hace retroceder».

Pidió «intensificar la lucha contra el resurgimiento del neonazismo, de la supremacía blanca y del terrorismo racial y étnico» y llevar a cabo una acción concertada a escala mundial para poner fin a esta «amenaza grave y creciente». Fue mas allá: “Más que una amenaza terrorista interna, se está «convirtiendo en una amenaza transnacional».

 ALERTA BACHELET

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, también denunció las restricciones ilegítimas a las libertades públicas y el uso excesivo de poderes de emergencia en el contexto de la pandemia: «El uso de la fuerza no terminará con esta pandemia. Enviar a los críticos a prisión no terminará con esta pandemia», aseguró sin mencionar a ningún país.

En el contexto de sus palabras hubo referencias al fracaso moral en esta crisis de la salud global. Fue enfática al condenar la militarización de las fronteras de Perú, Ecuador y Chile: “Estas medidas afectan a los migrantes venezolanos. Se han documentado expulsiones sin el debido proceso».

 ¿REFUGIADOS DE 1ª y de 2ª?

El periodista Andrés Oppenheimer entrevistó al presidente de Colombia Iván Duque. En su diálogo tuvo suma importancia el tema de los refugiados venezolanos. Señala el colega que Duque no fue tan lejos como para calificar de escándalo internacional la “miserable cantidad de ayuda exterior que ha recibido Colombia para acoger a 1.8 millones de refugiados venezolanos”.

Sin embargo, enfatiza Oppenheimer de forma clara y contundente que “sí es exactamente ‘un escándalo’ esa falta de solidaridad internacional”. “Un escándalo” escribió el periodista. Su razonamiento es muy claro y contundente y se lo dijo el propio presidente: “Considere: la cantidad de venezolanos que han huido de la dictadura de su país en los últimos años se acerca al tamaño de la crisis de refugiados sirios que fue noticia mundial hace unos años».

«Pero si bien la comunidad internacional ha donado alrededor de $ 2.000 por refugiado sirio, solo ha contribuido con $ 200 por refugiado venezolano”.

Señaló que sus cifras provienen de un informe de 2019 de la Organización de Estados Americanos. “En Siria, vimos una gran movilización de la comunidad internacional de donantes”; pero, en el caso de la crisis de refugiados venezolanos, eso no ha sucedido. Colombia ha tenido que pagar “el 90 por ciento de los costos” asociados con la admisión de refugiados”.

Duque dio el paso audaz este mes de anunciar que entregará papeles de residencia a casi 1 millón de estos refugiados, elevando a 1,8 millones el número de migrantes venezolanos legalizados en Colombia.

Esto significa que la gran mayoría de los venezolanos que han buscado refugio en su país podrán conseguir mejores trabajos y tener un acceso más fácil a los servicios de salud y educación. Duque está pidiendo a los países de todo el mundo que apoyen el esfuerzo humanitario de Colombia. Con los refugiados venezolanos legalizados, “sabremos exactamente quiénes son, dónde viven, en qué condiciones viven y tendremos mucha más capacidad para pedir ayuda a la comunidad internacional, empezando por las cosas más básicas, como ayuda en el proceso de vacunación de los migrantes” enfatizó.

Más de 40.000 venezolanos recibieron estatus de refugiados en España en 2020
De las 40.592 personas que recibieron protección por razones humanitarias, 40.265 fueron venezolanos, seguidos de los nacionales de Colombia (153) Ucrania (59) Perú (17) Panamá (12)

 

España concedió en 2020 estatuto de refugiado o protección subsidiaria a 5.127 personas y otras 40.592 recibieron protección por razones humanitarias, casi todos venezolanos.

Por nacionalidades, los principales países de procedencia de los solicitantes de protección internacional o refugio en 2020 en España fueron, por orden, Venezuela, Colombia, Honduras, Perú y Nicaragua, y la mayoría de ellos (53%) son hombres jóvenes, según el balance de la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior español

De las 40.592 personas que recibieron protección por razones humanitarias, 40.265 fueron venezolanos, seguidos de los nacionales de Colombia (153) Ucrania (59) Perú (17) Panamá (12).

Pero además, otras 62.351 solicitudes fueron rechazadas, según el balance de la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior (datos provisionales), lo que supone un total de 116.614 expedientes de protección internacional analizados, casi el doble que el año anterior.

Según la fuente, hasta el 31 de diciembre (datos provisionales), se habían presentado en toda España un total de 88.762 solicitudes de protección internacional, frente a las 118.446 registradas en 2019 y por primera desde 2011 se resuelven más expedientes de los que se registran.

Un total de 3.894 personas consiguieron el estatuto de refugiado y 1.233 protección subsidiaria, destacando los procedentes de Nicaragua (963), Honduras (640), Colombia (566), Siria (515) y El Salvador (374).

Respecto a las resoluciones desfavorables, los nacionales de Colombia fueron los principales afectados (35.571), seguidos de los hondureños (4.473), salvadoreños (3.411), peruanos (2.872) y nicaragüenses (2.727).

 

Venezuela: principal país de procedencia

Por nacionalidades, los principales países de procedencia de los solicitantes de protección internacional en 2020 fueron, por orden, Venezuela, Colombia, Honduras, Perú y Nicaragua, y la mayoría de ellos (53%) son hombres jóvenes.

Respecto a las resoluciones de estatuto de apátrida -dirigido a identificar entre los solicitantes a las personas que no sean consideradas como nacionales suyos por ningún estado, conforme a su legislación, y manifiesten carecer de nacionalidad- a 30 de noviembre, se resolvieron 3.154 de estas solicitudes, un máximo histórico en este procedimiento.

Y en cuanto a las solicitudes, a 31 de diciembre, se presentaron 825 peticiones, frente a las 1.691 registradas en 2019.

Trinidad y Tobago deportó a más de 200 venezolanos en noviembre, según Acnur
Hasta el 30 de noviembre, Acnur registró 20.143 refugiados en Trinidad y Tobago, lo que representa 200 menos que en el mes de octubre

Las autoridades de Trinidad y Tobago deportaron a más de 200 venezolanos en noviembre de este 2020, de acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Según el más reciente informe, en uno de los casos se informó que un grupo de 29 personas, incluidos 16 niños, fueron escoltados fuera de las aguas de Trinidad y Tobago y algunos regresaron a la isla después.

«Esta deportación en particular llevó a varias organizaciones de derechos humanos locales e internacionales a escribir otra carta abierta al Primer Ministro, instando a una disposición más humanitaria hacia los refugiados y solicitantes de asilo venezolanos en el país y para el cumplimiento de las obligaciones bajo el Tratado de Trata de Personas de Trinidad y Tobago, y actuar para identificar a las posibles víctimas de trata y brindarles protección y reparación», señala el informe.

Asimismo, Acnur emitió una declaración alentando a Trinidad y Tobago a respetar sus obligaciones bajo la Convención sobre los Derechos del Niño.

Hasta el 30 de noviembre, Acnur registró 20.143 refugiados en Trinidad y Tobago, lo que representa 200 menos que en el mes de octubre. De ese total, el 85,8% son venezolanos.

Según el informe, 80,8% de las personas registradas en Acnur tienen entre 18 y 59 años, y 1el 7,9% son adolescentes o niños menores de 18 años de edad. El 46.5% son mujeres, y 53,5% son hombres.

Por otra parte, la agencia de la ONU asegura que ha seguido proporcionando a los refugiados y solicitantes de asilo vulnerables en Trinidad y Tobago la asistencia individual que tanto necesitaban en noviembre.

«Continuaron los ejercicios semanales de misiones de campo, que proporcionaron servicios de registro a personas con necesidades específicas que vivían en áreas remotas alrededor de Trinidad y Tobago».

Con información de TalCual

Asdrúbal Aguiar Jun 27, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
La diáspora, esperanza de Venezuela

Refugiados, escultura de Bel Borba. Paseo de Recoletos de Madrid. Foto Andrey Filippov / Wikimedia Commons, 2019.

@asdrubalaguiar 

A propósito del Día Mundial del Refugiado (20/6/2020), la Coalición por Venezuela realiza su primera asamblea. Reúne a 61 organizaciones de las Américas vinculadas a la diáspora, a las víctimas del ostracismo, el desplazamiento y la explotación de sus hombres y mujeres. Junta a los núcleos de venezolanos que por millones transitan como desheredados sobre los caminos extranjeros y se dispersan. Aspira a mostrar otra óptica, la más exacta, del drama que viven estos al perder las seguridades de la tierra-patria. Han de emprender una reconstrucción desde el imaginario que trascienda y les devuelva su sentido de pertenencia.

Al caso la historia de las migraciones es la misma historia de la Humanidad, sea con propósitos de realización y para otear otros arraigos que ayuden a perfilar mejor los proyectos de vida.

El Libro de los libros, desde el Génesis, cuenta que Dios se muestra y revela como un extranjero de paso por la tienda de Abraham, que le acoge benevolente (18, 1-15). Antes nos dice cómo aquél planta al hombre a quien forma dentro de un jardín, en Edén (2, 8), dándole su primera patria. A la emigración inaugural, la de Abraham desde Ur hasta Canaán (11, 31 y 12, 1-8), sigue la de Moisés en el Éxodo. La primera fija la idea de la migración como misión y la segunda la de la esperanza, justamente en una hora en que el hombre judío ve pisoteada su humanidad y huye del oprobio egipcio.

La razón de poder que expulsa a los venezolanos, como narrativa, por utilitaria y atada a intereses de suyo insensibles a lo humano se ha vuelto inútil e ineficaz. Ella conjuga en términos políticos y de derechos políticos. Se mira en el Estado y sus actores, quienes pugnan por administrar el poder.

Desea la coalición, así y como lo espero, conjugar en términos similares a los de los padres de las declaraciones de derechos humanos, hacerlo pro homine et libertatis, construir la esperanza desde la mirada de las víctimas.

La diáspora es, pues, un concepto que mal calza o se aviene con el que ve a las migraciones como una bandera ideológica o de oportunidad. De significación mercaderil y hasta de violencia que fomenta el desarraigo o la pérdida de las raíces e identidades para destruir patrias ajenas y sostener la peregrina idea una Madre Tierra o Pachamama libre de parcelas y de culturas. Pero buscan encarnarla, eso sí, quienes aspiran a regentarla desde las plataformas globales, las digitales y las de quienes esperan nos metabolicemos en la Naturaleza como partes de esta, una vez concluyan los distanciamientos sociales impuestos.

El primer trasiego de hombres y de mujeres que a tenor de las crónicas llegan a América y a lo que luego será Venezuela – los españoles de la península, invadidos por los musulmanes desde el siglo VI al XV de la era cristiana y cuya empresa repiten estos ahora sobre suelo europeo – lo forman desplazados. Les titula de criminales la leyenda negra. Tal y como algunos califican a los venezolanos de la actual diáspora.

Se trataba entonces de judíos sefardíes a quienes los reyes católicos obligan a convertirse, a que salgan del país o les condenan a muerte por desacato de la orden real. Así, la patria venezolana se vuelve de tal forma tierra de acogida.

Llegada la hora de la república se reafirma como tal bajo José Antonio Páez. Revierte las proscripciones y exclusiones de los decretos de Guerra a Muerte y, el 13 de junio de 1831, el Senado y la Cámara de Representantes promueven la inmigración de los naturales de las islas Canarias a quienes se les otorgan cartas de naturaleza y asignan en propiedad tierra para el trabajo.

Destruida como se encuentra la república que fuese Venezuela, rotos su andamiaje y texturas de nación, los venezolanos arriesgamos vagar al desnudo por caminos extraños y perder nuestra inacabada concreción moral histórica, siempre huidiza y de presente, si obviamos a Ulises y a Ítaca como el ancla memoriosa que lo salva.

El tránsito puede sernos corto o largo y hasta la vuelta. El acompañamiento recíproco a la luz de las pérdidas sufridas y que nos son comunes, más allá de un tricolor patrio que es símbolo, y el escuchar de los corazones lacerados por la arritmia de las emociones al momento de partir o esperar por el regreso, puede servirnos de estrella polar. 

El discurso prepotente que no deja ejemplaridad, como el repetir que en Caracas se adoptan las Convenciones de Asilo Diplomático y Territorial, o el afirmar que compartimos lo nuestro con quienes viven sus iguales oscuranas dictatoriales en América Latina, revela mezquindad. Es la negación de nuestra predicada generosidad.  

Es más aleccionador saber que fuimos parte de aquellos discursos desembozados y altisonantes, patrioteros, que condenaban la Matricula General de Extranjeros dispuesta por el gobierno de Luis Herrera; o la firma por Carlos Andrés Pérez de un decreto de regularización de indocumentados que les devolvía la dignidad e identidad perdidas.  

Don Andrés Bello, orgullo de nuestras letras y emblema de nuestra diáspora pionera, que debe irse a Chile y separarse de su Venezuela, escribe que ella alcanza su regeneración civil y consistencia política a fines del siglo XVII, dado el feliz “malogramiento de las minas”. Quizás sea este, de cara al derrumbe de nuestro mito de nación petrolera, el signo auspicioso que vuelve por sus fueros.

correoaustral@gmail.com

 

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CIDH alerta sobre la situación precaria de migrantes y refugiados venezolanos
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CID) publicó sus observaciones y recomendaciones luego de hacer un monitoreo a los derechos humanos, puntualmente de los migrantes y refugiados. 
El equipo tenía en su programación realizar una visita a Venezuela entre los días 4 y 7 de febrero en las ciudades de Caracas y Maracaibo, pero se realizó en la ciudad de Cúcuta, Colombia, tras la negativa por parte de las autoridades venezolanas del ingreso de la CIDH al país.

La CIDH informó mediante un comunicado de prensa que Colombia ha recibido más de 1.6 millones de migrantes de Venezuela, convirtiéndose en el mayor receptor de personas venezolanas. «Por tal motivo, la visita tuvo un particular énfasis en la situación de los derechos humanos de las personas forzadas a abandonar su país como resultado de la grave crisis social, política y de derechos humanos en Venezuela», reza el documento.

El grupo de expetos consideró que la profundización de la crisis política y social del país, en el marco de la represión generalizada, ha derivado en la ausencia del Estado de Derecho en Venezuela. Explicaron que la crisis en el país tiene como origen, entre muchas causas, la intromisión del Poder Ejecutivo en las competencias de otros Poderes Públicos. Eso, en consecuencia, ha perjudicado la separación y el equilibrio de funciones en los distintos poderes, por lo que se ha llegado a restricciones y limitaciones del espacio democrático. 

La ausencia de un sistema institucional operante de pesos y contrapesos también se observa en el hecho que el Poder Ejecutivo continúe ejerciendo poderes extraordinarios, y haya prorrogado el estado de excepción sin la aprobación de la Asamblea Nacional como exige la Constitución, más de 20 veces desde 2016″, reza la información. 

En su visita a la frontera, la Comisión Interamericana constató y manifestó su preocupación sobre los graves efectos de la crisis humanitaria como factor de desplazamiento de millones de personas venezolanas. 

Resaltaron que a la fecha, el número de personas venezolanas que se han visto forzadas a migrar como mecanismo de supervivencia ante la grave crisis humanitaria que afecta al país, asciende a más de 4,9 millones de personas venezolanas, de las cuales más de 1,77 millones se han desplazado al país vecino, Colombia, donde se encuentran bajo distintas situaciones migratorias, según los datos de la Plataforma de Coordinación para Migrantes y Refugiados de Venezuela (R4V).

Asimismo, las cifras proporcionadas por ACNUR y la OIM, indican que el número de personas migrantes y refugiadas venezolanas podría ascender a más de 6.5 millones de personas para finales de 2020, incluidos 1.9 millones de niñas y niños, en comparación con 1.18 millones registrados en el 2019 por el UNICEF.

La Comisión Interamericana observó la dramática situación de las personas venezolanas en las calles de la ciudad de Cúcuta, en el Hospital Universitario Erasmo Meoz, en los comedores humanitarios existentes, así como en el paso fronterizo», indica la información.

La CIDH hizo referencia a testimonios que dan cuenta de la situación precaria en que se encuentran grupos de personas en situación de discriminación y exclusión histórica, como es el caso de las niñas, niños y adolescentes; mujeres; mujeres embarazadas; personas mayores; personas viviendo en condición de pobreza; personas con discapacidad; pueblos indígenas; personas LGBTI; personas afrodescendientes; entre otras.

Ante esto, la Comisión resaltó que UNICEF incluyó por primera vez, en 2019, a Venezuela en la lista de emergencias para la infancia. Según los datos de esta agencia, uno de cada tres niños necesita ayuda humanitaria, lo que equivale a que 3,2 millones de menores de edad  requieren comida, medicinas y educación.

Por su parte, el informe de Save the Children sobre la niñez en el mundo en 2019 clasificó a Venezuela en la posición 131 (de 176 países evaluados) en el Índice de Peligros para la Niñez.

Para leer el informe completo, ingresa aquí. 

ACNUR: refugiados venezolanos recurren a mendicidad, sexo por supervivencia y corren riesgo de ser víctimas de traficantes en medio de la pandemia
La organización apuntó que, al no poder cumplir la cuarentena, muchos venezolanos en otros países salen a la calle y «son objeto de chivos expiatorios, estigmatizadas o corren el riesgo de ser detenidos»

 

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se refirió este viernes, 1 de mayo, a la situación de los refugiados venezolanos en medio de la pandemia de la covid-19, que ha obligado a miles de personas a volver al país a pie, debido a las frágiles condiciones económicas en las que se encontraban en las naciones limítrofes, mientras que a otros les ha llevado a la prostitución, mendicidad y a correr el riesgo de ser objetivos de traficantes.

Andrej Mahecic, portavoz de ACNUR, expresó la preocupación de la organización al recordar las pésimas condiciones de trabajo a las que estaban sometidos la mayoría de los venezolanos que migraron en las peores condiciones económicas a países de América Latina. «Según nuestros datos de 2019, 80% de las personas refugiadas y solicitantes de asilo venezolanas entrevistadas en ese momento dijeron que estaban trabajando sin ningún acuerdo contractual, y muchas dependían de la economía informal para sobrevivir», afirmó en medio de una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones, en Ginebra.

«Ahora sin poder pagar el alquiler ni comprar alimentos o medicinas, muchas personas corren el riesgo de quedarse sin hogar o ya están siendo desalojadas de sus viviendas. El número de personas venezolanas desamparadas y sin hogar aumenta día a día en Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile y Argentina. Algunas están recurriendo ahora al sexo por supervivencia, mendigando o vendiendo en las calles. Otras personas corren el riesgo de ser víctimas de traficantes y grupos armados ilegales», señaló.

El portavoz de ACNUR también apuntó que el miedo y los disturbios sociales en la región han detonado la xenofobia y la discriminación hacia los refugiados que deben estar en las calles sin poder cumplir la cuarentena para poder ganar algo de dinero. Recalcó que, al incumplir la cuarentena, estas personas «son objeto de chivos expiatorios, estigmatizadas o corren el riesgo de ser detenidas».

Mahecic se refirió también a los venezolanos que intentan regresar al país a pie porque no pueden cubrir los gastos en vivienda, alimentación y atención médica en las naciones que los recibieron. Aseguró que, ante este panorama, ACNUR busca mitigar el impacto de la covid-19 en ellos al brindarles apoyo, aumentar la capacidad de los albergues e incluir a los refugiados y migrantes en programas de protección social de gobiernos aliados.

La agencia recordó que en los últimos años, más de cinco millones de personas venezolanas han huido del país.

Acnur estima que en 2020 el número de refugiados venezolanos aumentará a 6,5 millones
Eduardo Stein aseguró en Bruselas que el apoyo internacional para los venezolanos y los países que los acogen es importante

El representante de la Oficina de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones, Eduardo Stein, advirtió este lunes 28 de octubre que el número de refugiados y migrantes venezolanos para el 2020 podría aumentar a 6,5 millones.

La información fue ofrecida durante la conferencia internacional en solidaridad con los venezolanos, realizada en Bruselas, para llamar la atención sobre la crisis migratoria.

 

«Es importante reconocer la importancia del apoyo internacional recibido hasta ahora, así como de las significativas contribuciones bilaterales, muchas de las cuales son vitales en los esfuerzos de integración socio-económica de venezolanos», dijo Stein.

 

La conferencia no pretende ser un evento de donantes sino una llamada de atención a la comunidad internacional sobre la situación en la que se encuentran los migrantes venezolanos y los países que los acogen.

Por su parte, Filippo Grandi, alto comisionado para los refugiados de la ONU, consideró que los más de 4,5 millones de refugiados, migrantes de Venezuela, y las comunidades que los acogen necesitan más apoyo.