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Bonistas venezolanos buscan formar alianzas en medio de limbo de reestructuración

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Tenedores de bonos venezolanos se están reuniendo y considerando la posibilidad de formar comités, dijeron asesores y gestores de fondos a Reuters, mientras crecen las dudas sobre la viabilidad de la propuesta del presidente Nicolás Maduro de reestructurar una deuda de 60.000 millones de dólares.

Maduro ha dicho que el país seguirá cumpliendo con sus obligaciones por ahora. Pero los bonistas, que van desde fondos de inversión de larga data hasta fondos de cobertura y fondos de mercados emergentes en Estados Unidos y en otros lugares, están comenzando a prepararse para una batalla potencialmente amarga y desordenada por un posible incumplimiento en el futuro.

Un fondo de cobertura con sede en Reino Unido, MacroSynergy Partners, invitó a los bonistas institucionales de la petrolera estatal venezolana PDVSA a una reunión en Londres el 30 de noviembre para discutir los próximos pasos para los acreedores, según una invitación vista por Reuters.

Los participantes también discutirán si se debe crear un comité informal y ad hoc para los bonistas, según la invitación.

Si bien Caracas se ha mantenido al día con los pagos de sus bonos, ha cancelado algunos cupones tarde, lo que ha llevado a las agencias calificadoras a declarar una moratoria selectiva y ha mantenido a los acreedores en suspenso.

Unos 237 millones de dólares en pagos de intereses vencen el martes, pero fuentes del mercado dijeron que aún no hay señales de que los fondos llegarán a sus cuentas.

El martes, Standard & Poor’s bajó la calificación de los bonos globales venezolanos 2025 y 2026 a “D” desde “CC”.

En Estados Unidos, el asesor jefe de deuda soberana de Millstein & Co, Mark Walker, dijo que se reunió con un grupo inicial de más de 20 acreedores para discutir la formación de un posible comité. Walker declinó identificar a los acreedores, citando un acuerdo de confidencialidad.

El Instituto de Finanzas Internacionales, un grupo de la industria bancaria, también ha estado buscando formar un comité de acreedores, dijeron a Reuters dos fuentes familiarizadas con el asunto.

No está claro cuántos grupos se formarán finalmente. Los acreedores también han estado organizando teleconferencias y celebrando reuniones improvisadas en hoteles de Caracas, dijeron inversores.

Cuáles son los bienes de Venezuela en el exterior que acreedores internacionales vigilan para reclamarlos en caso de default

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Los acreedores de Venezuela no van a tener fácil cobrar lo que se les adeuda en caso de una pelea con Venezuela. Eso advierten a BBC Mundo expertos legales y financieros que anticipan que, de consumarse un «default» o cesación de pagos generalizada sobre una deuda externa venezolana que algunos estiman hasta en US$150.000millones.

La crisis económica y la falta de divisas del gobierno venezolano han provocado que el impago sea una posibilidad.

Si ocurre lo que muchos temen y anticipan, se iniciará un complicado proceso de maniobras legales para cobrarle a Venezuela -y de contramaniobras para evitar el cobro- que le dará mucho dinero a los abogados, pero no necesariamente grandes satisfacciones a los acreedores.

El gobierno venezolano, ante la caída de sus ingresos por la bajada de los precios del petróleo y su menguante producción de crudo, ha dicho que desea reestructurar cerca de US$63.000 millones de su deuda.

Hay dudas acerca de la capacidad venezolana para pagar el resto. Y desde ya se sabe que, si se rompen las incipientes conversaciones entre Venezuela y los tenedores de su deuda, hay una serie de activos de propiedad venezolana en el extranjero que serán el primer objetivo de los acreedores.

Para empezar a entender el proceso, asegura Mark Walker, ejecutivo de la firma de asesoría financiera neoyorquina Millstein & Co. y especialista en el tema de deuda soberana, hay que distinguir exactamente quién es el deudor.

Walker le dice a BBC Mundo que una cosa es el gobierno soberano de Venezuela, y otra la empresa estatal petrolera venezolana, PDVSA. Ambos han emitido deuda, pero la capacidad de cobrar una y la otra es muy distinta.

La deuda soberana de un país es difícil de cobrar en caso de cesación de pagos, ya que es imposible embargar o liquidar activos de un Estado.

«Ni embajadas, ni equipo militar ni las reservas en el extranjero del banco central serían objeto de esas acciones», le asegura Walker a BBC Mundo.

El experto descarta que se produzcan nuevos intentos como el de los acreedores de Argentina que en 2012 intentaron quedarse con un buque de entrenamiento de la armada del país sudamericano interceptado en un puerto de Ghana. «Eso no funcionó como maniobra legal», recuerda.

Con PDVSA es distinto

Otra cosa es PDVSA, que opera bajo reglas comerciales, como si fuera una empresa más, a pesar de ser propiedad del Estado venezolano. La deuda de PDVSA es más fácilmente exigible en los juzgados internacionales, y los acreedores buscarían que los tribunales les otorgaran los bienes de PDVSA en el extranjero para cobrar las deudas por pagar.

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«PDVSA tiene tres clases de activos en el extranjero que serían potencialmente de interés a los extranjeros», explica Walker.

Tal vez el más llamativo es la empresa de refinación y distribución de combustible basada en Estados Unidos, Citgo, la sexta refinería más grande del país, con instalaciones en los estados de Luisiana, Illinois y Texas y decenas de miles de estaciones de servicio.

El segundo activo sería el dinero que PDVSA recibe en el extranjero por la venta de petróleo venezolano. Y el tercero, algunas participaciones en ciertas refinerías extranjeras, dice Walker.

El atractivo de Citgo para los acreedores es claro, pero hay atenuantes.

«Las acciones de Citgo ya están prendadas a favor de un grupo de acreedores», recuerda a BBC Mundo José Valera, abogado de la firma de Houston Mayer Brown y especialista en derecho del sector energético.

PDVSA comprometió sus acciones en Citgo como garantía por un préstamo a la empresa petrolera Rosneft y a los que compraron un bono que se vence en 2020, aclara Valera.

En las pasadas semanas hubo informaciones sobre un acuerdo por el que Rosneft devolvería esa garantía a cambio de otras contraprestaciones petroleras de Venezuela para evitar así problemas en Estados Unidos, que también ha decretado sanciones contra la empresa rusa. De momento, sin embargo, no hay confirmación oficial.

«Otros acreedores que no tienen esas garantías tendrían que esperar a ver si queda algo para ellos», agrega Valera.

Solución amistosa

Por el momento, los acreedores rusos, tal vez los que más fácil tendrían obtener pago por su acceso a las acciones de Citgo, han dicho que están buscando soluciones amistosas a su deuda con Venezuela y han ofrecido ampliar los plazos.

Entre las consideraciones que potencialmente tendrían a la hora de exigir el pago de la deuda con las acciones de Citgo es una posible reacción política negativa en Estados Unidos.

Washington no estaría feliz al ver que una empresa importante de energía de su país cae en manos rusas.

 

Quedaría entonces para el resto de acreedores la opción de buscar una orden judicial para quedarse con el dinero que PDVSA va obteniendo al cobrar por sus ventas de crudo. Pero aquí la petrolera también tiene maneras de defenderse frente a esos requerimientos.

«PDVSA no tiene que exportar el petróleo ella misma. Le puede vender el crudo en Venezuela a un tercero como China o a una empresa comercializadora internacional como la multinacional Trafigura, y así evita que ese dinero pudiese ser objeto de las acciones legales de los acreedores»,dice Walker.

Petróleo tampoco

Tampoco podrían intentar los acreedores quedarse con el petróleo mismo.

«Presumo que PDVSA vende el petróleo en la modalidad Free on Board, que quiere que decir que la propiedad del petróleo pasa a manos del comprador apenas es depositado en el barco en puertos venezolanos», agrega Walker, lo que hace que cuando circula por el mar y llega al extranjero, el crudo ya es un activo de propiedad de un tercero, no de PDVSA.

Reconoce que si PDVSA vende petróleo en el extranjero a crédito a 90 días, durante ese periodo, un acreedor podría intentar que un juzgado le reconozca la propiedad de esa cuenta por cobrar.

«Pero para conseguir una orden judicial que le permita hacer eso, podría tomarle de seis meses a un año. De ahí que en ese tiempo, Venezuela podría hacer arreglos para transferir ese dinero y evitar que los acreedores lleguen a él».

Finalmente, dice Walker, está la participación que PDVSA podría tener en otras refinerías extranjeras. «No estoy seguro si eso representa un monto de dinero considerable», matiza.

Reputación

Walker concluye que «si PDVSA se comporta de manera racional», tiene muchas maneras de proteger sus activos frente a los que reclaman el pago de las deudas.

Pero muchas veces el principal problema de tener esas deudas sin pagar no es oponerse a los esfuerzos de los cobradores, que suelen ser tan dispendiosos para el acreedor como para el deudor, sino el daño que el impago produce a la reputación del deudor.

Un «default» extendido de Venezuela o de sus principales empresas estatales haría mucho más difícil para ellas volver a pedir prestado en los mercados internacionales, ya de acceso limitado por las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos.

Y eso puede terminar siendo más costoso que cualquier bien que pierda a manos de las demandas de los acreedores en las cortes extranjeras.

Refinanciamiento con Rusia es 2% del monto total que debe Venezuela

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El acuerdo firmado entre Rusia y Venezuela por el refinanciamiento de 3,1 millardos de dólares a lo largo de 10 años es apenas una pequeña porción de la deuda global venezolana, la cual se ubica en 150 millardos de dólares, de los cuales 60 millardos corresponden a bonos, 45 millardos a pasivos gubernamentales y otros 45 millardos a la deuda de Pdvsa.

Humberto García Larralde, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, y Francisco Rodríguez, economista jefe de Torino Capital, coinciden en que este acuerdo representa aproximadamente 2% de la deuda total y que la estrategia del gobierno consiste en asentar las bases para avanzar en el pago de los bonos pendientes y evitar un default.

Este refinanciamiento, que permite al gobierno de Nicolás Maduro hacer pagos “mínimos” a Moscú en los próximos seis años, no incluye la deuda de Pdvsa con Rosneft, calculada en 6 millardos de dólares.

Los negociadores, el ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa; el titular de Agricultura, Wilmar Castro Soteldo, y el viceministro de Finanzas de Rusia, Sergei Storchak, no ofrecieron detalles sobre este punto ni revelaron las ganancias del país europeo en esta operación, que no fue avalada por la Asamblea Nacional.

Para García Larralde, el gobierno busca con este acuerdo “una oportunidad para alardear, para hacer propaganda, ganar indulgencia política” y así también, “afrontar los pagos con cualquier cosa que le permita posponer la declaración de default”.

Agregó que el acuerdo es importante para Rusia en términos económicos y políticos. “Se trata de la presencia que tiene Rusia en las concesiones petroleras con Venezuela y en el suministro de armas en el tiempo”, expone García Larralde.

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PDVSA también cayó en default parcial para la Agencia S&P

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La agencia de calificación S&P Global Ratings declaró en default parcial a la petrolera venezolana PDVSA debido a un impago de los intereses de una parte de su deuda, informó el miércoles en un comunicado.

La calificación de S&P para los préstamos de PDVSA pasó de CC (“muy vulnerable”) a SD (default parcial), indicó la agencia al día siguiente de que su homóloga Fitch tomara una decisión similar.

S&P señaló que tomó la decisión de rebajar la nota ya que Venezuela no realizó los pagos debidos de intereses de deuda con vencimiento en 2027 y 2037.

“Dadas las actuales sanciones contra PDVSA y sus problemas de liquidez, dudamos de la capacidad de la compañía para pagar el resto de su deuda” en los plazos previstos, precisó la agencia.

PDVSA es el sostén de la economía venezolana, al generar 96% de las divisas, por lo que un default agravaría la profunda crisis que atraviesa ese país al comprometer sus activos, como CITGO, filial en Estados Unidos.

El Estado venezolano ya ha sido declarado también en default parcial por S&P y Fitch.

El país está asfixiado financieramente por la caída de los precios del petróleo.

Ya solo dispone de 9.700 millones de reservas y debe reembolsar al menos 1.470 millones antes del fin de 2017 y otros 8.000 en 2018.

El ministro de Economía de Venezuela, Simon Zerpa Delgado, y el titular de Agricultura, Wilmar Castro Soteldo, se encuentran este miércoles en Moscú para firmar un acuerdo para aliviar a corto plazo el peso de la deuda del país hacia Rusia, uno de sus principales acreedores.

Ministros venezolanos firman reestructuración de la deuda con Rusia

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El ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, y el titular de Agricultura, Wilmar Castro Soteldo, se encuentran en Moscú, donde hoy está prevista la firma de un acuerdo con el Gobierno ruso para la reestructuración de la deuda venezolana, confirmaron a Efe fuentes de la Embajada de ese país.

Rusia y Venezuela van a firmar dicho acuerdo para la reestructuración de 3.000 millones de dólares de deuda venezolana con Moscú, aunque los detalles no se conocen todavía.

Anteriormente, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, anuncio que Caracas había aceptado todas las condiciones de refinanciación ofrecidas por Moscú.

La firma se produce después de que la agencia de calificación de riesgos internacional Standard & Poors (S&P) declarara la deuda soberana de Caracas en estado parcial de “default” (suspensión de pagos).

También el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, había anunciado que el acuerdo con Moscú estaba cerrado.

La embajada de Venezuela en Rusia ha convocado una rueda de prensa para hoy en Moscú, en la que los dos ministros ofrecerán detalles del acuerdo de reestructuración.

Siluánov adelantó que Rusia concedería a su principal socio latinoamericano unas condiciones de pago muy ventajosas, especialmente en el primer tramo, dadas las dificultades económicas que atraviesa Venezuela.

A finales de 2011 Rusia concedió a Venezuela un crédito por valor de 4.000 millones de dólares para la compra de armamento, que Caracas devolvió sin dilaciones hasta marzo de 2016, cuando empezaron los retrasos.

EFE Nov 14, 2017 | Actualizado hace 6 años
Venezuela cae en default para Standard & Poors

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La calificadora crediticia estadounidense Standard & Poors (S&P) rebajó hoy la deuda soberana de Venezuela en moneda extranjera a “default” después de que incumpliera el abono de los intereses en dos bonos. La calificadora anunció que la decisión se justifica por el hecho de que las autoridades venezolanas no abonaron 200 millones de dólares de los cupones correspondientes de bonos globales emitidos con vencimiento en 2019 y 2024.

El pago no fue hecho después de que este fin de semana se cumplieran los 30 días del período de gracia.

En consecuencia, colocó en grado SD/D (“selective default/default”) la deuda soberana de Venezuela a largo y corto plazo en moneda extranjera, anunció la firma en un comunicado.

El endeudamiento en moneda nacional de largo y corto plazo se mantiene en CCC/C, el grado anterior a suspensión de pagos, pero con una vigilancia negativa en cuando a las perspectivas de que se cumplan los pagos de ese endeudamiento.

S&P cree que hay 50 % de posibilidades de que Venezuela “pueda entrar en suspensión de pagos otra vez en los próximos tres meses”, dijo la calificadora en el comunicado.

La firma señaló que están pendiente de abonar los pagos de otros cuatro cupones dentro del período de gracia, hasta un total de obligaciones pendientes de abono de 420 millones de dólares.

Si Venezuela no abona esos pagos, por instrumentos de deuda con vencimiento entre 2023 y 2028, S&P colocará también en “default” esas emisiones.

La nota se conoció poco después de que el Gobierno de Nicolás Naduro anunciara que había iniciado “con rotundo éxito” la refinanciación de su deuda externa en una primera reunión con sus acreedores.

De esa cita no surgieron acuerdos o propuestas concretas. De acuerdo con cálculos oficiales, Venezuela tiene una deuda total cercana a los 150.000 millones de dólares, con abonos anuales cercanos a los 10.000 millones.

S&P menciona esa primera reunión y cree que “es muy probable que se considere cualquier reestructuración (de deuda) de Venezuela como un intercambio de deuda en dificultades y equivalente al ‘default’ teniendo en cuenta las altas restricciones en la liquidez”.

También sostiene que es menos probable que Venezuela caiga en suspensión de pagos en su deuda en moneda local.

Gobierno no dio a tenedores de bonos solución a la deuda, pero sí dio chocolates finos y café

Maduro

 

Una primera reunión entre el Gobierno de Venezuela y sus acreedores para discutir una reestructuración de la deuda externa del país y de su petrolera estatal concluyó sin propuestas concretas el lunes, dijeron varios participantes a Reuters al salir del encuentro.

Los inversores salieron de la reunión cargados de bolsas de finos chocolates y café, pero sin un panorama claro sobre como proseguirán las conversaciones que apuntan a renegociar los términos de unos 60.000 millones de deuda soberana y de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Casi un centenar de inversores -o sus representantes- acudieron a la sede administrativa del palacio presidencial en el centro de Caracas para asistir al encuentro promovido por el mandatario, dijeron dos testigos.

La reunión, que duró unos 15 minutos, se consideraba clave para comprender la estrategia del Gobierno que, aunque ha esperado hasta el último día para realizar pagos clave, ha seguido cumpliendo con sus obligaciones.

“No salió nada de allí, fue una oportunidad perdida”, dijo uno de los inversionistas que había viajado especialmente a Caracas para la reunión.

“No hubo oferta, ni términos”, dijo otro de las participantes a la salida.

El ministro de Finanzas, Simón Zerpa, y el vicepresidente, Tareck El Aissami -ambos funcionarios sancionados por los Estados Unidos- participaron del encuentro, lo que obligó a algunos acreedores a mantenerse en una sala anexa a la reunión, para evitar encontrarse con ellos.

Sanciones financieras que impuso Washington al Gobierno de Venezuela prohíbe a los ciudadanos y empresas de ese país negociar con los funcionarios, los principales delegados gubernamentales, porque están en sus listas negras.

Otros inversionistas se habían negado a viajar a Caracas, una de las capitales más violentas del mundo, también argumentando que El Aissami y Zerpa serían un obstáculo en la negociación.

El Aissami leyó un comunicado a los asistentes donde criticó al sistema financiero global por poner trabas para que el país petrolero haga sus pagos a tiempo a raíz de las sanciones, agregó otro de los asistentes.

Los asistentes también relataron que el representante del Gobierno solicitó ayuda de los acreedores para conjuntamente buscar vías para evitar el efecto de las sanciones, que les complican el uso de los sistemas de pago internacional, mientras que enfatizó en la voluntad del país de seguir honrando sus pagos.

“Quieren establecer mesas de negociación de aquí en adelante, pero no precisaron nada, sólo que cuentan con la mejor asesoría legal”, agregó un inversionista local.

PAGOS CLAVE

Entre tanto, la incertidumbre sobre la capacidad de pago de Venezuela va en aumento desde que el equipo financiero de Maduro comenzó a retrasar en octubre el abono de cupones de bonos por unos 750 millones de dólares.

El breve encuentro se realizó en un día clave en el calendario de deuda venezolana, porque el país tiene hasta el lunes para cancelar casi 300 millones de dólares en intereses demorados que ya no tienen período de gracia.

El pago no había llegado aún a las cuentas de al menos tres inversionistas consultados el lunes en la tarde.

Dos inversionistas dijeron que El Aissami les informó que el banco alemán Deutsche Bank suspendió algunos servicios al Gobierno, siguiendo el paso de otros como Citibank.

Deutsche Bank no contestó de inmediato a una solicitud de información.

La semana pasada, PDVSA dilató, por primera vez, la amortización de unos 1.100 millones de dólares de capital por un título vencido durante más de tres días, postergando el abono de los intereses para los próximos 30 días.

Un comité de la asociación del mercado de derivados ISDA dijo el lunes que postergó para el martes la discusión para evaluar un posible incumplimiento de la estatal por la demora en el pago del bono vencido.

La decisión del comité podría activar el cobro de los seguros contra incumplimiento de crédito (CDS) de PDVSA.

El inusual comportamiento de un gobierno que hasta ahora no había demorado este tipo de pagos, pese a la crisis, provocó el desplome de los bonos venezolanos por varios días.

Las actuales medidas impuestas por el gobierno de Donald Trump impiden a quienes operan en ese país aceptar nueva deuda venezolana como resultado de alguna renegociación que proponga el gobierno de Maduro, a menos que haya un aval del Departamento del Tesoro.

Venezuela no tiene más vencimientos en 2017, pero el año entrante el país enfrenta pagos de deuda por unos 9.000 millones de dólares, que recortarían aún más sus menguadas importaciones, vitales para la población.

EFE Nov 10, 2017 | Actualizado hace 6 años
Venezuela demora en pago de deuda al BID

BID-Banco Interamericano de Desarrollo

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoció hoy “demoras” en pagos por parte de Venezuela, cuya deuda con la institución es de 6,5 millones de dólares, en medio de la aguda crisis económica que encara el Gobierno de Nicolás Maduro, quien ha ordenado refinanciar toda su deuda externa.

“Durante este año hemos registrado demoras puntuales en ciertos pagos por parte de Venezuela”, afirmó a Efe un portavoz del BID, que pidió el anonimato.

En concreto, indicó que “al 25 de octubre, el importe total de saldos vencidos e impagos (incluyendo capital e intereses) asciende a 6,5 millones de dólares, o 0,3 % del saldo de préstamos a Venezuela”.

“El banco está trabajando con el gobierno venezolano para regularizar esta situación, tal como lo han hecho en el pasado”, agregó el funcionario al comentar a Efe la situación de Caracas respecto a la principal institución de desarrollo en Latinoamérica.

Esta confirmación del BID se produce después de que la semana pasada el presidente Maduro ordenase refinanciar y reestructurar “todos los pagos externos” del país.

Maduro nombró una comisión especial dirigida por el vicepresidente, Tareck el Aissami, para iniciar este proceso de reestructuración de deuda y lo que calificó de “lucha contra el bloqueo y la persecución extranjera” contra su país.

Los atrasos en los pagos de Caracas al BID se suman, asimismo, a la crítica formal la pasada semana del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la falta de información económica detallada, obligación de todos los países miembros de la institución.

El organismo dirigido por Christine Lagarde advirtió que Venezuela lleva más de diez años sin someterse a la evaluación económica anual a través del llamado “Artículo IV”.

En su último informe de actualización de sus perspectivas económicas, de mediados de octubre, el FMI aseguró que Venezuela está “inmersa en una grave crisis económica, humanitaria y política sin solución a la vista”.

Proyectó, además, una caída del producto interior bruto (PIB) entre 2014 y 2017 del 35 % y señaló que la venezolana es “una economía encaminada hacia la hiperinflación”, con una tasa de inflación del 652 % para 2017 y del 2.300 % para 2018.